11/10/2018

«No te violaría, porque no lo mereces»


La misoginia, el machismo y la LGTBfobia avanza con el auge de la ultraderecha

 

Madrid, 6 nov. 18. AmecoPress.-"Tú me llamaste violador hace unos días en el Salón Verde y yo te dije que nunca te iba a violar porque no te lo mereces"; "si el hijo empieza a estar así medio gay, se lleva una zurra (golpiza) y cambia su comportamiento"; “fueron cuatro hombres, con la quinta fallé y salió mujer". Estas son algunas de las frases más conocidas del actual presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro. 

Los resultados obtenidos durante la primera vuelta y la victoria en la segunda vuelta de las elecciones brasileñas el pasado 28 de octubre, ha encendido una vez más la alarma de la izquierda de todo el mundo.

El caso de Brasil no es único, puesto que en países como Alemania, Austria, Francia, Hungría, Italia, Polonia, República Checa, Reino Unido, Argentina, Estados Unidos o España la ultraderecha está tomando cada vez más espacio y en algunos estados incluso ha logrado tener representación parlamentaria. El nuevo gobierno italiano por ejemplo, está valorado como el más derechista desde que se venció al régimen fascista de Mussolini.
Por tanto, no hay duda: la ultra derecha está en auge. ¿Pero cuáles han podido ser los factores de ese florecimiento?
Según la filósofa política vasca Jule Goikoetxea Mentxaka el florecimiento de la ultraderecha siempre está ligado a una pérdida de poder económico y social por parte de la población, y en concreto, de la clase trabajadora.
“Cuando la precarización y la pobreza se convierten en objetivo principal de las corporaciones y las élites, tanto económicas como políticas, con el objetivo de acumular capital y poder político, entonces, la consecuencia, siempre es un aumento de la ultra derecha, la cual implica no solo una misoginia extrema sino xenofobia, homofobia y toda una serie de fobias que son mucho más fáciles de gestionar echando la culpa a todos aquellos que no son hombres blancos/autóctonos” narra Goikoetxea.
No es casualidad que durante la campaña electoral brasileña grupos de mujeres y activistas LGBTI uniesen su fuerza en contra de Bolsonaro no sólo para organizar protestas sino también para escribir manifiestos. La plataforma Mujeres contra Bolsonaro por su parte escribió un manifiesto en el que exponían las razones por las cuales no aceptaban a dicho candidato, recordando de esa manera que Jair Bolsonaro desprecia a las personas negras, indígenas, LGTBIQ, los derechos de las mujeres y que además, mantiene un discurso que legitima el feminicidio entre otras cosas. Ya anteriormente, que a principios del 2017, cuando el presidente Donald Trump llegó al poder, fueron las mujeres las que tomaron las calles de todo el país bajo la consigna “Women´s March”, y las que a día de hoy siguen siendo parte del movimiento opositor.
¿Cómo afecta este auge al movimiento feminista?

El discurso de la ultraderecha en torno al movimiento feminista se ha ido modificando. De esa forma, la extrema derecha mantiene dos tipos de relaciones con el movimiento de las mujeres, por un lado la cooptación de parte del discurso feminista y por otro, la demonización del movimiento feminista. 
La cooptación se establece cuando se interiorizan (en apariencia) algunos puntos de la lucha del movimiento feminista pero siempre y cuando estén modificados y se puedan influir por un sesgo ideológico xenófobo y racista. Esta por ejemplo, es una de las estrategias que ha utilizado el Frente Nacional en Francia para mantener un discurso xenófobo e islamófobo con la excusa de “proteger a las mujeres”.

