6/13/2014

Los periodistas pal café . . .



La polémica nacional se centró ayer en el futbol mundialista, su oriental arbitraje de inauguración que favoreció al casero que no jugó bonito y las expectativas respecto al televisivo equipo que representa a México. Esa concentración del interés público en los incidentes del juego más popular del orbe (y el más comercializado en sus niveles profesionales) se mantendrá durante un mes, aunque de manera natural irá disminuyendo conforme los colores de cada país participante vayan quedando fuera y con ellos se retire proporcionalmente la franja más circunstancial de esos aficionados. En el caso de los mexicanos, a pesar de la encendida competencia de malversación de la esperanza que realizan cotidianamente algunos locutores deportivos pertenecientes a las casas promotoras del negocio, en especial Televisa, la obcecación balompédica pareciera estar condenada apenas al cumplimiento de los partidos a que obliga la primera fase de ese recio concurso deportivo.
A la par de ese arranque del torneo global, que hipnotiza sobre todo al público masculino, se desarrollan en nuestro país los juegos de artificio (no fuegos, por si alguien se hubiera emocionado patrióticamente) que desde canchas legislativas habrán de llegar a resultados tan sabidos que viaja por el mundo cerrando tratos gananciosos el gerente general del Tri (no el que reclama el roquero Alex Lora como marca comercial propia), entre el pasmo ciudadano también tan sabido y, aún peor, el tácito asentimiento de las fuerzas políticas y electorales de izquierda que han preferido arriar banderas en lo inmediato, reduciendo la metralla a discursos y acciones simbólicas, para concentrarse en la consecución de firmas de respaldo para que en las urnas de 2015 se realice una consulta popular que, en caso de tener mayoría de votos y que le fuera reconocida, echaría abajo inversiones y maniobras técnicas, jurídicas y políticas que están en espera de ser desplegadas en cuanto el Congreso federal apruebe las leyes reglamentarias definitivas (la susodicha consulta, como se ha planteado aquí, ya no se enfrentaría sólo a tarjetas Monex y Soriana, sino al poderío de Exxon, Iberdrola, etcétera…)
Tal esquema de aceptación inconfesa de una derrota histórica, sumamente trascendental, ha pretendido convertir al futbol mundialista en coartada exculpatoria ante lo que prácticamente ha sido, hasta hoy, una decisión de las élites tradicionalmente convocantes a protestas de esta índole para no hacer nada en esta ocasión. Ni cercos alrededor del Senado ni movilizaciones masivas. Todo transferido a la quimera de la consulta popular, hoy (o, al menos ‘‘hasta hoy’’, ojalá que los estrategas tengan preparada una sorpresa impactante y decidan reactivar los mecanismos de disidencia explícita) constreñidos los ímpetus a una peculiar recolección de firmas que realizan tanto el PRD como Morena en abiertos procesos de proselitismo partidista. En diciembre pasado, un problema de salud del dirigente del Movimiento Regeneración Nacional colapsó las posibilidades de resistencia de los contrarios a la privatización de los energéticos (aunque la gestación de ese colapso político venía de buen tiempo atrás). ¿Por qué ahora no se realizan manifestaciones y movilizaciones enérgicas cuando menos para que los promotores pinoleros del golpe privatizador, sus aliados en el Congreso desde distintas etiquetas partidistas y los inversionistas internacionales sepan el tamaño de una presunta irritación popular?
Y sin embargo, la degustación de los platillos futboleros en curso ha sido etiquetada tramposamente como mecanismo de ‘‘distracción’’ respecto de los problemas nacionales. Ese villano inventado se usa para tratar de evadir el hecho irrebatible de que no hay nada importante y contundente que se esté haciendo desde los flancos de la izquierda social y electoral para impedir la aprobación de las muy lesivas leyes secundarias en mención. El fut, al menos en esta ocasión, no tiene la culpa.
Miguel Ángel Mancera se ha creado algunos de sus principales problemas en el ámbito de la acción policiaca y la consignación de presuntos infractores del orden social. No era todavía el titular de la gobernación de la ciudad de México el violento día en que Enrique Peña Nieto tomó posesión de un cargo socialmente impugnado, pero sostuvo el esquema de represión a movilizaciones políticas y sociales, se esmeró en proteger acciones violatorias de los derechos humanos por parte de sus subordinados y ha tratado de mantener en la cárcel a activistas a pesar de los indicios de no culpabilidad que se tenían los primeros días y que, largos meses después, han sido reconocidos por jueces que han puesto en libertad a los imputados por Mancera Espinosa.
Ayer, en la presentación de un informe de labores de la actual administración de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, Mancera Espinosa hubo de abandonar el acto ante la incontrolable protesta de una veintena de jóvenes que sufrieron detenciones arbitrarias durante actos de disidencia pública. Le gritaron ‘‘represor’’ a él, extendieron el estigma a la propia CDHDF y exigieron la libertad de presos políticos.
A las dos de la mañana de este jueves, Héctor García Armenta tenía insomnio, así que leyó el Astillero (en lugar de contar borreguitos), con tan mala suerte de almohada que se siguió de largo y envió al tecleador dormilón una serie de reflexiones de las cuales esta columna con propiedades antisomníferas comparte lo siguiente: ‘‘El grado de corrupción en que ahora vive y actúa la clase política mexicana es indescriptible. Creo que Dante Alighieri hubiera querido describir el albañal de la política mexicana en un capítulo especial de la Divina Comedia, y le hubiera dedicado una prioridad más alta que la del capítulo dedicado al Infierno. La Presidencia de la República, el Senado, la Cámara de Diputados, y los partidos políticos de nuestro país son un rebaño de depredadores con patente de corzo, que se han adueñado de México y se les ha dado el poder de saquear a la nación impunemente en forma vitalicia’’. Y, mientras el príncipe de la basura en el PRI capitalino ha abdicado, dejando heredero... ¡Feliz fin de semana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero



