12/05/2014

Los periodistas pal café . . .





Las academias Peña de superación nacional inauguraron en el bello puerto de Acapulco su primera temporada de pensamiento positivo y autoayuda. El curso oficial de tanatología y desaparición en general de seres queridos fue impartido por el propio filósofo sistémico nacido en Atlacomulco, quien ya antes ha maravillado al mundo con otros regalos de sabiduría aplicada.
El gurú Enrique llamó a la sociedad mexicana, y en particular a la guerrerense, a aplicar gel de tres colores a las heridas profundas causadas por hechos como los de Iguala y a ver hacia delante. Experto en prodigios (por ejemplo, el hallazgo, ¡en un hueco entre colchón y cama!, del cadáver de una niña larga y ampliamente buscada) y en manejo del dolor (dar por no existentes las graves afectaciones a los derechos humanos y los delitos violentos cometidos en San Salvador Atenco), el mexiquense Paolo Coopelas o Coello mostró en Coyuca de Benítez un extraordinario manejo de las circunstancias, al grado de proponer la conversión del plomo del pasado en oro del presente.
Alquímico y visionario, el docto Peña Nieto postula que desgracias anteriores (por dar un ejemplo, las muertes y desapariciones de normalistas rurales) son en realidad una extraordinaria oportunidad para que el régimen se deshaga de algunas trabas y lastres que ahora quedan más claramente expuestos ante la tragedia (el bajo nivel de entendimiento de la prole seguramente ha impedido que el convocante a la superación nacional se atreva a formular con todas sus letras lo que su doctrina sugiere, es decir, que si hubiera más infortunios históricos como el de finales de septiembre de este año habría en consecuencia más y mejores oportunidades de ir afinando el vigente sistema de gobierno).
El voluntarismo mágico de Peña Nieto y su desafortunado exhorto a la evasión de responsabilidades (bajo la coartada fallidamente buena onda de ver hacia delante) sólo contribuyen a exacerbar los ánimos de una parte activa de la sociedad que muy poco o nada cree en los discursos oficiales y en mendaces medidas o planes como los dados a conocer ayer mismo en Acapulco, bajo la sombrilla propagandística del Nuevo Guerrero.
Peña Nieto no puede presentarse ahora con un turbante de ilusionista y proponer la visión hacia delante (una especie de borrón y cuenta nueva) mientras no haya el debido esclarecimiento de lo sucedido en Iguala y se castigue a los responsables, tanto a los ejecutores locales directos como a los ocupantes de altos cargos federales que en su momento mantuvieron una criminal omisión (la inacción de militares y policías federales durante la noche salvaje, y la tardanza imperdonable de más de 10 días en ir abordando el tema en términos de discurso de Los Pinos y de intervención de la PGR), han dosificado información (con el momento cumbre de la infamia nacional que significó la conferencia de prensa de Murillo Karam para asestar una historieta de piras, cenizas e incertidumbre a conveniencia) y ni entonces ni ahora han mostrado una pizca de genuina vocación indagatoria y justiciera.
La tentativa de fuga política, jurídica e histórica se produce mientras el representante en México del Alto Comisionado de Naciones Unidos para los Derechos Humanos ha hecho declaraciones públicas que confirman lo que muchos han dicho pero algunos intelectuales, comentaristas y periodistas han pretendido desacreditar con argumentaciones y análisis forzados. En declaraciones hechas por el citado representante, Javier Hernández Valencia, luego de reunirse este miércoles en el mero Ayotzinapa con familiares de los 43 desaparecidos, se asienta que hay responsabilidad del Estado, aunque lo pretendan negar el procurador Murillo y otras fuentes oficiales. Estos jóvenes no fueron desaparecidos por un hecho de la naturaleza, sino por una acción de la que son responsables funcionarios estatales, que eran servidores públicos, y en ese sentido se da la desaparición forzada, explicó. También consideró que poner en tela de juicio la responsabilidad del Estado en los hechos de Iguala permite precisamente negarla.
Más campechano, sin tantos enredos, el cónsul de México en Montreal, Eduardo del Río López, dijo a la edición del diario gratuito Metro en aquella ciudad canadiense, cuando se le preguntó si el gobierno mexicano había presentado disculpas a los familiares de los estudiantes de Ayotzinapa, que a mi entender no lo ha hecho, pero no veo por qué el gobierno tendría que presentarlas. Se trata de una tragedia que tuvo lugar en un nivel esencialmente local. El ex embajador de México en Argentina, con estudios de economía en el ITAM, diplomático de carrera, ni siquiera considera que pudiera haber responsabilidad de Estado, sino esencialmente municipal.
A los crecientes problemas políticos y sociales se añade ahora una peligrosa inestabilidad económica que se ha reflejado en indicadores de fácil comprensión para todo público, como es la caída de los precios del barril de petróleo y el encarecimiento del dólar. Tales factores forman parte de un entramado deficitario que tiene como capitanes de naufragio al secretario de hacienda, Luis Videgaray, oportunamente desaparecido de las grandes marquesinas mediáticas, y al gobernador del Banco de México, Agustín Carstens. Además, hay una mezcla de irritación y desesperación entre los grandes millonarios del país y los segmentos empresariales inmediatamente inferiores, hasta llegar a una clase media que olfatea el riesgo de devaluaciones o pérdidas de poder adquisitivo que lleven al país a tormentas ya conocidas. De los ensueños de prosperidad a causa de reformas energéticas ahora sólo queda la expectativa de que algunos inversionistas trasnacionales aprovechen a precio de ganga la posibilidad de instalarse a tratar de sacar ganancias a tarascadas en la selva mexicana que no garantiza seguridad ni siquiera a los ocupantes de las trágicas sillas del poder formal. ¡Aquí nos encontraremos el próximo lunes! Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero,  Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx



