5/10/2012

Los periodistas pal café.....






El mexicano Marx Navarro Castillo votará desde el extranjero pero no con la boleta electoral que a su nombre debería haberle llegado, sino con la de Virginia Rosa Borrego González, entregada por equivocación en el domicilio del estudiante y candidato a doctor en arqueología en la Universidad Estatal de Nueva York, campus Albany. Su esposa, Gabriela Xilonen Aquino Dehesa, rumbo al doctorado en antropología y becaria del Conacyt al igual que Navarro, deberá usar la boleta que originalmente estaba destinada a Luis Alberto de Ávila Campos.
Afectados por errores logísticos como muchos otros mexicanos reportan, Navarro y Aquino fueron autorizados verbalmente por un funcionario del Instituto Federal Electoral para que utilicen las boletas de Borrego y de De Ávila escribiendo, en todo caso, su nombre a mano abajo de los datos correspondientes a los destinatarios originales en los sobres de porte pagado incluidos en los paquetes enviados para sufragio desde el extranjero.
La autorización se dio luego que Navarro (en Twitter es @spidermarx82 su nombre) telefoneó, escribió y tuiteó a diversas oficinas para denunciar el equívoco y buscar solución (en bit.ly/bK1DPw pueden verse algunos mensajes respondidos por @voto extranjero, la instancia tuitera del IFE para esos casos). Al siguiente día encontró dos llamadas perdidas en su teléfono. A las 14:40 entró otra: ¿Es usted Marx Navarro y vive con Gabriela Aquino? Contestó que sí, temeroso de que fuera algo relacionado con secuestros. Le hablo del IFE, le dijo el interlocutor y con mucha amabilidad le ofreció disculpas, mencionó que daba seguimiento a su caso y que la función del instituto era contar los votos. Yo le comenté que bueno, que debiera entender que no confiara en la institución, le dije que el instituto perdió mucha credibilidad y que esperaba que en esta ocasión sí hicieran bien las cosas, que no importaba quién gane pero que estuviera apegado a derecho. Él me aseguró que así sería. También me dijo que le parecía bien mi  opción de que usara la boleta de otra persona, tal como yo se lo había comentado en el correo electrónico. Únicamente que no tachara el nombre de esa persona pero sí pusiera mi nombre encima de su nombre, y lo mismo en el caso de mi esposa. Al igual me repitió como tres veces que me recordaba que el voto era libre y secreto. Yo creo que me lo comentó pues desde que abrí la boleta yo decidí de una vez tacharla y votar por AMLO y así subir mi foto tanto a Facebook como a Twitter.
Infalsificables y con las mismas medidas de seguridad que las que se emplearán en el país, según se asienta en el acuerdo del Consejo General del IFE publicado en el Diario Oficial de la Federación este martes reciente, las boletas para mexicanos en el extranjero no llevan talón foliado ni datos correspondientes a circunscripción plurinominal, municipio o delegación, pero sí la entidad federativa y el distrito electoral correspondiente (desde el pasado 6 puede verse en www.astillero.tv el modelo de boleta, enviado por un lector que vive en el extranjero; también allí se pueden ver las carátulas de los paquetes equivocados y los sobres de devolución arreglados según indicaciones del IFE). Es decir, suponiendo que los casos aquí mencionados fueran una rigurosa excepción, que a Borrego y De Ávila les llegara a su vez la papelería correspondiente a Navarro y  Aquino, y que la comedia de enredos allí parara, esos ciudadanos habrán utilizado papelería electoral originalmente asignada a otros votantes, tal vez perteneciente a otra entidad y distrito, en una preocupante muestra menor de lo que puede ser un desbarajuste mayor.
También desde Nueva York, Ernesto Araiza reporta: “He llegado al extremo de enviar un correo electrónico al IFE cada cinco minutos y aún no recibo una sola respuesta. Sospecho que el IFE no está contestando correos. Específicamente estos correos: cove@ife.org.mx, votomex@ife.org.mx, e ifetel@ife.org.mx. Te explico por qué he llegado a esta conclusión. Cumplí con el trámite para votar en el extranjero en tiempo y forma, mandé mis papeles en enero. Al no recibir nada me preocupé y llamé al teléfono 1-800 que dan en el portal del IFE. De ahí me dijeron que escribiera a cove@ife.org.mx y se negaron a darme el correo de algún funcionario o algún teléfono. Empecé a escribir correos electrónicos a estas direcciones una vez en marzo, tres en abril, una vez al día en mayo, hasta que me di cuenta de que me estaban dando el avión. Como soy programador hice un programa que les envía un correo automáticamente cada cinco minutos explicando mi situación, y ¿sabes cuántos han respondido? Adivinaste bien, cero”.
Añade Araiza: Creo que al IFE se le destinan suficientes recursos como para contratar gente que se encargue de contestar un simple correo. No estoy pidiendo ningún favor, ni un milagro, vaya, ni siquiera estoy pidiendo el teléfono de Julia Orayen... sólo pido contar con un instituto profesional que aparte de contratar bellas edecanes pueda hacer algo sencillo como atender a un ciudadano.
