12/01/2016

Los periodistas pal café. . . .



Nada positivamente relevante ha hecho Enrique Peña Nieto en sus primeros cuatro años en Los Pinos. Rey Midas al revés, ha devaluado y descompuesto todo cuanto ha tocado (incluso aquello que, según sus cálculos, llegaría a constituir sus mejores referencias, como las tales reformas estratégicas). Con un tercio de su periodo de gobierno aún por cumplir, pareciera un político en las últimas, devastado en las encuestas de opinión, entrampado en temas de corrupción, impunidad e impericia, reprobado por instancias internacionales que aún a finales de 2014 creían ver en el mexiquense a un salvador de México y a su administración como creadora de un muy cacareado Mexico moment.
Resultaría masoquista elaborar al inicio del mes navideño una lista detallada de los fracasos y errores de la administración de Peña Nieto, quien ha tenido la congruente habilidad de hacerse acompañar de personajes de similar catadura negativa en el gabinete federal, con predominio (pensamiento político aldeano, de mafiosidad paisana) de funcionarios provenientes del estado de México y una marcada proclividad generalizada a aprovechar el erario para beneficios económicos particulares.
Hay, sin embargo, episodios que marcan negativamente el paso del Orgullo de Atlacomulco por la silla presidencial. El que empezó su declive fue Iguala, con la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa y una inicial negativa federal de enterarse de ese hecho terrible, pretendiendo endilgar responsabilidades, y encapsularlas allí, en los ámbitos estatales (con el perredista Ángel Aguirre Rivero como gobernador expiatorio) y municipales (con el también perredista José Luis Abarca como presidente municipal expiatorio). Peña Nieto siempre será recordado por la muy significativa reticencia para esclarecer esos hechos y por mantener el ámbito militar a salvo de indagaciones reales, como si el caso de los 43 entrañara secretos, complicidades o circunstancias que una razón de Estado o una razón de narcopolítica obligara a silenciar.
La Casa Blanca de las Lomas de Chapultepec constituyó, a su vez, la máxima demostración, documentada, del aprovechamiento de los cargos públicos para beneficios personales o familiares. La irrefutable evidencia de conflictos de intereses y tráfico de influencias no fue lo único grave, pues también resultó grotesco el proceso de control de daños que intentó Los Pinos, utilizando a un patiño, Virgilio Andrade, como lavador de imagen desde la Secretaría de la Función Pública, y terminando con una desastrosa petición pública de perdón por parte de Peña Nieto, a cuenta de las erróneas percepciones que hubiera generado el citado episodio inmobiliario-gubernamental.
Siempre recordable será, también, la fuga de Joaquín Guzmán Loera, apodado El Chapo, mientras el mexiquense y buena parte de su grupo central volaban a Francia. La corrupción generalizada de los órganos policiacos, de inteligencia y de gobernación quedó de manifiesto en las chapoaventuras tuneleras, con todo y que posteriormente fue reaprehendido el capo sinaloense y el gobierno federal festejó tal hecho como si fuera una victoria olímpica. En fechas recientes, las conciencias nacionales se cubrieron de oprobio con la alfombra roja tendida en Los Pinos para recibir al grandísimo ofensor de México, Donald Trump, a quien se ayudó escénicamente en momentos críticos, al permitirle usar a nuestro país y a su dirigente formal, EPN, como piezas manejables a su favor.
No parece, sin embargo, que la crisis nacional haya tocado fondo. Peña Nieto está empecinado en dar más poder a los militares (Ejército y Marina) y con ello tender un blindaje armado ante las previsibles turbulencias sociales que generarán los factores internos, como el recorte presupuestal 2017, y externos (la devolución trumpista de mexicanos sin estancia legal en Estados Unidos, además de las restricciones y renegociaciones en materia de comercio con ese país). Y, desde luego, la sucesión presidencial convoca a las élites a cerrar filas para impedir sobresaltos partidistas. Lo peor del peñismo puede estar en camino.
En Veracruz, la devastación institucional practicada salvajemente por un priísta, Javier Duarte de Ochoa, tendrá a partir de hoy un nuevo operador, el panista Miguel Ángel Yunes Linares, cuyo historial de apropiación de la riqueza pública, negocios privados y clientelismo electoral es parecido al del mencionado Duarte. El papá Yunes llega a la minigubernatura de Veracruz para desarrollar un espectáculo justiciero contra el antecesor JDO e ir preparando, en términos económicos y políticos, el camino para alguno de sus hijos cuando toque pelear la gubernatura de seis años.
En Oaxaca también hay espectáculo de ilusionismo: Alejandro Murat, hijo de uno de los gobernadores priístas que han hundido a la entidad, José Murat, toma el poder y se lanza contra el antecesor, Gabino Cué, quien ciertamente ejerció el mando de manera reprobable. Ha dicho el joven Murat que recibe un estado en condiciones de colapso, de catástrofe y, para actuar en consecuencia, decidió no realizar fiestas de celebración al instalarse en el gobierno oaxaqueño. Aquí, como en Veracruz, lo importante no será solamente lanzar acusaciones contra los políticos precedentes, sino documentar plenamente los hechos delictivos, presentar las denuncias correspondientes y presionar para que haya castigo.
De otra manera, Yunes y Murat, como El Bronco en Nuevo León, solamente harían alharaca efectista e irían dosificando el enojo popular hasta que, a la hora de sus respectivos relevos, se descubra que ellos cometieron similares saqueos y negocios, en una espiral de corrupción hasta ahora irrefrenable, tanto en quienes cumplen cuatro años en el poder federal como en quienes ahora lo dejan desde planos estatales (habiendo sido esperanzas de cambio) y quienes, con sus biografías como tempranos testigos de cargo, llegan (ya sin generar esperanza) a las gubernaturas. ¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx  
  

