2/25/2010

Los periodistas pal café......




Julio Hernández López: Astillero
Por complicidad, indolencia o incapacidad, Felipe Calderón Hinojosa es hoy un gravísimo peligro para México. Tolerar o auspiciar la injerencia abierta y creciente de Estados Unidos (no sólo en la zona fronteriza norteña, aunque aquí es donde de manera más notable se da ese proceso) es un agravio mayor a los intereses de la nación, una forma de incumplimiento de las obligaciones constitucionales y patrióticas a que está obligado quien, aunque fuera por razones ilegítimas, ocupa el máximo cargo de representación y mando en nuestro país.
El peligroso Factor Calderón (FC) mantiene al país entero en vilo, mostrándose increíblemente orgulloso del desarrollo de su personalísima guerra de reacomodos comerciales del gran negocio del narcotráfico y sometiendo a los mexicanos a una diaria realidad de indefensión y abatimiento, con fuerzas armadas (las policías, el Ejército y la Armada) que en su desbordamiento atropellan legalidad y derechos humanos y con narcotraficantes que conforme a su estatus (promovidos, tolerados o perseguidos) imponen términos de belicosidad e incremento de sus rubros de interés (no sólo el mercadeo de drogas: también secuestros, cobro de plaza, tráfico de personas, etcétera).
Pero, además, ese Factor Calderón de extremo peligro ha generado o permitido que se creen las condiciones adecuadas para que el vecino siempre expansivo (ya no en términos de apropiación de tierras) tenga justificaciones suficientes para intervenir en el manejo del patio trasero que está en propicias condiciones de incendio. Y no sólo el históricamente imperdonable limosneo y venta mediante el caballo de Troya llamado Iniciativa Mérida: allí está, por ejemplo, el cesáreo pulgar de la secretaria Janet Napolitano que ayer ha hecho saber mediante decreto imperial que en Ciudad Juárez no hay estado de derecho y lo que sucede allí es un asunto de seguridad nacional de Estados Unidos. Haiga hecho Felipe lo que haiga hecho, la realidad es que la mártir ciudad fronteriza está absolutamente fuera de control y, por tanto, tenemos legitimidad para intervenir y meter orden es el mensaje de la secretaria gringa de seguridad interior.
Mas no son solamente palabras. The Washington Post informó también ayer que en Ciudad Juárez ya hay agentes estadunidenses incrustados, y por más que el embajador mexicano en Washington pretendió negar el punto con generalidades, sin precisar si la información es falsa o cierta, los indicios muestran que la mano gringa ya está absolutamente metida en la franja fronteriza (la masacre de jóvenes en Ciudad Juárez acabó sirviendo de detonador de una escalada de inestabilidad política y social que acaba sirviendo a los planes metiches de los halcones vecinos).
Frente a todo ello, el presunto jefe de la institucionalidad mexicana, el antes mencionado Factor Calderón, seguía a la deriva: tocado, se metió a refutar las acusaciones de selectividad pro Chapo que le ha lanzado el diputado Clouthier Carrillo, arguyendo que pelea contra todos y no protege al Intocable (en EU, un capo no protegido, Osiel Cárdenas, era condenado a 25 años de cárcel); dejó en el arroyo político a su todavía secretario de gobernación, Fernando Gomón, al decir que éste seguirá allí mientras quiera (es decir, si sigue en Bucareli es por aferrado) y avivó la versión de que pondrá en esa secretaría a un político de mayor perversidad y tosudez como sería Juan Molinar Horcasitas, y, en su tormentosa nueva personalidad de izquierdista latinoamericano provisional, advirtió que la firma de un tratado comercial con Brasil puede ser riesgosa pero hay que correr esa suerte.
Calderón, cuyo barco político hace agua por doquier. Dos ex presidentes le meten ruido: Chente Fox se lanza contra las alianzas perreánicas que Felipillo autorizó e impulsó, aunque ahora pretende jugar a la sana distancia con su partido (argumentación irónicamente parecida a la de López Obrador) y el reaparecido Salinas de Gortari pide que los bancos en México pertenezcan a mexicanos y, metido en la feria de los cinismos abajofirmantes de los políticos e intelectuales que conforman la Generación del Sí Señor Presidente, acusa al proyanqui Ernesto Zedillo de haber filtrado en 1994 información de la devaluación inminente a ciertos empresarios mayores, sin dar nombres ni haber hecho antes denuncias fundadas y procesalmente instauradas.
