2/26/2009

Periodistas pal cafe...............



El garrote enchapado, la zanahoria meridense y la hipocresía guantanamera. Sincronía en el mensaje: la Cámara de Representantes de Estados Unidos da vía libre a 405 millones de dólares para la gerencia del traspatio, al mismo tiempo que con 750 detenciones de miembros del cártel encabezado por Joaquín Guzmán (el más exitoso egresado de la Universidad de Puerta Grande, Jalisco, con doctorado en finanzas emitido por un centro académico patito de San Cristóbal) el gobierno gringo pone en evidencia las complicidades y omisiones de la administración calderónica que en su desesperación ahora escupe hacia atrás y de la foxista a cuyo nombre salta en defensa el senador de los juegos y sorteos, Santiago Creel, el hombre que confesó haber vivido en el limbo cuando ocupaba Bucareli, pero que ahora se engalla, con la vista puesta en el 2012, frente al verbalmente torpe secretario Gómez Mont, que cuando quiere dar explicaciones políticas cree estar litigando frente a discapacitados periodísticos.
Tintura gringa de contraste inyectada en el cuerpo del fallido presidencialismo panista para exhibir la tomografía del tumoral cuerpo institucional mexicano. Los panistas que no han tocado al Chapo en dos administraciones más que con el pétalo de cuidadas simulaciones se enteran de que de un golpe los vecinos se hacen de tres cuartos de millar de elementos del ejército privado dirigido por el sinaloense oficialmente prófugo y de la información delicada que soltarán los aprehendidos sobre el funcionamiento de la narcopolítica mexicana (ah, eso sí: la cumplidísima justicia mexicana ha extraditado a un miembro de la debilitada familia Caro Quintero).
Con el agregado contundente del informe 2008 de derechos humanos que ha realizado el Departamento de Estado del Imperio Fallido, en el que le da su sobadita de espalda al calderonismo al plantear que casi siempre respeta esos derechos pero..., pero..., y se deja ir la oficina antes Rice y ahora Clinton con una lista de las violaciones por todos conocidas, de la corrupción y la violencia institucional, de los abusos de militares y policías. Eso sí, el citado departamento pide que no se consideren intervencionistas esas evaluaciones como Washington tampoco cataloga así las que de fuera de su país hacen respecto a la política interna (colocación de huarache buena onda antes de la espinada por aspectos tan nefastos de la Casa Blanca bushista como Guantánamo).
A unos metros del país vigilante (que ya habla de voltear los ojos a México y no a Irak), los detentadores del poder formal se esmeran en confirmar que sólo saben hacer declaraciones periodísticas insustanciales e irritantes, en tanto cínicas, y montar teatros de solemnidad intrascendente para aparentar que hacen algo organizado e inteligente contra el narcotráfico retador. Basta ver el blindaje extremo de las sedes juarenses de esos encuentros (en cuyas cercanías se habrían encontrado ayer explosivos en un automóvil, además de que hubo amenazas falsas de bomba en un edificio judicial y el aeropuerto) para entender la distancia que hay entre los funcionarios superprotegidos y los mexicanos sin cargo que han de arreglárselas como puedan frente a las mafias que en algunas regiones sustituyen al Estado.
El abogado de las causas elitistas ganadas, Nando Gómez Mont, hubo de dividir sus cátedras magistrales de ayer entre la explicación de que se está rodando una película nacional denominada Los Violentos, con los narcos en el papel de malos, y el intento de suavizar las acusaciones que había hecho un día antes contra las omisiones del sexenio embotado. El secretario de Gobernación eludió abiertamente las muy críticas palabras del senador Creel y pretende mantenerlas en un plano privado, de cuatismo, sin recaderos, como si los asuntos públicos hubieran de tratarse en la intimidad de un restaurante-bar con suave música de fondo (y, hablando de asuntos íntimos, parece que un señor que dice ocupar un importante cargo público en México dijo ayer, cuaresmalmente, que lleva a cuestas la guerra contra el narcotráfico y que los mexicanos saben que él sí –con acento, en sentido afirmativo, no en condicional– está peleando de verdad contra ese comercio de drogas. Ta güeno).
De fiesta presupuestal y monetariamente engalanados, los consejeros del IFE bonsai, somelier y gourmet (el presidente de esa próspera empresa, L. V. Zurita, se ha especializado en degustaciones gastronómicas y catas de vinos) se hacen como que no se dan cuenta de la grave ofensa que significan sus aumentos salariales de fábula en un país de miseria agudizada por la crisis global. Pero se aferran a validaciones jurídicas y emparejamientos de sueldos con la Suprema Corta, demeritando la de por sí precaria credibilidad y confianza que pudieran haber tenido Alí Valdés y sus 40 consejeros (disculparán los lectores que la cantidad esté un poco inflada: en realidad son ocho consejeros más, aparte del presidente, pero multiplicados sus emolumentos por cinco, darían 40). Eso sí, las próximas serán unas elecciones de lujo.
Astillas
Un lector toluquense reporta que una estatua ecuestre de Simón Bolívar ha sido mutilada para que una pata del caballo metálico no aparezca pisando una tiara que originalmente estaba en la composición artística. La obra, firmada por el escultor Pedro Francisco (al parecer, Rodríguez), de Ciudad Juárez, está en el parque Simón Bolívar, a un costado del edificio central de la rectoría de la Universidad Autónoma del Estado de México y forma parte de una remodelación general que está por ser inaugurada en estos días. Según el informante, la pata equina sobre el simbólico gorro católico sugería que la liberación bolivariana no se habría quedado en el plano político o de relaciones coloniales sino también en el de las conciencias sometidas por el clero. ¡Pero, para nuestra sorpresa, nos encontramos con que han mutilado la estatua, desapareciendo la mencionada tiara!, señala el denunciante, que se pregunta si la censura fue una concesión al panismo y el catolicismo de la entidad... ¡Hasta mañana!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx


Banco Ixe vendió dólares ayer a $15.34, Bancomer a $15.10 y Banamex a $15.03. A la imparable fuga de capitales se añadió la alarma de las cifras del comercio exterior: en enero el saldo de la balanza comercial fue negativo en $1,558 millones de dólares. Las exportaciones sumaron $15,232 millones, un desplome de 31.5% a tasa anual, y quedaron cortas para compensar las importaciones: cayeron las ventas petroleras 54.2% y las no petroleras 26.4%. En este último renglón destaca el derrumbe del 50% del sector automotriz. Dicho con palabras sencillas: estamos importando más de lo que exportamos, consumimos más dólares de los que entran al país, lo que podría ser manejable mientras amaina la crisis, si no fuera que, por otro lado, el gobierno sigue subastando la minada reserva internacional, con ventas directas –¿a grandes empresarios consentidos del panismo?– y a la banca comercial, ocultando sus nombres. Crece el número de opiniones, de expertos y otras que simplemente tienen sentido común, en dirección a que debe cesar el saqueo. La crisis va para largo, más adelante se necesitarán billetes verdes para importar lo verdaderamente indispensable: alimentos y medicinas.
