12/15/2018

El feminismo está siendo una alternativa como no lo fue en otras décadas


Alternativa feminista
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Entrevista a Ruth Zurbriggen

1) ¿Ve una posibilidad de eventual “vuelta” de gobiernos progresistas en Latinoamérica? ¿Qué implicancias o viabilidad tienen estos “modelos” hoy? ¿Se agotó el denominado ciclo progresista?
En principio me parece que no estoy pudiendo ver en el horizonte cercano por venir una vuelta de gobiernos progresistas en Latinoamérica, más bien lo que veo es una reconfiguración y reordenamiento de fuerzas conservadoras, fundamentalistas, patriarcales, neoliberales, extractivistas, colonialistas, que están logrando pactos, aún con sus diferencias, en contra de los pueblos. No podría decirte si el ciclo progresista se agotó en los términos en que sabemos que el capitalismo genera crisis constantemente, pero hasta aquí las salidas a esas crisis no están viniendo, me parece, de la posibilidad de gobiernos progresistas, o no estamos encontrando la manera de hacerlo.
2) ¿Qué caracterización hace del avance de gobiernos de derechas en los países de Nuestramérica? ¿Se puede hablar de una crisis de esos proyectos en la región y/o del macrismo en la Argentina?
Por lo mismo que digo antes creo que lo que se está imponiendo es un modo, o mejor dicho, los gobiernos de derecha entre otras características en Nuestramérica lo que tienen son modos patriarcales de organizar las salidas que plantean con sus constantes lesbofobias, transfobias, con su constante misoginia, que incluso aparece como aggiornada, porque políticamente es muy incorrecto mostrar el odio que se tiene sobre los cuerpos disidentes y sobre las mujeres pero las políticas de abandono estatal hacia programas que podrían mejorar un poco las existencias de las mujeres, y de las cuerpas y los cuerpos disidentes, me parece que muestran en todo caso ese odio, esa misoginia. Y lo digo porque todos los planes de ajuste neoliberales afectan de manera diferenciada a mujeres, a varones, a travestis, es decir, quienes más sufren las consecuencias de estos planes de ajuste son las mujeres empobrecidas económicamente, son las travestis, son las mujeres de los pueblos originarios, las mujeres que viven en zonas no urbanas también, con todo lo que no se les garantiza allí.
Pero me parece que también otro vector importante que analizar de estos gobiernos es el colonialismo y el racismo que los caracteriza, cómo construyen siempre al “otro”, a las “otras” diferentes, como enemigos y entonces los efectos sociales, políticos y culturales que eso tiene. Por supuesto, el vector que los organiza, por decirlo de alguna manera, es su defensa a ultranza de las relaciones económicas desiguales, de las relaciones que genera el capitalismo con la concentración de riquezas en unos pocos, cada vez más pocos. Y como dice Rita Segato, ese “proyecto histórico está dirigido a la meta de las cosas”, es decir, a construirnos, a significarnos a las personas en condición de mercancía. Me parece que ese aporte que hace Segato para pensar las relaciones del capitalismo, del patriarcado, del colonialismo, es muy importante para tenerlo en cuenta.
No me animaría a hablar de una crisis del macrismo en Argentina. Creo que el mayor problema que tenemos en Argentina hoy, y por eso entiendo que el macrismo sobrevive, se acomoda, sigue demostrando capacidad para salir bien parado de los desastres que genera, son justamente las fuerzas alternativas y la incapacidad de dar respuestas desde el campo popular sin tantas diferencias, en todo caso, o sin buscar las cosas o los programas de acción que podrían encontrarnos. Me parece que cuando el campo popular prioriza las diferencias entre los distintos movimientos allí quienes triunfan son las hegemonías como las que tenemos hoy en Cambiemos; y esto no quiere decir que una no reconozca las crisis de este gobierno, pero sin embargo me preocupan más las respuestas que podemos dar, si hay movimientos que estamos bregando por otros modos de hacer política que puedan enfrentar a estos proyectos tan liberales y con las características que dije antes.
3) ¿Qué actores sociales y diferentes proyectos políticos aparecen como alternativas al macrismo?
Yo creo que hay un hecho, que a nivel mundial no puede desconocerse, en relación a actores y a diferentes proyectos que aparecemos en la vida política y pública para disputar sentidos, que es el feminismo; porque la verdad es que los hechos, los acontecimientos, los eventos que veníamos generando desde un feminismo cada vez más global dan cuenta de un movimiento muy vivo, de un movimiento que tiene capacidad articulatoria, aún con las diferencias y las tensiones que hay dentro del feminismo, y que son propias a cualquier movimiento social. Pero me parece que el feminismo está siendo una alternativa como no lo fue en otras décadas, una alternativa por la capacidad de movilización que estamos teniendo, de masificación de nuestros reclamos, porque estamos logrando poner en el escenario un debate sobre el estatus de las mujeres y de todos los cuerpos disidentes, porque estamos mostrando que podemos generar respuestas ante los ataques económicos, ante las violencias exacerbadas que vamos viviendo. Y esas respuestas son de reclamos que se traducen en demandas, como es la demanda por el aborto legal en Argentina y en toda América latina y caribeña, pero no solamente eso, sino también que podemos armar redes de cuidados entre nosotras, y creo que esa es la gran apuesta del feminismo, prefigurar otros modos de hacer política.
