Por: Edgar Rosas
(05 de junio, 2015. Revolución TRESPUNTOCERO).-La desaparición
forzada ha sido calificada por diversos activistas y académicos como
una política de Estado implementada para esparcir terror en la sociedad
y poder controlar a las poblaciones, al tiempo de inhibir la acción
organizada y destruir cualquier intento de que la sociedad se una para
exigir el respeto a los derechos humanos, y sobre todo justicia por la
violación de éstos.
En este sentido, se ha argumentado que esta clase de fenómenos
tienen como objetivo dejar el camino libre para la implementación de
políticas y proyectos capitalistas, pues al desarrollar prácticas como
la desaparición forzada, que constituyen el terrorismo de Estado y
causan la parálisis de la sociedad a través del miedo, puede dejarse el
terreno para que pase cualquier decisión sin obstáculo de grupos
opositores de la sociedad.
Al respecto, el periodista Federico Mastrogiovanni, quien ha seguido
muy de cerca el tema, afirma que para poder permitir la implementación
de proyectos de corte neoliberal y ceder los recursos al capital, los
que ostentan el poder han identificado como necesario crear terror
sobre las comunidades, esto a través de acciones específicas donde “la
desaparición forzada es una forma para hacerlo y es de las más
efectivas”.
En tal sentido, el Dr. Gilberto López y Rivas asegura que la
desaparición forzada se constituye como una política de Estado, sin
embargo, enfatiza, ha estado presente en diversos periodos y ha tenido
características distintas.
El académico señala que durante la llamada guerra sucia, el
desarrollo de esta clase de prácticas se focalizó para aniquilar a los
grupos subversivos.
“Si nosotros vemos el caso de la guerra sucia de los años 60,70, 80
observamos que estaba focalizada o centralizada en lo que podría ser
los esfuerzos del Estado para aniquilar grupos de jóvenes que habían
ido a la guerrilla, y se dio a través de grupos paramilitares, como la
brigada blanca. Una verdadera cacería de estos jóvenes; familias
enteras que participaron en la guerrilla de esos años y que fueron
aniquilados por estos verdaderos escuadrones de la muerte”, señaló.
En lo referente asegura que en la actualidad, la puesta en marcha de
prácticas como la desaparición forzada, que configuran el terrorismo de
Estado, está relacionada con la implementación del capitalismo a nivel
mundial.
“Observamos que hay un cambio cualitativo a nivel planetario que
coincide claramente con lo que podría ser esta mundialización
capitalista que invade territorios en búsqueda de recursos naturales y
estratégicos. Esta expansión del capital neoliberal tiene lugar a
partir de los 80 y creo que Chile fue un experimento de la imposición
de este sistema, y si analizamos este caso, fue a partir de una cruenta
dictadura militar (con prácticas como de la desaparición forzada) que
se impuso este sistema. Es decir se estaban dando los experimentos
sociales de como imponer un sistema (capitalista) de esta naturaleza,
cómo quebrar voluntades, cómo destruir organizaciones, cómo aniquilar
gente, cómo aterrorizar”, apunta.
López y Rivas asegura que en esta oleada del capitalismo, el papel del Estado ha sido ejercer el control a través de la fuerza.
“En esta política de una brutalidad extractivista que invade
territorios, que saquea, que aniquila, que causa desplazamiento y que
causa violencia, observamos que el papel del Estado es precisamente
ejercer este dominio en el terreno de lo policiaco, de lo militar, de
los grupos de inteligencia para aniquilar la resistencia que ofrecen
los pueblos frente a esta invasión de sus territorios y frente a este
saqueo permanente de sus recursos naturales y estratégicos”, dijo.
Aunado a lo anterior, apunta que esta clase de estrategias del
terrorismo de Estado buscan quebrar las voluntades y aterrorizar, de
tal manera que se destruya la organización “particularmente las que más
teme el imperialismo que son las formas de organización comunitarias y
políticas, que vislumbran un mundo distinto al capitalismo”.
De igual manera, el académico detalla que se pude considerar como
terrorismo de Estado a esta clase de prácticas que generan presión
porque emprende acciones a partir de lo ilegal y lo clandestino,
partiendo “de una generalizada forma de acciones en el mundo de los
secreto, de los clandestino, de la utilización, incluso, de grupos que
actúan con tareas del Estado”.
“No es para nada una coincidencia que el llamado crimen organizado
actué en una gran complicidad, por ejemplo, con las compañías y
corporaciones mineras. Que actué con el ejército para conformar grupos
paramilitares. Estamos observando aquí una verdadera distribución de
tareas con un mismo objetivo: el desplazamiento, el aniquilamiento, la
ejecución, de tal manera que asistimos a lo que es una verdadera
guerra”, dijo.
Asimismo, explica que hoy en día en el mundo se observa una clase de
reconfiguración del capitalismo a través de una dimensión militar, que
toma como punto de partida y justificación el combate al terrorismo y
al narcotráfico.
“Muchos analistas hablan de esta especie de reconfiguración mundial
del capitalismo, que tiene una dimensión militar de control de
población y que se usa a partir de dos supuestas guerras: la guerra
contra el terrorismo y la guerra contra el narcotráfico. A partir de
esto, en los últimos dos periodos presidenciales, en México el
resultado de estas guerras ha sido no sólo los cerca de 150 mil
muertos, los miles de desplazados que van casi al medio millón, los
miles de desaparecidos forzados, sino también la virtual adición de
nuestro país a los planes estratégicos del gobierno de los EEUU en
cuanto a su papel en América Latina, por ejemplo, y en cuanto al
control que tiene EEUU de nuestras fuerzas federales que se han
convertido en verdaderos ejércitos de ocupación interna”, asegura.
Al respecto, López y Rivas manifiesta la importancia de analizar los
cambios que se están dando a nivel global, en donde el “imperialismo no
duda en utilizar el terror a nivel planetario, que hace ejecuciones en
el lugar que le plazca”.
“Nos vemos enfrentados a una situación de terrorismo de Estado que
es replicada en países tutelados como el nuestro. Es decir estamos ante
la presencia de lo que podría ser un Estado criminal, que practica el
desvió de poder, fuera de la ley, fuera del Estado de derecho en donde
reina la impunidad”, finaliza.
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