2/16/2016

Los periodistas pal café. . . .



Es un poco extraño que el papa Francisco, por conducto de su vocero, Federico Lombardi, se considere particularmente presionado para que reciba a familiares de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa. Según dicho portavoz, el pontífice no quiere hacer diferencias y atender sólo uno de los expedientes del horror mexicano, de tal manera que prefiere englobar lo sucedido en Iguala en el marco de similitudes terribles que guardan muchísimos casos más de tragedias violentas; ha de entenderse que incluso las derivadas de delitos que no tienen relación con el crimen organizado o con abusos gubernamentales.
La extrañeza del Papa es extraña. La tragedia de los 43 sintetiza y simboliza la incapacidad de un Estado para cumplir con sus obligaciones básicas de garantizar seguridad pública y de procurar e impartir justicia o, visto de otra manera, también exhibe la capacidad de ese mismo Estado para permitir el actuar impune en el fondo (aunque haya operadores materiales que han sido detenidos) de bandos que entremezclan la política y el crimen organizado desde la base hasta la punta de la pirámide del poder mexicano.
Más extraña resulta esa extrañeza papal si se toma en cuenta que el gobierno federal ha mantenido una abierta reticencia a que Francisco toque el tema de los 43 o reciba a los familiares que se mantienen en demanda de verdad y justicia. El Papa que envió a su nuncio apostólico en México a realizar una misa con los normalistas en Ayotzinapa y a decir que él, Francisco, estaba con ellos, ahora no sólo se niega a atender el más grave caso de impunidad de la narcopolítica gobernante, sino que incluso colabora a su estigmatización al denunciar por la vía de su vocero Lombardi que presionan para decirle lo que tiene que hacer.
La concordancia de Francisco con la postura de Peña Nieto en cuanto a no dar relevancia en esta gira al tema de los 43 no ayuda a combatir de fondo las desigualdades e injusticias que en sus discursos religiosos ha venido pronunciando. Secuestrado políticamente por el aparato oficial, presto para atender a las élites y mostrarse junto a ellas, Francisco debería ser presionado por sí mismo (en congruencia con lo que en otras ocasiones y contextos ha parecido ser el talante de un Papa distinto, incluso con toques de rebeldía) para ayudar a que el caso Ayotzinapa no sea sepultado en el mar muerto de la burocracia procesal, el entrampamiento jurídico, e incluso la guerra propagandística sucia contra el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI).
Y cuando despierten, luego de seis días de sacro bombardeo mediático, los mexicanos estarán peor. Los complejos problemas económicos del país (el precio del petróleo en picada y el dólar a la alza), la violencia brutal asociada al predominio de los cárteles del crimen sobre las estructuras gubernamentales (el más reciente caso, Topo Chico), los bamboleos en la cúpula federal que dan muestra de imprecisión en el rumbo (la salida de Emilio Lozoya de Pemex y su relevo a cargo del concuño de Carlos Salinas de Gortari) y los inminentes recortes presupuestales del virrey Videgaray, que conllevarán mayor insatisfacción social, son algunos de los aspectos de máximo interés público que quedarán en la agenda real tras el paso de Francisco por México.
Esos y otros temas importantes han sido desplazados del interés periodístico para centrar arrolladoramente la visión de los principales medios de comunicación en la gira pontificia. Por ejemplo, Televisa y Televisión Azteca han concedido muchas horas de su transmisión al minucioso relato de las actividades del visitante argentino, con comentarios y aportes anecdóticos de parte de sus principales conductores noticiosos, sin asomo crítico alguno, equilibrio informativo o esfuerzo de profundidad analítica. Radio María en cadenas nacionales de televisión abierta.
En el acribillamiento de lo que quedara de laicidad en el Estado mexicano, algunas televisoras gubernamentales también entregaron sus frecuencias a la glorificación del jefe católico y a la difusión completa de algunos de sus actos litúrgicos. Desde luego, la Mexiquense, convertido este toponímico en santo y seña de la nueva alianza entre el Vaticano y Atlacomulco. También la capitalina, Capital 21, puso su tiempo a disposición de la Iglesia mayoritaria, como parte del esfuerzo de Miguel Ángel Mancera por ganar bonos en la temprana lucha sucesoria presidencial.
En el contexto de ese caer televisivo de rodillas ha destacado el esfuerzo hecho en canal Once (televisión del Estado mexicano, dirigida por Jimena Saldaña) por ofrecer una cobertura papal con un sentido más noticioso y con un expreso intento de mantener algo del espíritu laico, con Javier Solórzano y Adriana Pérez Cañedo como principales informadores. En especial, han sido refrescantes las mesas de análisis en las que han participado, entre otros, Bernardo Barranco, Ricardo Raphael y Enrique Dussel.
Cuando pase el ensueño mediático y religioso, la misma clase política y empresarial que ha sido financista y anfitriona de este viaje continuará con la tarea de demolición de lo que quede de políticas de beneficio popular, amparando ese torbellino de capitalismo salvaje con el argumento cierto pero no definitorio de la gran crisis económica mundial. Y, sin embargo, dicha élite, siempre beneficiada, habrá adquirido en estos seis días papales una suerte de tregua o de exoneración pública de sus pecados políticos, económicos y sociales. Los discursos de Francisco en México serán analizados y vueltos a analizar casi como una propuesta angelical de recomposición del país por medio de la fe, con políticos, clero y empresarios muy aplicados a tareas de exégesis mientras el país arde.
Y, mientras ha sido acordada la realización de un nuevo peritaje oficial sobre el presunto incendio en el basurero de Cocula, aunque falta que expertos y autoridades
fijen los términos (tiempos, participantes, entre otros), ¡hasta mañana!
Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx



