8/06/2009

Cuba: más que nunca, la USAID sigue invirtiendo en la subversión




En Cuba, las inversiones anexionistas de Washington, lejos de disminuir, han aumentado y se han agudizado a través de nuevas tecnologías y medios, afirma la investigadora venezolana
Eva Golinger

-->Eva Golinger.


LA ofensiva imperial contra la América Latina progresista se está intensificando en estos momentos hacia los países del ALBA. En Cuba, las inversiones anexionistas de Washington, lejos de disminuir, han aumentado y se han agudizado a través de nuevas tecnologías y medios.

Lo afirma la investigadora venezolana Eva Golinger al analizar, en entrevista, cómo la actual administración norteamericana sigue realizando “inversiones en la desestabilización de la Revolución Cubana” a través de la USAID y de la National Endowment for Democracy (NED).

“La USAID realiza inversiones en la desestabilización de la Revolución Cubana a través de dos formatos”, explica la especialista que se ha dedicado durante la última década a estudiar y desenmascarar los mecanismos norteamericanos de injerencia y subversión en América Latina.

“Su principal financiación proviene del Fondo de Apoyo Económico (Economic Support Fund), una división financiera del Departamento de Estado que financia los proyectos de la USAID”, precisa. ”Este fondo ha aportado 65 millones 330 mil dólares a la llamada transición hacia la democracia en Cuba durante los últimos dos años. Para el año 2010 están destinados 20 millones de dólares adicionales”.

Según la terminología de la USAID, el dinero ya entregado durante los años 2008 y 2009, 10 millones de dólares, fue dirigido al área de “derechos humanos”, 7 millones de dólares para promover “la competición política” y casi 49 millones de dólares para la “sociedad civil”.

“La USAID también abrió una Oficina para las iniciativas hacia una transición (OTI, por sus siglas en inglés) para Cuba a finales del año 2007, para realizar un trabajo con la juventud y las ‘iniciativas independientes’ de medios de comunicación”, señala la investigadora.

“Para este fin, han aportado un fondo adicional de 8 millones 383 mil dólares desde el 2008. Las OTI son divisiones de la USAID dedicadas a responder a crisis políticas de manera rápida, para ‘resolverlas’ a favor de los intereses estadounidenses”.

Las OTI manejan fondos líquidos de dólares “en cantidades muy grandes, sin tener que pasar por mucha revisión o contabilidad ante el congreso estadounidense”.

En Venezuela una OTI fue establecida en agosto 2002 para promover y consolidar las fuerzas opositoras a la Revolución bolivariana. Desde entonces, la OTI ha financiado y ayudado a crear más de 450 ONG y grupos políticos con fondos que sobrepasan los 60 millones de dólares.

Este dinero sirve fundamentalmente para alimentar conflictos y promover los intereses estadounidenses de manera encubierta.

USAID, EN PRIMERA LINEA DE LA “GUERRA IRREGULAR”

USAID, la agencia que comenzó como el brazo financiero del Departamento de Estado en el año 1962 para atender los asuntos “humanitarios”, se ha convertido durante el siglo XXI en uno de los actores principales de la “contrainsurgencia” bajo la nueva doctrina de Guerra Irregular de Washington.

“A principios del año 2009 fue firmada esta doctrina por el recién llegado presidente de Estados Unidos, Barack Obama, como parte de su nueva política de “smart power”, el poder inteligente, que emplea el uso del poder militar junto con la diplomacia, la cultura, la comunicación, el poder económico y la política”.

Hay dos grandes puntos de diferencia entre la Guerra Irregular y la Guerra Tradicional: el objetivo y la táctica, señala la abogada venezolana-estadounidense.

“La Guerra Tradicional ve como objetivo la derrota de las fuerzas armadas del adversario, y su táctica principal es el uso del poder militar en su forma más tradicional, el combate y el bombardeo. La Guerra Irregular tiene como objetivo el control sobre la población civil y la neutralización del estado, y su táctica principal es la “contrainsurgencia”, que es el uso de técnicas indirectas y asimétricas, como la subversión, la infiltración, las operaciones psicológicas, la penetración cultural y el engaño militar”.

Durante el siglo XXI, la USAID ha desarrollado divisiones dentro de la agencia que funcionan junto con el Pentágono, como las oficinas de Gerencia de Conflictos, Transición y Reconstrucción, Democracia y Gobernabilidad, e Iniciativas hacia una Transición, que están reorientando su trabajo hacia los esfuerzos de “contrainsurgencia”.

“Así, la USAID se ha convertido en el actor principal financiero de la desestabilización y la penetración en la “sociedad civil” en países estratégicamente importantes para los intereses estadounidenses”.

En el caso de América Latina, las cifras de inversión financiera de la USAID en los grupos políticos y en la “promoción de la democracia” son abrumadoras.

LA NED Y SU CADENA DE “ONGs” MERCENARIAS

Por otra parte, la NED, la agencia considerada una fachada de la CIA —fue fundada para hacer el trabajo que hacía la CIA en la década de los años 60 y 70 pero con una imagen más legítima— ha aportado 1 millón 435 mil 329 dólares para promover la desestabilización en Cuba este año, señala Golinger al enumerar los grupos beneficiados por este fondo norteamericano:

- Alianza Afrocubana (Afro-Cuban Alliance (ACA): 82 080 dólares.
- Asociación Encuentro de la Cultura Cubana: 225 000 dólares.
- Asociación Encuentro de la Cultura Cubana: 225 000 dólares
- Centro para una Cuba Libre (Frank Calzón): 54.222 dólares.
- Centro para la Empresa Privada Internacional (CIPE): 157 526 dólares.
- El Comité para el sindicalismo de Libre Comercio (CFTU): 150 mil dólares.
- El Directorio Democrático de Cuba: 275 mil dólares.
- CubaNet News.: 42 mil dólares.
- “Disidente Universal de Puerto Rico”: 40 mil dólares.
- Grupo Internacional para la Responsabilidad Social Corporativa en Cuba: 236 730 dólares.
- People in Need (PIN): 129 451 dólares.
- People in Peril Association (PIPA): 43 320 dólares.

La gran mayoría de esta colección heteróclita de organizaciones, grupos y grupúsculos han estado vinculadas en el pasado a actividades de la Agencia Central de Inteligencia.
A pesar de las promesas, cambio de administración o no, Washington no deja de derrochar anualmente cientos de millones de dólares del dinero del contribuyente en esta guerra sucia contra América Latina.

“Hay una ofensiva imperial contra América Latina en marcha que se está intensificando en estos momentos contra los países del ALBA”, indica Golinger.

“Una de las manifestaciones de esta agresión es esta llamada contrainsurgencia como táctica para penetrar e infiltrar las comunidades y promover la desestabilización”, subraya la autora de títulos como Codigo Chávez y La Teleraña Imperial, el repertorio de las actividades de inteligencia de Washington en el continente y el mundo.

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