8/16/2018

Los periodistas pal café. ..


En la tarde del mismo miércoles en que Andrés Manuel López Obrador había anunciado, por la mañana, su decisión de procurar que los periodistas Carmen Aristegui y José Gutiérrez Vivó vuelvan a tener programas en la radio comercial, la famosa actriz Verónica Castro levantó la mano, por la vía tuitera, y con tres palabras alargó la extensión posible de las decisiones políticas contra el veto y el autoritarismo en ciertos medios de comunicación, sobre todo los electrónicos: ¿Y yo qué? Verónica Castro, como es sabido, sufrió la condena al ostracismo en Televisa, como ha sucedido con otros artistas y personajes que en su momento entraron o fueron llevados a terrenos de conflicto con la poderosa televisora que establecía relaciones contractuales o factuales de exclusividad con sus estrellas. En mayo de 2017, bajo la firma de Mayra Mangal, la revista People en español (derivada de la publicación en inglés, fundada por la estadunidense Time) publicó una relación de Famosos que fueron vetados por Televisa, en la cual se incluyó a Luis Miguel, Juan Gabriel, Laura Flores, Eugenio Derbez, Lucero, Lucía Méndez, Humberto Zurita, Laura Zapata, Kate del Castillo, Héctor Suárez, Kalimba y la misma Verónica Castro (https://goo.gl/Us7Rxh).
Los vetos y las exclusiones no son un asunto que quede en los veleidosos vericuetos de la farándula. Forman parte del autoritarismo característico de las décadas de un sistema que fue llamado a imperioso cambio el pasado uno de julio. En casi todos los ámbitos de la vida nacional se han impuesto las decisiones arbitrarias de jefes que han inhibido o cancelado las posibilidades de desarrollo de muchos mexicanos.
En ese sentido es interesante el controversial anuncio de López Obrador, al constituirse como procurador oficioso de avenimientos entre partes en litigio y buscador de reinstalaciones laborales radiofónicas. El poder presidencial (o cuasipresidencial, pues AMLO entra en funciones el próximo uno de diciembre) ha servido para causar mal y, ahora, podría ser utilizado para causar el bien. El anuncio hecho por el tabasqueño en Telerreportaje, el programa radiofónico que se difunde desde Villahermosa, generó de inmediato una sensación positiva entre los muchos mexicanos que desean el retorno de Aristegui, en particular, y de Gutiérrez Vivó.
Aristegui, como es sabido, sufrió un golpe laboral que puso freno a una creciente tarea periodística de crítica y denuncia que había tenido su punto más alto en la revelación de los entretelones de la adquisición de la famosa Casa Blanca, con Angélica Rivera en el centro del escándalo (esposa de Peña Nieto, pareja de escenografía cada vez menos frecuente, conforme se acerca el fin del plazo sexenal). Caracterizada como una persecución política, por encargo o para congraciarse con poderosos ánimos revanchistas, la salida de MVS de Aristegui y su equipo causó una pausa en ese trabajo periodístico, que luego fue rencauzado a través de las redes sociales, en el portal Aristegui on line.
Ya especificarán los dos periodistas, Aristegui y Gutiérrez Vivó, su anuencia o su distancia respecto a la disposición componedora de López Obrador. De entrada, junto al júbilo de un segmento social por la apertura de posibilidades del retorno de ellos a la radio (de Gutiérrez Vivó, desde hace semanas se habla de la posibilidad de que se integre al Instituto Mexicano de la Radio), hay también quienes consideran impropio que el poder presidencial intervenga en relaciones entre particulares y trate de influir en aspectos de contrataciones y similares.
Un aspecto importante del anuncio obradorista y de la reacción de personajes como Verónica Castro (que ha retomado presencia en la pantalla de Netflix, con La casa de las flores, serie en la que destaca, al igual que Cecilia Suárez y su peculiar tono de voz actuada) es justamente el de poner sobre la mesa la necesidad de que los medios de comunicación se abran a nuevas voces y expresiones y, también, que levanten vetos y prohibiciones que no deben caber en nuevos tiempos.
Twitter: @julioastillero,Facebook: Julio Astillero,Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx




