7/14/2017

Los periodistas pal café. . . .



Es la fórmula de siempre: sortear las crisis con declaraciones y promesas, sacrificar piezas menores, activar controlados mecanismos de investigación, preparar dictámenes y tecnicismos a conveniencia, y esperar a que el siguiente escándalo haga olvidar con rapidez el anterior.
Enrique Peña Nieto no ha sido capaz de emitir una opinión en consonancia con el sentir popular, que encuentra signos fuertes de corrupción de altos vuelos en lo sucedido en el libramiento morelense construido hace apenas poco más de tres meses; por ello, EPN se parapeta tras un recurso de legalismo paralizante: no puede dar opiniones por anticipado, esperará a que se indague lo sucedido y, en razón de esas indagatorias, será separado el personal directivo que haga falta. Ni un cabello del ocupante de Los Pinos se movió en dirección a donde soplan los aires populares que, así, le hacen a la corrupción lo que el viento a Peña.
El secretario Ruiz Esparza continuó con su insultante rutina de presuntas justificaciones, con el agua y la basura como villanos de temporada. Su mayor gesto justiciero era el previsible y obligado: tumbar al delegado en Morelos y centrar las posibles responsabilidades en ese nivel, de ahí para abajo (el tuitero @LENavarroC escribió: Paciencia, prudencia, valemadrencia, amigo de Presidencia).
Ocho años atrás, el ahora ex delegado expiatorio José Luis Alarcón Ezeta estaba ocupado en buscar la expansión de la firma de escuelas de idiomas de la que era director general, Harmon Hall, que tenía 125 planteles en todo México y unos 57 mil alumnos (https://goo.gl/a9YGP4), y que años atrás había adquirido su padre, Gerardo Alarcón O’Farrill. Alarcón Ezeta llegó a dirigir el centro morelense de la SCT por gestiones del gobernador Graco Ramírez, según declaró el propio secretario Ruiz Esparza a Televisa.
Este delegado, Alarcón Ezeta, y el anterior (Carlos Mateo Aguirre), sin experiencia en el ramo de las comunicaciones y los transportes, han sido señalados como cercanos al equipo de otro perredista, Ángel Aguirre Rivero, quien dejó la gubernatura a consecuencia de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. También se ha mencionado que Alarcón Ezeta participó en actividades empresariales junto a Cuauhtémoc Ochoa Fernández, miembro del Partido Verde Ecologista de México, quien fue dirigente de esta organización en Hidalgo y funcionario en la administración estatal de Miguel Ángel Osorio Chong (fue secretario de Turismo y también de Obras Públicas); actualmente, Ochoa Fernández está a cargo de una subsecretaría del negocio denominado Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), concesionado al Verde Ecologista.
El entreveramiento de apellidos, empresas, cargos públicos y negocios es una constante en México que genera prosperidad a esas élites y carencias, desgracias y muertes a la población en general. La evidencia constante de que las obras y los servicios se cumplen en condiciones disminuidas y riesgosas, para favorecer la entrega de comisiones corruptas a funcionarios y políticos, va generando, también, una generalizada desconfianza. Un ejemplo se da en el caso del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, que se construye en una zona lacustre, entre reparos de especialistas y la sospecha de que se trata de uno de los principales negocios de la clase política sexenal. Hay quienes desde ahora tienen fundados temores de que puedan producirse tragedias como la del Paso Exprés en obras como el tren rápido entre la Ciudad de México y Toluca.
Y a lo largo del país se denuncian construcciones mal hechas, evidencias de mala calidad en los materiales usados, diseños peligrosos y sordera de las autoridades. Por ejemplo, los Frentes Unidos en Defensa de Tepoztlán, que están en lucha desde hace cinco años para detener la ampliación de la autopista La Pera-Cuautla, en Morelos. También está a cargo de la SCT y está repleta de ilegalidades y corruptelas. En contubernio con Graco Ramírez han deshecho el tejido social de Tepoztlán y disolvieron la Asamblea de Comuneros, que no ha dado ningún permiso para la realización de la obra. El 20 de julio habrá una mesa de trabajo pública con la SCT.
Y, mientras la mirada nacional está atenta a lo que sucede en Morelos, otro socavón ha aparecido. El desmoronamiento de las estructuras ya era conocido como reformas estratégicas, entre ellas la relacionada con lo energético. Perdido estaba lo que había. Pero ahora se ha conocido un nuevo escamoteo, una especie de premio escondido: en aguas someras se ha detectado un importante yacimiento de hidrocarburos. Es el más importante que se haya detectado en años recientes en el Golfo de México.
Los afortunados dueños de esa riqueza son los accionistas de la firma estadunidense Talos Energy, que forma parte del consorcio Sierra Oil & Gas y Premier Oil. En Sierra Oil &Gas tuvo participación accionaria, hasta 2014, Hipólito Gerard Rivero. Él es hermano de Ana Paula, esposa de Carlos Salinas de Gortari, y de Gabriela, esposa de José Antonio González Anaya, actual director general de Petróleos Mexicanos. Según lo que se ha publicado, Hipólito Gerard Rivero ya no tendría nada que ver con la suertuda compañía que se ha sacado la lotería petrolera. Se supone, también, que el concuño González Anaya no ha favorecido los intereses empresariales de Carlos e Hipólito. Puras coincidencias. Hay de socavones a socavones.
Y, en tanto México sigue produciendo episodios de salvajismo, como el degüello de 11 personas, entre ellas dos menores de edad, en Tizayuca, Hidalgo, mientras se celebraba una fiesta infantil en una carpa colocada frente a un domicilio particular, ¡hasta el próximo lunes, con el secretario de Energía de Estados Unidos, Rick Perry, reuniéndose este jueves con su homólogo mexicano, Pedro Joaquín Coldwell, y con Peña Nieto, decididos, según versión oficial, a llevar la relación energética binacional a otro nivel!
Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx



