12/23/2017

2017 ¿un año más?...


Mujeres y Salud Mental
Por: Alejandra Buggs Lomelí*



Ha llegado el momento de empezar nuestros recuentos del año, de este 2017 en el que tantas y tantas cosas sucedieron y siguen sucediendo, en nuestro querido y lastimado México…
Empiezo a recordar las noticias con dificultad, por las emociones que me generan estos recuerdos, las noticias con las que iniciamos este 2017.
Noticias que nos afectaron tanto, como fueron entre otras: el “gasolinazo” que sembró un clima de desconcierto, miedo y enojo, sumado a la extraña sensación de saber que el país más poderoso del mundo empezaba a ser gobernado por un personaje tan terriblemente destructivo y amenazante para nuestra integridad, como Trump.
Por otro lado, el excesivo incremento de la violencia en todo el país, especialmente la violencia de género, que ha cobrado tantas vidas de mujeres en el Estado de México, Puebla, Ciudad de México y en general en todo el territorio.
Preguntas que siguen sin respuestas, como ¿dónde están los 43? ¿quiénes asesinan a las y los periodistas? ¿qué pasa con los asesinos de mujeres a quienes los detienen y posteriormente los liberan? ¿cuándo se hará justicia ante los delitos de tantos gobernadores corruptos? ¿de qué manera nos afecta el manejo de las sucias estrategias electorales de todos los partidos contendientes? y ¿cómo nos ha trastocado la Ley de Seguridad Interior?
Ley, que lo que menos nos brindará será seguridad, y la cual violenta nuestros Derechos Humanos, una ignominia que a quienes estamos más conscientes de lo que esto significa, nos lacera y nos asusta generando gran incertidumbre y desconcierto.
2017 ¡no ha sido un año más! ha sido y sigue siendo un año en el que seguramente nos sucedieron cosas maravillosas en todos sentidos, sin embargo, no podemos hacer de lado, que socialmente es un año que nos ha impactado emocionalmente a nivel muy profundo, no sólo en lo individual sino en el imaginario colectivo.
Un año en el que fuimos víctimas en Puebla, Chiapas Oaxaca, Chiapas y la Ciudad de México de dos fuertes sismos, de los que aún no nos reponemos porque por un lado, los gobiernos no han respondido como tendrían que hacerlo a las personas damnificadas que perdieron sus hogares y medios de trabajo.
No terminamos de reponernos aún, porque al recorrer por muchas calles observamos edificios afectados y espacios vacíos donde antes había una casa o un edificio, y aunque no digamos nada abiertamente, a veces, lo detectamos porque nos toca el corazón y las memorias del miedo vivido y de recordar que murieron muchas personas consecuencia de los sismos nos invaden nuestras mentes, ante la negligencia por parte de las autoridades.
Son muchos los efectos emocionales por los que hemos pasado: estrés, pánico, crisis nerviosas, agotamiento, angustia, pesadillas, ansiedad, insomnio, depresión, irritabilidad, dolores musculares y contracturas, así como recuerdos de escenas traumáticas.
Son estas circunstancias o acontecimientos inesperados que ponen en peligro nuestra vida o la integridad de algún familiar o persona conocida, como: catástrofes naturales, guerras, accidentes de avión, de tren o de carretera, secuestros o agresiones con violencia… de los que, con suerte, se sale con fracturas, heridas o simplemente magulladuras, pero con el tiempo también se manifiestan en una serie de secuelas psicológicas originadas por todo este tipo de violencia.
Ante un año cargado de tantas y fuertes emociones vividas, creo importante integrar el autocuidado a nuestras vidas tanto personal como colectivo, y para ello comparto aquí las siguientes sugerencias:
Solicitemos ayuda, apoyo y acompañamiento psicológico, además de rodearnos de familiares y amistades de quienes sepamos que nos quieren para alimentarnos de ese cuidado y cariño, para sobrellevar las situaciones a las que nos enfrentamos en el día a día.
Es importante que podamos expresar lo que nos sucede y encontrar contención emocional.

Tratemos de aprender técnicas de relajación y respiración, esto ayudará a que calmemos la ansiedad y disminuya el intenso estado de alerta.
Intentemos evitar situaciones estresantes en la medida de lo posible, mantener la mayor tranquilidad y realizar toda actividad con moderación, incluso o especialmente el trabajo.
Es importante tomarse un descanso cuando experimentemos que hemos alcanzando un álgido punto de estrés.

También ayudará implementar hábitos que contribuyan a mejorar nuestra calidad de vida, realizar actividades creativas que ayuden a alimentarnos de situaciones sanas, para contrarrestar los efectos tan impactantes de la violencia.
Estamos cerrando un año que ha sido en todos sentidos difícil, un año, que nos obliga a hacer profundas reflexiones, que nos lleven a actuar de manera congruente no solo para cuidarnos, sino para cuidar a México, nuestro querido y lastimado país, que tanto necesita como nosotras y nosotros de ser cuidado.
Que el año venidero nos permita ser parte de un cambio, en el que verdaderamente retiemble en sus centros la tierra, sin quedarnos cruzadas y cruzados de brazos, para parar la violencia e impunidad, hacia cualquier persona.
Un próximo año en el que la fuerza del amor propio, el amor hacia las y los demás, y la compasión, sean nuestras más importantes herramientas de cambio.
Que todas y todos tengamos un buen cierre de año y un mejor 2018 en todos sentidos.
Con amor siempre…

*Psicoterapeuta humanista existencial, especialista en Estudios de Género, y directora del Centro de Salud Mental y Género.
Whatsapp 55.80.97.91.02

CIMACFoto: Anayeli García Martínez
Cimacnoticias | Ciudad de México.-

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