México de cinismo galopante en el que sobreviven escenas tragicómicas como la nueva elección de un supermillonario como líder de la CTM (con el telón de fondo de los discursos de reivindicación proletaria de Betty Paredes que le echa paletadas de tierra a la pretensión calderonista de reforma laboral) y el enojo democrático de un senador priísta, movido por un ex gobernador priísta, que declina la búsqueda de ser candidato priísta a gobernador de Sinaloa para buscar que lo postule la alianza perreánica creada para sacar al PRI del poder (a fin de cuentas, ¿elecciones para qué?, si allá hay jefe de jefes que en Palacio nomás necesita un administrador). México de las muertes masivas que ya no causan asombro, sobre todo si se dan en zonas rurales o indígenas: trece muertos en la comunidad Vicente Camalote, del municipio de Acatlán de Pérez Figueroa, en Oaxaca (entre ellos un precandidato a la alcaldía por la alianza gabinista), mientras Ulises Ruiz sigue haciendo campaña anticipada en favor del candidato designado, Eviel Pérez Magaña. Y el caso terrible de Teresa González y Alberta Alcántara, las mujeres otomíes a quienes se ha ratificado la sentencia de 21 años de cárcel por haber secuestrado a dos agentes federales en 2006 (el periodista queretano Luis Gabriel Osejo comparte un video sobre el tema en
http://bit.ly/bXC977).
Y, mientras el IFE impone a Televisión Azteca una gran multa por desobediencia en transmisiones de propaganda electoral (ya se verá si la presión del Ajusco consigue rebajas), ¡hasta mañana, mientras la guerra calderónica ronda la metrópoli capitalina con intenciones de asentarse (ayer, en Bosques de las Lomas, tres decapitados; se hablaba anoche de que uno era federal)!
Fax: 5605-2099 •
juliohdz@jornada.com.mx


Enrique Galván Ochoa: Dineros
es lo mismo decir que el estado de derecho no existe en Ciudad Juárez a declarar que México es un Estado fallido, pues ya perdió el gobierno el control sobre una parte de su territorio? Tal vez hay diferencias en cuanto a terminología jurídica y política, pero sin duda una condición es el preámbulo de la otra. Y también es veneno puro para una eventual recuperación económica. La secretaria de Seguridad Interior de Estados Unidos, Janet Napolitano, acaba de estar en México; tuvo reuniones en Los Pinos y con García Luna, y al volver a su país y comparecer en audiencia ante el Comité de Seguridad Interna del Senado, en Washington, afirmó que el estado de derecho en Ciudad Juárez es inexistente, pese a los éxitos importantes del gobierno mexicano en su lucha contra el narcotráfico. El Vasco Aguirre lo había dicho de otro modo. Ayer mismo, los embajadores Arturo Sarukhán y Carlos Pascual negaron la versión de que agentes americanos desarrollarán labores anticrimen en territorio mexicano, lo cual constituiría una grave violación a la maltrecha soberanía nacional, precisamente en medio de los desteñidos festejos del centenario y el bicentenario. Pero de Nogales –la población de Arizona frontera con Nogales, Sonora– llega otra versión. Fue dada a conocer por el diario Los Angeles Times en un reportaje que apareció bajo la firma del reportero Sebastian Rotella. “En una operación políticamente sensitiva en la frontera de Arizona y México, agentes de la Border Patrol (Patrulla Fronteriza) y de la Policía Federal mexicana están siendo entrenados juntos por primera vez, compartiendo información de inteligencia y patrullando en forma coordinada, por primera vez”. Agrega: El objetivo de esta histórica alianza es lanzar un ataque sistemático contra el tráfico de drogas y migrantes ilegales, de sur a norte, y el contrabando de armas y dinero, de norte a sur. Esta operación es parte de un importante y no anunciado golpe que comenzó en los meses recientes e incluye a centenares de agentes de Estados Unidos y México en el corredor fronterizo.
