2/21/2018

Comunicado de las trabajadoras del sindicato SUTUNICH

Tras la agresión en la Universidad Intercultural de Chiapas


El primero de diciembre del 2004 la Universidad Intercultural de Chiapas, UNICH, era sólo un proyecto en el papel y pretendía ser un espacio intercultural para transformar los modos tradicionales de construir el conocimiento y privilegiar el pluralismo. Así lo explicaba al diario La Jornada el primer rector que tuvo la UNICH, el antropólogo Andrés Fábregas Puig.

La Universidad Intercultural empezó a funcionar en las últimas ondas sísmicas que había provocado el terremoto del levantamiento armado del EZLN en 1994, con reivindicaciones iniciales a nivel nacional y que se fue reduciendo al entorno indígena chiapaneco. El reconocimiento de la ancestral injusticia con los pueblos originarios de México y la reivindicación de sus formas organizativas y modos de relacionarse socialmente alcanzó primer plano mediático. El gobierno mexicano se vio obligado a unirse al carro indigenista y así fue como nacieron el CELALI (Centro Estatal de Artes y Literatura Indígena) y la UNICH. De esta manera se abría una oportunidad para muchos jóvenes tzeltales, tsotsiles, choles, tojolabales y zoques de acceder a estudios superiores universitarios en licenciaturas como Comunicación, Periodismo, Derecho y Leyes, Gastronomía y Turismo, Lengua y Literatura, Medio Ambiente y Geología, Salud y Medicina. El año 2009 egresaba la primera generación de 449 estudiantes, 55% indígenas y más de 50% mujeres.


Pero pasaron los años y en el año 2018 ya no es necesario para el gobierno mantener su “compromiso” con ningún proyecto que impulse el bienestar y desarrollo de la gente en las comunidades rurales de Chiapas. El compromiso real es con las compañías mineras y las que están invirtiendo en las Zonas Económicas Especiales, que pretenden cambiarle el rostro físico y las relaciones sociales a todo el estado. Por eso en el conflicto por atender las demandas de los profesores y administrativos de la UNICH, que iniciaron un paro de labores desde el 16 de enero, básicamente por el respeto a su Contrato Colectivo de Trabajo, pero no sólo, la solución que decidió el gobierno del estado de Chiapas que preside Manuel Velasco Coello (Partido Verde Ecologista de México, PVEM), fue despedir a los 130 trabajadores sindicalizados, más otros 30 no sindicalizados que se unieron a la huelga y proceder al desalojo violento con la irrupción de la policía en las instalaciones universitarias con sede en San Cristóbal de las Casas, el pasado viernes 9 de febrero. Por la gravedad que supone irrumpir en una institución de educación superior con una fuerza armada, difundimos el video de la represión policial y el último comunicado del Comité Ejecutivo SUTUNICH.

SINDICATO ÚNICO DE TRABAJADORES DE LA UNIVERSIDAD INTERCULTURAL DE CHIAPAS

San Cristóbal de las Casas, Chiapas; a 19 de febrero de 2018
A las autoridades correspondientes
A la comunidad Universitaria
A los pueblos originarios y público en general
A las organizaciones sindicales

A la Academia comprometida con los pueblos

La Universidad Intercultural de Chiapas (UNICH) fue creada por exigencia de los pueblos, no fue una dádiva del gobierno. El modelo educativo tiene como ejes transversales las lenguas originarias de Chiapas y la vinculación con la comunidad.

Las y los profesores de asignatura de Tiempo Completo y personal administrativo agremiados al Sindicato Único de Trabajadores de la UNICH (SUTUNICH), fuimos desalojados de las instalaciones de nuestra Universidad con sede en San Cristóbal de las Casas y sufrimos la represión del Estado al enviar a más de 100 elementos de tres corporaciones policiacas (municipal, estatal y especializada) el día viernes 9 de febrero a las 16:30 horas. Como sindicato manteníamos el paro laboral en las instalaciones para hacer respetar nuestro Contrato Colectivo de Trabajo. Llegaron fuertemente armados, con gases lacrimógenos y “Órdenes de desalojo” que nunca fueron presentadas e incursionaron en la UNICH para golpear a trabajadores.
La base trabajadora recibió amenazas a través de rescisiones laborales, actas administrativas y carpetas de investigación.
Más de 130 trabajadores sindicalizados han sido violentados por el rector Ballardo Molina Hernández y la enlace de gobierno Karen Anahí Ballinas Hernández. El punto central del problema es el incumplimiento de minutas firmadas desde 2014 y lo más grave, el no cumplir con la firma bilateral de la plantilla académica presentada en diciembre del 2017 y que correspondía al semestre enero-junio de 2018.
Ahora la Universidad es un caos con nuevas contrataciones, con amenazas a estudiantes y docentes; continúan con arbitrariedades manteniendo en vilo la educación de jóvenes indígenas y no indígenas. No se han regularizado las clases.
En la UNICH, mantienen policías uniformados y de civil, aparentemente resguardando a la Universidad, sometiendo en tensión a las y los estudiantes. Reprobamos la Ley de Seguridad Interior, con el uso de las fuerzas policiacas como medida para terminar con las controversias laborales y legitimar las leyes secundarias de la Reforma Laboral.
Solicitamos al gobernador Manuel Velasco Coello diálogo y justicia a nuestros derechos laborales y humanos, así como una mesa de diálogo de carácter resolutiva, que ponga fin a las arbitrariedades y violencia a la vida académica de la UNICH.
La represión nunca será la salida para solucionar los problemas laborales.
NO MÁS VIOLENCIA POLICIACA Y MILITAR EN LAS UNIVERSIDADES PÚBLICAS
Atentamente
Comité Ejecutivo SUTUNICH
Juntos en un solo corazón, Ta jun no’ox ko’ntontik tsobolitik, Ta junax o’tanil

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