Han sucedido muchas cosas desde aquel 5 de junio cuando el entonces candidato Andrés Manuel López Obrador se reunió por primera vez con los miembros del Consejo Mexicano de Negocios, que preside Alejandro Ramírez. Circularon cartas que algunos de sus miembros habían enviado a sus trabajadores sugiriéndoles que reflexionaran su voto para no perder lo ganado. En una reunión privadísima se dijeron sus cosas, en una especie de catarsis, porque había mucha historia atrás, pero al final acordaron trabajar juntos si AMLO ganaba la elección. No sólo ganó, arrasó. En el tiempo transcurrido ya recibió constancia como presidente electo; entró en contacto vía telefónica con Trump (dice Trump que es todo un caballero); sus equipos respectivos están interactuando; se reunió en dos ocasiones con Peña Nieto en muy buen plan ambos; desayunó con el candidato que fue de los banqueros, José Antonio Meade; ha esbozado los grandes trazos de lo que se propone hacer en su mandato. Y, algo muy importante, no sucedió la temida debacle económica y financiera. Mañana López Obrador volverá a reunirse con la cúpula empresarial en un ambiente distinto. En la reunión de julio los empresarios se comprometieron a apoyar al futuro gobierno con un programa de empleos para los jóvenes.
Lula
El Partido de los Trabajadores registró a Lula da Silva como candidato para las elecciones presidenciales de este año, aun cuando está preso. Cumple una controvertida sentencia de 12 años de cárcel por presunta corrupción, aunque no se han presentado pruebas fehacientes en su contra. Una multitud acompañó a los líderes del partido a registrar su candidatura. Sin embargo, se prevé que el tribunal electoral lo excluya, porque la legislación margina a candidatos cuya condena se haya ratificado en una apelación, que es la situación de Lula.
Armas
¿Tres compras de armas en un solo año? ¿Helicópteros, misiles, cohetes, torpedos? ¿Para qué necesita tamaño arsenal el gobierno mexicano, a tan poco tiempo de que termine el sexenio? Además de la adquisición de ocho misiles que acaparó la atención pública estos días, con valor de 41 millones de dólares, el Departamento de Estado de Estados Unidos habría aprobado en abril la potencial venta de ocho helicópteros Seahawk, de acuerdo con una información escrita por Aaron Metha, del portal Defense News. La posible venta, anunciada por la Agencia de Cooperación de Seguridad, tenía un precio potencial de mil 200 millones de dólares (más de 20 mil millones de pesos). El anuncio no significaba una venta final; el Senado de Estados Unidos debía firmar el acuerdo para luego comenzar las negociaciones formales con los proveedores. Y antes, en enero, había sido presentado otro proyecto de compra de más armas por valor de 100 millones de dólares.¿Se concretaron los negocios, o todavía es tiempo de detenerlos? No empatan con el plan de austeridad repetidamente anunciado por el futuro gobierno.

El gobierno peñanietista presume (al cierre de julio pasado)el registro de casi 20 millones de puestos de trabajo en el IMSS, obviamente en el sector formal de la economía. De ellos, 86 por ciento son permanentes y 14 por ciento eventuales, con lo que se reporta un nivel récord.
En el detalle, la información disponible permite conocer que en el transcurso del sexenio se han creado –así lo afirma– casi 3.7 millones de plazas laborales en el sector formal, el doble que en el mismo periodo de la anterior administración y por arriba de los puestos generados en los 12 años de gobiernos panistas (Fox y Calderón; por cierto, este último se autodenominó presidente del empleo).
De igual forma, las plazas registradas entre enero y julio de 2018 suman casi 531 mil, el segundo mayor aumento durante ese mismo periodo en los pasados 10 años y 46.3 por ciento mayor que el promedio de periodos iguales de la década previa.
El crecimiento anual en el empleo formal fue impulsado por el sector agropecuario con 8.1 por ciento, transportes y comunicaciones (5.9) y construcción (5.7). Los estados de la República con mayor incremento anual (superior a 6.7 por ciento) son Quintana Roo, Baja California Sur y Zacatecas.
Por su lado, el Inegi informó ayer que la población desocupada (aquella que no trabajó siquiera una hora durante la semana de referencia de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo correspondiente al periodo abril-junio de 2018, pero manifestó su disposición para hacerlo e hizo alguna actividad por obtener trabajo) fue de 1.9 millones de personas, de tal suerte que la tasa de desocupación en el país fue 3.3 por ciento de la PEA, la misma tasa que la registrada el trimestre previo.
De acuerdo con el citado instituto, en el periodo de referencia la tasa de subocupación fue de 7 por ciento, la de informalidad laboral de 56.9 por ciento (30.5 millones en edad y condición de laborar) y la de ocupación en el sector informal de 27.4 por ciento.
Hasta allí la información oficial que divulga una versión cuantitativa alentadora sobre el panorama laboral. Sin embargo, la otra cara de la moneda es la versión cualitativa del mismo tema, y entre una y otra la segunda es la que prevalece, pues si bien el número de registros en el IMSS es histórico, la calidad de las plazas deja muchísimo que desear, amén de que la tasa de informalidad es prácticamente la misma que la reportada al comienzo del sexenio peñanietista.
Como bien lo ha documentado el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), la brecha entre el número de personas que gana más de 10 salarios mínimos (apenas 0.9 por ciento de la población ocupada, equivalente a 484 mil mexicanos) respecto de las que reciben hasta dos salarios mínimos (42 por ciento de la población ocupada, igual a 22 millones 600 mil) es el verdadero muro contra la equidad. Además, “se deben considerar a 3.4 millones de mexicanos ocupados que no reciben ingreso.




