7/28/2020

Conservación selvática y sacrificio de mariposas



Hoy, el desafío supremo del capitalismo es la crisis ecológica. Debe demostrar que tiene una solución dentro de su racionalidad, léase mercado y tecnología, para continuar existiendo. Su tesis mayor es que la naturaleza sólo logrará conservarse mediante su mercantilización, haciendo que los negocios prosperen bajo el halo glamuroso de la ecología. Para justificar el papel positivo del mercado se han inventado y difundido conceptos: desarrollo sustentable, capitalismo verde y más recientemente servicios ambientales y capital natural, que en su versión original es mero juego de palabras. En México la idea del capital natural la introdujo la Conabio, lo que llevó a su secretario a declarar en plena era neoliberal que las dos mejores cosas que tiene México para vender son la diversidad biológica y la diversidad cultural (J. Sarukhán, La Jornada, 22/5/15).
Hacer negocios para salvar la na­turaleza es hoy la gran tarea global, tendencia que creció en México al amparo de los gobiernos anteriores. Ejemplo significativo es el de las mariposas de la selva Lacandona, que durante 11 años logró combinar magistralmente la explotación del trabajo de la naturaleza (las mariposas), con la explotación humana (labor campesina). Las dos frases mágicas que permitieron justificarlo fueron la conservación de la selva y el desarrollo sustentable. La historia comienza en 1994, en plena insurrección zapatista, cuando Espacios Naturales y Desarrollo Sustentable (Endesu), ONG creada por la entonces titular de la Semarnap y varios de sus colegas, plantea que para conservar la Lacandona hay que dar opciones económicas no deforestadoras a los ejidos, y que la mejor opción es el manejo y la comercialización de las mariposas, ampliamente estudiadas por dos de sus miembros. El proyecto comienza con el inventario de las mariposas, las plantas que las nutren, microambientes donde habitan... Se concluye que en el ejido Boca de Chajul son su­jetas de ser aprovechadas 302 especies de las 563 que habitan la selva. Luego se consiguen apoyos monetarios y permisos de explotación, lo cual se logra por intervención de la Semarnap, en evidente conflicto de intereses. Los apoyos proceden de Conabio, US AID, Conservation International, World Wildlife Fund y otros. Destaca el donativo de 7.5 millones de pesos del PNUD que se transfiere automáticamente de la Semarnap a Endesu. El gobierno federal autoriza la captura mensual de 12 mil ejemplares y la creación de una Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre. Siguió la apertura de la empresa dedicada a la venta y exportación de ejemplares, para lo cual se enviaron 4 mil 500 cartas a expertos, coleccionistas privados e instituciones de todo el mundo, diseños de artesanías y venta de ejemplares vivos. Siguió la integración de hombres, mujeres y niños campesinos como colectores. En reciprocidad, las familias se comprometen a conservar un número de hectáreas de selva. Se compran los ejemplares a los campesinos entre 0.50 y 10 pesos por unidad para las especies más comunes, y entre 700 y mil 500 pesos las más raras. La empresa coloca en el mercado internacional los ejemplares en precios altos, logrando ganancias de hasta mil por ciento. Venden ejemplares vivos en remesas de hasta 20 mil al Parque Turístico Xcaret.
Se estima entre 59 mil y 440 mil ejemplares capturados por año, con promedio anual de 182 mil y el trabajo de hasta 134 familias campesinas y un máximo de 250 colectores. La superficie conservada fue raquítica: entre 120 y 210 hectáreas. En sus 11 años este proyecto sacrificó entre 1.5 y 2 millones de mariposas en aras de la conservación y el desarrollo sustentable, sin que ninguna autoridad municipal, estatal o federal haya certificado sus impactos biológicos, ecológicos y sociales: captura prohibida de especies endémicas, raras o amenazadas; efectos de la intensidad de captura sobre las poblaciones, o las desproporcionadas utilidades de la empresa. Según el Coneval, las 27 comunidades que rodean a la Reserva de Montes Azules aún presentaban en 2015 alta marginación social. Este proyecto fue el primero de otros que han seguido hasta hoy en la Lacandona: ecoturismo, hoteles, pago por servicios ambientales y una segunda versión de las mariposas iniciada en 2008 ahora por Natura y Ecosistemas Mexicanos. Es hora de evaluarlos. Por su parte, Endesu devino ONG protagónica, que ha realizado desde su fundación 250 proyectos sobre uso sustentable de la biodiversidad en 29 áreas protegidas del país y recibe anualmente apoyos del Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza, la Agencia Francesa de Desarrollo y el Banco Mundial. El proyecto de las mariposas es sólo la punta del iceberg de una política de conservación que ha privilegiado el papel de negocios verdes, pletóricos de contradicciones e incongruencias. (La información de este artículo puede consultarse en www.laecologiaespolitica.blogspot.com.)
*Titular de la Semarnat

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