10/28/2014

Iguala y el señor de las maletas

Serpientes y Escaleras
Salvador García Soto
La relación de Ángel Aguirre Rivero con la pareja de poder de Iguala no sólo era íntima y personal; también había ente ellos un vínculo de interés económico. En contra de sus antecesores en la gubernatura, que históricamente utilizaron a Acapulco como su “caja chica” —por ser el municipio más rico del estado y el de mayor recaudación de impuestos— Aguirre convirtió a Iguala en su centro de financiamiento económico y desde ahí obtenía recursos que le proporcionaba el matrimonio Abarca-Pineda para financiar su proyecto político.
Ante la dificultad de operar un financiamiento desde Acapulco, como otros gobernadores guerrerenses, debido a que el puerto es gobernado por su archienemigo político, Luis Walton, el hoy gobernador con licencia estableció un nexo económico con Iguala, a partir de su relación con la pareja que gobernaba en ese municipio del norte del estado. 
El encargado de recoger esos recursos era Jesús Ernesto Aguirre, sobrino del gobernador, y quien en su carácter de “asesor externo” era el enlace financiero entre el alcalde, su esposa y su tío. En Iguala hay testimonios que hablan de las frecuentes visitas de Ernesto, a quien incluso le llamaban El señor de las maletas, porque salía del municipio cargado con el dinero proveniente de las actividades de María de los Ángeles Pineda, a quien la PGR ubica como “operadora” del cártel Guerreros Unidos, recursos que eran llevados por el sobrino hasta Chilpancingo. 
Esa relación con la operadora de Guerreros Unidos comenzó desde la campaña de Ángel Aguirre Rivero, cuando según el dicho de la señora Leonor Villa Ortuño, madre de María de los Ángeles Pineda, se financió el proselitismo de Aguirre Rivero “por instrucciones de Arturo Beltrán Leyva”, y prevaleció en los casi cuatro años que duró su gubernatura, hasta que el escándalo y las protestas por la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa, llevaron al gobernador de Guerrero a solicitar licencia a su cargo el 23 de octubre, con lo que concluyó abruptamente su gobierno. 
La misma suegra de Abarca, en el video que circuló profusamente en internet, hablaba de otra relación de parentesco entre Aguirre Rivero y el líder del cártel Independiente de Acapulco (CIDA) Víctor Hugo Aguirre Garzón. La señora Villa asegura que Aguirre Garzón es primo del gobernador con licencia, aunque éste, en declaraciones al respecto, ha negado tal parentesco y ha afirmado: “A ese señor ni lo conozco y sólo es una coincidencia de apellido”. 
En todo caso, está claro que Aguirre, que irónicamente había llegado la primera vez a la gubernatura de Guerrero por una masacre, la de Aguas Blancas en 1993, ahora tuvo que renunciar señalado como responsable político de otra masacre. Entre su primera gubernatura y la que recién terminó de manera abrupta, hay una constante no menos paradójica: las denuncias de corrupción y los escándalos que lo han rodeado hablan de un político boyante y ambicioso que ha acumulado una gran fortuna económica en el estado que registra los índices más altos de pobreza a nivel nacional. 
Y si no, basta ver la lista de propiedades, ranchos e inmuebles comerciales que se atribuyen en registros públicos y periodísticos al ahora gobernador con licencia, algunos a su nombre, otros a nombre de familiares o de prestanombres: en Ometepec, su tierra natal, ranchos El Pantano, Los Arenales, Pozos de Agua, El Cuije y Los Almendros, además del hotel Hacienda San Carlos y otros dos predios. En Acapulco, la casa de Levante en el fraccionamiento Las Brisas, y predios en el fraccionamiento Brisamar, inmueble comercial en el fraccionamiento Granjas El Marqués y predios en el fraccionamiento Playa Encantada. En Chilpancingo, el hotel Hacienda San Carlos. ¿Tantas propiedades y riqueza las hizo sólo con su sueldo de gobernador en los siete años que ocupó el cargo entre sus dos periodos? 
NOTAS INDISCRETAS… Entre la cálida recepción que le dio el presidente al gobernador interino de Guerrero, Rogelio Ortega, ayer en Los Pinos, y el anuncio del procurador Jesús Murillo Karam de que ya hay cuatro sicarios detenidos que dicen haber recibido a los normalistas de Ayotzinapa y que saben “cuál fue su destino”, hay una frase del titular de la PGR que parece llevar un claro mensaje para otros personajes que están apareciendo vinculados en todo este asunto: “Detendremos a los autores intelectuales. Hoy tenemos ya 56 detenidos y les aseguro una cosa: habrá muchos más”. ¿Estará entre esos el gobernador con licencia?... Paran los dados. Sigue la serpiente. 
sgarciasoto@hotmail.com

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