Los omisos
Como abogado experimentado que es, Fernando Gómez Mont sabe que un delito puede cometerse por omisión o comisión. Hace un par de días habló de que en el sexenio de Fox se incurrió en omisiones en el combate al narcotráfico. La respuesta no tardó, pero no la dio don Burrén, sino Santiago Creel, secretario de Gobernación del foxismo, candidato de la parejita de San Cristóbal a la presidencia y, más recientemente, líder desbancado de la fracción azul del Senado y hasta borrado de la cámara de Televisa. Su respuesta se centra en dos puntos: 1) Los encargados de combatir al hampa en el gobierno actual son los mismos que estaban a cargo en el anterior: Eduardo Medina Mora y Genaro García Luna. 2) ¿Para qué los contrató Calderón, y los mantiene en sus puestos, si eran omisos? ¿O es que hasta ahora se vino a dar cuenta el tercer secretario de Gobernación del calderonismo? Aparentemente este round lo ganó el foxismo. Habrá que ver si en Los Pinos se deciden a usar los expedientes todavía abiertos contra la señora Marta y los muchachos Bribiesca, porque si se quedan con el ojo morado ¿de qué sirve que tengan a un hombre de puño firme como Gómez Mont en Bucareli? Sería el omiso del siguiente sexenio.

En estos tiempos de crisis aguda, que provoca el desplome de prácticamente todo, ¿qué aumenta 46 por ciento o más en este heroico país? Muy pocas cosas. Por ejemplo, los precios de los alimentos, la inflación, el tipo de cambio peso-dólar, la tasa oficial de desempleo abierto, el número de discursos del inquilino de Los Pinos… y el ingreso de los consejeros electorales del IFE, que ya supera los 333 mil pesos mensuales por cabeza.
Así es. En este México lindo y querido, en el que los recursos públicos brillan por su ausencia (versión oficial), en el que el dinero no alcanza para nada (ídem), en el que la cancelación de puestos de trabajo es feroz, y en el que por cada minuto de gobierno calderonista han quedado desempleados 855 mexicanos (hasta enero pasado), los consejeros electorales dan una muestra de sensibilidad política al incrementarse 46 por ciento sus de por sí elevadas percepciones hasta hacerlas llegar a 333 mil 179.81 pesos mensuales, llevando hasta el exceso la barbarie que en igual sentido y por idéntica ruta han cometido un buen número de presidentes municipales, diputados, senadores y demás fauna de la clase política nacional, sin olvidar a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ante quienes el grupo jerárquico del IFE ya puede presumir igualdad de ingreso, o, en el peor de los casos, que ya merito.
No saben contar los votos, se hacen bolas con las actas, no les cuadra el PREP, fingen demencia ante las violaciones legales del duopolio televisivo, se doblan ante los poderes fácticos, entre otras gracias, pero a la hora de cuidar sus intereses y de elevar su ingreso hasta el Nirvana referido, los consejeros electorales son ágiles y cumplidores, pues aseguran sin sonrojarse que lo hacen porque así lo marca la ley; es una decisión abierta, transparente y apegada a la Constitución. Que ganarían más en la iniciativa privada, arguyen. Podría ser, pero ¿no lo sabían cuando se lanzaron en pos del hueso? ¿Querían ser consejeros o ganar dinero a manos llenas?
En aras de la igualdad y el equilibrio que debe imperar en la nación, cada uno de los susodichos consejeros obtendrá lo mismo que en otras latitudes de este mismo país ganan mensualmente 6 mil 170 trabajadores de salario mínimo, que deben repartir sus 54 enormes pesos diarios entre su normalmente abundante familia y cubrir todas las necesidades normales, como también lo establece la Constitución, aunque en este caso la violación legal a todas luces es brutal (el 123 señala textualmente: “los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos…”, lo que no pasa de ser un cuento).
La Constitución también garantiza el derecho a la vivienda, a la salud, al empleo, a la educación, etcétera, y hay que ver cuál es el déficit en estos renglones. Que no salgan los consejeros electorales con el clásico “nosotros no fuimos… fue la Constitución”. En un ejercicio ético –si saben de qué se trata– fácilmente el grupo jerárquico del IFE podría declinar tal exigencia legal, porque, además, los resultados por él ofrecidos son desastrosos. Si nos atenemos a lo que decide la Constitución, entonces México sería un país del primer mundo.
No son precisamente representativos de la alta calidad moral requerida en estos casos para criticar el elevadísimo cuan injustificable ingreso del grupo jerárquico del IFE, pero hasta los propios legisladores –que de este tema saben un rato– se ruborizaron al conocer la citada información. Así, la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados envió una carta a los consejeros electorales del IFE, por medio de la cual les solicita reconsiderar el aumento salarial que se otorgaron, por imprudente, insensible y con una falta de solidaridad hacia la población afectada por la crisis económica (es decir, la mayoría de los mexicanos).
Bien por el exhorto, pero diputados y senadores anualmente hacen lo mismo –y si es posible en un periodo menor, también–, aunque cierto es que no en la proporción de los consejeros electorales. Habría que recordar cómo la jerarquía en el Senado de la República corrió enloquecida a Palacio Legislativo de San Lázaro para que, también en tiempos de crisis, los diputados fueran tan amables y gentiles de recortarles el presupuesto para su nuevo edificio, como si ello marcara la diferencia entre un Congreso de excelencia y al servicio de los ciudadanos y el que realmente tienen los mexicanos.
Por la misma senda han transitado, transitan, presidentes municipales de localidades depauperadas, en las que se autorizan sueldos de 400 mil pesos mensuales, por mucho que en esas comunidades miserables no exista agua potable, alcantarillado, alumbrado público o, lo más elemental, empleo. Incluso, este país de pobres que votó por un partido de ricos tuvo el privilegio, el lujo, de contar con un presidente municipal panista que se autodesignó esos emolumentos, al tiempo que era integrante destacado de la farándula nacional y filmaba películas de aventuras con su nombre artístico de Johnny Rivers.
Qué decir del señor de Los Pinos, que en plena crisis duplica el de por sí grueso presupuesto para atender su costosísimo aparato propagandístico que no convence a nadie; qué de los senadores que corretean a los diputados para que no les quiten el juguete del nuevo edificio; qué de éstos, ocultando incrementos salariales con comisiones, dineros para atención ciudadana y asistencia legislativa, mientras se reparten presupuestos sobrantes del ejercicio. Y lo señores ministros de la SCJN, y los del Trife, y los gobernadores, y los diputados locales, y, en fin, la clase política en su conjunto.
Lo importante, les recomendará algún asesor a los consejeros electorales, es aguantar vara; que soporten la andanada, que finjan demencia frente a las críticas y que esperen el siguiente escándalo en otras áreas de la vida política y económica del país, que se dan seguido, para que los reflectores se alejen. ¡Y a gozar la chuleta!