Según el Evangelio, Jesús contestó a quienes lo criticaban por reunirse a comer con los publicanos de su tiempo: No he venido a llamar a justos, sino a pecadores. Eso explicaría, en parte, lo poco selectivo que ha sido el papa Francisco. Ayer estuvo en Chiapas, hizo un llamado a pedir perdón por las injusticias que siguen sufriendo los indígenas, pero esto lo hicieron antes algunos políticos mexicanos, señaladamente el presidente López Portillo en su toma de posesión. Francisco estará mañana en Ciudad Juárez. Tiene un mensaje para los migrantes, pero también se reunirá con los miembros del Consejo Coordinador Empresarial, de acuerdo con los planes del presidente de éste, Juan Pablo Castañón. Esa organización, integrada por cámaras y asociaciones patronales, es la que se ha opuesto, y sigue haciéndolo, a un aumento sustancial al salario mínimo. Agrupa los monopolios de las telecomunicaciones, el pan y la tortilla. También a los bancos. No es criticable que el Papa se deje apapachar por el uno por ciento de los mexicanos que detentan 70 por ciento de la riqueza del país. Sin embargo, sí es cuestionable que siga negando un saludo a las madres y padres de Ayotzinapa.
Buscan un acuerdo
FotoAlgunos países, como México, no han hecho otra cosa más que lamentarse… y meterle tijera al presupuesto. Pero otros se mueven en dirección a estabilizar el precio del petróleo. ¿Volver a 100 dólares el barril? No tanto, pero tampoco a 20, porque, aunque beneficia a los automovilistas, conlleva la quiebra de la industria, incluso de los bancos que los financian. Los precios subieron 2 por ciento ayer, tras la noticia de que el ministro de Arabia Saudita se reunirá hoy con sus homólogos de Rusia, Qatar y Venezuela, en Doha, capital de Qatar, de acuerdo con una fuente bien informada. La reunión sería la señal más reciente de los esfuerzos por frenar la sobreproducción de crudo. Simplemente, no hay dónde ni cómo guardarlo.
El creador del Puerto de Liverpool
Maximino Michel Suberville, presidente honorario de Grupo Liverpool, falleció el viernes pasado en la ciudad de México a los 83 años. Con estudios superiores en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) y Harvard University, el empresario fue pieza clave para el crecimiento de la cadena, pues la conocía desde sus cimientos, ya que empezó a trabajar en ella en 1954, cuando tenía 22 años. Se puede decir que deja la compañía siendo la tercera emisora de tarjetas de crédito en el país y vendiendo más que Sears, Suburbia y El Palacio de Hierro juntos. También fue socio de Femsa, la regiomontana que opera las tiendas Oxxo, y es el embotellador privado más grande de Coca-Cola. En 2013 la revista Forbes colocó a Max Michel en su lista de multimillonarios, con una riqueza mayor a mil 400 millones de dólares.
@VoxPopuli



