7/10/2019

Claves selectas y claves olvidadas para entender el México de López Obrador

Una respuesta a Katu Arkonada


Hoy el noble y el villano,
El prohombre y el gusano
Bailan y se dan la mano
Sin importarles la facha.
Juntos los encuentra el sol
A la sombra de un farol
Empapados en alcohol
Abrazando a una muchacha.
Y con la resaca a cuestas
Vuelve el pobre a su pobreza,
Vuelve el rico a su riqueza
Y el señor cura a sus misas.
Juan Manuel Serrat, La Fiesta de San Juan

A un año de las elecciones del 2018 acuden masas de simpatizantes de Morena al mismo festival donde en lugares reservados en primera fila se sientan Carlos Slim, Emilio Azcárraga, Miguel Rincón, etc. ¿Qué motivo de fiesta pueden tener en común tan disímiles asistentes? Nos dice Kartu Arkonada, en un artículo publicado el día 1° en Rebelión que el motivo es que Obrador reconstruye la nación, dejando atrás el periodo neoliberal, estima que los 7 meses ya muestran visos de tal transformación y ofrece 10 claves para entenderlo. La selección de claves que equipara desde elementos de economía hasta elementos de cuasi marketing político presentado así, sin algún ordenamiento lógico entre sí, vuelve el análisis antojadizo y débil para sostener algo tan atrevido como que México es la “referencia en la nueva oleada de izquierda”. Más aún, habría que esclarecer si podemos compartir los motivos de aplausos tan estruendosos de las grandes asociaciones bancarias, centrales patronales, etc.
Una clave bajo la alfombra
Difícilmente alguien refutaría que el TLCAN fue la pieza central para entender el comportamiento económico de México en el periodo que abarca de 1994 a 2018. Es poco probable que alguien pueda refutar que fue ese acuerdo imperialista el marco que explica la destrucción acelerada del campesinado y su flujo migratorio, el choque constante con las comunidades indígenas que vieron sus tierras y territorios convertidas en reserva para la acumulación originaria, la aceleración en la concentración y centralización de capitales que multiplicó en varios órdenes las fortunas de los mayores magnates del país, que provocó una ecualización a la baja en los salarios de la región de Norteamérica, que provocó transformaciones legislativas para privatizar empresas, bienes y servicios públicos, etc., que asignó a los sucesivos gobiernos de todos los niveles el papel de testaferros de los intereses de mineras, petroleras, empresas maquiladoras, supermercados, etc.
Todo esto es bien conocido, inclusive el analista en cuestión reconoce a los tratados de libre comercio como instrumentos del neoliberalismo1, como proyectos de la burguesía en la región, etc. Y sin embargo, parece que o bien el TMEC no es una clave para entender la economía política del México actual, o se le considera algo ajeno al gobierno de López Obrador, y barriéndolo bajo la alfombra para que no ensucie el panorama ya-no-neoliberal se dice “No se puede hacer nada en el ámbito del nuevo TLCAN-TMEC”, así sin más.
El TMEC no solo es continuidad del TLCAN sino que intensifica las relaciones de dependencia que coexisten con las de interdependencia con todo lo que ello implica, es un Tratado imperialista que además objetivamente suma a México a la guerra comercial de los EEUU contra China. El desarrollo ulterior de la política económica y política exterior del gobierno actual será inentendible sin colocar esta clave en primer lugar. Tampoco es ajeno al gobierno de Obrador pues éste participó; a petición de Trump aunque correspondía tal petición a Peña Nieto, a través de Jesús Seade en la negociación final del acuerdo. La ratificación del TMEC implica la garantía del actual gobierno de que no se van a tocar los contratos privados en la industria energética y petrolera, que no se van a cancelar las concesiones mineras ni afectar su tasa altísima de ganancias exentas de impuestos, que no se van afectar los intereses de los banqueros –ni con el pétalo de una reducción de sus comisiones-, que no se van a afectar los mecanismos del capital financiero, que no se van a tocar ni con socialización, estatización, expropiación –o dicho sea de paso con el impuesto progresivo con el que sueña el analista - a los monopolios que disfrutan del expolio de México y sus capas trabajadoras.