En Twitter, otros mexicanos en el extranjero dijeron a este tecleador que no han recibido sus paquetes electorales, que no han tenido respuesta en sus gestiones y que temen quedarse sin derecho a votar, aunque el plazo para la entrega de la papelería correspondiente vence el próximo 20. Oficialmente, el tiempo aproximado de entrega de los paquetes debería ser de 25 días.
Y, mientras Óscar Antonio Jiménez Morales ha puesto disponible en Internet su tesis doctoral publicada por la Universidad de Málaga y el Grupo de Invesrtigación Eumed.net, La desilusión sexenal, con un capítulo dedicado al fraude electoral de 2006 (bit.ly/KnJqSL) y escuchando a López Obrador invitar desde Tulancingo, Hidalgo, a dar un jalón más para ganar la Presidencia de la República, ¡hasta mañana, con la intención de algunos consejeros del IFE de adelantar la revisión de gastos de las campañas partidistas!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
Con tal de ganar el apoyo del Consejo Coordinador Empresarial, Josefina hizo suyas todas sus peticiones. Una de ellas está muy jalada de los cabellos: el CCE pretende que patrones y trabajadores dejen de pagar cuotas al IMSS. ¿Entonces quién pagaría? El gobierno federal. ¿Y de dónde sacaría dinero? De los 113 millones de mexicanas y mexicanos. Sus alimentos y medicinas serían gravados con IVA. Ni siquiera puede decirse que todas las organizaciones empresariales –y menos los empresarios en lo individual– avalan la propuesta del CCE, presidido por el ex de Coparmex, Gerardo Gutiérrez Candiani. No es que les disguste ahorrarse el pago de su cuota del Seguro Social, claro que les agradaría, sin embargo, perderían la representación empresarial en el Consejo del IMSS, la cual aprovechan para hacer negocios multimillonarios, ya sea mediante la venta de equipo o de medicinas, o de seguros y otros servicios que requiere el instituto. Eso por un lado. Por otro, si el IMSS se desplomara por la falta de ingresos, los sindicatos se rebelarían contra los patrones para exigir seguros colectivos que sustituyeran a los del instituto. La propuesta de Gutiérrez Candiani es un peligro para México, usando su propia terminología. No tiene el consenso con un millón de empresarios que existen en el país –sobre todo los medianos y pequeños, que son los que hacen la mayoría. Cándidamente Josefina hizo suya su genialidad, sólo que se echó encima al sindicato del Seguro Social. En sus orígenes fue priísta, luego anduvo coqueteando con el perredismo, pero su secretario general, Valdemar Gutiérrez Fragoso, se hizo panista gracias a una diputación que le regalaron. Es el único sindicato de alcance nacional identificado con el PAN. “El comité ejecutivo –dice tronante– rechaza categóricamente cualquier posibilidad de eliminar el pago de las cuotas obrero-patronales. Es una propuesta populista que no abona a la ampliación de la cobertura de seguridad social en el país”. Y agrega: El pago de esta obligación patronal representa 68 por ciento de los ingresos del Seguro Social, alrededor de 172 mil millones de pesos; su eliminación sería tanto como sepultar al propio Seguro Social. ¡Ojo! Otros dos candidatos, Peña Nieto y Gabriel Gordillo, perdón, Quadri, también asumieron como propias las propuestas del CCE. Sería bueno que precisaran si también apoyan la desaparición de las cuotas del IMSS.
Sospechosismo en Cofeco
Las empresas españolas en Argentina no están viviendo días de vino y rosas. Telefónica, la empresa que conocemos como Movistar, acaba de recibir una sanción dura. Deberá devolver a sus clientes 41 millones de dólares y pagar una multa de un millón 300 mil al gobierno por la caída generalizada de su servicio el pasado 2 de abril. En cambio, en México, los miembros de la Comisión Federal de Competencia perdonaron una multa de 12 mil millones de pesos a Telcel, en días en que siguen las reverberaciones del escándalo Wal-Mart, el esquema por el cual la cadena de supermercados repartió una fortuna entre funcionarios públicos para que le dieran distintos tipos de ayuda a fin de expandir sus operaciones. No todos están contentos con la generosidad de los comisionados. El senador Tomás Torres (PVEM) solicita explicaciones al presidente de la Cofeco, Eduardo Pérez Motta. Argumenta que las prácticas monopólicas perjudican a los usuarios mexicanos, quienes se ven confinados a pagar tarifas muy altas por el servicio de teléfonos. “¿Cómo es posible –pregunta el senador Torres– que después de tantos años y recursos invertidos por la Cofeco en la investigación de la cual resultó la imposición de la multa a Telcel, ahora con un mal arreglo se realiza un trueque con la sanción por supuestos ‘compromisos’ que Telcel debe cumplir?” El diario Financial Times, de Londres, ya dijo lo que muchos mexicanos piensan acerca de los comisionados: ladran, pero no muerden. Morder es un término plurívoco, por cierto

