Por: Alvaro Cepeda Neri
I.- Si fallece una mujer o un
hombre con méritos, sepultan su cadáver con alabanzas y reconocimientos
que, por lo general, no le hacen cuando está vivo. De nada sirve. Como
cuando falleció Carlos Fuentes y Peña se acercó a la viuda: Silvia
Lemus, y le soltó elogios hipócritas en lugar de ponerse a leerlo. Ha
muerto el llamado ideólogo –sin serlo–: Juan Molinar Horcasitas, a
quien la esposa de Calderón llenaba de elogios. Molinar fue un
calderonista jurado… hasta que lo traicionó, tal como Calderón
traicionaba a todos los panistas. Durante el foxismo y el calderonismo
estuvo enchufado al presupuesto. No fue como Carlos Castillo, éste sí,
ideólogo del PAN hasta que se alejó de ese partido de derechas, porque
Calderón y sus “medias de seda” (no porque fuera travesti, sino por ser
la bebida que lo hizo famoso como alcohólico), en uno de sus arranques
se distanció del yucateco; quien en memorable carta describió a
Calderón como lo que es: un prepotente fundamentalista que echó a
perder la alternancia, resultó peor que Fox y metió a los militares
como policías (con su cómplice: Genaro García Luna, millonario en
Miami), dejando más de 100 mil homicidios y al país en manos del
narcotráfico.
II.- Pero el tema es Molinar
Horcasitas. Al que con todo su derecho los panistas homenajearon y no
pocos en radio, televisión y prensa escrita lo cubrieron de adjetivos
en grado superlativo. Incluso lo exculparon de la tragedia en la
Guardería ABC, donde 49 niños murieron calcinados y 74 más padecen
males de por vida. No era ya director del IMSS cuando el incendio aquel
5 de junio del 2009. Pero él otorgó la concesión de la guardería para
que un grupo, encabezado por la familiar de la entonces poderosa
Margarita Zavala, se enriquecieran con las cuotas del IMSS, y éste
jamás inspeccionó que cumplieran con lo contratado. La guardería con
120 niños, desde recién nacidos a 5 años, estaba en un terreno con
láminas de cartón y ventiladores que hacían circular aire a
temperaturas de más de 40 grados. Atrás de un baldío usado como archivo
del desgobernador Robinson-Bours, y quien ese día mandó incinerar
papelería que lo comprometía. Esto hace suponer que fue intencional el
incendio, ya que Bours y su pandilla buscaban distraer a la opinión
pública de su corrupción.
III.- Molinar Horcasitas
sabía del hecho. Y guardó silencio cómplice con Calderón, quien se
comprometió a investigar la tragedia y nada hizo. Está claro que ese
panista y el grupo concesionario, se convirtieron en homicidas de los
niños quemados vivos en la guardería. El incendio provocado por
Robinson-Bours y las condiciones de inseguridad de la guardería
establecida en un galerón, permitieron la desgracia. Y no hay duda que
Molinar Horcasitas, muerto y velado como héroe por el PAN, fue otro de
los corresponsables de ese infierno. La lucha por justicia sigue viva
con los padres de esas víctimas desde hace seis años. Molinar
Horcasitas se llevó a la tumba lo que sabía. Pero no es excusa ni
justificación como para no deslindarle responsabilidad junto con
Calderón, Robinson-Bours y la prima o tía de Margarita Zavala.
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