Si nada se puede hacer contra el TMEC entonces nada se puede hacer por fuera del TMEC, por eso llegados a este punto debemos preguntar al autor si sostiene que éste acuerdo no es un instrumento del neoliberalismo sino un instrumento de colaboración y solidaridad entre los pueblos. De no ser así quizá entonces se sienta tentado a argüir que dentro de marcos como los acuerdos inter-imperialistas se puede “garantizar las condiciones de vida materiales de la población”, se puede garantizar la “recuperación de la soberanía”, se puede seguir una política exterior independiente, etc. Y si todo esto es así, quizá lo único que queda por reprocharle a Salinas de Gortari en 1994 es no haberse apellidado López Obrador.
Claudicación en política exterior
 Nada puede hacerse contra el TMEC pues este es crucial para preservar en el entorno internacional actual la mayor ganancia posible de la gran burguesía mexicana, claro que a reserva de que se le ocurra mejor excusa al analista. Pero hay que poner atención a que en un entorno donde las contradicciones inter-imperialistas son cada vez más agudas el “Nada puede hacerse en contra” implica forzosamente que “Todo debe hacerse a favor”. La distancia cada vez más lejana entre los discursos y las acciones concretas nos lleva a concluir que si alguna vez hubo voluntad política, como sugiere el ambivalente discurso, de desmarcarse de la política de los EUU ésta voluntad ya claudicó a menos de un año, ahora depende estrictamente de que varíe la política exterior de los EEUU para variar la política exterior de México.
En el discurso se ofrece respeto y no intervención en el caso de Venezuela, pero por otro lado se envían elementos de la armada de México a participar en el ejercicio militar multinacional encabezado por las Fuerzas Armadas de EE.UU. a 300 kilómetros de las costas de Venezuela.
En el discurso se ofrece apoyo, humanitarismo, comprensión, protección, etc., a los trabajadores migrantes pero las acciones concretas han sido el despliegue masivo de la guardia nacional, un incremento en 204% de las detenciones2, el hacinamiento de los 58 centros de detención que en estos momentos cuadruplican su capacidad, la prolongación de los procesos de regularización en más de cuatro veces su duración máxima legal, etc. En pocas palabras el terror. El terror ha sido la herramienta para destruir las caravanas, único mecanismo de defensa gestionado por las masas migrantes frente a las bandas criminales de secuestradores, traficantes de órganos, tratantes de blancas, cuerpos represivos, etc. En lugar de la caravana se ofrece la tutela de un Estado que aún reporta impunidad en el orden del 99.3% de los delitos3, que aún ni responde por las desapariciones pasadas; entre otros de nuestros camaradas, ni por el asesinato de luchadores populares que ha continuado ocurriendo. Anular el derecho a libre tránsito para todos, exportar capital hacia Centroamérica, tomar a 40,000 trabajadores en calidad de mano de obra barata y expulsar al resto de vuelta a sus países donde ya han perdido todo, tal es la política imperialista que se sigue.
Lo anterior se resume en garantizar la libertad de movimiento de las mercancías al costo de anular la libertad de movimiento de los trabajadores. Tal política está condenada al fracaso, pues no alcanzará a detener el efecto ni a superar la causa.
En cuanto a la causa omite que los flujos del capital; a su vez movidos por las tasas de ganancia desigual de una rama a otra, de una región a otra, y variables a través del tiempo, engendran necesaria pero anárquicamente una capa numerosa de proletariado que actúa como reserva industrial. Así como en su momento ocurrió con la población campesina trasladándola a la ciudad, así ocurre con la población de múltiples ocupaciones de países enteros a otros. Hasta ahora ni los muros de concreto ni las Guardias Nacionales pueden abatir al enemigo invisible de las relaciones económicas, una oferta para una demanda.