Tantas idas y venidas, vueltas y revueltas de los senadores de la chuchada perredista como queriendo convencer a la opinión pública de que están en contra de la privatización energética y del petróleo. ¿Para qué firmaron el Pacto por México? Sale sobrando el pataleo, no impresionan a nadie. Los sigue el estigma de haber colaborado en el atraco. Lo mismo puede decirse de los panistas. Y, por supuesto, de los priístas. Al final de cuentas, lo que veremos en estos días es que el partido en el Congreso se resolverá a favor de la reforma con peñaltis.
Lenta pero ahí va
La comisión especial que da seguimiento al caso Oceanografía en el Senado, creada hace más de dos meses, se reunió el martes pasado. Mientras, Amado Yáñez ya salió del hospital, libre bajo fianza: buscan a empleados de segundo nivel de Banamex, ningún director general, y el propio Yáñez involucró a su socio, Martín Díaz Álvarez. De Pemex, nada, son unas blancas palomas. Esta vez sí hubo quórum y acordaron un calendario de comparecencias de funcionarios públicos para que den explicaciones sobre el caso. Llamarán al procurador general de la República, Jesús Murillo Karam; al titular de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, Jaime González Aguadé, y al del Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE), Héctor Orozco Fernández. Asimismo a los responsables del Ifai y del órgano de control interno de Pemex, así como a empleados de Oceanografía. La presidenta de la comisión, Lisbeth Hernández Lecona, del PRI, explicó que en la siguiente reunión ordinaria –que se llevará a cabo el primer miércoles de julio– podrían tener ya la presencia de alguno de ellos.
Museo chino podría superar al Louvre
El Louvre de París es el museo más visitado del mundo. El año pasado 9 millones de personas pagaron 12 euros (211 pesos mexicanos) para ver la sonrisa enigmática de La Gioconda. La mayoría de los museos del mundo son gratis (también el Met de Nueva York, que tiene un precio de 25 dólares, como donación sugerida). En el Louvre el número de visitantes ha venido disminuyendo cada año, mientras en el Museo Nacional de China ha aumentado. Podría sobrepasar al parisino como el museo más visitado el próximo año. La Themed Entertainment Association, que compila datos sobre museos, también le sigue el rastro a parques de atracciones. Según su lista, el parque de diversiones más popular el año pasado fue Walt Disney World en Florida, que recibió 18.6 millones de visitantes, el doble que los del Louvre. En total, 133 millones visitaron Disneylandia en 2013, lo que sugiere que la gente prefiere a Mickey Mouse que a Leonardo da Vinci. ¡Ouch!