Las rebanadas del pastel
Cese la política del saqueo y, probablemente, algún día este país saldrá del hoyo… Y el famélico bailarín se mantiene en lo suyo: ayer, 15.08 pesos por dólar.


De continente a continente y de una a otra orilla del espectro ideológico, los gobernantes son asombrosamente parecidos unos a otros y suelen compartir, entre otras, la manía de creer que ellos y el país que (des) gobiernan son una y la misma cosa. Por eso la mafia estalinista llamó antisoviéticos a sus opositores; por eso los políticos gringos tipificaron el delito de actividades antiestadunidenses para perseguir a los disidentes; por eso la gerontocracia de La Habana califica de anticubanos a quienes critican a los hermanos Castro; por eso Felipe Calderón dice que la delincuencia amenaza a los mexicanos, como si los delincuentes fueran noruegos, japoneses o nativos de Tau de la Ballena. Los mandamases israelíes han ido más allá y han fabricado un discurso de alta eficacia para contrarrestar a quienes los señalan por asesinos y genocidas: quienes obran de esta forma son judeofóbicos. La acusación es de alto calibre (porque remite en automático a los nazis y su horrendo empeño de exterminar a los judíos de Europa) y ha acobardado a muchas buenas conciencias que temen a la posibilidad de manchar su imagen pública con una salpicadura de incorrección política o que, por la razón que sea, han decidido actuar en sintonía con la embajada israelí más próxima a su corazón. Es un intento por emplear a los judíos del mundo como escudos humanos: Si criticas a las autoridades de Tel Aviv tendrás parte de la culpa por el próximo pogromo.
El asunto es delicado, porque en 2009 el antisemitismo aún recorre el mundo y no es un fantasma: en Europa occidental algunos grupos perpetran de cuando en cuando actos de vandalismo contra templos y cementerios hebreos, y en amplios sectores de las sociedades preponderantemente cristianas (católicas o no) persisten arraigados prejuicios contra quienes se consideran descendientes de alguna de las Doce Tribus. Una fobia distinta es la que prolifera en países mayoritariamente islámicos, en los que la justificada indignación por las atrocidades de Tel Aviv contra los palestinos deriva en un repudio irracional y condenable a todo lo judío.
Por supuesto, el anhelo de impunidad del régimen de Tel Aviv y su pretensión de no ser tocado ni con el pétalo de una crítica cada vez que asesina árabes en masa (en Líbano o en tierras palestinas) son factores que alimentan, esos sí, la judeofobia corriente. Porque con el empecinamiento en acallar, o cuando menos, descalificar, las condenas al gobierno israelí por sus prácticas genocidas, no faltarán los despistados que piensen que son los judíos en general, y no quienes gobiernan el Estado hebreo, los interesados en obtener una patente de corso para delinquir sin ser molestados: con los falaces y tramposos argumentos de la judeofobia puestos en circulación por el oficialismo israelí, bien podría descubrirse un vago tufo antijudío en la actuación de un juez que sentencie a un judío convicto de violación o robo.
Por supuesto, este rollo se refiere a la discusión generada por la reciente incursión criminal de las fuerzas armadas de Israel en Gaza, y en esa polémica ha desempeñado un papel preponderante otro argumento exculpador acuñado por los propagandistas de Tel Aviv: que la más reciente masacre de civiles en la franja fue culpa de Hamas por emplear a inocentes --menores de edad, muchos de ellos--, como escudos humanos. Pretende la postura oficialista de Israel, reproducida hasta por opinadores con fama de éticos y de lúcidos, que el blanco del ataque no fueron los no combatientes sino las instalaciones militares con cubierta civil de un grupo terrorista.
La afirmación es cuestionable, en primer lugar porque en Gaza no existen instalaciones propiamente militares, salvo las que Israel implanta para sus propias fuerzas. Hamas, que detenta algo de poder en la franja, no es un ejército ni tiene un ejército; de hecho, lo difícil es determinar quién es civil y quién no en un territorio bajo el control de una organización calificada de terrorista y que no sólo promueve ataques suicidas y lanzamientos de misiles caseros contra Israel sino que también está a cargo de escuelas, hospitales, plantas de electricidad, imprentas y centros de distribución de abastos. Para complicar más la situación, debe considerarse que los combatientes de Hamas operan en la zona más apretujada del mundo (cuatro mil 167 habitantes por kilómetro cuadrado, la cárcel más grande del planeta, con un millón y medio de reclusos) y que allí no hay espacio para definir campos de batalla. Una página web animada por el chovinismo israelí más puro y duro (malas-noticias.com.ar) publicó hace no mucho unas fotos que prueban el recurso a los escudos humanos por parte de Hamas. Puede ser, pero lo que yo vi en ellas –juzgue cada quien– es a civiles mayoritariamente niños que se agazapan detrás de combatientes que intentan protegerlos (sí, casi siempre sin éxito) de los aplastantes ataques aéreos y artilleros de las fuerzas hostiles. Hay al menos un episodio (El País, 19/11/2006) en el que la población civil de la franja se ha movilizado en forma voluntaria para proteger la casa de un presunto miliciano de un bombardeo de retaliación, y existen numerosos videos (
www.youtube.com/watch?v=SQyIKyd2gqA&e) en los que puede verse a niños y adultos árabes que, con el propósito de proteger a los suyos, se plantan frente a los soldados agresores.
En una entrevista con la BBC, el representante de Hamas Ahmed Yousef negó la acusación: Los palestinos nunca utilizarían a otros palestinos como escudos humanos. Fueron los israelíes los que detuvieron a gente que pusieron frente a los tanques como escudos humanos.
Créanle o no, pero es un hecho demostrado que desde hace mucho tiempo los militares israelíes han recurrido al uso de palestinos como escudos humanos. Desde cuando menos 2002 hasta 2005 estuvo vigente una ordenanza castrense que permitía a los efectivos de Tel Aviv servirse de palestinos inermes como parapeto en circunstancias peligrosas. Varios organismos de derechos humanos denunciaron la normativa y ésta fue anulada por la Corte Suprema de Tel Aviv tras la difusión de un video en el que se veía a un niño palestino que fue amarrado al cofre de un vehículo blindado de Israel para disuadir a los otros menores que le arrojaban piedras, y de ello hay una foto, reproducida aquí abajo. Después de ese fallo, sin embargo, las fuerzas armadas de Israel han seguido empleando palestinos como escudos humanos. Por ejemplo (no es el único caso), en julio de 2006, en una incursión contra la localidad palestina de Beit Hanun, Hazem Ali y sus hermanos, habitantes de la población, fueron esposados y vendados por los atacantes y colocados como parapeto en un intercambio de fuego.