Las Revueltas la pensamos como una política que busca resolver entre nosotras los problemas que nos aquejan sin construir fe estatal, sin esperar a que todas las respuestas a nuestros problemas vayan a venir de parte del Estado, porque este Estado genera violencia, hay una violencia estructural que produce y reproduce todo el tiempo, entonces no le vamos a confiar a estos Estados la resolución de nuestros problemas. Pero así como le demandamos vamos creando redes de cuidado y eso me parece que es un punto importante de la política feminista.
Luego entiendo que también otros actores sociales, por lo menos en los territorios que nosotros habitamos y en los que activamos, como son los territorios de la Patagonia argentina y en particular de Neuquén, pese a la inmensa criminalización, una criminalización de hechos concretos como son el avasallamiento a los territorios, el extractivismo, la explotación petrolera a través del fracking, etc., está en alza en estos últimos años. Pero hay un pueblo que resiste, hay un pueblo que defiende los territorios, hay un pueblo que muestra salidas a esa organización que pretenden estos gobiernos, como es el pueblo mapuche. Son movimientos que en este territorio tienen una fuerte impronta, que va también de la resistencia a la prefiguración de estos otros modos.
Y también todos esos movimientos sociales que están mostrando cómo afectan los ajustes del gobierno de Macri a todos los sectores de trabajadores y a los sectores subalternizados y vulnerabilizados, también van dando cuenta de esta capacidad que tenemos de defender en todo caso, y de reclamar por nuestros derechos. Ahora pareciera que algunos de estos movimientos son de reacción, que no son movimientos que se adelanten en todo caso a pensar los problemas que tenemos a partir de los ajustes, sino más bien son movimientos de respuestas ante los golpes que nos está dando este gobierno.
4) ¿Con qué ejes políticos y con quienes debería articularse el movimiento popular para enfrentar a la derecha y poner en pie una alternativa anticapitalista? ¿Podría mencionar medidas y/o propuestas concretas?
La salida anticapitalista no puede verse solamente como anticapitalista, sino que hay que pensar intersecionadamente las opresiones, las discriminaciones, las desigualdades que produce un sistema que es colonialista, que es patriarcal, y que también es capitalista, por supuesto. Que es discapacitante, porque esa es otra arista que tenemos que poder ver en esta sociedad: además de ser todo esto que decimos es una sociedad que siempre discapacita a un otro desde un centro, desde un modo de entender las normalidades, y eso genera especiales sufrimientos y daños sobre todas aquellas personas que no encajan en los modelos de normalidad. Y no encajar en los modelos de normalidad es no encajar en los estereotipos esperados para una femineidad y una masculinidad hegemónicas que son blancas, que son adultas, que responden a la heterónoma.
Entonces tenemos que pensar intersecionadamente todas estas aristas o vectores para encontrar alternativas. El feminismo y el movimiento de los pueblos originarios no pueden verse como agregados a la hora de pensar las salidas al capitalismo.
El capitalismo es lo que es también porque es colonialista, también porque es racista, también porque es patriarcal. Entonces estos movimientos que fui nombrando no pueden ser pensados como el cotillón a la hora de buscar salidas y construir alternativas e imaginar otros mundos posibles. Creo que la política toda debe reflexionar para transformar los modos patriarcales que tienen de organizarse.
La política toda, los movimientos sociales deben pensar el patriarcalismo que los inunda, pese a la irrupción de las mujeres, de las travestis, de cuerpos trans. Cuáles son todavía las lógicas profundamente patriarcales que organizan sus modos de hacer política para que justamente podamos pensar que esos modos reiteran ciertas jerarquizaciones y ciertas opresiones, y que queremos salidas que puedan enfrentar todas las jerarquizaciones que existen en este mundo, y también las que se dan en lo interno de los movimientos.
5) ¿Qué rol juega la institucionalidad democrática actual en la construcción de alternativas populares?
En ese sentido me parece que tenemos que ir generando pedagogías e ir analizando cuales son las pedagogías que ponemos en acto, qué creamos, qué imaginamos quienes estamos armando redes de cuidados, redes de acompañamiento para evitar sufrimiento y daño. Vale la pena seguir pensando y reflexionando de manera articulada las pedagogías que armamos en contra de las crueldades de este sistema, para ver cuáles son las salidas. Me parece que los movimientos que enfrentan a esos sectores tan conservadores, misóginos, fundamentalistas, autoritarios en la inmensidad de las movilizaciones convocadas en Brasil por el movimiento de mujeres, dan cuenta de la vitalidad de un movimiento que ha venido para quedarse.


*Ruth Zurbriggen. Profesora en Ciencias de la Educación e investigadora en temáticas de géneros, cuerpos, sexualidades y ciudadanías sexuales en la Universidad Nacional del Comahue. Integrante de la Colectiva Feminista La Revuelta de Neuquén y Socorristas en Red.

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