Enrique Galván Ochoa: Dinero
FotoUna noticia buena: los países productores de petróleo agrupados en la OPEP acordaron en Viena el primer recorte a la producción desde el año 2008. Es de 1.2 millones de barriles diarios. La producción mundial estimada para este año será de 96 millones; el ajuste no es espectacular, pero aun así el precio se disparó inmediatamente. El de Pemex se ubicó en $40.94. El acuerdo tendría que ser digno de celebrarse. Sin embargo, hay una mala noticia: repercutirá negativamente en el bolsillo de los automovilistas mexicanos, ya que el próximo mes será liberado el precio de la gasolina y costará más con un petróleo más caro. Algunos analistas prevén que la Magna alcanzará hasta 15.30 y 16.50 la Premium.
Defendiendo al minipeso
¿Saben quiénes están librando una batalla en favor del peso? Los trabajadores. Sus ahorros en las Afores son utilizados para comprar Cetes y otros bonos gubernamentales. De ese modo se equilibra, en alguna medida, la salida de capitales extranjeros. Noviembre fue el peor mes del año para nuestra moneda. Ayer el dólar volvió a cotizarse arriba de 21 pesos. La firma japonesa Nomura dijo ayer a Reuters que la ola de venta de bonos denominados en pesos mexicanos podría acelerarse si el próximo gobierno de Estados Unidos implementa políticas comerciales proteccionistas. La casa de análisis japonesa apuntó en una nota a clientes que los datos muestran que fondos extranjeros han estado vendiendo papeles en moneda local desde la inesperada victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales del 8 de noviembre. Aunque participantes locales, como fondos de pensiones, están adquiriendo deuda doméstica a largo plazo, probablemente no podrán mantener el ritmo de los inversores extranjeros, que tienen casi cuatro veces más bonos en pesos, dijo Nomura.
La deuda gubernamental
El presidente Zedillo heredó a Vicente Fox una deuda pública menor a un billón de pesos. De acuerdo con un reporte que emitió ayer Hacienda, al mes de octubre anterior ya es de 9 billones 66 mil millones. Para las personas a quienes gusta llevar la estadística, el dato es interesante: en octubre de 2016 la deuda rebasó 9 billones. Vicente Fox y Felipe Calderón la hicieron crecer. Peña Nieto la recibió en 5 billones aproximadamente, es decir, le ha sumado un billón cada año. Haciendo un desglose, la deuda interna es de 5.8 billones y la externa de 3.2. Inexorablemente, el próximo presidente de la República recibirá la factura en 10 billones de pesos. Y ya sin petróleo ni gas. A ver si no se les ocurre pagar con las penínsulas: Baja California o Yucatán. Dato curioso: a ningún presidente se la ha ocurrido auditar la cuenta.
Murió el creador de la Big Mac
Michael Jim Delligatti, creador de la Big Mac, ha muerto. Tenía 98 años. La portavoz de McDonald, Kerry Ford, confirmó la noticia de la pérdida del inventor de su hamburguesa estrella desde hace 50 años. Delligatti tenía su franquicia en Uniontown, Pensilvania, cuando inventó la emblemática hamburguesa con dos raciones de carne, salsa especial, lechuga, queso, pepinos y cebollas en un pan con semillas de sésamo. Por cierto, la revista The Economist tomó el nombre de Big Mac para un popular método para calcular el poder de compra –y la devaluación– de las monedas del mundo.

