6/22/2016

Ante la represión, indignación; ante el coraje y la impotencia: ¡agitar, organizar y movilizar!




A los trabajadores de la educación

A los colectivos y organizaciones de izquierda y progresistas
A los artistas e intelectuales
Al pueblo de México
En las últimas semanas los trabajadores de la educación han tenido un papel protagónico en la vida política del país, en estos momentos ellos luchan por frenar la llamada Reforma educativa. Dicha reforma es parte de un plan de despojo y privatización que ha sido acompañado de la Reforma laboral y energética, además de otras que tienden hacia la privatización de la educación y la destrucción de la organización magisterial: la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). La CNTE ha sido un referente organizativo que desde hace más de 35 años ha luchado contra el charrismo sindical, en defensa de la educación pública y que, además, ha rodeado de solidaridad a movimientos y organizaciones que se han encontrado en situaciones adversas.
El Estado, el gobierno y sus voceros, los medios de comunicación, desarrollan una campaña de desprestigio, criminalización y mentiras contra la CNTE, sin embargo, aun con todo esto el gobierno no ha podido frenar la tenacidad y combatividad del magisterio, muestra de ello es la resistencia del movimiento magisterial y el pueblo el día del 19 durante el bloqueo de la autopista México-Oaxaca a la altura de Asunción Nochixtlán, San Pablo Huitzo y en la capital oaxaqueña. En dichos lugares la Policía Federal (PF), la Policía Estatal (PE) y la Gendarmería arremetieron brutal y cobardemente contra manifestantes con el pretexto de garantizar el “orden” y el “libre tránsito”.
El saldo de los distintos ataques es, hasta el momento, de 8 compañeros ejecutados extrajudicialmente y decenas de heridos por armas de fuego accionadas desde los cuerpos represivos. Las acciones represivas contra el magisterio y el pueblo son un claro mensaje del gobierno representante de la clase burguesa que, por medio de sus títeres (Enrique Peña Nieto, Aurelio Nuño, Osorio Chong y sus cómplices) intenta imponer los designios del capital de la forma más cobarde y despreciable: quitando la vida a maestros, luchadores sociales y al pueblo en general.
El Estado ha definido la represión como la respuesta a las justas demandas del movimiento magisterial-popular. Desde hace semanas se ha incrementado la represión con provocaciones del gobierno al detener caravanas de camiones llenos de trabajadores de la educación y encarcelar a líderes y exlíderes de la CNTE. La represión ha escalado al grado de que ahora las fuerzas represivas del Estado, con y sin uniforme, asesinan manifestantes. También, se repiten hasta el cansancio en radio, televisión y prensa las mentiras del gobierno, las cuales indican que quienes se oponen a la Reforma educativa son “vándalos que defienden sus privilegios”.
Sin embargo, el pueblo sabe que las injusticias tienen origen en el gobierno. No es casual ni un accidente que, durante los distintos ataques en el estado de Oaxaca, al sonar de las campanas de las iglesias el pueblo acudió a sumarse a la resistencia y a suministrar a los maestros lo necesario para atender heridos: gasas, agua, alcohol, así como prendas para seguir resistiendo el efecto de las centenas de granadas de gas lacrimógeno lanzadas desde helicópteros de las distintas corporaciones policiacas.
Asistimos a un momento definitorio para el magisterio, por ello es importante apuntar que la lucha contra la reforma educativa debe ser parte de una amplia campaña de denuncias que pueda desnudar el carácter oligárquico y antipopular del gobierno y que, al mismo tiempo, señale que cada injusticia que vivimos a diario millones de mexicanos es consecuencia de la existencia del sistema capitalista.
La tarea central es abrazar con solidaridad al movimiento magisterial y tener claro que es preciso y urgente comenzar a construir y desarrollar la unidad del pueblo en torno al enemigo principal: la política neoliberal de despojo, privatización y represión.
La táctica en este momento es sumarse, vincularse con el pueblo no organizado; desplegar brigadas de agitación y propaganda en colonias, hospitales, mercados, sindicatos, transporte público, etcétera, sin escatimar en recursos en volantes y organizar ahí donde no hay organización sin dejar de señalar el carácter terrorista del Estado, así como la necesidad de frenar la Reforma educativa.
Otra tarea táctica a desarrollar es impulsar la solidaridad desde distintos sindicatos para apoyar la lucha encabezada por la CNTE. Ante las dificultades y la vacilación de la mayoría de las direcciones sindicales de dar pasos concretos de este sentido, consideramos que es necesario impulsar dicha tarea de manera independiente.
La forma en que ha actuado el Estado para conseguir su objetivo de imponer la Reforma educativa anuncia cual es el camino que seguirá para lograr imponer el resto de las reformas neoliberales, cuyas consecuencias serán, entre otras, la privatización de la educación, de la salud y la agudización de las condiciones de miseria de la clase trabajadora. Ante la represión, indignación; ante el coraje y la impotencia: ¡agitar, organizar y movilizar!
¡Ante el terrorismo de Estado, un pueblo organizado!
FRATERNALMENTE
¡Luchar con dignidad, con el pueblo organizado, luchar hasta vencer!
Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP) 

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