En el gustado juego de aviente la papa caliente –el más practicado por los gobiernos estatales y el federal–, Gerardo Ruiz Esparza, secretario de Comunicaciones y Transportes, y Graco Ramírez, el inenarrable virrey de Morelos, se culpan mutuamente por el socavón en el Paso Exprés de Cuernavaca, y mientras el primero asegura que la lluvia, la basura y el drenaje fueron los causantes; el segundo jura que en realidad lo es la propia SCT, dependencia que a su vez fijó la vista en las constructoras privadas encargadas de la obra (que duplicaron el presupuesto que los hizo ganar la licitación respectiva), que también se han lavado las manos.
Antes del percance en el Paso Exprés de Cuernavaca, Ruiz Esparza presumía por doquier que, como parte de la obra, se construyeron 10 kilómetros adicionales de drenaje y un colector de casi un kilómetro; no tenían drenaje y tuvimos que hacerles drenaje para que la carretera tuviera circulación de agua y para que las casas de al lado pudieran desaguar, además de añadir 2 kilómetros de líneas hidráulicas; cuando se planeó no se sabía que las casas no tenían drenaje.
Pero tras el socavón y la trágica pérdida de dos vidas humanas, el mismo personaje asegura que el drenaje, la lluvia y la basura fueron los causantes del hundimiento y que, por lo mismo, se construirá uno nuevo en el tramo afectado. ¿Por qué? Bueno, según el titular de la SCT, porque faltó reforzarlo y sólo se tomaron medidas como inyección de concreto hidráulico y limpieza.
El 5 de abril de 2017, en una ceremonia monárquica, el inquilino de Los Pinos, el gobernador de Morelos, el titular de la SCT, quien se supone es el presidente municipal de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco, y muchos más inauguraron el Paso Exprés, en medio de floridos discursos, intercambio de piropos y efusivos abrazos, con todo y que la obra no estaba concluida (dicho sea de paso, este un vicio entre los políticos con el fin de pararse la cola, aunque, por ejemplo, los hospitales no tengan ni médicos).
Inaugurado, pues, pero resulta que a estas alturas –tres meses después de que el siempre solícito Graco movía la cola y compartía sonrisas y abrazos con Peña Nieto–, el gobierno de Morelos, por medio de su secretario de gobierno, Matías Quiroz, asegura que nunca conocimos el proyecto ejecutivo, que es responsabilidad de la SCT, al tiempo que afirma que la obra no ha sido entregada a la autoridad estatal, al tiempo que exigía la cabeza del delegado de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, José Luis Alarcón Ezeta, por tener, dijo, una responsabilidad importante.
No habían rescatado los cuerpos de los dos fallecidos –padre e hijo–, cuando la papa caliente ya había viajado, de ida y vuelta y a la velocidad de la luz, del gobierno federal al de Morelos y de éste al primero, mientras el cínico par de constructoras privadas responsables de la obra (las mismas que duplicaron el presupuesto original autorizado) rápidamente se aplicaban jabón y regresaban la pelota a quien la cachara.
El todavía titular de la SCT no ha renunciado, por la sencilla razón de que, según dice, no es mi decisión, sino la del Presidente de la República. Pero en vía de mientras se oficializó la salida del delegado José Luis Alarcón Ezeta (porque no atendió la alerta de los habitantes de la zona sobre los problemas que presentaba el pavimento), quien rápidamente se convirtió en el chivo expiatorio.
Por cierto, Gerardo Ruiz Esparza asegura que no renunciará, porque le toca decidir al inquilino de Los Pinos, es decir, al personaje que hasta ahora no ha dicho ni pío sobre el asunto del Paso Exprés.
Hasta ahora el gobierno federal sólo ha propuesto un peritaje al Paso Exprés y especialmente en la zona del socavón, que realizaría el Colegio de Ingenieros, con el fin de determinar las causas del hundimiento y fincar responsabilidades legales, si las hubiera.
Sin embargo, nada ha dicho de la urgencia de realizar una auditoría financiera que explique por qué el presupuesto original (mil 40 millones de pesos, con el que las dos constructoras privadas ganaron la licitación respectiva) para la construcción del citado libramiento en los hechos se multiplicó por dos (al final se pagaron poco más de 2 mil 200 millones), amén de que la entrega oficial de la obra se realizó un año después de lo legalmente acordado.
Esperemos que al gobierno peñanietista no se le ocurra la brillante idea de encargar la resolución del caso a la Procuraduría General de la República o al mil usos, el siempre complaciente Virgilio Andrade, porque las mentadas se escucharán hasta la Patagonia. Aquí podría intervenir el Colegio de Contadores Públicos o la Auditoría Superior de la Federación, organismo que ha denunciado las tropelías del sistema, pero que en el gobierno, e incluso en la Cámara de Diputados, nadie toma en serio.