Carlos Fernández-Vega: México SA
Repetitivo hasta el fastidio, el discurso de la Secretaría de Hacienda (el de Meade y su séquito, que es el mismo de Videgaray, con un agregado femenino) una vez más se confronta con la realidad, y ésta, como siempre, resulta no sólo cruel, sino ganadora, con todo y que Trump apenas aceita la escopeta.
Hasta la coronilla están los mexicanos de escuchar a los apanicados genios de Hacienda repetir aquello de los fundamentos macroeconómicos sólidos, la deuda relativamente baja, las robustas reservas internacionales complementadas por la línea de crédito del FMI, el paquete económico responsable y tantas otras muletillas que no convencen a nadie, comenzando por la realidad. Todo perfecto, cacarea la versión oficial, mientras los habitantes de esta República de discursos ya no sienten lo duro sino lo tupido.
El horno no está para bollos, pero a los panaderos gubernamentales no les importa, mientras la inercia es lo que caracteriza a la economía nacional, como bien lo apunta el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), quien advierte que el marco mundial es de tiempos líquidos y México no puede volver a esperar los estímulos externos para tomar el rumbo de su propio destino. De su más reciente análisis se toman los siguientes pasajes. Va, pues.
El crecimiento económico de México mantiene los resultados de la inercia de los últimos años. El producto interno bruto (PIB) del tercer trimestre de 2016 reportó un incremento de 2 por ciento, conlo que el acumulado en lo que va del año fue de 2.3 por ciento. Este resultado es inferior al registro alcanzado durante el mismo periodo del año anterior, cuando fue de 2.4 en la tasa anual y de 2.6 en el acumulado. Con ello se restringe la posibilidad de alcanzar la expectativa máxima de crecimiento para el cierre del año de 2.6 por ciento, fijada por la Secretaría de Hacienda.
El escenario de crecimiento económico del país se da en un contexto donde el sector externo ha debilitado su desempeño, reduciendo significativamente las exportaciones: una caída de 4.4 por ciento durante octubre del presente año frente al mismo mes del año anterior y una dismi nución acumulada anual de 3.8 por ciento entre enero y octubre de 2016; cuando lo delicado es que esta disminución corresponde al sector de exportaciones no petroleras que muestra una variación negativa acumulada de 2.4 por ciento en el mismo periodo, donde las manufacturas presentaron una caída de 2.9, la industria automotriz de 3.1 y el resto no automotriz de 2.7. Con lo cual el sector externo no ha sido una alternativa de mayor crecimiento para el país.
En el contexto interno, si bien el Indicador mensual del consumo privado en el mercado interior muestra resultados favorables, con una variación anual acumulada de 3.5 por ciento entre enero y agosto del presente año, se ha dado un escaso avance en términos de inversión con un acumulado en el mismo periodo de 0.1 por ciento anual, donde el sector de la construcción mostró un retroceso de menos 0.1 por ciento, mientras que maquinaria y equipo sólo se incrementó 0.4.
A partir de lo anterior, aunado al escenario de volatilidad e incertidumbre internacional que ha implicado una devaluación de la moneda mexicana, así como la decisión de incrementar la tasa de interés de referencia por el Banco de México, se tiene una menor perspectiva de crecimiento para el siguiente año derivado del menor gasto gubernamental presupuestado para el siguiente año, así como la amenaza que representa la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
En este sentido, el contexto económico se complica y limita las posibilidades de que en 2017 se logre romper la inercia de crecimiento de más de tres décadas de estancamiento económico, con tasas de crecimiento que no superan el promedio de 2.5 por ciento.
México necesita definir un proyecto nacional propio de desarrollo. El resultado de las elecciones presidenciales de Estados Unidos ha dado un ultimátum a los acuerdos como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), al Tratado de Asociación Transpacífico (ATP) y el Tratado Trasatlántico de Comercio e Inversiones. Esto obliga a México a tomar decisiones rápidas y aprovechar oportunidades para desarrollar políticas a favor de su mercado interno para generar procesos de valor que pueda aportar en esta coyuntura económica.