La naturaleza subversiva del movimiento feminista ha provocado la demonización del mismo movimiento por integrantes de la ultraderecha, puesto que, la lucha de las mujeres desestabiliza todas las estructuras, tanto el poder como los privilegios que defiende la ideología conservadora. Este patrón pudimos observarlo cuando hace un par de años el alcalde de Alcorcón David Pérez del Partido Popular hizo unas declaraciones: "las feministas son mujeres frustradas, mujeres amargadas, mujeres rabiosas y mujeres fracasadas”.
Ante la demonización del movimiento feminista Jule Goikoetxea explica lo siguiente: “El auge de dicha ultraderecha, está relacionado, entre otras cosas, con el aumento del feminismo, el cual, al querer y en ciertos casos conseguir, el empoderamiento de las mujeres, hace que muchos hombres reaccionen en contra de dicho empoderamiento, ya que la igualación de capitales o de poder por parte de las mujeres, implica una disminución, en ciertos casos, del poder de los hombres. La ultraderecha, en tanto que quiere mantener a las mujeres como esclavas sumisas de los hombres, no puede soportar la lucha feminista y ahora que dicha lucha está fuerte, su oposición será igual de fuerte y violenta”.
Asimismo, la pensadora vasca añade que la ultraderecha siempre representa misoginia y su efecto siempre suele ser el aumento de la violencia patriarcal en contra de las mujeres, que dependiendo del estrato social, cultural y económico de dichas mujeres, variara el tipo de violencia, tanto directa, material como discursiva o simbólica.
Por su parte Irantzu Varela, periodista y activista feminista, recalca que el enemigo público de los “fachas” es el movimiento feminista, visto que este cuestiona el modelo conservador de mujer sumisa, subalterna, en segundo plano, que no abre la boca. Además, declara que el fascismo posee una obsesión con hacer las cosas como “dios manda” y que de esa forma la comunidad LGTBI también representa una amenaza para los valores conservadores, dado que, esta quiere rompe con toda represión sexual, la heteronorma y los binarismos de género.

Los hombres de fundamento y las mujeres como dios manda cansándose entre sí y teniendo criaturas monísimas y llevándolas a colegios religiosos así se podría perpetuar un sistema de opresión eternamente.

¿Cuál es la situación en España?
La derogación de la Ley de Violencia de género, la supresión de organismos “feministas radicales” subvencionados, la persecución efectiva de las denuncias falsas, la creación de un Ministerio para la familia, la creación de un Ley Orgánica de la protección de la “familia natural”, la ilegalización de aborto y la ampliación del permiso de maternidad a 180 días el cual se prolongaría a un año en el caso de hijos e hijas con discapacidad, son algunas de las propuestas del partido de la ultraderecha dirigido por Santiago Abascal.

Vox fue registrado como partido el 12 de diciembre desde 2013 y a pesar de no haber conseguido ninguna representación, sus discursos son conocidos por legitimar consignas racistas, xenófobas, homófobas, transfobas y machistas. 
El pasado 7 de octubre Vox realizó un acto en el Palacio Vistalegre de Madrid en el cual se congregaron más de 9.000 personas, cosa que hace unos años podría parecer impensable.

La profesora e investigadora de universidad Jule Goikotxea, piensa que este auge se debe también a que el feminismo se ha expandido, “en cuanto las mujeres empiezan a movilizarse, a hablar y a empoderarse, toda sociedad patriarcal (hoy en día todas) pone en marcha sus mecanismos para hacer volver a las mujeres y al resto de cuerpos no hegemónicos, a su lugar, que en una sociedad patriarcal, es la subordinación y la subalternidad con respecto a los hombres. Por tanto, detrás de esta reacción misógina, esta también el éxito de la lucha feminista de los últimos años”.
En 2011 con la llegada del Partido Popular al Gobierno, por aquel entonces el ministro de Justicia Alberto Ruiz Gallardón, llevó a cabo una propuesta de ley sobre el aborto. Esta ni siquiera cubría el supuesto de malformación fetal, el cual en muchos casos ponía en riesgo la vida de la madre. La propuesta llenó las calles de manifestantes que pedían no sólo la derogación de la propuesta sino también la dimisión del ministro de Justicia.

En 2014, después de que el presidente de Gobierno, Mariano Rajoy, comunicase que el Ejecutivo había decidido retirar la reforma de la ley del aborto, Alberto Ruiz-Gallardón se vio forzado a dimitir. 
A pesar de la muestra de fuerza del colectivo feminista, el pasado 28 de octubre, Pablo Casado, actual presidente del Partido Popular, durante una entrevista en el programa El Objetivo declaró que su compromiso era regresar a la ley del aborto de 1985. Según Casado, el aborto no es un derecho, visto que este se contrapone al “derecho a la vida”.