Amnistía Internacional afirmó, en un comunicado de enero pasado, que tanto los atacantes como los defensores en Gaza se protegían colocando población civil a su alrededor. Los soldados israelíes han entrado y tomado posiciones en varias viviendas palestinas, obligando a las familias a quedarse en una habitación del primer piso mientras utilizan el resto de la casa como base militar y posición para francotiradores, señalaba el informe. Y agregaba: El ejército israelí sabe muy bien que los combatientes palestinos suelen abandonar la zona después de haber disparado y que en la mayoría de los casos los ataques en represalia contra estas viviendas causarán daños a civiles, no a combatientes.
Qué contraste con los falsificadores de la verdad; uno de los entrañables firmantes de la iniciativa Adopta a un niño muerto comunicó al resto: Hace tiempo que no me sentía orgulloso de ser judío.
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Opinión
Octavio Rodríguez Araujo: ¿Y las leyes?
El Presidente de la República tiene la atribución de preservar la seguridad nacional y disponer de la totalidad de la fuerza armada permanente para la seguridad interior de la Federación (artículo 89, VI, de la Constitución). Pero también es el primer obligado a respetar la Carta Magna de la nación, misma que en su artículo 16 establece que nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento. Este artículo también establece que las órdenes de aprehensión sólo pueden librarse por la autoridad judicial, pero que cualquier persona (¿un miembro del Ejército también?) puede detener al indiciado en el momento en que esté cometiendo un delito o inmediatamente después de haberlo cometido. En los casos de delincuencia organizada la autoridad judicial, a petición del Ministerio Público, podrá decretar el arraigo de personas y expedir órdenes de cateo que expresarán el lugar que ha de inspeccionarse y las personas que serán aprehendidas, además de los objetos que se buscan. En tiempos de paz los militares en activo no podrán alojarse en ninguna casa particular contra la voluntad del dueño. En tiempos de guerra sí, pero una guerra debe ser declarada por el Congreso (artículo 73, XII) con base en los datos que le presente el Ejecutivo, o éste (artículo 89, VIII) en nombre de los Estados Unidos Mexicanos, previa ley del Congreso de la Unión.
No estamos en guerra con ninguna nación del planeta, no se ha decretado guerra alguna, aunque se le ha llamado guerra a las acciones emprendidas por el Ejecutivo contra el crimen organizado. En esta guerra se ha sustituido, sin fundamento constitucional alguno, a la autoridad judicial y al Ministerio Público, por la fuerza armada permanente, o sea el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, que lejos de estar coadyuvando a la seguridad interior han convertido al país, junto con todo tipo de policías, en un espacio territorial inseguro, sobre todo en una decena de entidades de la Federación (en lo que va del año ya se contabilizan mil muertos, más los otros miles de los dos años pasados). El artículo 16 constitucional, del que he citado algunas partes, no se ha respetado y muchos ciudadanos (recientemente en Durango), además de organizaciones defensoras de derechos humanos, protestan precisamente porque los cateos han sido anticonstitucionales, las aprehensiones también, y porque ha habido hechos de tortura o de trato salvaje sobre ciudadanos mexicanos, sean o no presuntos delincuentes.
Estas violaciones a los derechos humanos y a lo que expresamente dicta el artículo 16 constitucional, han sido cometidas por miembros del Ejército que, indebidamente, ha estado ejerciendo funciones que corresponden a las autoridades judiciales y, concretamente, a la Procuraduría General de la República (Ministerio Público Federal). ¿Y quién es el jefe del Ejército, es decir del que dependen los secretarios de la Defensa y de Marina? El Presidente de la República. ¿No protestó Felipe Calderón guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen?
El artículo primero de la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, en su fracción II, señala que una de sus misiones generales es garantizar la seguridad interior. Y el artículo 2 establece que esta misión, entre otras que tiene encomendadas por su propia ley, podrá ser realizada de forma conjunta con otras dependencias de los tres niveles de gobierno conforme lo ordene o lo apruebe el Presidente de la República, en ejercicio de sus facultades constitucionales.
Habremos de asumir que la participación del Ejército, y también de la Marina, es para garantizar la seguridad interior. ¿Y qué debemos entender por seguridad interior o por peligros o amenazas a la seguridad interior? El concepto seguridad interior es muy amplio y se presta a ambiguas interpretaciones (mas no debe confundirse con el concepto de seguridad pública también contemplado en la Constitución). Simplifiquemos: la seguridad interior no está amenazada, como tampoco nuestra soberanía; hay inseguridad en el país, pero es de otro tipo. La existente es contra las personas y sus bienes, como ocurre en cualquier lugar donde hay delincuentes, pocos o muchos, da igual. Y garantizar la seguridad pública es tarea del gobierno, ciertamente, pero de acuerdo con las leyes, comenzando por la Constitución, y no con el Ejército
El problema es doble: 1) que al zangolotear Calderón el avispero del crimen organizado están pagando algunas avispas, cierto, pero también muchos ciudadanos inocentes, unos porque estaban en el lugar y el momento equivocados y otros porque los soldados entraron a sus casas o negocios y arrasaron con todo, incluyendo sus derechos humanos y su integridad física; y 2) que al usar a la fuerza armada permanente en funciones de policía dependiente del Ministerio Público y sin apego al artículo 16 constitucional, no sólo no se está respetando éste sino que se está poniendo en juego el prestigio de una de las instituciones que mejor imagen debería tener en el país: el Ejército.
Lo que está ocurriendo en los hechos, tal vez por una interpretación excesivamente amplia del concepto seguridad interior, y suponiendo que la base jurídica está en el artículo 89-VI citado, es similar a lo que ocurrió en tiempos de Ernesto Zedillo, cuando se inventó que el Ejército era coadyuvante del Ministerio Público Federal y se violaron varios artículos constitucionales y hasta la ley agraria en Chiapas. Todos los que estuvimos allá en 1995, incluyendo a la prensa internacional, fuimos testigos de que en la realidad el Ministerio Público estaba a las órdenes del Ejército, que incluso usaba a los agentes de la Procuraduría General de la República como mensajeros. ¿No estará ocurriendo lo mismo, indebidamente?
Jorge Carrillo Olea: La existencia de una mente maestra

Adolfo Sánchez Rebolled
¿Es posible que desde el gobierno no se haya filtrado que efectivamente posee, como elemento esencial de inteligencia, el conocimiento de la existencia de una mente maestra, oscura, impía e internacionalista, que esté dirigiendo al crimen organizado, provocando todos nuestros quebrantos que se condensan en él? ¿Han sido tan efectivos en guardar ese secreto?
¿O todo lo contrario, todos los hechos son simples coincidencias y por lo tanto carecen de una dirección común: el lavado de dinero, por decenas de millones de dólares; la adquisición de armamento sofisticado de origen chino o de Europa del este pero siempre procedente de Estados Unidos; la compra venta y trasiego de toneladas de cocaína desde Colombia –por supuesto a altos niveles del crimen colombiano–, su recepción, distribución y exportación en México? ¿Es una casualidad el financiamiento y la imposición sobre campesinos para que siembren amapola y mariguana en casi todo el país? ¿Cómo está organizado el narcomenudeo; cómo es posible que los tapados y las narcomantas aparezcan a la misma hora y día en diez lugares en todo el territorio nacional sin ninguna conducción? ¿Quién está dirigiendo las infiltraciones de gentes hacia el Ejército y cuerpos policiales, o la filtración y operación desde estas instituciones; Herrán y su enorme riqueza revelada no tuvo que ver en esto, y todo ello es independiente? ¿Los miles de asesinados y cientos de decapitados, no corresponden a una conducción e interés común?