Mañana sábado será el último gasolinazo mensual de una serie que comenzó con Vicente Fox. Es la historia de un atraco en el que se confabularon el Poder Ejecutivo, el PRI y el PAN en el Congreso, e incluso la mayoría de ministros de la Suprema Corte, para ejecutar una de las mayores transferencias de dinero de las familias y las empresas hacia las arcas del gobierno. Una de las claves del empobrecimiento del país, de la corrupción y el despilfarro se puede hallar en los gasolinazos.
La historia
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En el año 2000 Vicente Fox promovió un incremento de entre uno y dos centavos mensuales a los combustibles, que supuestamente servirían para un fondo de infraestructura carretera y para contrarrestar los efectos de la polución del medio ambiente. En 2008, Felipe Calderón presentó una iniciativa –que diputados de PRI y PAN aprobaron– para cargar a los combustibles el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS). En el artículo 2-A de la ley respectiva, quedó establecido el sobreprecio de 36 centavos en los combustibles a cargo del consumidor final. Del monto recaudado mediante ese impuesto se destinaría 80 por ciento a los estados y 20 por ciento para los municipios, que tendrían que etiquetar esos recursos a infraestructura y protección del medio ambiente. Fue una medida muy polémica que llegó hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación mediante una acción de inconstitucionalidad presentada por diputados del Frente Amplio Progresista (PRD, PT y Convergencia), pero fue rechazada por los ministros –el único voto en contra fue el de la ministra Olga Sánchez Cordero. La Corte resolvió, en una de sus más infaustas decisiones, que los gasolinazos no violaban el principio de equidad tributaria. El gobierno resolvió que el IEPS se prorratearía durante 18 meses, a dos centavos por mes, entre enero de 2008 y junio de 2009. Al finalizar ese periodo, el gobierno federal congeló el precio de la gasolina Magna como una de las medidas contra la crisis económica, derivada de la recesión de Estados Unidos.

El mito del subsidio
Sin embargo, en 2010 Calderón anunció una serie de incrementos mensuales con los que se eliminaría gradualmente el subsidio a los combustibles, que estaba minando las finanzas públicas. Según esto, el gobierno subsidiaba la diferencia entre el precio de la gasolina de Estados Unidos (entonces más cara) y la de Pemex. Nunca pudo probarse la existencia de tal subsidio dentro del presupuesto. Este año la situación se ha invertido: la gasolina de Pemex es más cara que la de Estados Unidos. ¿A quién estamos subsidiando los consumidores? En el último año de Calderón los aumentos fueron de 11 centavos para Magna, Premium y diésel.
La continuación del atraco
Al llegar Enrique Peña Nieto a la Presidencia en 2012 continuó con la política de aumentos, pero cambió a nueve centavos para la Magna y 11 centavos para la Premium y el diésel el primer sábado de cada mes. A finales de 2013 la gasolina mexicana superó en costo a la de Estados Unidos; sin embargo, los diputados –incluyendo a los del PRD– aprobaron los gasolinazos durante todo 2014. Mañana veremos el último gasolinazo mensual: la Magna costará 13.31, la Premium 14.11 y el diésel 13.94 pesos por litro. De acuerdo con lo anunciado por la Secretaría de Hacienda, en 2015 habrá un solo aumento conforme a la inflación, que se estima en 3 por ciento. Sin embargo, en opinión de Pablo González, presidente de la Amegas –la asociación de empresarios gasolineros–, podría ser de hasta 4.5 por ciento. Un comentario final: quizá los consumidores no lamentarían tanto el despojo de que han sido objeto a lo largo de 15 años si la recaudación se hubiera empleado para construir refinerías o para la constitución de un fondo de rescate de la economía popular ahora que el petróleo va en picada.
Venezuela en aprietos
Ante el desplome de los precios del petróleo que ha golpeado severamente a Venezuela, el presidente Nicolás Maduro anunció un plan de recortes de 20 por ciento en el gasto público. He ordenado hacer un conjunto de recortes en el presupuesto de la nación y para eso he nombrado una comisión presidencial para la racionalización y reducción del gasto público, en qué: en gastos suntuarios, gastos no productivos, revisión de sueldos y salarios de toda la plana mayor de ministerios, empresas del Estado, empezando por el presidente, y que me hagan una propuesta de reducción sustancial de salarios, dijo el mandatario durante una reunión con su gabinete, que fue televisada.




