11/13/2013

La increíble y brava historia del Dr. Mireles


Detrás de la Noticia
Ricardo Rocha


Él se ha convertido en todo un fenómeno de liderazgo social en Michoacán. Le mataron hermanos y amigos. Así que un día dejó el estetoscopio y empuñó una vieja escopeta. Y salió a las calles de su pueblo para enfrentar a los sicarios del crimen organizado: “Mira, nosotros vimos a todas nuestras familias y vecinos y amigos morir callados y amarrados de pies y manos; así que, si sabíamos que íbamos a morir nosotros también, pues decidimos mejor levantarnos en armas; cuando menos tenemos el honor de decir que en nuestro pueblo no se han vuelto a robar ni un alfiler, no se ha vuelto a ejecutar a nadie, no han vuelto a violar a ninguna niña de 11 y 12 años; y con mucho orgullo lo digo, ocho meses llevamos ya en esta guerra y aquí no tenemos ningún delito de ninguna clase; mientras que en Morelia, con todo el poderío del Ejército, los federales, estatales y municipales, diario hay ejecutados, robados o secuestrados”.

Así, el doctor José Manuel Mireles —a querer o no— está simbolizando el hartazgo de cuatro y medio millones de michoacanos que han sobrevivido en la angustia cotidiana de la violencia por más de una década. Por eso he de preguntarle: “Yo no sé si te gusta o no, pero te has erigido ya como un caudillo civil aquí en Michoacán ¿estás consciente de eso y también de que te conviertes en un blanco cada vez más grande para Los Templarios o los de Jalisco? “A ver —responde— yo soy el presidente del Consejo Ciudadano de Defensa de Tepalcatepec; también ya estamos constituidos como Consejo General de Autodefensas y Comunitarios de Michoacán; pero no queremos ser líderes, ni queremos ser caudillos, pero tampoco queremos ser mártires; lo que pasa es que todos los que estamos en esta lucha somos sobrevivientes del crimen organizado, somos gente a la que le devastaron familias enteras; a veces no pudimos recuperar ni las uñas, para poner algo en su tumba del panteón; yo llegué a ofrecer hasta 50 mil pesos por el cuerpo abatido de un familiar; primero nos dijeron que sí, pero al final de cuentas no nos dieron nada”.

“No fue tan de la noche a la mañana —sigue respondiéndome— nos tardamos dos años para darnos valor y planeando cómo hacer algo por nuestro pueblo. Hasta que un primo dijo: ‘hombre, somos 25 mil y esos desgraciados no pasan de 100… ¿por qué no les echamos encima a los 25 mil?’ Y yo que le digo: ‘es que no los necesitamos a todos; mira, yo te he visto matar a un chivo corriendo a 400 metros de distancia y le pegas a la pura cabeza’. Pero dice otro compañero: ‘no es lo mismo tirarle a un cristiano’. ‘Claro que no –le digo. Un cristiano está más grandote y corre más lento; miren, yo soy médico cirujano y soy humanista, pero hay que deshacernos de todos ellos’.

Luego, el doctor Mireles presume las primeras hazañas de sus seguidores: “en una balacera nocturna en nuestras trincheras de Naranjo de Chila, tuvimos una sola baja; un muchacho que todavía no llegaba ni a credencial del IFE; combatía con una escopeta; lo que no supo antes de morir es que mató a cuatro criminales a juzgar por los hoyones que traían los cuerpos”.

Luego, el doctor Mireles me habla de su recién convenida alianza estratégica con el Ejército: “Porque no se puede confiar ni en las policías estatales ni en los municipales, que casi siempre trabajan para los cárteles; aquí está todo contaminado, policía judicial, Congreso del estado, presidentes municipales, el gabinete estatal y hasta el que se fue y ya regresó”. Entonces echa la bomba: “El que volvió a ser secretario general de Gobierno con Fausto Vallejo, el interino Jesús Reyna”. Quien al día siguiente me dijo en radio que era una acusación absurda y que si el doctor tenía pruebas, las presentara.

Por lo pronto y mientras este héroe ciudadano forja su leyenda, responde sin dudarlo a mi pregunta: ¿Tú crees que existe la posibilidad de un alzamiento general de autodefensas en todo el estado de Michoacán? “Pues es lo que estamos haciendo —me responde— porque es el único modo de restablecer el Estado de derecho; ni los gobiernos municipales, ni el estatal, ni el federal han podido. Nosotros sí”.

@RicardoRocha_MX
Periodista

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