Y si en las causas quiere combatir fuerzas fantasmagóricas con balas, en los efectos quiere combatir el fuego rociando gasolina. Para alejar la posibilidad de una explosión social en su territorio, movida por el descenso constante de los niveles de vida de la clase obrera, expulsa el gobierno representante de los capitales norteamericanos la mano de obra migrante que éstos mismos capitales requirieron, y disciplina a punta de amenazas a su socio a imitarlo en cuerpo y alma. Pero la dimensión de la catástrofe humana que ello implica debería dejar a los intelectuales orgánicos de Morena con menos complacencia de lo que muestran. De acuerdo a los oficiales norteamericanos el trato actualmente en vigor supone incrementar inmediatamente el ritmo de migrantes expulsados hacia México de 250 a 1000 por día, así como incrementar del lado mexicano las detenciones de migrantes centroamericanos de 700 a 2000 por día4. Hablamos de paralizar el movimiento de poco más de un millón de personas al año actualmente. Aún si se frustran las pretensiones de incrementarlo hasta 3 millones, aún si se frustra la reelección de Trump, aún si se olvida que la política antiinmigrante actual de los EEUU es continuidad de otros 2 presidentes demócratas y 2 presidentes republicanos que consecutivamente la han venido endureciendo, aún con todo ello objetivamente se habrá colocado ya material explosivo sobre de la situación política de México y aún más de Centroamérica. Significa regresar en un periodo extremadamente breve un millón de proletarios que abandonaron detrás pertenencias y arraigos, que estuvieron dispuestos a enfrentar selvas, desiertos, sierras y muros, bandas criminales y guardias nacionales, significa destruirles la endeble esperanza de que migrar a los EEUU era su vía para mejorar en algo su situación. Ustedes prométanle 40000 empleos míseros y la protección de un Estado asesino al millón de migrantes que ya no tienen nada que perder, otros seguramente serán quienes señalen que ahora tienen en cambio un mundo por ganar.
Salario y precarización
Es interesante que se proponga como clave para comprender la realidad el incremento al salario mínimo, pero omitiendo que éste fuera significativamente mayor para la zona fronteriza, ¿No habría que celebrarlo como un logro más? Ocurre que éste obedece a la demanda de evitar el dumping laboral en materia de la industria ensambladora de exportación, una vez más los tratados internacionales económicos se establecen como ley suprema. Si se tratase de redistribución de la riqueza, y tal fuera la motivación de la política económica como trata de insinuarse en el artículo, no se requeriría esa distinción, tampoco se pasaría por alto que sigue sin garantizar ninguna condición mínima de subsistencia. Se trata de satisfacer acuerdos entre socios capitalistas, en ese marco si se requieren tales distinciones y en ese marco si es indiferente el grado en que remedia o no la situación de la clase obrera más pauperizada.
¿Por qué decimos que no alivia la situación de la clase obrera más pauperizada? Ya el Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM, cuyos datos citó María Luisa Alcalde, respondió en su momento el significado concreto de tal “Salario Digno”: En lugar de trabajar 23 horas con 58 minutos para acceder a la Canasta Alimentaria Recomendable “solo” trabajar 21 horas diarias con un régimen de salario mínimo. Hasta el momento no hemos visto una réplica al señalamiento de vacuidad con el que asignan los intelectuales orgánicos de Morena el adjetivo de “digno”.
Nos parece que se haría bien en guardar el bombo y el platillo, máxime cuando desde la Presidencia de la República, la Secretaría de Trabajo, el curul de Senador de Monreal, la Presidencia del Partido MORENA, el comité estatal de Tamaulipas de MORENA y la Presidencia Municipal de MORENA-PES se intentó romper el muy importante movimiento de huelga masiva que defendió un aumento indexado a los salarios de los trabajadores de maquila. Se pidió desde la conferencia mañanera presidencial al obrero ser “considerado” y “sensible” con los empresarios, se predicó paciencia –una paciencia que habría de aguardar 40 años para recuperar un nivel de consumo similar al de los 80’s para el salario de la actual generación de trabajadores vivos. Más, ¿Cuánta sensibilidad más para los potentados se requiere? Inclusive el aumento al salario mínimo es regresado con creces por la clase obrera mexicana. La población ocupada que recibe hasta un salario mínimo, inclusive, es de 8.5 millones. Si en un año normal hay aproximadamente 270 jornadas laborales y en cada una de ellas se aumenta 14 pesos, esa cantidad suma 32 mil 130 millones de pesos, pero el gobierno les transferirá a los empresarios, en forma de trabajo gratuito de los jóvenes un total de 43 mil 300 millones de pesos, es decir 11 mil 170 millones de pesos más de lo que pagarían por todo el aumento de salario junto.