Un prólogo (prefacio) se escribe al final, cuando el libro está concluido. Es la última palabra, la ya no sujeta a debate. En muy raras ocasiones, los prólogos adquieren un valor propio y se vuelven famosos, tanto o más que la obra que prologan, como ocurrió con el prefacio (del propio Marx) a Contribución a la Crítica de la Economía Política (PCCEP) y con el prólogo de Jean Paul Sartre a Los condenados de la tierra de Frantz Fanon. A Meghnad Desai (MD), destacado economista que domina la economía marxista (sus libros Marxian Economics, de 1979, y Hubris. Why Economists failed to Predict the Crisis and How to Avoid the Next One, de 2016, fueron traducidos al español) y la no marxista, le pedí que escribiera el prólogo a Peasant Poverty and Persistence (PPC por su título en español: “Pobreza y persistencia campesina), libro al que se refiere esta serie de entregas, cuando el capítulo 12 (y último de PPC) no lo había acabado de escribir. Las presiones para entregar el manuscrito completo en una fecha límite obligaron a este semi-paralelismo. MD generosamente trabajó en sus vacaciones en la India (sin acceso a su biblioteca) para cumplir a tiempo. Esta lejanía, en mi opinión, le restó erudición a su prólogo, pero le añadió creatividad. Pienso que la erudición a veces frena la creatividad. El prólogo de MD es crítico y polémico, a tono con la característica de PPC de libro pluralista, de diálogo y debate. Pero como el prólogo es la última palabra, las críticas de MD quedaron sin debatir.