Por otra parte, Ciudadanos es uno de los partidos que más fuerza está tomando durante estos últimos años. Antes de la huelga internacional del 8 de marzo, el partido se manifestaba en contra de esta, porque, la movilización de mujeres se declaraba “anticapitalista”. Tras la asistencia multitudinaria de las manifestaciones y de la huelga laboral, estudiantil, de cuidados y de consumo, pudimos escuchar como Albert Rivera, presidente de Ciudadanos, comunicaba que se encontraba dispuesto a encaminar la “lucha feminista transversal”.
¿Cómo puede alguien considerarse feminista cuando apoya la maternidad subrogada?, ¿cómo puede alguien considerarse feminista siendo capitalista?, ¿cómo puede alguien considerarse feminista cuando no apoya el aborto gratuito?
“Ellos, Ciudadanos, quieren incrustar a las mujeres en un sistema patriarcal capitalista, meritocrático, sexista y discriminatorio que no nos interesa. Las feministas, señores - y también señoras- de Ciudadanos, no queremos parches, no queremos remiendos. Queremos igualdad real y efectiva. Queremos dejar de seguir siendo asesinadas por el hecho de ser mujeres, queremos dejar de ser violadas y acosadas. Queremos trabajar sin sufrir brecha salarial. Queremos decidir sobre nuestros cuerpos, sobre nuestra maternidad de manera libre, sin que se les ponga precio o condiciones machistas. Queremos igualdad ante la ley cuando se juzgue a nuestros violadores, queremos justicia cuando se les condene. Queremos que se privilegie el bienestar y seguridad de los menores y no el de sus padres maltratadores se garantice” escribe Lara Alcazar, líder y fundadora de FEMEN España, en su artículo “Por qué Ciudadanos nunca apostará por el feminismo real”.
¿Por qué una mujer como Marine Le pen no representa al feminismo?

“El feminismo hace mucho que se está convirtiendo no sólo en una lucha contra todas las formas de opresión, sino que es la alternativa a todas las formas de opresión.”

Desde un primer momento, el feminismo negro ha demostrado que el feminismo debe de ser antirracista y anticapitalista, dado que, la lucha de las mujeres combate todo tipo de formas de opresión. Por esa razón, parece contradictorio que la líder de partido xenófobo, racista y misógino Frente Nacional francés se autoproclamase en las elecciones presidenciales del 2017 “la candidata de las mujeres”.

Irantzu Varela, en entrevista a AmecoPress, declaró que un gobierno sólo podría ser feminista cuando estableciera una lucha contra todas las formas de violencia que viven las mujeres como prioridad máxima. Un gobierno que instaurase medidas económicas, políticas, culturales y sociales con perspectiva de género. Por esa razón, parece impensable que Marine Le Pen sea la “candidata de las mujeres” cuando está no tiene un proyecto claro que trabaje por la igualdad de género ni por los derechos del sexo femenino. 
El programa electoral presentado por el Frente Nacional en las elecciones de 2017 incluía la derogación del matrimonio homosexual, una reproducción asistida sólo en caso de esterilidad (lo cual excluía a las mujeres homosexuales o bisexuales), y la lucha contra la discriminación exclusivamente por razones de salud o discapacidad suprimiendo de esa forma la homofobia o la transfobia.

Ante todo esto, ¿cómo puede alguien autoproclamarse la candidata de las mujeres, cuando sus políticas excluyen a gran parte del colectivo femenino?
Margaret Thatcher, también denominada “Dama de Hierro”, ha pasado a la historia por ser la mujer que gobernaba un marco político liderado por hombres. Thatcher ganó las elecciones de 1979 y fue primera ministra británica hasta 1990. Sus políticas fueron conocidas por reducir el poder de los sindicatos de las personas trabajadoras y por desarrollar un plan de privatizaciones que afectarían directamente tanto al sector minero como al sector de las viviendas sociales.
La exalcaldesa de Madrid Ana Botella a través de su artículo “Margaret Thatcher, una mujer pionera” declaró que la política británica supuso una inspiración para muchas mujeres. ¿Pero qué inspiración puede haber cuando sus gobiernos hicieron poco o nada para erradicar la desigualdad de género?, ¿qué inspiración puede haber cuando sus políticas castigaron al proletariado británico?, ¿acaso dentro del proletariado no había mujeres?
Cómo bien explicó Lauren Mayberry, vocalista de CHRCHES, tener vagina no te hace feminista y por tanto, el hecho de que Margaret Thatcher o Marine Le Pen sean mujeres cis no indica que sus políticas sean feministas.
Dolores Ibarruri, La Pasionaria, dijo una vez “un día la vida me golpeó tan fuerte que me enseñó a resistir” y eso es lo que hemos hecho las mujeres durante la historia resistir y luchar. Puede que la ultraderecha este en auge y que cada vez las políticas retrogradas, machistas, misóginas, homófobas y transfobas tengan más adeptos, pero el movimiento feminista se encontrará en frente para combatirlas.
Fotos: Archivo AmecoPress.

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