¿Quién tiene el conocimiento y dominio sobre las telecomunicaciones para dirigir una actuación armónica sin que la autoridad se entere? Y, en fin, más ejemplos sobrarían, pero la pregunta subsiste. ¿Es todo esto autónomo e independiente? ¿Nadie dirige la orquesta? O sí, pero no sabemos quién, o sí, pero preferimos disimularlo. Muy optimista, un verdadero ilusionista sería aquel que diera como contestación un Sí, a que son hechos autónomos.
Si esto fuera así, pues la receta es seguir respondiendo de igual manera que como se ha hecho: una guerra sin cuartel, pero sin conocimiento ni inteligencia. ¡Más soldados, vengan! ¡Más muertos, los que sean necesarios! ¡Más violaciones a los derechos civiles, que ahora la Secretaría de la Defensa Nacional dice que son pocas, pues adelante!
Pero si la actitud es la contraria y se supone que es un consorcio de alto nivel internacional, una pirámide, una corporación altamente calificada y multidisciplinaria la que dirige este fenómeno, ¿quiénes la componen y cuáles son sus objetivos finales? ¿El Chapo, El Güero Palma, los Arellano, los Beltrán? Ellos son poderosísimos y controladores de grandes territorios, pero nada más. ¿Los primates que vemos a diario en la televisión? Positivamente no, ellos son, amafiados o no, solamente las capas intermedias del crimen, los operativos.
La dirección estratégica está más allá. ¿Qué sabemos de Dallas, Los Ángeles, Italia, la presencia de narcos mexicanos en Perú, qué es Azteca, nuestras relaciones con los exportadores de cocaína en Bogotá, qué pasa en ese otrora risueño poblado de Maschwitz o quién es Manuel Poggi, nuestro proveedor de efedrina?
Tiene el gobierno la obligación de informar, con las limitaciones obvias, sobre el fondo del tema. O será que no tienen esta preocupación, porque siguen concibiendo el problema desde el fondo de un pozo.
¿Será un consorcio criminal multinacional dirigido, una vez más, contra nuestros intereses? ¿O estamos ante una manada de depredadores sin concierto? En ambos casos la situación puede reventar al gobierno y, con ello…

Los derechos humanos al centro
La preocupación por la situación de los derechos humanos en el mundo se extiende en la medida que la crisis avanza, dejando un rastro de miseria, incertidumbre y violencia. Para algunos países, entre ellos México, el escenario es muy grave por la concurrencia de dos fenómenos devastadores: la acción de los grupos criminales vinculados al narcotráfico y otras actividades ilícitas, y el efecto no menos destructivo, en términos de la cohesión social, que la crisis apenas comienza a mostrar. Uno y otro son aspectos de una misma y terrible realidad que no se puede conjurar con discursos y condenas morales, sobre todo cuando se pide a la ciudadanía colaboración para librar la guerra contra la delincuencia y, al mismo tiempo, se consideran catastrofistas las llamadas de alerta ante el deterioro de la situación económica familiar.
El gobierno mexicano, al someterse al mecanismo del Examen Periódico Universal (EPU), del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, admitió, por boca del secretario de Gobernación, la mayoría de las observaciones que le fueron planteadas, aceptando tácitamente la debilidad del estado de derecho de su país y de las instituciones de seguridad y justicia, las cuales, dadas las condiciones de desigualdad, son el caldo de cultivo para abusos como la trata de personas, la tortura, la falta de respeto a los derechos de los pueblos indígenas, la discriminación, la ignorancia de las garantías de las personas con discapacidad y la desaparición forzada, entre otras violaciones que el delegado mexicano se encargó de reconocer, según el relato del corresponsal de la agencia Inter Press Service en Ginebra.
Sin embargo, por razones que no me quedan claras, unos días después, en el mismo consejo, México se abstuvo en la votación de un proyecto de declaración presentado por Egipto y Brasil acerca del impacto de la crisis global económica y financiera sobre los derechos humanos. Aprobada al final por 31 países, la declaración no contó con el voto favorable de los 14 más desarrollados, entre ellos Japón, Francia, Alemania y... México. La división demostró las grandes diferencias conceptuales que aún subsisten entre quienes aún consideran que el tema de los derechos humanos ha de circunscribirse a las cuestiones civiles y políticas originales, y los que insisten en la universalidad de la segunda generación, que incluye a los derechos sociales y económicos como parte inseparable de ese horizonte común.
La declaración aprobada, empero, evita esa disyuntiva, pues al mismo tiempo que advierte acerca del riesgo que amenaza, por ejemplo, a los Objetivos del Milenio, exhorta a los estados, sin perjuicio del impacto de la crisis económica y financiera, a la protección de todos los derechos humanos. Ante la negativa de algunas representaciones a considerar en esa instancia asuntos relacionados con las instituciones financieras, el comercio internacional y desarrollo, la representante brasileña fue contundente al señalar que las consecuencia de la crisis económica y financiera sobre el desempleo, la salud y otros aspectos pueden provocar problemas políticos aún más graves, tomando en cuenta la situación actual de los grupos más vulnerables.
En definitiva, como no podía ser de otro modo en la presente situación internacional, la discusión en el fondo remite a las estrategias que se deberían adoptar para salir de la crisis. Y es normal que los países desarrollados difieran de sus pares en desarrollo. Cabe subrayar que ninguno ha puesto en tela de juicio la necesidad de tomar medidas inmediatas en el campo financiero, monetario y económico, pero algunos exigen que todos los planes sean presididos por un enfoque de derechos humanos, pues éste ayudaría a identificar las necesidades apremiantes de los grupos y personas vulnerables, especialmente de las mujeres y los niños, los migrantes, los refugiados, los pueblos indígenas, las minorías y las personas con discapacidad. Sólo así, consideran, podrían construirse soluciones más duraderas en el mediano y largo plazos. La crisis obliga a una reflexión de orden general que no divida artificialmente la atención de los mayores problemas en curso. Es del todo imposible creer que el combate a la pobreza se reduzca a una línea dependiente de la administración económica o que la salud pública esté atada al ahorro individual. Un planteamiento sustentado en los derechos humanos proporcionaría, en cambio, el contexto, la lógica jurídica para enfrentar los efectos de la crisis tanto a nivel nacional, regional como internacional.