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La noticia del momento, sobre todo pero no sólo en los círculos de economistas, es la presencia en México de Thomas Piketty, famoso autor de El Capital en el siglo XXI. Ha venido para promover la edición en español de esta obra. Recién el 24 de noviembre se lanzó, en México, España, Argentina, Chile y Colombia simultáneamente la edición en español (en total 38,500 ejemplares) del Fondo de Cultura Económica (FCE). El libro es muy extenso: 663 páginas en la edición en español). Piketty ha estado ya en FIL de Guadalajara, estará hoy en la UNAM y mañana en el Senado. Aunque sólo he ojeado la edición en español, veo con gusto que el gravísimo error de traducción en el primer párrafo de la Introducción del libro (la mitad de la cual se publicó adelantada en La Gaceta del FCE de julio de 2014) que hice notar en la entrega del 19/11/14 ha sido corregido. Una primera y grave deficiencia que he notado en la edición es la ausencia de un índice analítico, el que, en una obra de tal magnitud, es un requisito indispensable. Si bien es cierto que la edición en francés, también carece de dicho índice, la de inglés si lo incluye. Tengo entendido que hay ya disponible software que facilita la elaboración de este tipo de índices, lo que hace su falta todavía más lamentable. En cambio, la ubicación de las notas: al pie de cada página en la edición del FCE (igual que en el original en francés), es mucho mejor para el lector que la pésima costumbre anglosajona, que reproduce la edición en inglés de este libro, de mandar las notas al final del libro.
Piketty, como he comentado en las entregas que he dedicado a su libro, derrumba mitos sobre el capitalismo. Dos en particular son los más importantes: 1) Sostiene que la tendencia dominante, casi intrínseca del capitalismo, es a una desigualdad creciente del ingreso y, aún más, de la riqueza, que se concentran particularmente en el 1% de la población. Con ello derrumba el mito fundado por Kuznets de la tendencia del capitalismo maduro a una menor desigualad. 2) Que los ingresos en dicha minicúspide no son, dominantemente, fruto de los méritos sino de las herencias, lo que derrumba la justificación meritocrática de la desigualdad. Dice Piketty en la conclusión de su libro:



