2/20/2018

CIG: hacia el balance de una etapa



Magdalena Gómez


Al cruzar el umbral del 19 defebrero el Concejo Indígena de Gobierno (CIG) y su vocera Ma­richuy, realizarán un balance sobre la búsqueda de que ésta apareciera en la boleta electoral como candidata independiente a la Presidencia de la República, pero sobre todo, acerca del avance logrado en el proceso de organización frente a la embestida neoliberal en curso contra los territorios y los pueblos mismos. A partir de todo ello definirán los rasgos de la siguiente etapa de su lucha, que no se mide con el calendario electoral en curso.

Llegan fortalecidos, con la enorme satisfacción de que recorrieron buena parte del país y en muchas regiones se sumaron concejalas y concejales electos por sus comunidades. Enfrentaron riesgos y siguieron caminando, sin negarse a visitar a comunidades que están asediadas por la violencia de todo tipo y les invitaban, justamente para hacer fuerza con el CIG y resistir.

También llegan con un fuerte dolor por la desgracia que les alcanzó el pasado 14 de febrero, cuando se volcó el vehículo en que viajaban concejales del CIG y de la red sudcaliforniana de apoyo al CIG, en la carretera federal 1, en Baja California Sur. En el accidente falleció la compañera de la red Eloísa Vega Castro; el concejal Francisco Grado es atendido de graves lesiones en tórax y pelvis, mientras que Marichuy sufrió fractura en un brazo que ameritó intervención quirúrgica. El resto de concejales resultaron con diversas lesiones calificadas de leves.

Estos hechos obligaron a suspender el tramo del recorrido previsto para Baja California. Y no por ello disminuyó la tarea de recabar firmas en todo el país, hasta el último minuto del plazo previsto y de pelear por el reconocimiento de cada firma. El pasado 16 de febrero la Asociación Llegó la Hora para el Fortalecimiento de los Pueblos acudió por quinta ocasión a la mesa de control del Instituto Nacional Electoral (INE) para defender firmas ubicadas en Registros no encontrados y en situación sin respuesta con inconsistencia. De 3 mil 999 lograron que se acreditaran 3 mil 283 y dejaron constancia de su objeción a los criterios aplicados para descalificar firmas que redundan en la violación de derechos político-electorales de quienes las emitieron. Justamente debemos evaluar, desde el CIG, la referida asociación y los miles de auxiliares y redes de apoyo para el triunfo que significa que al 17 de febrero se recabaron 255 mil 864 firmas.

No es poca cosa la energía y compromiso desplegados, pese a las limitaciones impuestas por el INE, con su famosa aplicación informática y el costo de los celulares que funcionan con la misma, y sus requisitos para que en las zonas de “alta marginación se obtuvieran en papel, pero eso no es todo, la fotocopia de la credencial debía ser a color. Ya se hará un recuento detallado de las condiciones en que se trabajó por la única aspirante realmente independiente, sin la infraestructura y recursos de quienes forman parte de la clase política aun cuando de momento aparezcan en pleito con sus partidos originarios.

El INE negará el registro como candidata independiente a la Pre­sidencia de la República a María de Jesús Patricio Martínez por no acreditar 866 mil 593 que se dispersaran en 17 entidades de la República y uno por ciento del registro electoral en cada una de ellas. Nosotros tenemos el deber de seguir valorando el significado de lo logrado. Desde un principio se anotó que el objetivo no era sentarse en la silla presidencial, ciertamente era importante aparecer en la boleta electoral el próximo primero de julio. Ya nos corresponderá dar cuenta no sólo de las limitaciones que se han denunciado, sino también de las ­objeciones racistas de la sociedad y de la cultura política electoral dominante, frente al desafío de apoyar con una firma sólo para que apareciera una mujer indígena en la boleta electoral. También nos toca identificar las mecánicas políticas que se activaron mientras se hacía el esfuerzo de recabar firmas y ellas no sólo desde ámbitos urbanos. Ciertamente sorprenden algunos analistas que escandalizados contrastan las cifras de electorado indígena y califican de fracaso que no se tenga a todas y a todos mecánicamente otorgando la firma a una opción que no les ofrece cuestiones materiales a cambio. Pero no se quedará ahí la ofensiva racista, ya se está atribuyendo al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) el fracaso de la iniciativa del Congreso Nacional Indígena y su CIG, hay quien dice que dejaron solos a los indígenas, cuando en lo personal he valorado tanto el respeto que manifestaron al acompañar sin hacer presencia. Se cumplieron 22 años de la firma de unos acuerdos, los de San Andrés, que fueron vulnerados y si les hacen falta más datos, el EZLN continúa respetando el cese al fuego aceptado desde 1994.El CIG y su vocera y todos que los apoyamos seguiremos caminando pacíficamente, para lograr lo imposible, porque de lo posible ya se habló demasiado.

In memoriam: Eloísa Vega Castro

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