El motín en el penal de Topo Chico, en Monterrey, Nuevo León, no destapa una cloaca: es el monstruo que asoma por la cañería, resultado de un sistema penitenciario y social obsoleto, inhumano, un tema al que pocos dirigen la mirada. La ignorancia e indiferencia de todos y la concepción de castigo no permiten que nos demos cuenta de que entre esas paredes hay personas que pudieron ser rescatas antes de cometer un crimen por un Estado que, también, decidió mirar hacia otro lado.
En Aguascalientes la autoridad presume de tener uno de los mejores sistemas penitenciarios del país. Sustentan la presunción frases como la sobrepoblación no alcanza los niveles alarmantes que hay en otros centros (quieren decir que hay sobrepoblación: en módulos destinados a siete o 10 internos, 15 no les parecen tanto). Golpes, robos y vejaciones son algunos de los hechos que ocurren en los centros de reinserción social, como resultado del hacinamiento. Son abusos cometidos entre internos y, por custodios contra internos, a lo que se suma el repudio y el abandono de la sociedad.




Cuando decimos Ciudad de México, no olvidemos que aquí hay mucho más que calles y edificios. El verde de la naturaleza ocupa poco más de 50 por ciento de su territorio; se traduce en agua y oxígeno, en vida para los habitantes de esta capital. Es un legado que tenemos la obligación de preservar.
En las delegaciones Cuajimalpa, Álvaro Obregón, La Magdalena Contreras, Tlalpan, Xochimilco, Milpa Alta y Tláhuac entre bosques y cuerpos de agua hay numerosos pueblos originarios. Tienen una larga historia y una importante cocina. Estuvieron presentes en el encuentro Sabores de origen, apoyado por la Secretaría de Desarrollo Rural y Apoyo a las Comunidades; los estudiantes de la licenciatura en turismo del Instituto Politécnico Nacional pusieron conocimientos y entusiasmo. Tuvo lugar en el Museo Nacional de Culturas Populares.





La renuncia de Esperanza Aguirre a la presidencia de la rama madrileña del Partido Popular (PP, aún en el gobierno español) marca una nueva sima en el proceso de descomposición de esa formación política, que sigue siendo la más votada del país y lleva años debatiéndose en las averiguaciones y los procesos penales contra decenas de ex funcionarios corruptos surgidos de sus filas.

Pesar por la muerte de Melina Nájera Piedra
Con el corazón destrozado por la tristeza escribimos estas líneas. Falleció Melina Nájera Piedra, a quien conocimos cuando aún era una niña, hija de nuestra querida compañera Celia Piedra y del profesor Jacob Nájera, desaparecido en 1974.

Vuestros pueblos han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad, dice el Papa a los indígenas de Chiapas. Ante un imponente escenario lleno de color de los pueblos indígenas, el pontífice emitió un mensaje profundo y tuvo, al mismo tiempo, la sensibilidad de escuchar sus palabras en diferentes lenguas. Francisco convivió con pueblos indígenas y gente sencilla. Hubo momentos muy emotivos, y por primera vez en esta gira, los poderosos y pudientes no acapararon los lugares de privilegio para ver al Papa. Francisco habló a los pobres y a los sectores más maltratados de nuestro país. Bergoglio comió con representantes de diversos grupos indígenas y después visitó y oró ante la tumba de Samuel Ruiz, el Tatic. Gesto relevante ante presiones del gobierno para que no efectuara el acto; por ello, Francisco optó por hacerlo de manera discreta y sobria. El Papa se detuvo frente al sepulcro de Ruiz, defensor de los derechos de los indígenas, y colocó un arreglo floral. El solo hecho de haber estado ahí tiene repercusiones trascendentes, tanto en la cultura política como en la religiosa, por tratarse de un actor religioso tan denostado por la clase política, los gobiernos de Salinas y de Zedillo, así como por la jerarquía católica encabezada por los cardenales Juan Sandoval y Norberto Rivera. Cómo olvidar los ácidos señalamientos de analistas que hoy se llenan la boca de elogios hacia Tatic. Como a monseñor Óscar Romero, en El Salvador, Samuel Ruiz espera, a cinco años de su muerte, una profunda resignificación.

Huele a azufre. Esta frase probablemente apareció en la mente del Papa cuando descendió de la aeronave que lo llevó a la Ciudad de México. Casi al unísono, decenas, quizás cientos de ángeles y arcángeles salieron volando sigilosamente por encima de él huyendo de las ceremonias y los protocolos convertidos en espectáculo. Si en alguna parte del planeta retumban juntos el grito de la Tierra y el grito de los pobres, los dos reclamos que el papa Francisco ha instituido como los dos retos principales que la Iglesia debe atender, eso es en México. Y eso lo enfrenta inexorablemente con las élites políticas, económicas y eclesiásticas que han convertido al país en un infierno. Ahí están las cifras de la tragedia reverberando la visita: 164 mil asesinados, 27 mil desaparecidos, decenas de periodistas amenazados o eliminados, 9 millones de jóvenes sin trabajo ni escuela.