El precio del petróleo mexicano mantiene su caída (ayer se cotizó en 59.73 dólares), el tipo de cambio en riguroso sentido contrario (14.44 pesos por cada billete verde) y el pronóstico sobre el avance del producto interno bruto se recorta un día sí y el siguiente también, pero ya lo dijo el ministro del año: no hay de qué preocuparse, porque nuestro país tiene mejores expectativas de crecimiento que otras economías emergentes para el año próximo.
Palabras más o menos, el secretario Videgaray ha repetido aquello de mejores expectativas desde que se instaló en Los Pinos… perdón en la oficina principal de Hacienda. Lo dijo en diciembre de 2012, lo reiteró en igual mes de 2013 y ahora hace lo propio con miras a 2015. Será que le encanta el ambiente navideño para divulgar sus buenas intenciones, pero el hecho es que a lo largo del gobierno peñanietista si algo ha brillado por su ausencia es, precisamente, el crecimiento económico, tanto que en el primer bienio de EPN la tasa anual promedio de avance a duras penas es de 1.6 por ciento.
Pero bueno, si se atiende el comentario del pensador global –también con ánimo navideño– se supondría que en 2015 la economía mexicana se ubicaría, cuando menos, entre las tres primeras de América Latina por aquello de las mejores expectativas de crecimiento. Así, en la imaginaria gubernamental, la nuestra retomaría el liderazgo regional, sería el ejemplo a seguir y la envidia de propios y extraños. Sin embargo, como diría Mafalda, todo indica que la credibilidad del ministro no tiene fondos en la chequera de organismos como la Cepal.
Lo anterior, porque con todo y los mecanismos de protección puestos en acción, como las coberturas petroleras, y la línea de crédito flexible refrendada por el FMI (que, a juicio de Videgaray, son los “factores –que– permiten que México tenga mejores perspectivas que otras economías emergentes” y, de paso, “afrontar de mejor manera los riesgos de volatilidad que afectan los mercados financieros internacionales), para 2015 el organismo especializado de la ONU ubica a México extremadamente lejos de la fábula del secretario de Hacienda.
De acuerdo con la más reciente estimación temática divulgada por la Cepal, en 2015 las economías latinoamericanas con mayor crecimiento serán Panamá (7 por ciento), Bolivia (5.5), y Nicaragua, Perú y República Dominicana (5 por ciento cada una de ellas). La mexicana, si bien va, avanzaría 3.2 por ciento (al igual que la costarricense, aunque por debajo de la haitiana), con lo que en la escalera regional se ubicaría en el peldaño número 13 de 20 posibles, algo que no parece refrendar las siempre optimistas proyecciones del ministro.
Con base en lo anterior, Luis Videgaray sí podría presumir que en 2015 la economía mexicana reportaría mejores resultados que en el presente año, toda vez que en 2014 la Cepal la ubicó en el escalón número 15 de 20 posibles en el contexto latinoamericano, es decir que entre un año y otro habría ganado dos peldaños, con todo y reformas, algo que dista mucho de la lectura oficial (léase: México tiene mejores expectativas de crecimiento que otras economías emergentes para el año próximo).




Es lógico que a las comunidades indígenas marginales asentadas en la periferia de los siete grandes centros urbanos de la entidad no les quede otra alternativa de gestión con las autoridades que canjear sus recursos naturales, principalmente agua, por compromisos de obra pública, a fin de paliar el acumulado abandono histórico en que sobreviven.
Esta pugna, que se replica en Xalapa y Coatzacoalcos, ha escalado hasta llegar a un punto de quiebre anunciado esta semana por ejidatarios de Tatahuicapan, comunidad serrana donde se asienta la presa Yuribia, tomada ayer por pobladores que además retuvieron a un funcionario, argumentando que no se han hecho las obras prometidas a cambio de agua.
El convenio data de hace 30 años. Ante el evidente agotamiento del venero, los campesinos cerraron las válvulas y amenazaron con destruir la represa que abastece del líquido a la zona conurbada Coatzacoalcos-Cosoleacaque-Minatitlán, donde habita cerca de un millón de personas y parte del suministro es para la industria.
La lucha por el agua tiene otros escenarios: en Jalcomulco, los campesinos pararon la construcción de una represa a cargo de la trasnacional brasileña Oldebretch, y en Amatlán, en la zona Córdoba-Orizaba, donde ya operan algunas plantas generadoras de energía eléctrica, los labriegos se resisten a vender parcelas aledañas al sitio donde se planea levantar una nueva cortina para aprovechar el río Blanco.



Tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI recibieron durante su papado numerosas cartas denunciándoles el proceder criminal de curas pederastas. En algunas se mencionaba la protección que les brindaban las jerarquías eclesiásticas en varios países. No atendieron debidamente esas denuncias que lograron notoriedad gracias a los medios de comunicación. La más sonada fue contra el fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, el siempre bien amado, como lo llamó el pontífice polaco.
Tarde reaccionaron ambos dirigentes de la cristiandad, ocasionándole a la Iglesia católica enorme desprestigio y severo desgaste en sus finanzas al tener que indemnizar a cientos de víctimas. Las diócesis de Nevada, San Diego, Milwaukee, Nuevo México, Boston y cinco más se fueron a la quiebra en Estados Unidos. Y diversos problemas económicos padecen las de Alemania, Irlanda y Holanda, en Europa.



El 2 de diciembre partieron de este mundo dos músicos inspiradores, cada uno en su respectiva dimensión: el baterista mexicano Julio Díaz y el saxofonista estadunidense Bobby Keys.
Julio Díaz (1976-2014). Destacado percusionista desde los siete años, el de Aguascalientes fue fichado por Santa Sabina (SS) en 1998 tras la salida de Patricio Iglesias. Antes tocó con el grupo El que ríe al último. Poncho Figueroa (bajista de SS) ya se había fijado en él; lo vio tocar cuando aquél tenía 13 años: ya era un monstruito de la batería, dijo a la revista Subterráneos. Díaz también tocó con Maldita Vecindad, Fratta, Kenny, Benny Ibarra Jr, entre otros.
A decir del guitarrista Alejandro Otaola, también de SS, Julio tenía una singularidad, celebrada entre él, Figueroa y el tecladista Juan Sebastián Lach, a la que llamaban dar un juliazo: voltear el tiempo a media canción durante unos compases, para volver a él sin falla más adelante, acto que a veces desconcertaba a Rita Guerrero (QEPD), a lo que Díaz replicaba: “tú sólo síguete de frente, mija”. Con SS en sus últimos años como banda, Julio “fue la chispa creativa tras canciones como La daga, Laberintos e Incierto destino, entre otras”, asegura Otaola. Una muestra de sus cualidades en vivo.