Tres de los cuatro candidatos al hueso mayor se han pronunciado abiertamente por la privatización de la industria petrolera nacional. Eufemismos aparte (modernización, capitalización, asociación, apertura, etcétera, etcétera), Enrique Peña Nieto, Josefina Vázquez Mota y Gabriel Quadri ofrecen caminar por esa ruta, para lo cual quieren el voto ciudadano con el fin de concluir el trabajo que en tal sentido inició Carlos Salinas y continuaron Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón. La tercia aduce razones de improductividad, corrupción y falta de resultados de la primera empresa del país, para justificar la desincorporación de este sector estratégico.
Pues bien, compárense tales argumentos con la detallada información contenida en el análisis La realidad sobre Pemex (lo que todos los mexicanos debemos saber, y también los candidatos a presidente, senadores y diputados), elaborado por José Luis Apodaca Villarreal, especialista en la materia, ex funcionario de la CFE y miembro fundador del Observatorio Ciudadano de la Energía, entre otros tantos galardones, del que se toman los siguiente elementos.
En sus múltiples iniciativas para la apertura de Petróleos Mexicanos a la inversión privada extranjera, los últimos cuatro inquilinos de Los Pinos han argumentado que la renta producida por la explotación de los hidrocarburos no se comparte, porque así lo establece la Constitución. La matemática más elemental nos dice que la renta de una empresa es el resultado de restar de los ingresos, los gastos. El gobierno federal, apoyado por el Congreso y los partidos políticos, ha encontrado la manera de repartir gran parte de la renta actual y futura de Pemex, por la vía del incremento en los gastos, contratando servicios y deuda muy cara con grandes empresas trasnacionales. La paraestatal no ha optimizado los gastos para incrementar la renta y disminuir los precios de los energéticos, y México perdió la oportunidad de beneficiar a cientos de miles de empresas mexicanas y a millones de ciudadanos, consumidores de energía y productos petroquímicos.
Los gastos de inversión se han destinado fundamentalmente a la extracción de crudo, la exploración es baja y las reservas probadas han disminuido: Con el mismo ritmo de extracción México tendrá petróleo para una década. Para maximizar las transferencias impositivas se ha contratado deuda muy cara a largo plazo -en su mayor parte bajo el esquema Pidiregas- que en 25 años implicará pagar 3.3 veces el monto recibido; se estima que Pemex tiene una deuda de 145 mil millones de dólares. Los beneficiados son los bancos que las financian y las empresas extranjeras que son proveedoras de Pemex, a quienes además caracteriza baja eficacia en la calidad de los servicios que ofrecen.
Durante los últimos doce años México ha exportado 7 mil millones de barriles de crudo, la mitad de las reservas mexicanas actuales. En ese periodo se importaron casi 2 mil millones de barriles de gasolinas, con lo que el gobierno mexicano creó empleos y generó utilidades para los estadunidenses que las refinan. Durante los dos sexenios panistas se erogaron 33 mil millones de dólares por la refinación, con un diferencial promedio de 18 dólares por barril, después de descontar el costo del crudo. De ese monto, al gobierno de Felipe Calderón le corresponden 25 mil millones (76 por ciento del total), monto más que suficiente para cubrir la inversión de dos refinerías de alta tecnología requeridas para dejar de importar petrolíferos. Sin embargo, el gobierno mexicano insiste en que no es rentable construir refinerías, y dejó la Bicentenario de Tula para el siguiente sexenio.