La Jornada Zacatecas: De nuestras Jornadas
México todo y Zacatecas en particular necesitan un cambio. La tortura, dice el relator de la Organización de Naciones Unidas, es práctica generalizada. Cuando la corrupción gubernamental es puesta en evidencia, el gobierno restringe la libertad de expresión y el derecho a la información. Petróleos Mexicanos decae. Los legisladores federales aprueban un fondo para asegurar los moches y los estatales atracan al erario con las herramientas legislativas. La epidemia de corrupción de los gobernadores no está siendo contenida debido a que la Procuraduría General de la República sólo actúa en los casos que autoriza el Presidente, y para colmo, hace unos días, el Partido Revolucionario Institucional emitió un mensaje ominoso proponiendo empoderar más a las fuerzas armadas.
Necesitamos regenerar el tejido social dañado y las instituciones capturadas por delincuentes. Las preguntas de muchos son: ¿cómo? ¿Por cuál camino? ¿La vía electoral todavía es viable? ¿Plantones y marchas masivas? ¿Huelga general? ¿Las armas? Sólo se aferran a conservar las cosas como están las minorías que se han beneficiado de esta situación. 

 


El alcalde de Los Ángeles, el demócrata Eric Garcetti, informó en la Ciudad de México que próximamente 60 mil personas obtendrían la residencia legal en esa urbe. Con dicho anuncio el político estadunidense refrendó su respaldo a la comunidad migrante, un importante gesto por parte de quien gobierna la ciudad con la mayor comunidad de mexicanos en Estados Unidos.

Apoyo de mexicanos a la Revolución Cubana
México siempre ha estado en el corazón de los cubanos. Aquí vivió José Martí. Uno de sus últimos mensajes iba dirigido a Manuel Mercado, de Michoacán. Décadas después, unos jóvenes martianos (por Martí), liderados por Fidel y Raúl Castro Ruz, conocieron en la Ciudad de México al médico argentino Ernesto Guevara de la Serna. Varios mexicanos apoyaron la gesta libertaria, entre ellos, el general Lázaro Cárdenas del Río y Arsacio Vanegas Arroyo. Muchísimos más, hombres y mujeres que siempre fueron y son amigos de la revolución Cubana.

