12/03/2009

México: Tres años de entreguismo y destrucción


Gerardo Fernández Casanova (especial para ARGENPRESS.info)

“Que el fraude electoral jamás se olvide”

En contrapartida a mi artículo de la semana pasada, en que me referí a los tres años de lucha y construcción conducidos por el movimiento popular encabezado por AMLO, hoy escribo al respecto a los tres años de entreguismo y destrucción del régimen espurio, pero no a los ya transcurridos, que han sido ampliamente documentados y avalados por la terca realidad, sino a los que le quedan a la administración surgida del fraude y que, con pleno cinismo, Calderón calificó como largos y que tendrán como prioridad el combate a la pobreza: como quien dice: primero los pobres.

¡Pobres de México: preparaos! Si en los tres primeros años la prioridad fue el combate al crimen y la inseguridad, con resultado de varios miles de muertos, ya podemos adivinar la estrategia: para abatir los niveles de pobreza se eliminarán varios miles o millones de pobres. El hambre y las enfermedades son valiosos aliados para lograr el efecto buscado y, por cierto, a muy bajo costo para el erario federal. Baste considerar los efectos letales del aumento en el costo de la vida, debidamente provocados por las alzas en los impuestos, y el creciente desempleo tácticamente generado por el depredador modelo económico neoliberal, no sin agregar los avances súbitos logrados mediante la destrucción de las empresas públicas, al estilo Luz y Fuerza del Centro.

El ilegítimo ocupante de la residencia presidencial, insatisfecho ante la pertinaz obstaculización de sus proyectos modernizadores, se apresta a insistir en el afán privatizador, particularmente en materia energética, con iniciativas para demostrar la incapacidad del estado para operar y construir refinerías de petróleo o para generar y distribuir energía eléctrica. Así mismo, se empeña en desprestigiar a los sindicatos independientes (los otros están desprestigiados sin necesidad de ayuda oficial) para forzar una reforma al régimen laboral que borre cualquier vestigio de justicia en las relaciones obrero patronales.

Muchos dimos por supuesto que la derrota electoral sufrida por el PAN en los pasados comicios, colocaría a Calderón contra las cuerdas y le obligaría a moderar sus ánimos antipopulares. Craso error. En efecto, su partido perdió las elecciones, pero en cogobierno con el PRI el modelo depredador continúa vigente y revitalizado. No sólo porque son la misma cosa, sino por el hecho de colocarlo en la obligada necesidad de definirse ante la opinión pública y, particularmente, ante sus verdaderos patrones: si se oponen a la privatización quedarán exhibidos como peligrosos lopezobradoristas, con lo que hasta Peña Nieto sería calificado como un peligro para México, con todo y su rating telenovelero. De apoyar las privatizaciones propuestas, quedaría confirmada la calificación popular que los sacó de la presidencia en el año 2000. Cualquiera que sea la postura priísta ante la embestida, tendrá un alto costo electoral para el tricolor.

El talante destructivo y represivo del régimen se verá reforzado. Da cuenta de ello, de manera ejemplar, el spot propagandístico por el que una persona con ropa y figura de trabajador electricista exige a un ama de casa que le entregue $1500; ante la respuesta de que su recibo no registra adeudo, el supuesto trabajador le revira que es el pago para sostener a la empresa y al sindicato; terminado el dialogo, una voz explica que ese es el costo que implicaba para cada uno de los mexicanos la existencia de Luz y Fuerza del Centro, razón por la que se decidió su extinción. ¡Que poca madre! Habría que hacer otro spot en que apareciera un rollizo banquero exigiendo $4500 a cada mexicano, para cubrir los 450 mil millones de pesos de impuestos que los grandes consorcios dejan de pagar cada año.

¿Tendremos que seguir soportando esto por otros tres años?

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