Razones de justicia, pero también de eficacia económica, obligan a desplegar una iniciativa capaz de sustituir los paradigmas al uso, centrados en el individualismo y el afán de lucro como motor de la economía, por una visión social, dispuesta a pensar menos en los mercados que en las personas. Un buen punto de partida sería, por ejemplo, comenzar a debatir la propuesta formulada por Mario Luis Fuentes en el sentido de universalizar la seguridad social para garantizar el trabajo digno, un tema que obliga a reflexionar sobre la sociedad y el Estado que deseamos construir en la perspectiva de un siglo que comienza entre signos de tormenta.
Mientras no se den pasos audaces en esa perspectiva, tampoco se darán en la práctica y seguiremos como hasta ahora: lamentando las torpezas (y algo más) de quienes decían saber cómo hacerlo y, lo peor, sufriendo como país la degradación de la vida social y el incremento exponencial de las violaciones a los derechos humanos. La inseguridad toca a la sociedad en su conjunto, pero los más pobres se hallan bajo el fuego cruzado de la violencia criminal y la represión que no distingue y suele coartar las libertades individuales. ¿Hasta cuándo se darán impunemente asesinatos como los cometidos contra Manuel Ponce Rosas y Raúl Lucas Lucía, defensores mixtecos de los derechos humanos en una de las regiones más pauperizadas del país?

Hugo Gutiérrez Vega: Prensa y civilización
La lectura de la prensa diaria, con la taza de café y el jugo de naranja sobre la mesa del desayuno, es algo más que una costumbre trivial. Es un acto civilizatorio que significa el cumplimiento de esa necesidad de información y de interpretación de los hechos que nos permite, partiendo de la observación de la realidad y del análisis del estado del mundo y del país, participar e involucrarnos en la vida sociopolítica. En suma, formar parte de la sociedad responsable capaz de presionar a los poderes públicos para que enfrenten con seriedad y honestidad los graves problemas de la sociedad contemporánea.
Los medios electrónicos son, sin la menor duda, más veloces en materia de transmisión de noticias. Esta realidad entrega a la prensa escrita una grave responsabilidad: la de interpretar el contenido de las noticias, ubicarlas en su contexto sociopolítico y proporcionar a los lectores una serie de datos indispensables para normar sus criterios y actuar con seriedad y espíritu solidario en los terrenos de la llamada sociedad civil.
El hombre moderno sufre un bombardeo de noticias tan intenso que, a la postre, se convierte en un ser desinformado o indiferente ante lo que sucede a su alrededor. Sus problemas personales y la crisis de la solidaridad que se manifiesta en el sálvese quien pueda de los grandes naufragios, lo convierte en una víctima de la manipulación informática, en un ser acostumbrado a callar, a obedecer y a dejarse guiar por los mensajes autoritarios que trasmiten los medios electrónicos y la prensa cómplice del sistema que evita cualquier forma de compromiso con la verdad, la justicia y los valores esenciales de la sociedad humana.
La prensa escrita sufre una grave crisis económica en todo el mundo. Los altos costos de la tecnología, el aumento del precio de los materiales básicos, el decrecimiento de los anuncios tanto oficiales como comerciales, han obligado a muchos medios escritos de varios países a despedir personal, a disminuir sus tirajes y sus páginas y a endeudarse con las instituciones bancarias que, a su vez, enfrentan graves problemas financieros. Por esta razón, el presidente de la República Francesa acudió en auxilio de la prensa escrita, pues sabe el mandatario que es preciso mantener en pie los aspectos fundamentales de la vida civilizada. Uno de ellos es la prensa concebida como un mecanismo socializador, pero, sobre todo, un reducto poderoso del pensamiento crítico y un lugar en donde se ventilan, desde distintas perspectivas, los problemas que están agobiando de una manera angustiosa al mundo actual. Todo esto nos lleva a la conclusión de que la crisis de la prensa escrita y los riesgos de que desaparezcan publicaciones indispensables para la reflexión, sobre todo en lo que concierne a la sociedad y a la persona humana, son elementos que configuran un daño irreparable a la civilización que el hombre ha creado y perfeccionado para hacer posible la convivencia social.
Los gobiernos deben entregar a la prensa escrita los fondos obtenidos de los recursos públicos necesarios para su subsistencia sin caer en la tentación de controlarla o de mediatizarla. Una prensa libre y dispuesta a cumplir su vocación crítica es absolutamente indispensable para la salud social y para garantizar el libre juego democrático. Su ausencia favorecería el retorno a la barbarie, la instauración de la ley de la selva, la consolidación del autoritarismo, el retroceso de la civilización.

Existe suficiente evidencia para plantear, como hace Jorge Beinstein, de la Universidad de Buenos Aires, en un compacto y bien sustentado estudio (alainet.org/active/28980), que la radicalización de la recesión en centro y periferia capitalista vira, con intensidad que alarma, de un acople recesivo a un acople depresivo global, en el que Estados Unidos es también el motor de la crisis.
A un cabal listado de los renglones económicos y sociales clave que retratan la ruina calamitosa de la economía de Estados Unidos, que seguramente arrastrará el conjunto del sistema global, Beinstein agrega el desplome de 14 billones (trillions) de dólares de la riqueza neta (el valor de propiedades, acciones etc., menos deudas) en 2009 respecto al valor promedio de 2007, equivalente al producto nacional bruto (PNB) de Estados Unidos del año pasado. A esto adosa el abrupto ascenso de desempleados oficiales, crónicos y precarios, que en diciembre de 2008 llegó a casi 22 millones: un salto al vacío de más de 8 millones de personas en 19 meses. Si, como plantea el autor, la lluvia de billones de dólares, euros, etc. arrojados sobre sus mercados no consigue frenar la aceleración de la caída económica, entonces su aserto de que en 2009 se producirá la gran depresión, mucho más grande que la de los años 1930, pasa de catastrofista a un juicio realista. Los masivos rescates, subsidios y estímulos hasta ahora se ven trabados ante la deflación que se generaliza junto a la sobre-capacidad global en los polos asiáticos, europeos y emergentes. Por doquier estallan burbujas y se colapsan manufacturas: producción, precios y ganancias van al precipicio deflacionario.
En Estados Unidos se cerró casi el 50 por ciento de la industria del acero y a fines de 2008 ya la sobrecapacidad global afligía a sectores con gran impacto en los encadenamientos productivos y el empleo: en un mundo capaz de producir 90 millones de vehículos al año, se fabricaron 66 millones, con todos los inventarios abarrotados. En 2009 la tendencia se agrava e incluye los semiconductores, con una producción mensual de 9 mil 260 wafers frente a un potencial instalado de 14 mil 930 unidades, y mientras la capacidad de producción mundial de petróleo es de 89 millones de barriles diarios, el procesamiento de crudo este año no rebasará los 83.8 millones (Businessweek, 16-II-09).
La atención en Asia, reflejada en la gira de Clinton, es por el impacto y sinergia global del frenazo de esas economías. Esa región, que esperaba estar desacoplada del trauma económico de Occidente, dijo The Economist el 31 de enero, se encuentra tan golpeada como cualquier otra y en algunos casos más. El desplome de Estados Unidos, el consumidor/deudor de última instancia, y de la industria mundial debilita el cemento del acople. Asia se recuperó de otras recesiones con las exportaciones: una vía ahora cerrada por el derrumbe de Estados Unidos y Europa. Frente al desplome en Asia –y en el mundo–, la demanda doméstica y regional se presenta como salvavidas de urgencia mayor.
