1/16/2019

Cartilla moral de la Cuarta Transformación



El Presidente quiere moralizar la vida pública. Uno de los frentes para lograrlo –considera él– es instruir moralmente a la ciudadanía. Por esta causa inició la difusión masiva de un documento que se anuncia fue escrito por el insigne Alfonso Reyes.
Andrés Manuel López Obrador (AMLO) hace una breve presentación de la Cartilla moral que circula tanto en forma impresa como en las redes sociales. En el párrafo inicial dice que la decadencia ética del país se produjo tanto por la corrupción del régimen y la falta de oportunidades de empleo y de satisfactores básicos, como por la pérdida de valores culturales, morales y espirituales.
En el siguiente parágrafo sostiene que si bien las personas necesitan bienestar, igualmente es cierto que no sólo de pan vive el hombre. Para alcanzar la felicidad se requiere el bienestar material y el bienestar del alma, como decía José Martí. Su referencia al pan es una cita que ha hecho en bastantes ocasiones, se localiza en el Evangelio de Mateo, capítulo 4, versículo 4. A su vez Mateo retomó el dicho del Antiguo Testamento, que puede leerse en Deuteronomio 8:3. El contexto de lo que dijo Jesús y es descrito por Mateo resulta interesante: se trata de los 40 días que Jesús estuvo en el desierto y guardó ayuno. Entonces el tentador, como traduce la Biblia Reina-Valera revisión de 1960, retó a Jesús: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. La respuesta fue: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Tal vez sería útil para quienes cubren las conferencias mañaneras del Presidente leer la Biblia, porque con frecuencia se refiere a ella sin citarla expresamente.
La otra cita, que también ha repetido AMLO en diversos foros y ocasiones, la de José Martí, fue escrita por el prócer cubano en un artículo sobre Oscar Wilde. En la pieza literaria el autor defendió a Wilde y a la poesía, lo que documenta bien Ignacio Díaz Ruiz, profesor en el Colegio de Estudios Latinoamericanos en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Martí glosa a Wilde y escribe que le parecen abominables los pueblos que, por el culto de su bienestar material, olvidan el bienestar del alma, que aligera tanto los hombros humanos de la pesadumbre de la vida y predispone gratamente al esfuerzo y al trabajo. Embellecer la vida es darle objeto.
A petición del entonces titular de la Secretaría de Educación Pública, Jaime Torres Bodet, en 1944 Alfonso Reyes preparó unas lecciones a las que tituló Cartilla moral. Esmerado en el uso de los términos, don Alfonso sabía que cartilla significaba, como lo consigna la Real Academia en el Diccionario de la lengua española: 1. Cuaderno pequeño, impreso, que contiene las letras del alfabeto y los primeros rudimentos para aprender a leer. 2. Tratado breve y elemental de algún oficio o arte. 3. Testimonio que se da a los sacerdotes ordenados de la Iglesia católica para que conste que lo están. Entonces el documento es un acercamiento a los rudimentos de la moral y su necesidad en la vida pública y por ello tiene tono de homilía.
El autor evocaba que su material pedagógico no pudo aprovecharse en aquel tiempo. Explicó que las lecciones estaban destinadas al educando adulto [para quien se llevó a cabo una campaña de alfabetización], pero también son accesibles al niño. En uno y otro caso suponen la colaboración del preceptor, sobre todo para la multiplicación de ejemplos que las hubieran alargado inútilmente (Alianza Editorial y Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1994, p. 5).
La edición recientemente publicada no es la originalmente redactada por Alfonso Reyes en 1944, sino una revisión que incluye cambios realizados por José Luis Martínez en 1992. Por ejemplo, en el capítulo inicial la versión revisada y que es la distribuida por el gobierno de López Obrador dice: Todas las religiones contienen un cuerpo de preceptos morales, que coinciden en lo esencial. Omite lo que a continuación escribió Reyes: La moral de los pueblos civilizados está toda contenida en el cristianismo. El creyente hereda, pues, con su religión, una moral ya hecha. En el primer párrafo hay otras diferencias entre lo escrito por el gran helenista mexicano y lo que editó en 1992 José Luis Martínez. Lo mismo puede documentarse a lo largo de la versión que ahora circula. Me parece que en la portada, y no nada más en la página legal, de la Cartilla moral publicada por el gobierno de AMLO debió consignarse que es la de Alfonso Reyes, pero modificada por José Luis Martínez casi 50 años después.
La Cartilla moral está en el terreno de la persuasión, trata de convencer a la ciudadanía de que es importante conducirse cívicamente en lo personal y social. El gobierno tiene otra herramienta que es fundamental, distinta a la predicación, para lograrlo: hacer cumplir las leyes y actuar contra quienes vulneran el marco legal.

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