“La desigualdad en Estados Unidos no es algo que simplemente ocurrió. Fue creada. Las fuerzas del mercado intervinieron en ello, pero no estuvieron solas. En un sentido ello debería ser obvio: las leyes económicas son universales, pero nuestra creciente desigualdad –especialmente los montos apropiados por el uno por ciento más rico– es un logro distintivamente estadunidense”. Así comienza Joseph Stiglitz (JS) el capítulo que hoy comento. Retomo así el tema de la desigualdad que comencé en las entregas del 16 y 23 de mayo. JS agrega que el grado de desigualdad inusual que se vive hoy en Estados Unidos no está predestinado, pero es muy probable que siga aumentando pues los factores que la explican se auto-refuerzan. La tesis que sostiene en el capítulo es que si bien las fuerzas del mercado ayudan a conformar el nivel de desigualdad alcanzado, las políticas gubernamentales conforman dichas fuerzas, de tal manera que una buena parte de la desigualdad hoy existente es un resultado de la política gubernamental (p.35, The Price of Inequality, W.W. Norton, Nueva York, 2013). No es sólo inusual el nivel de desigualdad alcanzado en Estados Unidos (el más alto entre todos los países desarrollados) sino también el aumento de la desigualdad durante la crisis actual, en la que la participación de los salarios en el ingreso nacional ha seguido cayendo.
Aunque para explicar la desigualdad JS parte de la teoría económica ortodoxa, va añadiendo las razones por las que ésta falla y, sobre todo, va poniendo el acento en las políticas públicas. Sostiene que la desigualdad resulta en similar medida de las fuerzas políticas y de las económicas, ya que en una economía moderna el gobierno establece las reglas del juego, como en qué consiste la competencia legal, qué está prohibido. Además, entrega recursos y mediante los impuestos y el gasto público modifica la distribución del ingreso resultante del mercado. También puede modificar la distribución de la riqueza mediante impuestos a las herencias y proveyendo educación gratuita, con lo cual el gobierno puede afectar el grado en el que la educación y la riqueza de un individuo dependen de las de sus padres, que son los principales determinantes de su ingreso. Mientras políticas impositivas y de gasto progresivas (que cobran más impuestos a los ricos que a los pobres y proveen buenos sistemas de protección social) pueden limitar el grado de desigualdad, los programas que entregan los recursos del país a los ricos y con buenas conexiones, pueden aumentarlo (p.39). Señala con agudeza:



En lo que va del siglo XXI más de 250 mil millones de dólares propiedad de mexicanos han salido de nuestras fronteras para ser depositados y/o invertidos en terceras naciones, como si aquí todo estuviera resuelto y la prosperidad económica fuera el signo distintivo de nuestro país. No es gratuito, pues, que de tiempo atrás esta República de discursos obtuvo el galardón de la UNCTAD como exportador neto de capitales.
Una muestra de la disponibilidad empresarial mexicana para invertir millonarias cantidades para el crecimiento económico y el desarrollo social (de otras naciones) se registró en la reciente visita del inquilino de Los Pinos a España, durante la cual los magnates que lo acompañaron (o al revés) hicieron público su compromiso de inyectar generosos montos para ampliar los negocios en la alicaída economía de la madre patria.
¿Qué ha pasado con la inversión interna en este México renovado, modernizado, reformado, reconfigurado para el progreso y, en fin, abierto al capital privado de la A a la Z? Nada para presumir, como lo documenta el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), que de entrada advierte que un aspecto estratégico y de seguridad nacional a cubrir, sobre todo considerando que nuestro país vive una desaceleración económica que se ha prolongado por casi dos años, es evitar que la misma destruya las capacidades potenciales de su sistema productivo.
Como parte de los yerros cometidos en la década de los años ochenta destaca el ajuste estructural que sacrificó a la inversión tanto pública como privada. En el primer caso la inversión promedió una caída anual de 5 por ciento, en tanto que la parte privada lo hizo en 0.1. Con ello la llamada década pérdida generó un enorme rezago en construcción y en la renovación de la maquinaria y equipo con la que contaban las empresas, y el efecto en el resto de la economía se observa en la pérdida de productividad y competitividad, en la precarización del mercado laboral, y en el bienestar de la población.
Durante los años noventa la situación se modificó de manera parcial, básicamente porque la inversión privada se encargó de resarcir la contracción que el sector público registró en materia de inversión. La renovación de maquinaria y equipo que las empresas realizaron estuvo fuertemente vinculada con la industria de las manufacturas, situación que permitió el fortalecimiento del aparato exportador, pero que también tuvo su límite cuando este último privilegió a una industria maquiladora que no fue capaz de enfrentar la competencia de países con bajos costos laborales, como China, que emergieron en los albores del nuevo milenio.
En la primera década del nuevo siglo, si bien la inversión total se incrementó (2.5 por ciento en promedio anual) y que ello se dio de manera homogénea entre la parte pública y privada, no puede soslayarse que el aumento fue modesto para un país que venía de dos décadas donde la infraestructura y su renovación de maquinaria no habían tenido un buen desempeño. Además, la fase positiva que se observó en materia de edificación de vivienda, gestó una crisis que ha llevado cerca de la quiebra a tres de sus principales empresas.
Con ello, el inicio de la segunda década del siglo XXI manifestó una nueva contracción en materia de inversión pública, principalmente en construcción, y dejó al sector privado la responsabilidad de renovar la infraestructura y maquinaria de México. Evidentemente ello no es fácil cuando las empresas afrontan impuestos que afectan su capacidad de inversión. La creación de impuestos como el IETU y el IDE no fue algo favorable para mejorar el entorno descrito. Los nuevos impuestos mejoraron los ingresos del sector público, pero lo hicieron a costa de la inversión privada y con ello de la capacidad productiva de largo plazo de México. Evidentemente que lo anterior ha tenido un efecto sobre la creación de empleo formal.
Ahora, con la aprobación de la reforma hacendaria, se dio un nuevo paso para intentar fortalecer las finanzas públicas del gobierno federal, y su capacidad de gasto. Durante el primer trimestre de 2014, la mayor recaudación, junto con el rápido incremento de la deuda pública, se tradujo en la elevación del gasto total y de manera particular de la inversión pública, pero en ese periodo la economía solamente creció 1.8 por ciento.
La caída en la inversión privada tiene efectos de largo plazo sobre el PIB potencial del país: reduce la productividad de las empresas y con ello la posibilidad de competir exitosamente en los mercados interno e internacional. Esto es una historia ya conocida: a principios de la década de los setenta el ritmo de crecimiento anual del PIB potencial superaba el 6 por ciento. Para principios de los ochenta, dicho ritmo alcanzó 4 por ciento anual. Ya en los noventa el PIB se redujo a 2.2 por ciento, y de allí para abajo. Todo ello es fruto del freno a la inversión privada, fundamentalmente a la parte nacional, la más importante de la economía mexicana.