Con el telón de fondo del reciente retroceso del peso mexicano en su cotización frente al dólar –divisa que ayer llegó a una paridad de 14.42–, el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray, afirmó el pasado miércoles que México cuenta con herramientas y fundamentos macroeconómicos que le permitirán superar dicha coyuntura. Unos días antes, el titular de la Secretaría de Economía, Ildefonso Guajardo, se refirió a ese fenómeno como fluctuaciones transitorias y dijo que afortunadamente México tiene un tipo de cambio flotante que da un excelente resultado, porque los agentes económicos adaptan las expectativas.

¿Ley de movilidad afectará a peregrinaciones?
Los diputados, preocupados por la movilidad de los ciudadanos, impulsan una ley que limita las manifestaciones.

Como en muchas otras latitudes de la patria, en Chihuahua despuntan esperanzas surgidas de la movilización de varios sectores sociales. Hay despertares detonados por el hartazgo y hay significativos triunfos, resultado de una paciente y tenaz lucha. De los primeros hablamos en nuestra entrega pasada, al tratar la constitución del Movimiento Chihuahuense Unión Ciudadana. De los segundos trataremos ahora.

Nada indigna más del grupo gobernante encabezado por Enrique Peña Nieto que su pretensión, fracasada, de eludir su evidente responsabilidad en el crimen de Estado y lesa humanidad perpetrado contra los estudiantes normalistas en Iguala, descargando toda la culpa de las ejecuciones extrajudiciales y las desapariciones forzadas sobre las autoridades municipales y la llamada delincuencia organizada, al grado increíble de intentar mimetizarse con las víctimas y con quienes los han apoyado, al asumir, como padre de familia y como un mexicano más, el grito de todos somos Ayotzinapa. Pero, no todos somos Ayotzinapa. El mensaje presidencial del 27 de noviembre y su propuesta de 10 puntos no sólo no convencieron a nadie, sino que constituyen un agravio más para los estudiantes asesinados, heridos y desaparecidos, para sus familiares y para todos los hombres y las mujeres que en el mundo entero se han visto sacudidos por los hechos del 26 y 27 de septiembre, y por el mutismo gubernamental sobre el paradero de los 43 normalistas, trascurridos más de dos meses de su desaparición.

Ml que se enoja pierde, dice el refrán, y el Presidente está enojado, y mucho. Cuando se esperaba que regresara de Australia dolido, externando un ánimo afligido y que narrara cómo durante el viaje la pena lo acosó, pero que eso lo impulsó a tomar las grandes medidas transformadoras y a ejercer su voluntad justiciera, no, llegando decidió sacar el sable. Ese es el verdadero Peña.

Maidán, el nombre común de la plaza central en Kiev (oficialmente la Plaza de la Independencia), es una palabra árabe que llegó al ucranio vía Turquía. También existe en polaco, pero, aparte de su significado original (plaza), hoy quiere decir más bien bulto o conjunto de cosas revueltas.

El enigma de lo desconocido entre la vida y la muerte se dio cita en clamor de la marcha en solidaridad con Ayotzinapa el lunes pasado. El propósito del enigma por vivir y morir y por venir. Más exactamente por producir ese espacio invisible en que brillan los significados del destino. Juegos del poder para no gritar el dolor en el vacío. El dolor de los desaparecidos y las viudas y huérfanos unido al de los millones que duermen en la pobreza extrema. Confrontar la muerte en la línea del tiempo. Un punto preciso en que puede surgir la muerte. El tiempo del dolor que ya no permite el pensar. Un hoyo del pensamiento que apareció en la marcha y se iba en un abismo de palabras vacías. Un hoyo del hambre que atraviesa la República. Hambre en que el lenguaje deja su lugar al cuerpo desnutrido para que hable por él. Trauma sicológico y dolor desorganizante de difícil rehabilitación. Lumbre de sol mañanero que apenas calienta la piel agrietada en espera de lo inesperado.

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