Entre 1940 y 1980, México registró un crecimiento económico promedio anual de 6 porciento. De 1982 a 2012 los cinco sexenios neoliberales a duras penas alcanzaron un crecimiento promedio de 2 porciento anual, y solamente multiplicaron la economía por un factor de dos, para tener actualmente un PIB de 1.1 billones de dólares. Las políticas de apertura de la economía liquidaron la industria petroquímica nacional y desaprovecharon su potencial para generar un valor 60 veces mayor que la exportación de crudo: se perdió la oportunidad de utilizarla como pilar del crecimiento de la economía nacional. De haberse sostenido (en los 30 años de neoliberalismo) el 6 por ciento de crecimiento anual, a estas alturas México registraría un PIB de 3.2 billones de dólares, casi igual al de Alemania, y ocuparía el sexto lugar entre las mayores economías del mundo.
Con Fox y Calderón, Pemex reportó ingresos por un billón 157 mil millones de dólares; los gastos de operación de la paraestatal ascendieron a 114 mil millones de billetes verdes, que incluyen toda la plantilla laboral y sus pensionados, los gastos en materiales y el mantenimiento; por importación de gasolinas se erogaron 175 mil millones, y los gastos de inversión sumaron 206 mil millones. La transferencia de recursos a la Secretaría de Hacienda por la vía impositiva fue de 687 mil millones de dólares, equivalentes al 60 por ciento del ingreso total en este período.
La Estrategia Nacional de Energía del gobierno federal (febrero de 2012) constituye un legado para continuar con la dependencia energética y estimular la quiebra de Pemex. En ella se informa que en los próximos quince años Pemex requerirá de 400 mil millones de dólares para gastos de inversión para cumplir la meta de producción de crudo. Si contratan deuda cara similar a Pidiregas, en ese periodo deberán pagarse 450 mil millones por amortizaciones e intereses, y tendrán hipotecado a Pemex por otras dos décadas, independientemente de que por la deuda actual deberá cubrir otros 260 mil millones en esos tres lustros.
Al descontar a los costos de inversión y el servicio de la deuda, los gastos de operación y las importaciones, en el mejor de los casos la Secretaría de Hacienda recibirá en el próximo sexenio solamente 40 por ciento de las transferencias que le otorgó Pemex en el actual. Y para el gobierno 2018-2024 Pemex ya no habrá remanente, porque toda la renta  petrolera se destinará al pago de proveedores y bancos extranjeros. Es decir, los gobiernos neoliberales habrán sacrificado a Pemex sin beneficio para los mexicanos. Así, que los tres tristes candidatos del PRI, PAN y Panal expliquen en qué consiste su propuesta de mayor apertura de Pemex a la inversión privada, y cómo –sin el decidido y cuantioso apoyo de Pemex– esperan lograr 6 por ciento anual de crecimiento económico.
Las rebanadas del pastel
Entonces, ¿quiénes han sido los realmente improductivos, corruptos y carentes de resultados? Un enorme beso para las cabecitas blancas.
Ocurrió hace décadas, y si no me creen, pongamos que no ocurrió nunca, y ya. Los de la banda vivíamos aún en las casas de nuestros padres, pero Fabián era privilegiado y tenía una leonera, que era como se le llamaba entonces a un departamento de soltero, el colmo de la buena suerte, a dos cuadras de su casa. Fabián era un poco seráfico e inocente, no se metía en problemas, siempre tenía más de lo que necesitaba –actividad sexual, ropa, libros– y las cosas parecían caerle del cielo. Le teníamos envidia.

