(apro).- La semana pasada hablábamos en este mismo espacio de “los duendes de los números” y la importancia de cubrir las 18 mil 605 casillas electorales en el Estado de México, pues justamente serían los representantes de partido quienes dieran los insumos para comprobar un probable fraude electoral.
Como muchos temían, los duendes actuaron y lo hicieron en favor del PRI: el PREP regaló inexplicablemente 241 mil 145 votos a Alfredo del Mazo, haciéndolo ganador de la elección. Al realizarse la suma de lo reportado por el PREP, el resultado se revertía obteniendo el triunfo la morenista Delfina Gómez.
Y aunque el IEEM aceptó que hubo errores pues “como cualquier otra actividad que implica captura de datos no está exenta de errores humanos”, no fue con dolo, según dijo la consejera Palmira Tapia, encargada de vigilar y contratar a la empresa que se contrató para realizar el PREP, el IEEM mantuvo por cuatro días la percepción de que Del Mazo ganó.
La comprobación de los absurdos e inadmisibles errores del PREP no son suficientes para comprobar el fraude, pues como su nombre lo dice es solo un “programa preliminar” y no tiene valor legal.
Lo que sí resulta fundamental para quienes alegan fraude y deben probarlo ante las instancias electorales, son las actas de las 18 mil 605 casillas electorales.
El miércoles, cuando inició el cómputo en los 45 distritos locales en que se divide el Edomex, la gente esperaba que se revirtieran los números, dado que los seguidores de Morena tuvieron representantes en todas las casillas.
Lo que desconocían es que desde el miércoles 31 de mayo, el IEEM frenó a los representantes de Morena al retrasarles la entrega de la documentación que los acreditaba como tal. La mañana de ese día, las autoridades electorales comunicaron a simpatizantes del partido de Andrés Manuel López Obrador que los documentos no se les podían entregar, a pesar de que el resto de los partidos ya tenían los nombramientos en sus manos.
Pero también les dijeron que “no se preocuparan” que seguro para el sábado 3 de junio los tendrían. Y así fue, entonces, a marchas forzadas los brigadistas de Morena empezaron los recorridos por los 125 municipios del Edomex para entregar la documentación que les permitiría vigilar las casillas.
Así como las autoridades electorales retrasaron la entrega de los documentos haciendo con ello más tortuosa la entrega, el PRI emprendió operaciones temerarias para que dichos documentos no llegaran a las manos de los representantes de Morena.
Por ejemplo, saliendo de la comunidad de Pueblo nuevo, en el municipio Villa del Carbón, ubicado entre Tepeji del Río Hidalgo y Atlacomulco, un grupo de personas fuertemente armado cerró el paso al diputado federal Rodrigo Abdala, lo encañonó y cortó cartucho. El legislador y sus tres acompañantes reaccionaron dando marcha atrás al auto. La odisea concluyó a las 2 de la madrugada del mismo día de la elección.
Y aunque la entrega de la documentación se logró, el jueves pasado nos enteramos por el dirigente estatal de Morena, Horacio duarte, que la autoridad electoral les jugó chueco al no registrar en el sistema a 8 mil representantes de partido; así, aunque contaban con un papel que los acreditaba como tal no pudieran ejercer su representación.
Lo anterior implicó que por lo menos 3 mil casillas quedaran sin representante de Morena, es decir, un 16% de las casillas no fueron vigiladas. Esto sin contar “la sustitución” de presidente y secretarios de casilla que no ejercieron su función porque simple y casualmente, no pudieron llegar a ejercer su función cívica. El resultado de ello es que se tuvieron que “tomar” de la fila de votantes a quienes fungieron como tales.
Sabedor de ello, el PRI tuvo entre su programa de acción del día “D”, levantar a las 6 de la mañana a sus militantes para que se presentaran a votar y fueran los primeros de la fila. Y son justamente los secretarios los encargados de contar los votos, el presidente da fe y los representantes de los partidos políticos acreditan los números que se plasman en las actas.
Estas actas son las que, quienes impugna una elección, presentan como prueba del fraude ante las autoridades electorales.
El IEEM autorizó la apertura del 21.6 % de casillas y en el recuento se recuperaron votos para a candidata de Morena y Del Mazo perdió otros tantos.
Si tomamos en cuenta que Morena sustentó sus dudas en las casillas en las que estuvo y por lo cual el IEEM aceptó abrir 21.6% de las casillas, pero que los votos recuperados no fueron suficientes para revertir el triunfo de Del Mazo, entonces podríamos decir que la mancuerda PRI-autoridad electoral dio resultado.
Y dio resultado porque por lo menos 3 mil casillas no fueron vigiladas por Morena y por lo tanto no se pudo dar fe como representante de partido que hubo irregularidades.
Si en las 4 mil casillas que se abrieron los paquetes hubo irregularidades a pesar de contar con representantes de Morena, qué se puede esperar de las maniobras que pudieron haber ocurrido en las otras 3 mil donde no estuvo ese partido, el cual era el instituto a vencer por el PRI.
El domingo próximo, Del Mazo se alzará con el triunfo, según el IEEM, pero aún falta que la impugnación llegue hasta el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, donde Morena pedirá que se abran todas las casillas, tomando en cuenta que en las 21.6% que se abrieron hubo irregularidades.
El tribunal, que no cuenta con buena reputación ni con el reconocimiento social sobre su imparcialidad, puede tomar una decisión parcial: que se abra cierto número de casillas, pero que sean aquellas en donde Morena no tenga grandes posibilidades de ganar votos suficientes que le den la vuelta al resultado. Ello para que la diferencia de votos entre el primero y segundo lugar no sea mayor al 1% y evitar así abrir el total de las casillas.
Lo anterior, es parte del escenario de los dos próximos meses, en los que Morena tratará de revertir el triunfo y quitar el reconocimiento que Los Pinos dio el mismo domingo por la noche, en privado. Ello aunque a ojos de una gran parte de la ciudadanía, Del Mazo perdió y Delfina ganó.