Oleaje fuerte en las televisoras
Pega en forma desigual a MVS y Televisa la decisión de la Secretaría de Comunicaciones de no prorrogar sus concesiones de los canales 56 y 46, respectivamente. Para la empresa de Emilio III el canal 46 no es un activo importante dentro de su imperio. Le quitan un canal que no usaba y que nunca operó. La historia es distinta para el grupo de la familia Vargas. Para MVS, en cambio, la cancelación podría significar su única oportunidad de tener un lugar en la televisión abierta. Las motivaciones del gobierno calderonista también podrían ser distintas. Por otro lado, a Tv Azteca le llovió en su milpita. El IFE le aplicó una multa por 122 millones de pesos por no difundir 16 mil 92 espots de partidos y autoridades electorales en Chihuahua, Puebla, Zacatecas y Durango. Y de pilón la SCT determinó que el servicio de HiTv de Tv Azteca y Televisora del Valle no cuenta con la debida concesión, por lo que multó a cada una con 4 millones 453 mil pesos y les ordenó la suspensión inmediata de las transmisiones. Todo va a tribunales. Ya saben ustedes que la carrera más productiva en la televisión es la de los abogados.


Carlos Fernández-Vega: México SA
Carlos Salinas de Gortari reapareció en sociedad para presumir, entre otras cosas, que la privatización bancaria estuvo bien hecha; que tal decisión no fue la causa de la quiebra del sistema bancario en 1995; que en noviembre de 1994 el balance de los bancos no era desfavorable, la banca enfrentaba problemas pero no una situación de crisis; que fue Ernesto Zedillo quien propició la fuga de capitales y que se vaciaran, en unas cuantas horas, las reservas de divisas; que el desarrollo soberano de México exige recuperar el control de su sistema de pagos, y que, en fin, él es perfecto.
Atrás de él, en el coro, dos afinadas voces: la de Pedro Aspe y la de Jacques Rogozinski, destacado par de operadores salinistas de la reprivatización bancaria (entre tantas otras privatizaciones), que en esta ocasión lamentablemente no contaron con la tonada de Guillermo Ortiz Martínez, integrante del mismo coro y el único que participó en todo el ciclo reprivatización-rescate-extranjerización del sistema nacional de pagos. Todos reunidos en el mismo acto: el seminario Privatización bancaria, crisis y resultados del sector financiero: reflexiones pendientes, organizado por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias, que preside la hija de quien fuera el fundador de Bancomer.
Pues bien, de entrada Carlos Salinas de Gortari desperdició una oportunidad de oro para reclamar en vivo y en directo a uno de los que coadyuvaron decididamente a la extranjerización de la banca otrora nacional y a vaciar en unas cuantas horas las reservas de divisas en aquellos aciagos tiempos de la crisis bancaria: Roberto Hernández Ramírez, el ex propietario mayoritario de Banamex, quien compartió mesa con el ex presidente en la cena organizada por el citado Centro de Estudios con motivo del seminario, como bien apunta la crónica de Roberto González Amador publicada ayer en La Jornada.
Cierto es que en 1995, ya con Zedillo instalado en Los Pinos, la fuga de divisas fue espeluznante, pero a Salinas de Gortari se le olvidó citar que en su último año de estadía en la residencia oficial el saldo de las reservas internacionales del Banco de México también reportó un brutal desplome. Información del Banco de México revela que el 15 de febrero de 1994 dicho saldo fue de 29 mil 228 millones, el mayor en el gobierno salinista; para el 30 de noviembre sólo quedaban 12 mil 484 millones. Así, en los últimos nueve meses y medio de su mandato se perdieron casi 17 mil millones de dólares en reservas. La cereza fue que en el primer mes del gobierno zedillista se evaporaron 6 mil 336 millones adicionales, con lo que 1995 inició con apenas 6 mil 148 millones en reservas internacionales.
Así, a lo largo de 1994 se esfumaron 23 mil 80 millones de dólares en reservas internacionales: 72.5 por ciento de ese monto correspondió al gobierno salinista y 27.5 por ciento al zedillista, y en la desaparición de esos dólares en ambas administraciones –la saliente y la entrante– mucho tuvo que ver la larga mano de Roberto Hernández (amigo de Salinas y compañero de mesa en la citada ocasión), junto con sus socios en Banamex y la casa de bolsa Acciones y Valores, los mismos que en mayo de 2001 concretaron la extranjerización del otrora Banco Nacional de México, cuyo accionista mayoritario, a estas alturas, sigue siendo el gobierno de Estados Unidos.