Este 16 de febrero se cumplen 20 años de que el gobierno mexicano firmó con los representantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) una serie de acuerdos que sentaban las bases para el reconocimiento de la autonomía indígena. Los Acuerdos de San Andrés sobre Derechos y Cultura Indígena fueron el producto de un ejercicio democrático sin precedente en la historia política de México, pues la comandancia zapatista convocó a representantes de la sociedad civil a participar en cinco mesas de trabajo en las que se discutieron los términos de dichos acuerdos bajo los temas de derechos y cultura indígena, democracia y justicia, bienestar y desarrollo, conciliación en Chiapas y derechos de la mujer en Chiapas. Yo tuve el privilegio de participar en representación del Grupo de Mujeres de San Cristóbal en la mesa de derechos de la mujer y fui testigo de la manera en que las mujeres zapatistas crearon espacios para las voces de las indígenas de todo el país y pugnaron para que sus derechos específicos se incluyeran en los derechos autonómicos de los pueblos.

Cualquiera puede ver que quienes toman las decisiones sobre los asuntos de la economía afectan, de mil modos distintos, a todo mundo. Por eso importa, más allá del círculo absolutamente heterogéneo de los economistas, qué pasa con su formación académica. Pues a estas alturas, puede suponerse que (casi) todo mundo entiende o supone que hay de economistas a economistas.

Desde hace más de cinco siglos, la Iglesia católica latinoamericana y la lucha indígena caminan de la mano. En la guerra de exterminio contra los pueblos indios el catolicismo ha sido simultáneamente instrumento de dominación y espacio de resistencia. La visita del papa Francisco a San Cristóbal de Las Casas está inscrita en esta compleja dialéctica.

Ala mitad del año 1965, Camilo Torres lanzó en Bogotá el periódico Frente Unido, vocero de una nueva organización, el Frente Unido del Pueblo. Desde un principio, el Frente Unido se declaró ajeno a la participación electoral en el sistema político oligárquico existente en Colombia y anunció su propósito de organizar a los campesinos, los trabajadores y el pueblo pobre y oprimido. En la primera edición, el 26 de agosto de 1965, apareció un Mensaje a los cristianos de Camilo Torres, primero de una serie de mensajes donde fue delineando y explicando sus ideas, sus razones y sus objetivos.

Hasta ayer, cuarto día de su visita a México, el papa Francisco no se había expresado en torno a los delitos sexuales perpetrados y encubiertos de manera contumaz por sacerdotes y dignatarios de la Iglesia católica mexicana. No había pronunciado tampoco un mensaje concreto de solidaridad con las víctimas de las violaciones sistemáticas a los derechos humanos cometidas por los poderes públicos en todos sus niveles, en especial las desapariciones forzadas, de las que son emblemáticas las que sufrieron 43 estudiantes de Ayotzinapa y que hasta la fecha el gobierno federal no ha querido esclarecer. El pontífice no ha tenido palabras de condena inequívoca a los feminicidios ni a la indiferencia frente a ellos de las autoridades. En cambio, en lo que va del viaje, Francisco ha hablado fuerte y claro en contra de la corrupción y la avaricia de los gobernantes y empresarios y su relación inocultable con la inseguridad y la violencia que padece el país, ha emitido frases de repudio a la frivolidad, la insensibilidad y la arrogancia del alto clero católico y ayer, en San Cristóbal de las Casas, se manifestó en contra de la opresión, la marginación y la explotación de que son víctimas los pueblos indígenas.

Siento decepcionar a algunos lectores, pero el título de este artículo no se refiere para nada a la actual visita del Papa a México, aunque debo confesar que el caos vial que provocó en la capital me permitió quedarme en casa enclaustrado el fin de semana y sorprenderme cada día más con el anuncio de lo que parece ser el primer registro directo de las ondas gravitacionales.

Después de un intento de formulación académica que no pudo efectuarse por falta de quórum, situación explicable en parte debido a la actual tendencia a las hiperespecializaciones que se procuran prácticamente en todos los ámbitos, sostuve una conversación con tres jóvenes, dos de humanidades y otro de la Facultad de Ciencias.

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