10/19/2010

Férrea resistencia para la igualdad en participación política


Insuficientes reformas para garantizar presencia femenina

Sandra Torres Pastrana

México, DF. 18 oct. 10 (CIMAC).- Cuatro reformas al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales COFIPE, en materia de promoción de la participación política de las mujeres, han sido insuficientes para que éstas realmente ocupen un porcentaje similar al de los varones en los puestos de toma de decisión.

De acuerdo con el Instituto Federal Electoral (IFE), actualmente en materia legislativa, el COFIPE ha tenido las siguientes reformas: en septiembre de 1993, se realizó la primera reforma al artículo 175 fracción III, para que los partidos políticos promovieran una mayor participación política de las mujeres mediante su postulación a los cargos de elección popular.

Posteriormente, en noviembre de 1996, en el artículo primero fracción 22, se estableció que los partidos políticos considerarán que las candidaturas no excedan el 70 por ciento para un mismo sexo.

En abril de 2002, en los artículos 38 y 175, se garantiza que no se postulen más del 70 por ciento de personas de un mismo sexo.

Y por último, el 14 de enero del 2008 el artículo 219, estableció que de todas las solicitudes de registro, tanto de las candidaturas a diputados como senadores que presenten los partidos políticos o las coaliciones ante el IFE, deberán integrarse con al menos 40 por ciento de candidatos propietarios de un mismo sexo, procurando llegar a la paridad.

Desde hace 57 años, las mujeres encabezadas por Elvia Carrillo Puerto, Beatriz Peniche de Ponce y Raquel Dzib Cicero, primeras candidatas a diputadas al Congreso del estado de Yucatán, han dado una histórica lucha por incursionar en la política del país.

Elvia Carrillo Puerto resultó la primera mexicana electa diputada al Congreso Local por el V Distrito, el 18 de noviembre de 1923. Sin embargo, después de desempeñar su cargo por dos años renunció, debido a las amenazas de muerte que recibió.

Asimismo, se encuentran la lucha de la primera presidenta municipal, Aurora Meza Andraca, en Chilpancingo Guerrero (1938); la primera regidora, Rosa Torres, Mérida (1923); la primera diputada federal, Adela Jiménez de Palacios, Baja California Norte (1952); las primeras senadoras de la república: María Lavalle Urbina y Alicia Arellano Tapia (1964), y la primera gobernadora, Griselda Álvarez, Colima (1979).

Sin embargo, a 57 años en pleno 2010, las mujeres que resultan electas para el cargo de diputadas, renuncian para cederles su lugar a sus suplentes varones, lo que ha contribuido a que la participación política en estos espacios políticos baje.

Tal es el caso de 12 legisladoras que al inicio de la LXI legislatura de la Cámara de diputados renunciaron para dejarles su lugar a sus suplentes varones.

Durante 2008 en México, según datos del Observatorio de Igualdad de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), las mujeres sólo ocupaban el 20.8 por ciento de las diputaciones locales (237); el 4.6 por ciento de las presidencias municipales (112); el 5.8 por ciento de sindicaturas (366) y 29.5 por ciento de regidurías (4 mil 687).

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