Yo no soy nadie ¿Tú quién eres? Dos breves versos de Emily Dickinson dan título a la muestra que la librería Morgan, en Nueva York, dedica a la poeta predilecta de los estadunidenses. En un espacio que parece reproducir la sala de la casa familiar en el pueblo de Amherst, Massachusets, en los años de la Guerra de Secesión, reúnen cartas, fotos, manuscritos, datos que descubren hechos que aclaran dudas sobre su biografía, su anonimato, su amor a la naturaleza, la botánica.
Preside la entrada el retrato familiar. Las dos hermanas, Emilia y Lavinia, un hermano y sus padres: cultos, acomodados, discretos. Y está esa fotografía icónica, con su mirada fija y su pelo negro, curiosamente la única suya que existe: un daguerrotipo de 1847, tomado cuando tenía 16 años.
En una vitrina se exhibe un ejemplar de la Biblia que le regaló su padre. Se ve gastada de leerse una y otra vez. En una de sus páginas hay un trébol que recogió de la tumba de su padre. Hay cartas que dibujan el mapa de su vida: las que escribió a sus amigas, a su hermana Lavinia, a su cuñada; a un amigo que la pretende, y la respuesta donde ella rechaza su propuesta de matrimonio. Su letra grande, inclinada, a lápiz, casi borrado el grafito, nos hace sentir su presencia, como si hubiéramos entrado en la intimidad de su casa a reconstruir los eventos que marcaron el curso de su vida.




Al margen del reflector comercial y los grandes estadios, pero al centro del culto y el respeto, debido a la calidad de su música, el portentoso combo inglés King Crimson, tras haber actuado en la Ciudad de México por última vez en 2003, regresa con cinco conciertos relativamente íntimos, para seguir refrendando cómo el tiempo le hace más que bien a este fino brebaje, listo para ser ingerido y con él viajar hacia el interior, añejado a punta de rock progresivo, jazz, clásico, psicodelia e incluso hard rock, sin por ello ser insufrible, sino todo lo contrario: delicioso y disfrutable.
Después de dos visitas recientes a la capital por parte de su líder, con ensamble de músicos locales invitados, o con cuarteto de cuerdas, el guitarrista, productor y filósofo sonoro Robert Fripp, todo un adusto y solemne anti-rockstar, trae a un virtuoso equipo al que llama la bestia de siete cabezas o una formación de doble cuarteto: Tony Levin en bajo y chapman-stick, Mel Collins en saxofón, el cantante y guitarrista Jakko Jakszyk, más cuatro bateristas: Pat Mastelotto, Gavin Harrison, Bill Rieflin (ex R.E.M.) y Jeremy Stacey, estos últimos multi-instrumentistas, por lo que el grupo promete hacer más ruido de lo usual, señala también Fripp, en aviso promocional en torno a su presente gira Radical Action.





El miércoles 12 el juez de primera instancia Sergio Moro sentenció al ex presidente brasileño Luis Inacio Lula da Silva a nueve años y seis meses de cárcel por un supuesto acto de corrupción en el que éste habría recibido un departamento de lujo a cambio de favorecer a un contratista. La sentencia, que ya fue apelada por el ex mandatario, también lo inhabilita para ocupar cargos públicos durante 19 años. Tras el fallo judicial, el líder histórico del Partido de los Trabajadores (PT) afirmó su inocencia y ratificó su voluntad de contender en la elección presidencial del año entrante, en la cual es señalado ampliamente como favorito por todos los sondeos.