Napoleón Gómez Urrutia: Política laboral: manipulación y engaño
El 21 de noviembre pasado, durante el cuarto Informe de Actividades del presidente de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, JFCA, el titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), Alfonso Navarrete Prida, expresó eufórico que durante los pasados 36 meses del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, en forma ininterrumpida, no han estallado huelgas en el país y que esto era un logro muy importante de la presente administración, porque han sabido mantener el diálogo entre el capital y el trabajo como en ningún otro lugar del mundo.
Los votantes del Partido Demócrata que fueron derrotados por el trumpismo no se han recuperado; sólo que ahora, además del duelo por el fracaso de su candidata, los agobia el futuro. Hillary Clinton representaba también la continuidad del programa de cambio progresista que impulsó el presidente Obama en contra de la oposición republicana. Donald Trump ya dio los primeros pasos para desmantelar ese programa. Así han sido interpretados los nombramientos que ha hecho de los integrantes de su gabinete. Por ejemplo, al frente de la Secretaría de Salud ha designado a un miembro de la Cámara de Representantes del estado de Georgia,Tom Price, que durante ocho años ha estudiado cómo dar marcha atrás a la reforma al sistema de salud que introdujo el presidente Obama y que, mediante una regulación relativamente sencilla, puso un límite a los abusos de las compañías de seguros.
Sé que la memoria le pone a uno varias zancadillas, pero intentaré una breve narración de mi experiencia en Cuba.
Quizá para muchos resulte inconcebible que al 29 de noviembre, tres semanas cabales después de la jornada electoral en Estados Unidos, aún no haya concluido el conteo de los votos. Salvo los más ineptos, la mayoría de los sistemas electorales se las ingenia para, salvo catástrofe, concluir los cómputos en unos cuantos días. Pasadas tres semanas, la delantera de Hillary Clinton en el voto popular –que en un principio se cifró en cerca de 800 mil sufragios (véase El día y los siguientes, La Jornada, 17/11/16)– llegaba ya a 2.24 millones y seguía aumentando, como informó el Times de Nueva York. Ésta, la mayor ventaja de que se tenga memoria para un candidato perdedor, no sorprende habida cuenta del peculiar estilo estadunidense de elegir presidente y es asunto que, tras siglos de vigencia, no suscita grandes emociones, excepto cuando las provoca, como en 2000 y, de nuevo, ahora. También inquieta, y mucho, a Donald Trump. Según el resumen de la transición que el NYT difunde diariamente, Trump dedicó el feriado de acción de gracias a desatar una tormenta de tuits, que más adelante se reproduce en parte. Aludió en ellos al recuento de votos que se realizará en días próximos en el estado de Wisconsin y a los que se han planteado en Michigan y Pensilvania. Este recuento se ha convertido en el tema central de la transición tres semanas después de los comicios, junto con las vicisitudes del controvertido proceso de designación de los colaboradores inmediatos del futuro presidente.
Viajé a Cuba por primera vez hace algunos años. Confieso que más tarde de lo que había deseado. Tal vez con cierto miedo a enfrentarme a lo que tenía idealizado. Tal como llegué, lo primero que hice fue comprar el libro de Katiuska Blanco Fidel Castro, un guerrillero del tiempo. Una biografía de casi 700 páginas que repasa la vida del líder cubano desde sus primeros años. Descubrí detalles que humanizan a una figura histórica. Lo que más me sorprendió de toda su vida fue su valentía en busca de aquello que consideraba justo. Jamás permitió que el miedo formara parte de la ecuación determinante en cada decisión política. Siempre antepuso el objetivo histórico a las posibles consecuencias de un intento fallido. El arrojo como esencia de la política es algo que nos deja como legado.
Es la conclusión a que llega quien conozca Cuba y la materia prima de que están hechos su pueblo, sus hermanos latino-caribeños y los de todo el mundo. Fidel se ausenta físicamente para multiplicarse en las dolidas y fervorosas multitudes de niños y jóvenes, de hombres y mujeres cubanos de todas las edades, que la noche del martes proclaman ¡yo soy Fidel! en la Plaza de la Revolución y en todos los rincones de Cuba. Pero igual podían haber sido venezolanos, bolivianos, ecuatorianos, argentinos, brasileños, nicaragüenses, salvadoreños, mexicanos, caribeños.
Es cierto que el país requiere certidumbre. Pero cuando cambian las circunstancias y se prevé enfrentar desafíos no considerados, es necesario corregir lo planeado. La elección de Trump ha modificado drásticamente las expectativas mediatas y, más aún, las inmediatas. A nivel global los riesgos de que vivamos tiempos recesivos se han incrementado. Para México las primeras medidas que ha anunciado el próximo presidente de Estados Unidos indudablemente afectarán las principales variables económicas con las que se hizo la planeación presupuestal. Los flujos de inversión extranjera que llegarían a México se han detenido y, en algunos casos, sabemos que se han redirigido. La inversión nacional también se ha paralizado.

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