Lástima que a Carlos Salinas de Gortari se le olvidó comentar esos pequeños detalles, los cuales, de ninguna manera, exoneran a Ernesto Zedillo y su salvaje política de rescate, saneamiento y extranjerización del sistema nacional de pagos, como tampoco eximen a Vicente Fox, quien de inmediato avaló y aplaudió la venta –libre de impuestos– de Banamex a Citigroup; el último tramo –también sin visitar al fisco– de Bancomer al BBVA y otras transacciones de igual naturaleza, amén de que todos ellos –aquí cabe Felipe Calderón– encubrieron a funcionarios y banqueros participantes en el asalto a la nación conocido como Fobaproa, del que aún quedan por pagar algo así como 800 mil millones de pesos.
Que la privatización bancaria estuvo bien hecha, sostiene el ex mandatario. Y cómo no darle la razón, si el sistema nacional de pagos se lo entregó a sus amigos, y entre amigos nada está mal hecho. Sólo hay que recordar que prácticamente todos los integrantes de la llamada comisión de financiamiento y consolidación patrimonial del PRI para la campaña electoral de Carlos Salinas de Gortari a la Presidencia de la República terminaron como accionistas de los bancos, entre muchas otras propiedades –otrora del Estado– que acumularon a lo largo del sexenio de la solidaridad.
En el seminario de referencia, Pedro Aspe, secretario de Hacienda con CSG y uno de los ideólogos de la desincorporación bancaria (el mismo que en 1990 aseguraba que la propiedad de la banca no es un objetivo de la nación), trató de cubrir las apariencias cuando dijo que en el proceso de reprivatización ocurrieron algunos errores, pero lo cierto es que Salinas y Aspe violaron su propias reglas para concretar la reprivatización (entre ellas, de manera destacada, la relativa a evitar la concentración en agrupaciones formadas por bancos, casas de bolsa, aseguradoras y otros intermediarios y no vender las instituciones a ex banqueros).
A la hora de la reprivatización, se procedió en estricto sentido contrario a lo fijado en las reglas de desincorporación. En los hechos, pues, sólo los grandes grupos financiero-industriales, las principales casas de bolsa y los más connotados ex banqueros compraron las 18 sociedades nacionales de crédito. Por ejemplo, las siguientes casas de bolsa: Acciones y Valores se quedó con Banamex; Operadora de Bolsa con Banca Serfin; Probursa con Multibanco Mercantil de México; Grupo Bursátil Mexicano con Banco del Atlántico; Prime con Banco Internacional; Inverlat con Multibanco Comermex; Estrategia Bursátil con Banoro; Mexival con Banpaís; Inverméxico con Banco Mexicano; y Abaco con Confía.
Las rebanadas del pastel
Para la memoria de algunos: días antes de la iniciativa salinista para reprivatizar la banca (2 de mayo de 1990), ocho casas de bolsa acaparaban más de 65 por ciento de los CAP, o, lo que es lo mismo, los pases de abordar: Accival (Roberto Hernández y Alfredo Harp Helú), 19.29 por ciento del total; Operadora de Bolsa (Adrián Sada), 9.36; Abaco (Jorge Lankenau), 7.55; Interacciones (Carlos Hank Rhon), 7.53; Probursa (José Madariaga Lomelín), 6.66; Inverlat (Agustín Legorreta), 5.99; CBI, 5.12 y GBM (Alfonso de Garay Gutiérrez), 4.06. Y todas ellas, impedidas para participar en el proceso de desincorporación, se repartieron el pastel de los bancos, para quebrarlos y extranjerizarlos poco después. Pero a ciertos personajes se les olvida.
cfvmexico_sa@hotmail.commexicosa@infinitum.com.mx

Pedro Miguel: Navegaciones
Jacinta se sintió anonadada por el dato de su anónimo correspondiente: si era cierto que los tapones de corcho no existían en tiempos de Cortés, ¿era auténtico su frasco? ¿Podía quedar en él algo así como la traza del alma del Conquistador? No pudo seguir leyendo el texto del mensaje. La luz de la mañana siguiente la encontró ojerosa, despeinada y con la boca pastosa, inclinada sobre la pantalla de su computadora, coleccionando cuanto dato histórico había en la red sobre los usos del corcho, los tapones fabricados con ese material y los frascos de vidrio soplado.