La capital tapatía vuelve a ser la codiciada joya electoral en la cual se centrarán los reflectores en 2015, y como es natural, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) tiene sobrepoblación de aspirantes.
El presidente nacional del PRI, César Camacho, lo ha aceptado: Guadalajara es un foco rojo para las autoridades del centro.
Y mientras el maltrecho Partido Acción Nacional (PAN) sólo puede echar mano de cartuchos quemados, en Movimiento Ciudadano aparece el personaje a vencer: Enrique Alfaro Ramírez.
En este contexto, el PRI no puede darse el lujo de perder Guadalajara. Sería como entregar en bandeja de plata la gubernatura en 2018. Por eso se espera un agarrón de pronóstico reservado.
Suenan el diputado local Miguel Castro Reynoso, la legisladora federal Claudia Delgadillo González, los secretarios de Educación, Francisco Ayón López; de Movilidad, Mauricio Gudiño Coronado; del Trabajo, Eduardo Almaguer, y el de Gobierno y próximamente senador reincorporado, Arturo Zamora.



La niña tiene apenas ocho años y, si los ciudadanos y el destino no dicen otra cosa, en unas décadas más será reina de España. Así lo marca la ley que los principales partidos políticos de ese país representados en el Congreso de los Diputados observan ahora como fieles súbditos de la Corona. Se llama Leonor, está por terminar el tercer año de primaria en el colegio privado Nuestra Señora de los Rosales. Es laico pero si los padres desean les dan clases de religión a sus hijos. La niña Leonor habla bastante bien el inglés, idioma que su abuela, la reina Sofía, utiliza para comunicarse con su familia. Con razón su nana es de origen británico.
Alguna vez la niña Leonor le preguntó a su mamá, la hasta ahora princesa Letizia y en ocho días más reina, en qué trabajaba. Ella le respondió: Por España, para mejorar el país. Su papá, Felipe, hace lo mismo, según ha dicho muchas veces. En una semana más él se convertirá en rey porque su papá, Juan Carlos, abdicó al trono en su favor. Y entonces la niña Leonor se convertirá automáticamente en princesa de Asturias y heredera al trono. Por eso recibirá instrucción militar.