Llaman a no permitir el silencio
Todo debe tener un fin. El gobierno de México tiene a su disposición el ingreso nacional, el cual debe distribuirse conforme a la legislación federal para que se cumplan todos los fines del Estado. Sin embargo, no solamente es vergonzoso y trágico que nunca se actúa conforme al mandato del pueblo para ser gobernado inteligente, eficiente y honradamente. Que una carretera de precio astronómico se construya tal como se sigue construyendo en la nación entera, o sea, criminalmente, es responsabilidad del Presidente de la República, del secretario varias veces señalado como corrupto, del gobernador de Morelos y de los funcionarios que intervinieron en este fraude.

En 2014 fui invitado a la Universidad de Heidelberg a una reunión del grupo inicial de profesores universitarios luteranos que preparaban los festejos del 500 aniversario de la presentación de las 95 tesis de Lutero en Wittenberg. Había unos 40 profesores alemanes, algunos norteamericanos y brasileños (ya que en Brasil hay una comunidad importante de la Iglesia luterana). El argumento que expuse en ese encuentro deseo resumirlo en esta corta contribución.

La discusión pública sobre el drama de la intervención de comunicaciones privadas por parte del gobierno, pronto debe ascender de la dolorosa, justa impugnación, a profundizar en la indignante realidad y sus consecuencias a futuro. Estamos ante un conjunto de hechos que, reflexionando a fondo sobre ellos, develan que coexisten una verdad y dos posibles explicaciones alternas y que de su riguroso análisis debe resultar la normatividad que fije las facultades, ámbitos, limitaciones y control del ejercicio de gobierno para mantenerse legalmente informado.

Rumbo a la cumbre del G20 en Hamburgo (7-8/7/17), Donald Trump hizo una escala en Varsovia. Los motivos de esta decisión, objeto de envidia de otras capitales europeas (sic) –Jaroslaw Kaczynski, jefe del partido gobernante Ley y Justicia (PiS), dixit (Associated Press, 1/7/17)–, podrían ser tema de un apasionante concurso radiofónico (a ver cuál estación se anima):

La Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria (CRAC-PC), del estado de Guerrero, constituye una de las experiencias autonómicas emblemáticas de mayor alcance estratégico, junto con las protagonizadas por los mayas zapatistas de Chiapas, y el pueblo purépecha de Cherán, Michoacán. Cada uno con sus especificidades históricas y contextos socio-políticos regionales y nacionales. La CRAC-PC se generó como una respuesta propia de diversos pueblos ante las condiciones de abuso y violencia imperantes en las regiones Costa Chica y Montaña de Guerrero desde hace más de 20 años, logrando conformar un sistema que ejerce competencias fundamentalmente en los ámbitos de la seguridad y la justicia comunitarias, hoy, además, ante el embate constante de la delincuencia organizada, que, como otras corporaciones capitalistas, invade territorios, recluta mano de obra barata y extrae recursos, protegidos por un Estado criminal que constituye la otra cara de ese sistema de explotación y dominación capitalistas.

Es legítimo derecho de todo mexicano aspirar a ocupar el máximo cargo que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos reserva para la conducción de la República. A quienes creen ser, o pretenden hacerse, merecedores de que la voluntad del pueblo mexicano les lleve al mismo, los ciudadanos debemos exigirles –por salud pública– que toda su oferta política para el proyecto de país que proponen, se sustente en la honestidad y no en el engaño. Tesonero en buscar la postulación al cargo es Rafael Moreno Valle Rosas, a quien es menester preguntar: ¿por qué mentir sobre cuestiones judiciales que son públicas?

Cuando Federico García Lorca hablaba del llanto por la muerte del torero Ignacio Sánchez Mejías, hablaba del toro como el símbolo más claro, más andaluz, más cargado de imágenes del demonio sobre la naturaleza, pero Federico no se refería en su poesía para nada a la mayoría de los toros que aparecen por las puertas de toriles de las plazas del mundo.
José Cueli

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