8/01/2009

Y ahora me entero que se roban el petroleo.



Es la transparencia, inútil


Samuel Schmidt

Duramos más de tres meses tratando de conseguir que PEMEX nos entregara el desglose del precio de la gasolina para entender la razón por qué comprando la gasolina en Estados Unidos aquí cuesta mucho más cara.Después de muchas argucias entregaron un documento que ocultaba información, Hacienda le agrega tres IVAs al precio de la gasolina pero había algo más que no se podía conocer.
Es incomprensible la razón por la cuál después de haberse aprobado una ley que imponía la obligación de informar, una empresa paraestatal mostraba tanta renuencia a informar y es que en México las leyes avanzan más rápido que la sociedad y por supuesto, los políticos se empeñan en violar las leyes que ellos mismos promueven.Ahora estamos en la misma situación con el caso de la refinería. Ampliar la capacidad de refinación es una decisión en la dirección correcta, pero el gobierno no parece entender que siempre es más barato y menos estresante seguir la ruta de la claridad.
Pero tal vez el asunto no sea un tema de economía sino de intencionalidad política y esa con frecuencia es más conveniente ocultarla.Le tomó al gobierno muy sesudas reflexiones determinar que debían emprender un gran proyecto, aunque en la sombra tenían el caso de Atenco, un proyecto descarrilado por la mediocridad, torpeza y abuso gubernamental sobre los que se suponía desprotegidos y que terminaron levantando la voz y los machetes.La decisión para ubicar la refinería contradice las posturas de ponerla cerca de los yacimientos petroleros o de los grandes consumidores, se optó por ubicarla en el altiplano donde ya hay refinerías.
No obstante esta contradicción, el gobierno opto por politizar una decisión técnica, supongo que debido a la cercanía de las elecciones y al hecho que el gobierno recibía demasiadas malas noticias que estaban afectando su posición en las encuestas, es así como alargan innecesariamente un proceso para encimarlo riesgosamente con la elección.Habiendo perdido la elección ahora el gobierno trata de darle un nuevo uso político a la refinería tratando de atribuírsela a un estado panista, pero como el mapa político cambio en julio, ahora se le complica la vida, porque los priistas no dejarán pasar tan fácil “esa conquista”.
George Baker, experto en petróleo me pregunta que papel jugó en la decisión original el hecho que el líder del sindicato de PEMEX sea de Hidalgo, lo que podría preparar el terreno para su salida del sindicato lanzándose a la gubernatura, lo que en principio plantearía un conflicto mayor con la familia dominante en el estado. Un conflicto de esta magnitud le sirve al PAN fortaleciendo su posición en Hidalgo. De ser así este escenario no se explica la nueva decisión de tratar de ubicar la refinería en Guanajuato, a no ser que el líder del sindicato no haya influido, o para fortalecer la posición del PAN en el Bajío, región donde se registran conflictos partidistas internos y donde la hegemonía panista va en retroceso.
También es posible que todo este escándalo responda a una gran ineficiencia, a la lucha intra gubernamental y al posicionamiento de los grupos panistas hacia el 2012 cuando cambia el presidente.Hoy se habla de cambio en la dirección de PEMEX sugiriendo que la empresa será una fuente de financiamiento en la elección presidencial, porque el perfil de los candidatos es de cuadros partidistas; porque parece evidente que la corrupción no se ha eliminado y porque aumenta el riesgo de usar el petróleo para el enriquecimiento personal ante posibilidad de perder la presidencia.PEMEX no se ve como una empresa sino como un bien político.
Poco se ha aprendido de PETROBRAS o PEDEVISA, una ha avanzado tecnológicamente en áreas que PEMEX ni sueña y la otra le transfiere la riqueza a los pobres en lugar de a los ricos. Esto abre la discusión sobre el populismo.Este tipo de discusión y especulación se eliminarían simplemente con un manejo claro de los procesos, con rendición de cuentas, decisiones diáfanas y una administración transparente.El avance a la democracia camina de la mano con la rendición de cuentas. No se trata de publicar normas, de aprobar leyes aparentemente de avanzada –aunque no siempre se cumple esta norma-, sino de cambiar la forma como el gobierno decide y su reporte a la sociedad.
El gobierno que se oculta y esconde la lógica de sus decisiones se acerca a las riquezas inmediatas pero se aleja de la sociedad y afecta las posibilidades democráticas. El manejo de PEMEX esta justamente en el centro de esta disyuntiva y todo es tan sencillo como ser transparente.

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