2/04/2015

Virgilio y el infierno de la corrupción

Serpientes y Escaleras
Salvador García Soto

Si el Virgilio de Dante ayudó al poeta a transitar por los caminos del purgatorio y el infierno, el Virgilio de Enrique Peña Nieto tiene la complicada misión de intentar sacar al Presidente mexicano del infierno de las sospechas de corrupción y del purgatorio de la credibilidad, donde se encuentra desde hace tres meses.
Con la designación de Virgilio Andrade como nuevo secretario de la Función Pública, una posición que no tuvo titular desde que empezó su gobierno, el presidente Peña Nieto acepta por primera vez, desde que estalló el escándalo de la Casa Blanca de Las Lomas (noviembre del 2014), que pudo haber un conflicto de interés en la actuación de su esposa, Angélica Rivera, y de su secretario de Hacienda, Luis Videgaray, al comprarle, en abonos y con facilidades, dos lujosas residencias al Grupo Higa, de Juan Armando Hinojosa, el constructor que recibió millonarios contratos de obra pública tanto en el Estado de México como en la actual administración federal. 
A juzgar por el comentario final del Presidente a los reporteros que cubrían el anuncio del nombramiento en Los Pinos —“Ya sé que no aplauden”— no fue fácil para Peña Nieto aceptar lo que tantas voces en la opinión pública, en medios y redes sociales le han pedido y reprochado: que la conducta de su familia y de su hombre de mayor confianza, al aceptar dádivas o facilidades financieras de un contratista beneficiado por su gobierno representó, al menos, un conflicto ético y moral, aún cuando ambos han sostenido que “todo fue legal”. 
El daño que ese tema causó a la imagen y a la credibilidad del Presidente y su gobierno, tanto a nivel doméstico como en el extranjero, finalmente obligó a Los Pinos a reconocer que el tema no se resolvería con declaraciones, y que la avalancha causada por esas revelaciones periodísticas, no pararía hasta que hubiera una investigación formal para deslindar responsabilidades. 
Pero como casi todo en la administración peñista, la solución por la que optaron para enfrentar el problema no fue de fondo y más bien se quedó en la superficie. El nombramiento de Virgilio Andrade, un abogado electoral y ex consejero del IFE, no fue bien recibido por buena parte de la opinión pública. Primero por el perfil del nuevo secretario, que tiene vínculos directos con el PRI y con el secretario de Hacienda, Luis Videgaray —a quien deberá investigar—, y segundo porque la Función Pública es una Secretaría que, además de llevar dos años casi muerta, es una contraloría que depende del mismo Poder Ejecutivo y, por el papel histórico que ha jugado, no garantiza una investigación imparcial e independiente. 
Virgilio Andrade fue asesor electoral en la campaña del presidente Enrique Peña Nieto. Trabajó directamente con el coordinador de campaña, Luis Videgaray, y con el abogado del candidato priísta para asuntos electorales, Jesús Murillo Karam. De hecho, Andrade fue uno de los expertos electorales que ayudaron al PRI y a Peña a cuadrar fiscal y legalmente los recursos destinados a la compra y reparto de las tarjetas de Monex y Soriana, que fueron denunciados por la oposición ante el IFE como “una triangulación millonaria de recursos y una maniobra de compra y coacción del voto”. 
En enero de 2014, por mayoría, los consejeros del IFE consideraron “infundadas” las dos denuncias, luego de la defensa jurídica y electoral del PRI en la que participó el nuevo secretario contra la corrupción designado ayer por el Presidente, que en aquellos casos ayudó a limpiar el escándalo y a cuadrar todo dentro de la ley. ¿Ese será otra vez el papel de Virgilio? 
NOTAS INDISCRETAS… El oscuro Manuel Espino está a punto de regresar a la política como candidato a diputado plurinominal del Movimiento Ciudadano. El polémico ex panista se ha vuelto el operador de Dante Delgado para buscar candidatos “reciclados” en varios estados del país. Y ya buscó a un priísta que no logró ser candidato a gobernador para hacerle una oferta. Mañana les contamos las nuevas andanzas de Espino… Los dados mandan Serpiente. “Ya sé que no aplauden”. 
sgarciasoto@hotmail.com

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