2/12/2014

Michoacán: "esto no se acaba…"



 Detrás de la Noticia
Ricardo Rocha


La toma de Apatzingán es sin duda el triunfo moral y estratégico más importante hasta ahora para la recuperación territorial del estado. En principio fue un acto sorprendente y luego unánimemente reconocido. Lo primero porque era fácil suponer una entrada masiva y desordenada de autodefensas o bien una operación fulgurante de las fuerzas armadas. En cambio, el arribo de un contingente ordenado, compacto, desarmado y hasta uniformado, y con el apoyo de policía federal y ejército pareció una solución ecléctica y muy efectiva en cuanto a la imagenología: la suma de soldados y civiles marchando juntos y unidos contra los malos; los Caballeros Templarios, por supuesto.

Sin embargo, esta imagen fue rápidamente borrada por la ahora tan conocida que muestra al Comisionado para Michoacán, Alfredo Castillo, charlando con un señor marcado por un circulito y aparentemente también por un pasado: Juan José Farías, alias “El Abuelo”, lugarteniente del Cártel de los Valencia. Una versión concurrente señala que este le pidió a Castillo durante un par de minutos, que su expediente fuera revisado conforme a derecho y sin la participación de testigos protegidos como le ocurrió durante el sexenio anterior, en el que fue absuelto del delito de delincuencia organizada, pero que estuvo preso durante tres años por portación de arma y de droga que asegura le sembraron. En esa misma reunión, celebrada en una bodega en la cabecera de Tepalcatepec, se encontraban mandos federales y del ejército, así como líderes de autodefensas “Nadie me dijo nada” alegó Castillo luego de haber sido tildado de irresponsable, torpe e ingenuo en el mejor de los casos por muchos analistas, cartonistas y opinadores que nunca han estado ahí, que no tienen ni idea de la tensión que se vive en Tierra Caliente y que, desde el escritorio, establecen su verdad. Tampoco ayudó mucho el procurador Murillo Karam: “Sus razones habrá tenido… y pueden haber sido positivas”. Igual minusvaluó el hecho del sábado descartando que haya habido una toma de los autodefensas: “En Apatzingán, el que actuó fue el Estado”, puntualizó.

El caso es que lo que parecía una estratégica batalla ganada se convirtió mediáticamente en una pifia. Lo malo es que un incidente está cuestionando no sólo al comisionado, sino a toda la nueva estrategia del gobierno federal de ir de la mano con los autodefensas ahora embarcados por presuntos nexos con cárteles rivales de Los Templarios.

A propósito, ayer entrevisté a Hipólito Mora, el inventor del concepto michoacano de autodefensas y líder de La Ruana, a cuya versión me atengo: “…en esa reunión lo que se trató más que nada fue respecto a los apoyos y a las obras que se requieren hacer aquí en Michoacán y se le hicieron muchas peticiones al señor Castillo”; “yo estuve al lado de él ahí y yo creo que no sabía quién era ‘El Abuelo´”; “esta es una persona de palabra, nada fanfarrona, tiene sus huertas de mango, su ganado… Y no creo que pertenezca a ningún cártel; en una ocasión organizó a su pueblo para evitar que La Familia Michoacana tomara Tepalcatepec”.

Por lo pronto, Michoacán seguirá atrapando la opinión pública durante un buen tiempo, con interrogantes que habían de despejarse en las próximas semanas y meses: ¿cómo evolucionará el affaire Castillo-El Compadre?; ¿qué dirá el gobernador Vallejo pasado mañana viernes 14 de febrero —¡vaya fechecita!— en su informe de gobierno?; ¿seguirán las operaciones conjuntas policía federal-ejército-autodefensas en la recuperación de otros municipios clave en territorio michoacano?; ¿habrá alguna sorpresa pronta con detenciones importantes de Templarios o funcionarios cómplices?

Lo cierto es que Michoacán se ha convertido ya en un apreciable botín político para quienes desde ahora luchan por el poder desde el poder. De ahí las batallas por los protagonismos entre los altos funcionarios destinados a esas tareas y entre los propios autodefensas. El pacificador de Michoacán no sería un mal candidato para lo que usted se imagine.

Creo que era el legendario Yogi Berra de los Yanquis de Nueva York el de la frase inmortal: “Esto no se acaba, hasta que se acaba”. 
ddn_rocha@hotmail.com
Periodista 

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