Estamos seguros que el analista no tendrá problemas en admitir que el resultado de la gestión neoliberal se tradujo en un incremento de las tasas de explotación y de precarización de los trabajadores de México. La pregunta estriba en ¿Por qué se imagina éste mismo analista que preservar en la política de restricción fiscal, recortes en educación y salud, despidos masivos de trabajadores públicos, y la entrega de mano de obra ultra-barata de 2 millones de trabajadores jóvenes a los grandes monopolios van a revertir tales tendencias? ¿Tiene acaso el Instituto Nacional de Otros Datos muestras que contradigan las tendencias reflejadas en la ENOE-INEGI de continuidad en la alza de la subocupación, desocupación, trabajo informal y trabajo en condiciones críticas?
Si todo va a reducirse al papel que jugará el asistencialismo para mantener a flote la subsistencia mínima de las familias proletarias entonces es una confesión del fracaso más profundo del sistema económico. Este sistema económico presupone en su base que concurra al mercado una clase social que vive de la venta de su fuerza de trabajo como mercancía, pero en este caso no puede vivir de ésta misma venta sin tener que ser subsidiada en proporción cada vez mayor. Ya hace 3 años que la proporción de los apoyos y subsidios llegaba al 37.2% de los ingresos totales que tienen las familias menos favorecidas5, profundizar en tal camino es recetar analgésicos para una enfermedad terminal. La prognosis de que la bárbara y exasperante realidad de los sectores populares y trabajadores más empobrecidos de éste país depende solo de la “velocidad” de los apoyos y bonos es quedarse sumamente cortos de respuesta para cuando éste país del G20 incremente la cantidad de esclavos asalariados que no puede ya siquiera sostener en su calidad de esclavos asalariados.
Falsas dicotomías y Guardia Nacional
Un entorno de Guerra comercial tendiente a la conflagración, una profundización del entrelazamiento con el centro imperialista de los EEUU, una economía mundial al borde de una nueva contracción, un millón de trabajadores migrantes varados por año, y un proceso de acumulación que reduce a los trabajadores a complementar su subsistencia con asistencialismo, la situación explosiva de México no ha sido cancelada. Pero el papel de las fuerzas políticas que actúan sobre el escenario no es indiferente a la situación. El papel de Obrador, más aún de MORENA y todo su andamiaje de aparato político, juega el papel de un bombero. Medidas que anteriormente hubiesen provocado una reacción popular masiva hoy son pasadas sin respuesta, cuadros del movimiento popular que anteriormente organizarían y convergerían sobre de tal movilización hoy están incorporados en el aparato estatal creando justificaciones teóricas para su actuación.
Las falsas dicotomías chairo-fifí, aeropuerto para los intereses del capital en Santa Lucía o aeropuerto para los intereses del capital en Texcoco, etc., que no colocan la cuestión de los intereses de clase en primer orden serán muy bonitos pero sirven para enmascarar el conflicto. Si son colocadas como lo esencial, ¿Qué ha de sorprender a nuestro analista que entonces la desilusión cobre factura en el futuro guiándose por tales construcciones discursivas?, ¿Se sorprenderá nuestro agudo analista cuando el voto al igual que en los EEUU, Brasil, etc., le exprese algo cómo “Si han sido los chairos –no los capitalistas- los que me embaucaron entonces he de cobrarles tal embaucamiento con apoyo a los fifís”? Más aún, “si me has convencido que por encima de mi interés como clase mayoritaria debo atender al interés como nación, que en tal interés debo ser sensible a las necesidades de los empresarios, entonces quizá deba apoyar a quien expresa mejor tales supuestos”, etc. Como falacia ad populum se nos invoca el índice de aprobación del 70% para mostrar la eficacia de sostener tales recursos discursivos, es probable que Katu recuerde que el índice de aprobación de Chávez rayaba el 70% durante el 2013 y 6 años después Maduro retiene un 23%, lo trágico es que con él se hunda en el descrédito a escala continental la noción misma de socialismo que no habría de venir al caso. Hay que tener cuidado en no perder el rigor, pues se toma como elemento para el análisis algo tan mutable como la llamada opinión pública ignorando el hecho de que tal opinión pública se construye por aquellos que detentan los medios para construirla.