En noviembre de 2011, la coordinación de la licenciatura en jazz de la Escuela Superior de Música le entregó una convocatoria al maestro Hernando Castro, director de la big band de este plantel del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y trombonista de la Orquesta Sinfónica Nacional. La idea era que la orquesta de 19 estudiantes participara en el concurso de preselección para asistir al Festival Internacional de Música Universitaria de Belfort, Francia, a celebrarse del 26 al 28 de mayo de 2012. Bien.
El maestro Castro y sus alumnos llenaron las formas correspondientes, grabaron un demo con cuatro temas propios y lo enviaron a Francia. Todo iba bien, el ejercicio en sí mismo y las expectativas despertadas entre los estudiantes (que giran entre los 19 y los 24 años) habían fortalecido a los futuros profesionales de la música y el espíritu de grupo se consolidaba.

El pasado martes, en el contexto de una conferencia de prensa, el titular de la Secretaría de Economía, Bruno Ferrari, criticó que el país deba destinar anualmente 5 mil 400 millones de dólares por intereses para el pago de una deuda externa "contratada por políticos ladrones".

Gracias, Paul McCartney, por dar ánimo
De nuevo, la vida nos dio la oportunidad de estar presentes en un suceso histórico.

n la última década del siglo pasado, en la marejada de expansión del dominio del capital financiero sobre la economía mundial y los estados nacionales, fenómeno epocal conocido como neoliberalismo, el gobierno de la República Argentina, entonces en manos del presidente peronista Carlos Menem y su pandilla, privatizó el petróleo y la empresa petrolera nacional, Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF). Este despojo fue aprobado por las dos cámaras del Poder Legislativo. Era el año 1992. Así la empresa española Repsol se convirtió en propietaria de 57 por ciento de las acciones de YPF y en usufructuaria del petróleo argentino, de la renta petrolera y de su uso y disposición en el mercado global según sus intereses, conveniencias y decisiones.

En estos días sucedieron avances espectaculares y profundos en la lucha de Los Mineros de México. El miércoles 2 de mayo la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolvió en forma definitiva que la Secretaría del Trabajo entregue el reconocimiento oficial, o toma de nota, al sindicato minero, y a mí como su líder nacional, en tanto que el 24 de abril el magistrado del primer tribunal unitario en materia penal había determinado que la última de las 11 acusaciones que falsamente se me habían fincado quedó sin efecto por ser violatoria de la Constitución, lo mismo que las 10 anteriores que ya estaban canceladas, las cuales fueron la estrategia central de la persecución política y los abusos de poder en mi contra y de Los Mineros.

Amedia semana, el contradebate se había convertido en una estela de frivolidad que de nuevo  anuló los temas sustantivos de la agenda. Más allá de si mi candidato ganó puntos y los demás los perdieron, si sus golpes fueron eficaces para romper la inasible monotonía del "puntero" –y descontando el fraude del aspirante que se hace pasar por ciudadano, a cuenta de Elba Esther Gordillo (todo ello muy importante)–, lo cierto es que el ejercicio democrático del domingo, con las limitaciones de formato y demás, terminó sin reflejar la realidad del país, la intensidad de los problemas que tenemos por delante ni asumió el sentido de urgencia que debía convocarnos a votar el primero de julio.

Pocos actos de campaña han sido tan escrupulosamente preparados como el debate del 6 de mayo. Durante semanas los representantes de los candidatos discutieron los términos del encuentro, negociaron, definieron las preguntas, el movimiento de cámaras, el sentido de las tomas, quisieron prever hasta lo imprevisible. Y, por donde menos se espera, salta la conejita.


Por extraño que les parezca a mis lectores cito de Aguilar Camín (8/05/12) una oración que me parece la mejor síntesis del significado de Gabriel Quadri: "Me fastidia pensar que lo más parecido a un candidato independiente en estas elecciones, ha sido el más dependiente de todos."