Al calor de la crisis muta la ecuación mundial de poder, con un deterioro hegemónico de Estados Unidos. Los nacionalismos económicos de vieja raigambre (tipo buy american) y el proteccionismo regional en curso, se acentúan en el corto y mediano plazos como respuestas al acople depresivo global. Se trata de desacoples comerciales, monetarios y de seguridad: aunque la proyección de fuerza militar estadunidense es colosal, se hunde en Irak/Afganistán; existe un empate estratégico/nuclear con Rusia y aumenta la capacidad balística-satelital y naval de Asia y Europa.
Del Bravo a la Patagonia la reactivación de la Cuarta Flota, los Comandos Norte y Sur, las bases militares y los diseños del Foreign Relations Council (TLCAN-Aspan/Plan Colombia-Mérida) indican que Estados Unidos va por una integración vertical del hemisferio, anulando nuestra unidad regional. La alternativa al diseño imperial (Unasur/ALBA/ Banco del Sur) es crucial para la vigencia histórica de América Latina en el emergente orden mundial.

Ángel Guerra Cabrera: Cuba-EU: euforia y realidad
El influyente senador republicano Richard Lugar ha distribuido esta semana a sus colegas un informe que reconoce el fracaso del bloqueo a Cuba en su propósito declarado de llevar la democracia a la isla. Lugar obvia el origen del conflicto en la permanente agresividad de Estados Unidos hacia la revolución cubana, y la falta de ética inherente, pero muestra cierto realismo político al sugerir el comienzo, sin exigir concesiones de la otra parte, de medidas graduales de distensión en cuanto a viajes y envío de remesas, comercio bilateral, reinicio de las pláticas migratorias y colaboración antidrogas.
Con fina ironía, escribía Noam Chomsky que el autor de las palabras arriba entrecomilladas, hombre inteligente, las escogió cuidadosamente pues seguramente sabe que el verdadero propósito (del bloqueo) es completamente diferente. “Nadie –añade– …puede creer que el objetivo de las intensas operaciones estadunidenses de terror y severa guerra económica contra Cuba estaba dirigido a llevar la democracia al pueblo cubano”. De esta sentencia se deriva que si la hostilidad de Washington hacia La Habana llegara a relajarse en algún grado –como parecería probable– se deberá, ante todo, a la tesonera resistencia de los cubanos por medio siglo a este crimen sin precedente en la historia contemporánea de una gran potencia contra un pequeño país. Unida al carácter ilegal e inmoral de esa política, ha estimulado un consenso mundial contrario, expresado ya 17 veces por una aplastante mayoría de gobiernos en la Asamblea General de la ONU, con la deshonrosa excepción de Israel, la potencia agresora y una semicolonia del Pacífico.
El embargo, apunta Lugar, se ha convertido en un problema para las relaciones de Estados Unidos con América Latina y la Unión Europea. Menciona como ejemplo el ingreso de Cuba al Grupo de Río aunque obvia el vibrante llamado al todavía presidente electo Barak Obama por la primera Cumbre de América Latina y el Caribe (12/08) para que levante el bloqueo cuanto antes.
La asunción del mando por aquél ha hecho reflotar en la opinión pública de Estados Unidos una fuerte corriente por revisar la política hacia Cuba y por el levantamiento del bloqueo, que logró manifestarse hasta los primeros tiempos del mandato de George W. Bush e incluso pasar proyectos de ley en el Congreso que atenuaban la medida de fuerza, todos vetados por la Casa Blanca. Abarca importantes sectores empresariales y académicos, iglesias, numerosos legisladores de los dos partidos y una creciente franja de cubanos residentes en ese país, pero su voz fue silenciada porque chocaba con la lunática visión de la hegemonía estadunidense enarbolada por aquella administración y también con los estrechos nexos de compadrazgo que unen al clan Bush con la contrarrevolución cubana de Miami, partícipe señera del fraude electoral que elevó a W. al más alto puesto gubernamental.
La promesa de Obama en campaña de levantar las restricciones a los viajes de los cubanoestaunidenses y al envío de remesas a sus familiares en la isla instaurados por Bush y la disposición expresada de hablar con Raúl Castro han levantado grandes expectativas y revitalizado el debate respecto a la conveniencia de suavización de las medidas a la isla. Raúl ha reiterado varias veces la disposición de dialogar con Washington sin precondiciones, sobre bases de igualdad y sin sombra a la soberanía de Cuba, invariable postura cubana.
En su audiencia de confirmación como secretaria de Estado, Hillary Clinton afirmó que llevaría a cabo una revisión de las relaciones bilaterales. Al informe de Lugar se suma una iniciativa presentada por el diputado demócrata William Delahunt para levantar la prohibición de viajar a Cuba a los estadunidenses en general, aún por debatir, y se acaba de aprobar en la Cámara de Diputados una enmienda al proyecto de presupuesto que derogaría las limitaciones a los viajes de los cubanoestadunidenses, aún pendiente de superar otros trámites. Llueven informes de tanques pensantes señalando las ventajas de un deshielo.
Pero no todo es miel sobre hojuelas. Ayer, el Departamento de Estado acusó sin fundamento, ni derecho, un empeoramiento de los derechos humanos durante la presidencia de Raúl Castro. La mejoría de las relaciones entre los dos países, por cierto, dependerá del respeto que muestre el imperio a la soberanía de Cuba. Qué bien si Obama lo comprende.
Margo Glantz: Una casa como yo, de Mónica Mansour
Olga Harmony: Pascua

Ricardo Rocha
El rector, Slim y la anomia
La palabreja la aprendí recientemente. Significa: “La incapacidad de la estructura gubernamental de proveer a los individuos lo necesario para lograr las metas de la sociedad”. Díganme si no parece un retrato hablado del actual momento del país.
Hoy, la crisis financiera ha derivado en una crisis económica de incalculables proporciones. Pero vivimos también una creciente crisis social derivada del desempleo, la devaluación del peso y el desaliento generalizado. Sume usted una sangrienta crisis de inseguridad que estalla día a día en nuevos y demenciales niveles de violencia. Pero a éstas hay que añadir la peor de todas: una dolorosa crisis de valores. En la que están ausentes el patriotismo y el amor a la nación. En la que se duda del valor del trabajo y de las palabras. Y en la que predominan la miopía, la negligencia, la insensatez y las frases huecas.
Baste la incontinencia verbal de los secretarios de Estado en los días recientes. En paralelo, el chismarajo de las grabaciones y revelaciones escandalosas deja chiquita a la inmensa filósofa política Celia Cruz: “Ponina y Songo le dio a Borundongo; Borundongo le dio a Bernabé; Bernabé le pegó a Muchilanga…”, y así ad infinitum. Todo para que al final se imponga nuevamente el cinismo.
