8/17/2011

Las iglesias cristianas y la exportación de la homofobia

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Fuente: http://www.ambienteg.com

Las exportaciones de Estados Unidos a América Latina no se limitan a las cadenas de comida rápida, supermercados y tecnología. La homofobia es un común denominador de muchas creencias religiosas cristianas provenientes del vecino del norte. La iglesia católica ha estado presente en la región por 500 años, sin embargo grupos religiosos que se expandieron durante finales del siglo XIX y todo el siglo XX son los que están imponiendo visiones mucho más conservadoras que las de muchos jerarcas católicos en cuestiones como el uso de anticonceptivos, el aborto y la homosexualidad.

La iglesia católica condena “el pecado” y no al “pecador” sin embargo denominaciones cristianas creadas en Estados Unidos como los mormones, los testigos de Jehová, los bautistas, algunas iglesias pentecostales así como la mayoría de las evangélicas son mucho más enfáticas en cuanto a la negatividad de la diversidad sexual. Mientras que iglesias cristianas de origen europeo, en las últimas décadas han adoptado una actitud positiva a la aceptación de personas con orientaciones sexuales diversas tales como los metodistas de origen inglés y los luteranos de origen alemán, las iglesias provenientes de Norteamérica se niegan a aceptar a personas LGBT entre sus filas aunque ciertamente cuentan con miles de adeptos.

En México, la posición de las iglesias evangélicas y otras denominaciones protestantes se ha hecho notar cuando en el Distrito Federal se propusieron las reformas que permitirían las uniones entre personas del mismo sexo, tanto las sociedades de convivencia como los matrimonios, así como también la despenalización del aborto. Aunque no cuentan con líderes que tengan visibilidad política, son capaces de movilizar a miles de personas y, por debajo de la mesa, de negociar con tomadores de decisiones.

La iglesia católica se cuece aparte, pero no cabe duda de que es también una de las principales promotoras de la homofobia en América Latina. Por su tamaño y el número de fieles, el catolicismo romano sigue acaparando la atención de los movimientos LGBT como su opositor número uno, sin embargo el crecimiento de los adeptos a otras religiones cristianas debe ser visto como un fenómeno preocupante, principalmente en estados del sur de México tales como Chiapas, Tabasco y Campeche donde cerca del 30% de la población se identifica como no-católica. De acuerdo al último Censo de Población y Vivienda realizado por el INEGI, el 8.2% de la población pertenece a iglesias bíblicas (protestantes o evangélicas y no-evangélicas) lo que significa que casi 10 millones de mexicanos pertenecen a iglesias que en su mayoría promueven valores aún más conservadores que la iglesia católica romana, entre los que se encuentra más de un millón de Testigos de Jehová quienes no aceptan en lo absoluto la homosexualidad.

México es un país donde la libertad religiosa está protegida por la Constitución pero es importante que los valores que discriminan a las personas por su orientación sexual o su identidad de género sean eliminados de los cultos. Los países nórdicos y Canadá son un ejemplo de cómo a pesar de tener una gran cantidad de religiones, algunas de ellas extremadamente conservadoras, han logrado mantener una vida política y social laica y de avanzada. Por otro lado, Estados Unidos sigue teniendo una gran influencia de las diferentes religiones de origen bíblico y con base en ellas se dan donaciones millonarias a iglesias en otros países, a organizaciones basadas en la fe y a movimientos radicales como aquellos que han logrado que en África no se haya podido despenalizar la homosexualidad en casi ningún país del continente.

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