Con uno de los carteles más vistosos en cuanto a música actual, que haya dado el Corona Capital (aunque sin clásicos del calibre de Pixies, Portishead, Blondie o Echo and the Bunnymen, como otros años), fue anunciado el 30 de mayo que la quinta edición de este festival de música internacional se llevará a cabo los días 11 y 12 de octubre 2014 en la acostumbrada Curva 4 del Autódromo Hermanos Rodríguez.
Si bien ya varios de los que encabezan la lista han actuado antes en México, lo interesante es la cohesión conceptual lograda en una sola experiencia, con mucho de lo más representativo del rock y géneros aledaños de hoy día. Con todo, las visitas inéditas siempre llaman más la atención. Así, viejos visitantes, favoritos del público local, engalanan el elenco mayor: Kings of Leon, Massive Attack, Kasabian, The Horrors, Belle & Sebastian, MGMT, St. Vincent; asimismo, antes con banda, ahora solistas: Damon Albarn y Jack White. Y sin duda, la primicia predilecta: Beck, quien tras un intento fallido en Acapulco en 2001, actúa en la ciudad de México por primera vez. 



Ante la insurrección y el avance de grupos fundamentalistas islámicos en Irak, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo ayer que no descarta ninguna opción para apoyar al gobierno de ese país. Entre las opciones mencionadas por el mandatario destaca el envío de aeronaves de guerra –tripuladas y no tripuladas– a territorio iraquí.

Irregularidad en programa de vivienda rural
Soy campesina y madre soltera, por lo que recurro a La Jornada para solicitar apoyo para que se haga efectivo el certificado de subsidio federal que se me otorgó el 30 de agosto de 2013, como parte del programa de vivienda rural.

Después de analizar la resolución del caso de acusación y expulsión al profesor José Enrique González Ruiz de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, un grupo de feministas decidimos dirigir una carta a la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal. Tratándose de promover un juicio correcto a quien es acusado de acoso sexual por una mujer, debo compartir a mis lectores que hemos recibido múltiples cuestionamientos por parte de compañeras del movimiento. Sin embargo, importa aclarar que algunas de quienes dedicamos nuestras mejores energías a promover el respeto a los derechos de las mujeres, experimentamos el mismo coraje ante actos de injusticia contra los hombres. Porque más allá de saber que la condición de mujer determina ser víctima de discriminación y violencia por razones culturales y políticas –toda vez que la construcción cultural del sexo y del género se establece en torno al prestigio que hacen los actores masculinos socialmente dominantes–, este conocimiento no impide que de facto, algunas mujeres pudieran eventualmente utilizar perniciosamente el marco de protección del derecho a la igualdad, a la integridad personal y de lucha contra la violencia de género, un marco que ha costado años de construcción y movilización feminista. Aquí el texto de la carta entregada el día de ayer.

Tramas y Mingas es el nombre del encuentro que esta semana mantuvieron indígenas, campesinos y afros en el Cauca, sur de Colombia. Se trataba de tejer realidades en minga, trabajo colectivo, horizontal, con base en la cooperación y la ayuda mutua. Indígenas misak, nasa y coconucos del Cauca, quechuas de Perú y Bolivia, campesinos de diversos países, afros de la costa Pacífico, profesores y estudiantes, compartimos saberes y problemas que nos afligen y necesitamos superar.

El festival literario Atlantide, que organiza cada año en Nantes el escritor Alberto Manguel, se celebra en la antigua fábrica de las célebres galletas LU, convertida ahora en un centro cultural. Nantes es una ciudad pródiga en espacios para la gente, lo que define el sentido de una verdadera urbe moderna. Junto a las aguas del río Loire se abren explanadas y espacios verdes, y se alzan parques de diversiones, uno de ellos con animales mecánicos gigantes, como salidos de la mente de Julio Verne, el nantés más famoso de todos los tiempos; y en la otra ribera se bajan las gradas hacia una catacumba donde se recuerda el tráfico de esclavos que hizo rico a este puerto, un baldón que hoy no se oculta, sino que se expone a la vista de los visitantes: un museo donde en el piso están inscritos en plaquitas los nombres de cada uno de los barco negreros que iban por su carga al África con destino a América. Una flota de plaquitas, nombres engañosamente pintorescos de barcos que parecen navegar en el asfalto.

Eso decía el lema de campaña del Partido Popular (PP) en Cataluña en las últimas elecciones. Malthusianamente, está claro que quedan afuera los más frágiles, los más necesitados.

Aparece con frecuencia en los programas de salud o en la literatura sobre el aseguramiento en salud la necesidad de priorizar qué padecimientos incluir y cuáles excluir. Esto se justifica con la frase dada la escasez de recursos ningún país puede ofrecer todos los servicios a todos por el alto costo que representaría para la sociedad. Tal es el argumento en el Seguro Popular y para el paquete que se propone en el contexto del sistema universal de salud, ciertamente hasta ahora no definido.

La historia se repite en circular delirio titiritero. Ayer se iniciaron las hostilidades en moderno retablo quijotesco representado en el llamado campeonato mundial de futbol.

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