¿Qué pueden esperar los ciudadanos de un gobierno así? Ahí tiene pues lo de la anomia: individuos aislados, desamparados e incomprendidos por un aparato gubernamental cada vez más insensible y distante; inermes ante los embates de las adversidades cotidianas.
Ante ese panorama desolador sería bueno repasar los discursos recientes de dos personajes sustantivos: el doctor José Narro Robles, rector de nuestra UNAM, y Carlos Slim Helú, el empresario más importante del país. En el foro convocado por el Congreso el primero ofreció la más lúcida de las visiones de conjunto sobre nuestro actual estado de cosas. Estableció que “junto con las acciones inmediatas dirigidas a paliar los efectos de la crisis, se requiere impulsar políticas de largo aliento… que ayuden a perfilar una sociedad más incluyente, con prioridades diferentes y rumbo claro”.
Llamó a flexibilizar el debate doctrinario y a romper con los dogmas para aceptar que “la mano invisible del mercado no es suficiente para la sociedad, por lo que ésta requiere de la mano visible del Estado”. Exhortó a tareas muy concretas como la rehabilitación de escuelas y hospitales y una gran cruzada para alfabetizar —una vergüenza de estos tiempos— a 6 millones de mexicanos que todavía no saben leer ni escribir. Acciones que a la vez significarían la creación oportunísima de miles de empleos.
Slim, por su parte, hizo un análisis descarnado pero inobjetable de la realidad actual y del futuro inmediato. Que por cierto le valió una andanada oficial y extraoficial despiadada.
En lugar de invitarlo, cerebralmente, a comprometerse con acciones concretas, el gobierno puso otra vez el hígado por delante y abrió otro frente contra un superdotado para generar empleos y riqueza. Que, por otra parte, también aportó propuestas específicas, como: volcarse a la economía interna; impulsar las pequeñas y medianas empresas; priorizar el empleo; eliminar las regulaciones restrictivas y evitar el uso de los combustibles como recaudación fiscal.
Pero lo sustancial es que Narro y Slim coinciden en una urgencia fundamental: la revisión de un modelo económico agotado que nos condena a la desigualdad y al decrecimiento. Que nos expone a la explosividad social. Y que no corresponde a las necesidades de las mayorías.
De eso hay que convencer a las minorías que nos gobiernan.

Salvador García Soto
Serpientes y Escaleras
IFE, ¿quién pagará los excesos?
La renovación del Consejo General no rompió la imagen de un instituto disminuido
Muy lejos del “árbitro invisible” que delineara José Woldenberg, y cada vez más cerca al árbitro polémico y errático de la elección presidencial de 2006, el Instituto Federal Electoral se mueve entre el escándalo, la indecisión y los excesos.
De su penosa actuación en el tema de las televisoras —donde dejó la percepción de una autoridad débil y sometida a los poderes de facto— a los escandalosos aumentos de sueldos en plena crisis económica, el hilo conductor es el mismo: un organismo electoral que no se recupera del desgaste que arrastra desde hace tres años.
La renovación del Consejo General, planeada y ejecutada desde el Congreso, con toda su carga de partidización, no logró romper la imagen de un IFE emproblemado y disminuido ante las presiones de los actores políticos. Los nuevos consejeros electorales, comandados por Leonardo Valdés Zurita, han profundizado el desgaste ya sea por su timorata actuación en momentos de conflicto o por un insensible y ofensivo gusto por el gasto.
El incremento salarial, autorizado a los nueve consejeros y otros directivos “de mando” del IFE, aunque después se echó para atrás, es una bofetada a millones de mexicanos que padecen los efectos de la crisis económica. Pasar de un sueldo de 174 mil pesos mensuales, ya oneroso, a casi 300 mil, justo cuando el país vive los peores efectos de la crisis mundial, es una decisión que dinamita la confianza en la institución electoral.
¿Sabrán Leonardo Valdés, Arturo Sánchez, Marco Gómez, Virgilio Andrade, Marco Baños, Macarita Elizondo, Benito Nacif, Alfredo Figueroa y Javier Guerrero —todos así, con un solo apellido— que buena parte de los mexicanos viven en la angustia de perder sus empleos, de ver reducidos sus salarios, de verse asfixiados por las deudas y la incapacidad de pago, mientras ellos se doblan el sueldo sobre la espalda de los contribuyentes? El argumento de la Junta General Ejecutiva, que encabezan Valdés y el secretario ejecutivo, Edmundo Jacobo Molina, fue que la Constitución establece el mismo nivel de responsabilidad a los ministros de la Suprema Corte y a los consejeros del IFE. Con ese simplismo, sorprenden a todo un país con un acto digno de carteristas.
Una cosa es que la Constitución diga que tienen el mismo nivel que los ministros y otra muy distinta que los consejeros elijan este momento, justo la mitad de la peor crisis, para aplicarla literalmente y autorizarse un aumento grotesco. La Constitución dice también que cada mexicano tiene consagrado su derecho al trabajo, y ayer el INEGI reportó que 370 mil trabajadores perdieron su empleo en los últimos meses y hoy hay una cifra récord de desocupados en México.
Lo peor de todo es que con su grotesca actuación, los consejeros electorales no sólo minan a la institución que representan, sino que además le dan al hartazgo ciudadano elementos para perder la confianza en las elecciones y promueven el abstencionismo. Y con eso, de paso, favorecen a un partido, el PRI.
NOTAS INDISCRETAS... “Quiero ser un secretario que no se vea, pero se sienta”, les dijo Fernando Gómez Mont a diputados unas semanas después de ser nombrado; en enero de este año se reunió con legisladores en San Lázaro. Tres meses después de su designación, el secretario de Gobernación ha logrado su primer objetivo: no se ve mucho, opera tras bambalinas y no busca los reflectores. Pero no está claro si ya logró el segundo objetivo: ¿se siente que hay responsable de la gobernación interna? Ya lo veremos con lo que pase en Chihuahua después de la reunión que ayer encabezaron en ese estado Gómez Mont y el gobernador José Reyes Baeza... Como si Nuevo León fuera “el paraíso de la seguridad”, al gobernador Natividad González Parás se le vio de lo más relajado y contento el domingo gritando olés a Pablo Hermoso en la México. Lo curioso es que todavía el martes pasado el gobernador seguía en el DF, como si no hubiera emergencia en su estado. O al menos eso indica la detención que hicieron ese día patrulleros de la SSP capitalina a los escoltas de Nati por “comportamiento sospechoso”. Los guaruras de González Parás circulaban por la ciudad con un maletín lleno de armas y al ser detenidos por los policías se identificaron sin que el asunto pasara a mayores. Una de dos, o el gobernador se siguió dos días más en la fiesta taurina o sus guaruras armados hasta los dientes se quedaron a atender otros asuntos en la ciudad... Se baten los dados. Otra serpiente.

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