* * *
Conforme iba de tianguis en tianguis y de pueblo en pueblo, Rufina adquiría conciencia de ser víctima de un equívoco mayor: se sentía mujer, pero tenía cuerpo de hombre. Tal vez había sido esa incongruencia la que lo había llevado a comprar y a leer, una y otra vez, un manual de brujería titulado Devolver el alma al cuerpo, un pequeño tomo que llevaba siempre consigo, junto con sus vestimentas de ambos géneros. Aprendió a pregonar medicinas milagrosas que curaban el cáncer, las várices y la locura, destapadores de tuberías que actuaban en treinta segundos, afiladores inventados en la NASA, veladoras incandescentes que operaban a base de energía solar, y hasta trapos para cocina con bonitos estampados a cinco por el precio de tres, la oferta, la promoción.
Trabajaba para las redes de distribución de baratijas de contrabando que dependen de la Aduana de Veracruz y que extienden sus tentáculos hasta la otra costa, en Michoacán y Guerrero. Al levantarse el tianguis, por la tarde, pasaba a buscarlo el encargado. Hacían corte de caja de productos vendidos, dañados y sobrantes, Rufino recibía su comisión y los datos para ponerse en contacto con el encargado de la localidad siguiente. Esa misma tarde tomaba un autobús, partía al siguiente destino, se hospedaba en un refugio de mala muerte, con tres camas por habitación, y a la mañana siguiente, muy temprano, llamaba por teléfono, desde un aparato público, al encargado. Recibía un lote de mercancía cualquiera, junto con una instrucción básica para anunciarla, se le asignaba un sitio en el tianguis y pasaba las horas siguientes gritando la maravillosa oferta, se va a llevar, sólo por esta vez, en una promoción, en una oferta. Después del mediodía se tomaba un pequeño descanso para comer algo en algún puesto del mercado y seguía en la venta hasta las cinco o seis de la tarde, hasta que pasaba el encargado para hacer el corte. Y vuelta a empezar: a la estación de autobuses, a otra localidad, a un hotelucho miserable, a otro encargado, a otra promoción, una oportunidad, se va a llevar.

El Correo Ilustrado
Resalta significación de las palabras
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, dio contenido a lo que Noam Chomsky en Knowledge of language: its nature, origins and use denomina el problema de Platón: cómo una expresión simple del lenguaje popular puede significar tanto. En efecto, sigue el pleito entre Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo por el error de diciembre, ¡al carajo con dicha polémica! Pero sobre todo, hay que aplicarla a lo que es común en ellos, el modelo neoliberal que impusieron al pueblo de México y que ha causado su desgracia. ¡Al carajo con ese modelo neoliberal!
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Miguel Marín Bosch: Obama en líos
Barack Obama lleva un año presidiendo los destinos de Estados Unidos. Es un lapso relativamente corto si uno piensa que quizás se pase otros siete en la Casa Blanca. Pero en poco más de 12 meses se ha complicado la vida de manera inesperada. Parece haber decepcionado a muchos de los que votaron por él en noviembre de 2008. Atrás quedó la ilusión de cambio que generó como candidato y ya pocos recuerdan las expectativas que acompañaron su histórica elección. Su toma de posesión fue aguardada como el nacimiento de una nueva, pero aún desconocida vida.
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John Saxe-Fernández: El abrazo simbiótico
En The Great Financial Crisis (Monthly Review, 2009), John Bellamy Foster y Fred Magdoff arrojan luz sobre las causas y consecuencias del grave trance que enfrenta la economía de Estados Unidos y del mundo. Los autores actualizan líneas de análisis e interpretación ofrecidas por Paul Sweezy, Harry Maggdof y Paul Baran. Lo hacen de manera concisa y sugerente, permitiéndoles captar las tendencias de fondo de las vicisitudes que a diario informa la prensa, como el abrazo simbiótico entre estancamiento y explosión financiera, reconocido aún en medios empresariales.