Esta expresión se ha puesto de moda. La emplean incluso los marineros en tierra, con los que Rafael Alberti se identificaba, cuando sueñan con ser almirantes de navío y confían en conjurar así el naufragio. En semanas recientes, desde mediados de abril, pareció configurarse una maniobra de esta naturaleza en un ámbito distante del oceánico pero no menos proceloso, para usar el calificativo más obvio: el de las políticas macroeconómicas globales. Pareciera que la agudización de la crisis en España –que al tiempo que tiene que lidiar con la mayor desocupación en Europa y cae de nuevo en la recesión, debe volver a pagar primas de riesgo descomunales para la colocación de sus bonos públicos– fue el disparador de una serie de declaraciones y propuestas de acción para, mediante un golpe de timón, cambiar un rumbo que apunta sólo a la espiral acumulativa de austeridad, desempleo y contracción económica, caída de ingresos públicos, más déficit y mayor austeridad, en sucesión interminable. Los anuncios de cambio de rumbo sonaban poco convincentes, excepto los provenientes de círculos académicos, de coloquios de líderes en retiro, marcados por las saudades y de ciertas páginas de opinión. Los originados en organismos financieros y en gobiernos en funciones sugerían la adopción de nuevas prioridades, pero sin abandonar las prevalecientes; mostraban cierta alarma, sin olvidar por completo la complacencia y no traslucían el sentido de urgencia que, dadas las circunstancias, debía caracterizarlos. Todo esto hasta el 6 de mayo, cuando los electores de Francia y Grecia decidieron dar ellos mismos el verdadero golpe de timón.

Durante 2011 hubo en Europa dos tipos de cambios de gobierno: la sustitución de autoridades gubernamentales independientemente de la opinión de los electores en dos países afectados intensamente por la crisis de deuda soberana, Grecia e Italia, y la sustitución de gobiernos electos en procesos democráticos, como en España. En ambos casos, pese a su enorme diferencia de origen, quienes arribaron al control del aparato gubernamental se propusieron instrumentar las políticas que demandaban los grandes capitales financieros internacionales, particularmente los alemanes.

La elección de Francois Hollande a la presidencia de la influyente Francia pareciera condensar el rechazo de los europeos a las feroces políticas de austeridad del dúo Mercozy con las que el inminente inquilino del Elíseo ha discrepado. Su promesa de crecer, crear empleos y cobrar altos impuestos a los ricos es contraria al camino seguido hasta ahora por el eje germano-francés como también el compromiso de retirar este año las tropas francesas de Afganistán. La proyección de Hollande, aunque no sea el cambio social, sintoniza con la tajante inconformidad hacia aquellas políticas y con parte de las demandas del 15M (o indignados) de España y otros países europeos expresadas en una larga cadena de protestas populares y huelgas –como en Grecia, Italia, y de nuevo España y Francia– que han tenido ya alentadoras repercusiones al otro lado del Atlántico en Ocupa Wall Street. Debe reconocerse la influencia en ellas de los legítimos movimientos populares árabes de 2011 por más lascas que de su irrupción hayan sacado el imperialismo y las monarquías árabes contrarrevolucionarias.


Con este malicioso y equívoco título Ximena Escalante escribió una obra laberíntica en donde magia, teatro, realidad y fantasía se mezclan en una trama en apariencia sencilla. Como ya se ha publicado en diferentes diarios, incluida La Jornada, a la muerte de Christopher Marlowe en una de sus muchas riñas de taberna su amante varón se da a la búsqueda de Shakespeare para cumplir la última voluntad del difunto de llevar al bardo rival las últimas escenas que escribiera, con el fin de que con ellas componga una obra maestra. El muchacho llega a la casa de Shakespeare, quien no está, y entrega a su amante femenina el manuscrito, con la encomienda de que se las haga llegar al dramaturgo. El recorrido de la analfabeta mujer (como solían serlo las féminas de la época) en busca de su amado y los personajes con los que se topa, conforman este texto que muy bien podría ser un homenaje al teatro. La amante, a la que la autora no dota de nombre –lo mismo que a los demás personajes excepto el propio Shakespeare– se topa con la esposa de su amante, con una bruja encantadora y su séquito, con un autor sin talento, un oso y una niña peculiar.






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