4/22/2014

Resistencias ante la Ley del Servicio Profesional Docente




La Reforma Educativa aprobada por el Congreso de la Unión en febrero de 2013 ha modificado la relación del docente con las autoridades educativas. Al elevar a grado constitucional el ejercicio docente en el artículo tercero de la Carta Magna, la figura del profesor queda ajena a la del trabajador, así mismo el docente, al convertirse en una especie de “sujeto administrativo” es excluido del derecho laboral (Tanto del artículo 123, como de la Ley Federal del Trabajo, secundaria del citado artículo). Al publicarse en el Diario Oficial de la Federación el Ley General del Servicio Profesional Docente (LSPD), la permanencia del profesor en sus funciones queda exclusivamente en manos de la autoridad educativa, el ingreso, promoción y permanencia se encuentra en los mismos términos:
La presente Ley es reglamentaria de la fracción III del artículo 3o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, rige el Servicio Profesional Docente y establece los criterios, los términos y condiciones para el Ingreso, la Promoción, el Reconocimiento y la Permanencia en el Servicio. (Artículo 1. LSPD)
El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) junto a la Secretaría de Educación Pública (SEP) tendrá potestad plena en cuanto la idoneidad del ejercicio profesional de los educadores:
Expedir los lineamientos a los que se sujetarán las Autoridades Educativas, así como los Organismos Descentralizados que imparten educación media superior, para llevar a cabo las funciones de evaluación que les corresponden para el Ingreso, la Promoción, el Reconocimiento y la Permanencia en el Servicio Profesional Docente en la educación obligatoria. (Artículo 7. LSPD)
En ese contexto, las autoridades educativas locales, así mismo los organismos descentralizados en educación media superior quedan subordinados al citado instituto y en los hechos al Estado. Lo mismo sucede con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y algunos sindicatos locales, quienes pierden toda función y sentido, dado que legalmente no tienen injerencia en ningún asunto relacionado con la situación del profesor.
Esa concentración de poder corresponde a una estrategia del Estado para expandir su modelo neoliberal e impulsar la aceptación de los valores del libre mercado. Al anular los derechos laborales de los trabajadores de la educación y concentrar todo aspecto en el INEE, (cuya naturaleza es de franca dependencia al Poder Ejecutivo, aunque la propaganda oficial argumente su “objetividad e independencia”) el fin planteado es la sumisión sin concesión del magisterio a acatar sin la mínimas resistencias el programa político-educativo neoliberal.
Curados en salud, bajo el argot de la eficiencia empresarial, las palabras calidad y evaluación para localizar a la primera, se convierten en conceptos, entresijos lingüísticos, abstracciones pero en todo caso, fines supremos del proceso enseñanza- aprendizaje (sea cual fuere su fin en el currículo expuesto) cuya justificación relega a cuestión secundaria los derechos humanos y deja espacio fértil a la instauración decidida del neoliberalismo.
López y Flores (2006) lo manifiestan de la siguiente manera:
La evaluación ha sido utilizada para enfatizar los valores de la competitividad y el utilitarismo, los principios de la empresa privada- bono de calidad, salario de acuerdo a “rendimientos”, contratos con límite de tiempo para los docentes-, y la exaltación del prestigio de las escuelas privadas, a las que los estudiantes migran ante la depauperación de las públicas. (p.6)
La afrenta contra la educación pública y por la instauración de un modelo neoliberal pasando por destrucción del estado de bienestar nacional, es necesidad impostergable para la reproducción de las condiciones de producción del capitalismo salvaje por medio de sus aparatos ideológicos en este caso la escuela (Althusser, 1989).
El dominio de los neoliberales de la escuela no podrá ser, sin toparse con obstáculos. La escuela siendo un espacio de socialización en donde se enfrentan, el modelo hegemónico (representado por legislaciones, programas de estudios, supervisores, directores, docentes) y sujetos tratados de moldear (alumnos) asumiendo el espacio escolar una lucha de clases donde las agudización de las contradicciones generará resistencias.
Resistencia que precisará Giroux (2003) “La noción de la autonomía relativa es desarrollada por medio de una serie de análisis que señalan esos “momentos” no reproductivos que constituyen y sostienen la intervención crítica de la intervención humana” (p.136) Entre el sistema de opresión y sus contradicciones, surge en el sujeto la necesidad de la reflexión y del análisis crítico para la acción política contraría a los intereses opresores.
En ese espacio es donde se puede ubicar la resistencia del docente ante la imposición de Ley del Servicio Profesional Docente, no obstante, la resistencia no es homogénea en el país, solamente algunos profesores organizados con antelación pudieron pasar de la teoría a la acción. En Oaxaca, Guerrero, Michoacán la resistencia tomó el camino de opción política contra el poder (Giroux, 2003). Todos estados donde la organización sindical desde hace decenas de años formaron una central independiente aunque adherente al Sindicato corporativa, la denominada Coordinadora Nacional Trabajadores de la Educación (CNTE) En el resto de la República la pasividad generó frutos para la institución sin oposición a la citada Ley.
Freire (1999) describía lo anterior:
Cuanto más se les imponga pasividad, tanto más ingenuamente tenderán a adaptarse al mundo en lugar de transformar, tanto más tienden a adaptarse a la realidad parcializada en los depósitos recibidos. (p.75)
Esa pasividad ha generado un triunfo en la lucha de clases por parte de la Estado neoliberal contra el magisterio, empero el triunfo no es liso, se enfrenta a las resistencias de los profesores de la CNTE y de otras organizaciones. Importante será analizar posteriormente las distintas resistencias, ya que en palabras de Giroux (2003):
La lógica que da forma a un acto de resistencia puede, por un lado, estar vinculada con intereses que son específicos en cuanto a género, clase o raza; pero, por otro lado, tal resistencia puede representar y expresar los elementos represivos inscritos por la cultura dominante más que ser un mensaje de protesta en contra de su existencia. (p.137)
Analizar a fondo la contradicción en las resistencias, la naturaleza de los esfuerzos por detener la Ley del Servicio Profesional Docente es exigencia, para observar la viabilidad de la estrategia práctica, sus retos y posibilidades de triunfo.

Referencias bibliográficas
Althusser, L. (1989) La filosofía como arma de la Revolución, México, Siglo Veintiuno Editores.
Giroux, H. (2003) Teoría y resistencia en educación, México, Siglo Veintiuno Editores.
Ley del Servicio Profesional Docente (2013) Publicada en el Diario Oficial de la Federación 9 de noviembre de 2013, recuperado el 16 de abril de 2014 en:
http://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5313843&fecha=11/09/2013
López, S. y Flores, M. (2006) Las reformas neoliberales en Latinoamérica. Revista Electrónica de Investigación Educativa, 8 (1). Consultado el 16 de abril de 2014 en: http://redie.uabc.mx/vol8no1/contenido-flores.html
Manuel Alejandro Ramírez Solorio es Licenciado en Docencia en Lengua y Literatura por la Universidad Autónoma de Baja California, actualmente es estudiante de la Maestría en Pedagogía Crítica en el Instituto de Pedagogía Crítica.

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