Con dificultades, pero como reflejo de los choques que continuarán sucediendo en los centros de trabajo donde la clase obrera truena contra su insostenible situación, como reflejo de los choques que continuarán sucediendo en las tierras y territorios indígenas puestos en la mira de los monopolios, como reflejo de los choques de los trabajadores migrantes sometidos a condiciones insufribles, como reflejo de la insumisión de una juventud trabajadora cuyo futuro se le destruye, etc., nuevos luchadores y cuadros han de suplir el vacío que ha dejado ésta sangría. Las dificultades que tendrán que superar para orientarse en la lucha, para establecer mecanismos de cooperación, para establecer una comprensión programática de sus intereses, para levantar cabeza como proyecto con fisionomía propia sin duda serán menores si se desgaja a tiempo una parte de quienes hoy sostienen la sinrazón de posponer su actividad en pro de una salida radical hasta que los EEUU y la necesidad de los capitales mexicanos tenga a bien permitirla. La necesidad de conformar un polo clasista no alineado ni con la gestión socialdemócrata que pretende conciliar lo inconciliable, ni con la reacción que asoma detrás de ella para empuñar medidas severas contra la clase obrera, es objetiva.
Un último tema es el de la Guardia Nacional. Se nos jura y perjura que no habrá de ser usado para la represión, aunque se le dota de armamentos antimotines. Se nos dice que servirá principalmente para combatir las mafias, aunque hoy principalmente se dedica a cazar migrantes con ya varias víctimas mortales en su haber. Objetivamente preguntamos, ¿Es o no es el fortalecimiento de los mecanismos de represión del Estado? Se le dota de mayores facultades de espionaje e intervención, se le organiza con un modelo que sigue al de los cuadrantes del FBI, se le incorporan tanto el presupuesto como las funciones que previamente desempeñaba el CISEN, se le pertrecha de armamentos más modernos, se le incrementan 50000 elementos para pasar a 100000 elementos nuevos en el mediano plazo, se le asigna el mayor y casi único incremento de las partidas presupuestales, etc. Suponiendo sin conceder, que basado en su conocimiento personal de las “grandes virtudes” de quien hoy es presidente, Katu Arkonada pudiera asegurarnos que la Guardia Nacional no será usada para reprimirnos, ¿Qué impide que el sucesivo gobierno que heredará tanto la Ley de Seguridad de Peña Nieto como la Guardia Nacional de Obrador las utilice en nuestra contra? ¿Acaso encontraría justificación a que Lula o Dilma hubiesen creado escuadrones similares y se los hubiesen heredado a Bolsonaro?
Como un libro del que se quiere leer solo los capítulos selectos, saltándose los capítulos desagradables, se insiste en suponer una ruptura donde hay continuidad.
Notas:
1 Ayotzinapa, fase superior del capitalismo del siglo XXI- Katu Arkonada, Boltxe 2015/05/26,
Estados Unidos: la hegemonía no termina de morir, la fase de dominación ya ha comenzado, Katu Arkonada, Voces en el Fénix
2 Un total de 29 mil 153 migrantes indocumentados fueron detenidos el mes pasado, un aumento de 204.4 por ciento respecto a junio de 2018, cuando fueron 9 mil 577 migrantes, y de 23 por ciento desde mayo de este año. Las deportaciones aumentaron 183 por ciento respecto al año anterior a 21 mil 912, 33 por ciento más que el mes anterior, según datos del Instituto Nacional de Migración.
3 Índice Global de Impunidad México, UDLAP 2018
5 Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares.
Diego Torres. Segundo Secretario del Comité Central del Partido Comunista de México

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