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Margo Glantz: Calcuta y la diosa Kali
La india, sí, la India, en este mi tercer viaje al subcontinente asiático. De inmediato recuerdo las palabras del escritor trinitario de origen indio V.S. Naipaul: India es para mí un país difícil; no es mi casa ni puede serlo, y con todo no puedo mirarlo con indiferencia. Empiezo en Calcuta, famosa por sus tigres de Bengala casi desaparecidos: en efecto, en el aeropuerto de Delhi (remozado, moderno, primer mundo) un gran anuncio: sólo quedan mil 311 tigres; en el palacio de Udaipur, en el Rajhastan –repleto de gente, tanto como las calles de coches o como el Metro en Pino Suárez de pasajeros– pinturas con marajás cazando, encaramados en casetones muy protegidos, mientras los tigres van cayendo uno a uno distribuidos en el paisaje.
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Olga Harmony: Incendios
La falta de una cartelera sensata que nos indique lo que se presenta en los escenarios es uno de los muchos problemas que tiene nuestro teatro y en el caso de los críticos se subsana con invitaciones a los estrenos y funciones, lo que no ocurría en el caso del Sistema de Teatros de la Secretaría de Cultura, por lo que la actual presencia de la muy capaz Sandra Narváez como subsecretaria de Prensa y Difusión se agradece porque alienta a suponer que a partir de ahora –como ya ocurrió con el restreno de Incendios en el teatro Benito Juárez– estaremos al tanto de lo que ocurra en este circuito teatral sin tanto retraso desde su estreno.
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Ricardo Rocha
Detrás de la Noticia
Mexico gordo
Por atascados: le costamos al país 45 mil millones de pesos cada año; condenamos a nuestros hijos a la diabetes; y nos vamos a morir más pronto.
Los mexicanos adultos ocupamos el segundo lugar en todo el planeta de barrigones y barrigonas y vamos rodando veloces al primer lugar. Pero, eso sí, en niños, los nuestros son los más gorditos y gorditas sin discusión alguna. Hasta hace poco esto de la grasa de más era un padecimiento de uno de cada cuatro habitantes. Ahora es de tres de cada cuatro.

El problema del sobrepeso en este país está grueso. Pero lo peor es que no estamos haciendo nada para detener la báscula. Hablo de algo en serio para evitar que cada día seamos más voluminosos. De que el gobierno federal y el Congreso se dejen de politiquerías y vean sus panzas frente al espejo y hagan algo urgente y a largo plazo. No basta con la escenografía del reciente Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria. Lo que se necesita es una gran estrategia integral que incluya: una planeación económica que privilegie la producción de los alimentos que realmente requerimos; una gran revolución educativa para padres e hijos que incluya la responsabilidad social de los medios de comunicación; y el reencauzamiento de prioridades y recursos para acabar con la terrible paradoja de millones de hambrientos y desnutridos frente a otros millones de rollizos sedentarios. Entender que la nutrición sigue siendo la medicina preventiva más barata. Y que somos lo que comemos.

Por todo eso y más es urgente la implementación de políticas públicas en las que participen expertos, legisladores, instituciones académicas, de salud, educativas y gobierno para contener la auténtica epidemia de gordura del presente y plantearnos un futuro menos rechoncho y más ágil para los años que vendrán. Pero, además hay que tomar desde ya decisiones tan drásticas como las demanda la propia emergencia. Urge, por ejemplo, que se prohíba de plano la venta de alimentos chatarra en las 217 mil escuelas. Las declaraciones de funcionaretes de la SEP de que no pueden prohibir alimentos y bebidas chatarra para no estigmatizarlas equivale a permitir la venta de veneno. Que eso y no otra cosa son los pasteles, frituras y refrescos con que atiborran a los niños. Pero la razón verdadera de la criminal protección oficial a la comida chatarra es que la mayoría de estos productos son casualmente fabricados por los grandes corporativos que fueron generosos donadores en la pasada campaña presidencial. Por eso es un negocio redondo y papas. Así que a quién le importa saber que el cerebro es 85% agua y que eso junto con el hierro y el zinc es lo que nuestros niños necesitan y no los 40 gramos de azúcar de una cola y el montón de grasa de pasteles adictivos porque contienen sustancias que crean adicción como si de droga se tratase.


De ahí la importancia de la serie de notas y reportajes de EL UNIVERSAL documentando el desastre alimenticio que padecemos y que a nadie parece importarle. Como si el cuerpo social que somos estuviese resignado a la dejadez o atiborrándose de porquerías a causa de la depresión. No se vale. El futuro no se lo merece.

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