8/18/2011

Mujeres jóvenes, sin opciones de desarrollo


ENTREVISTA

Primera de dos partes

Riesgo de “catástrofe social”: experta


Por Anayeli García Martínez

México, DF, 17 ago 11 (CIMAC).- Ser mujer y además joven en un país que no ofrece oportunidades de educación y empleo, es una combinación explosiva que en poco tiempo puede reventar en una “catástrofe social” de grandes dimensiones, alertó la doctora en sociología Brígida García Guzmán.

En entrevista con Cimacnoticias, la investigadora del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales de El Colegio de México (Colmex), advirtió que los altos índices de inseguridad, crimen organizado y pobreza prevalecientes en nuestro país integran “el escenario perfecto para una catástrofe social”, por lo que consideró urgente que el Estado ofrezca alternativas de desarrollo, en especial para las y los jóvenes.

La académica recalcó que México debe ofrecer oportunidades de educación y empleo para los 29.7 millones de mujeres y hombres jóvenes que hay en el país y que representan la cuarta parte de la población total.

Brígida García aseguró que la pobreza afecta de manera particular a este grupo de edad, lo que genera efectos negativos considerables en el desarrollo de la economía nacional.

MÁS MUJERES Y CADA VEZ MÁS VULNERABLES

Según el Censo de Población y Vivienda 2010, de la población total entre 15 y 29 años de edad 15 millones 167 mil 260 son mujeres, mientras que 14 millones 539 mil 300 son varones.

De la población ocupada al segundo trimestre de 2010, 54.4 por ciento, es decir 16 millones, está en el rango de entre 15 y 29 años de edad. De ese total, cerca del 40 por ciento (más de seis millones) son mujeres.

La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE-Inegi), del trimestre de abril a junio de 2011, indica que la tasa de desocupación a nivel nacional aumentó 0.23 puntos porcentuales con relación a la del trimestre anterior (enero a marzo), ya que pasó de 5.22 a 5.45.

Al observar estos datos por sexo se nota que el desempleo en los hombres creció 0.05 puntos porcentuales, mientras que en las mujeres se disparó en 0.52 puntos porcentuales. Es decir las mujeres son las más afectadas por la falta de un empleo, aseguró la investigadora de El Colmex.

Para colmo, las oportunidades laborales para las mujeres jóvenes se reducen. En un estudio reciente, el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) señaló que en México las y los jóvenes tienen hasta “tres veces menos” probabilidades de conseguir un empleo.

MÉXICO: JOVEN Y POBRE

El Censo 2010 reveló que México es un país de jóvenes con una edad promedio entre 26 y 27 años, esto debido a la reducción de los nacimientos. En 1970 una mujer llegaba a tener hasta siete hijos, hoy el promedio es de dos, explicó García Guzmán.

De acuerdo con los datos del Censo, en el país residen 29.7 millones de jóvenes (de 15 a 29 años). De estos jóvenes, 37.1 por ciento tienen de 15 a 19 años; 33.3 por ciento, de 20 a 24; y 29.6 por ciento, de 25 a 29 años.

Es esta población la más proclive a la pobreza y a la falta de acceso a servicios de salud, educación y trabajo estable. Según cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) hasta 2010, ocho de cada 10 mexicanas y mexicanos no tenían cubierta alguna de esas necesidades.

Este contexto, aunado a la desigualdad social y a problemas sociales como delincuencia organizada, violencia e impunidad en el castigo y sanción a los delitos, supone un panorama poco alentador para la juventud mexicana, subrayó la académica especializada en género.

TENSIÓN SOCIAL

En 1997 el Consejo Nacional de Población (Conapo) señalaba que una de las necesidades más apremiantes para toda la economía era la creación de empleos productivos con salarios suficientes para proveer un nivel de vida digno y adecuado. A 14 años de distancia el reto parece ser el mismo.

En ese entonces, Conapo también señaló que en cada uno de los próximos 13 años (hasta 2010) ingresarían al mercado de trabajo alrededor de un millón de mexicanas y mexicanos más, y proyectó que de no generarse los empleos correspondientes, México se vería sometido a una mayor tensión social de la que ya se vivía en 1997.

Para la autora de “Las familias en el México metropolitano: visiones femeninas y masculinas”, se debe atender a la población joven, en especial el Estado tiene la obligación de garantizarles educación media superior y superior, y empleos una vez que salen de las universidades.

No cumplir con estas demandas –remarcó García Guzmán– podría generar un descontento social de gran magnitud y generar movimientos sociales como los de Chile contra la privatización de la educación; de España, contra la política económica y en favor de la democracia; o de Inglaterra, contra la crisis.

“Todos enmarcados en contextos de desigualdad”, apuntó la experta, quien también afirmó que las y los jóvenes pueden tener cubierta sus necesidades de alimentación, vestido y vivienda, y no ser considerados pobres, no obstante esa población enfrenta la falta de trabajo una vez que termina de estudiar.

En opinión de Brígida García, es lamentable que México cuente con jóvenes calificados sin oportunidad de entrar en el mercado laboral. “No estamos ofreciendo como nación, y como sociedad, suficientes alternativas a la gente joven”, reiteró.

Abundó que es previsible que la pobreza de las y los jóvenes se agrave cuando lleguen a la edad adulta. “El círculo de la pobreza no se rompe”, insistió.

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