Melodrama clavado de Lorna Ramos, no del todo bien escrito por cierto, Kada loko con su karma tiene, sin embargo, el involuntario mérito (evidente a lo largo de todo el texto, que no tuvo esa intención) de poner al descubierto la falacia de la gran mayoría de programas de superación personal y de consejos, guías y orientaciones de radio y televisión, en los que cualquier analfabeto se adjudica la facultad de decir a otros lo que deben hacer con su vida.
¿Qué preparación científica tienen estos consejeros, qué conducta, qué concepción, ya no digamos práctica, de la ética? Más directa y sencillamente, ¿cómo manejan su propia vida? Estas son interrogantes que los –hay que admitirlo– miles de seguidores de este tipo de programas no se hacen, y es lo que los farsantes aprovechan para lanzar al aire una serie de sandeces que cualquier persona medianamente pensante desecharía de inmediato pero que los obnubilados por esos medios masivos de comunicación no alcanzan a vislumbrar.






Conscientes de la urgencia de poner freno a los ataques y amenazas del presidente Donald Trump contra la prensa que no hace una cobertura incondicionalmente favorable a su gobierno, más de 200 medios impresos de Estados Unidos se sumaron a la iniciativa del The Boston Globe para dedicar su página editorial de hoy a la defensa de la libertad de expresión. Los diarios y otras publicaciones que hicieron eco del llamado de advertencia sobre los peligros del asalto de la administración a la prensa van desde rotativos de influencia mundial hasta pequeños semanarios locales.

GACM pide clausurar a empresas que atenten contra medio ambiente
Con relación con la nota El NAICM se come el tezontle de 100 cerros, publicada este día en su prestigiado medio de comunicación, preciso a ustedes lo siguiente:

Los modos cortesanos, el derroche y los excesos que los presidentes de la posrevolución se permitieron durante casi un siglo en este país podrían estar siendo enterrados ahora… y para siempre.
La reforma política de Ciudad de México de 2016 y la publicación de su primera Constitución trajo un gran número de cambios en torno a la organización y gobierno de la capital. Uno de estos cambios que ha causado especial confusión es la transformación de las 16 delegaciones de Ciudad de México en alcaldías.
Yeidckol Polevnsky, secretaria general en funciones de presidenta de Morena, ha declarado a Proceso de esta semana que la tarea de los morenistas es institucionalizar el partido. Más adelante, según la nota de Rodríguez García en el semanario, Polevnsky señaló que “la prioridad partidista […] es la profesionalización de su clase dirigente y de su base, así como dotar de una identidad homogénea al partido”. En pocas palabras, convertir un partido personalista y quizá caudillista en un verdadero partido institucionalizado.
De la reunión con la cúpula empresarial de Monterrey, el Presidente electo de los mexicanos obtuvo un ofrecimiento extraño pero no inusual de parte del sector privado del estado: servir de enlace entre el gobierno de Nuevo León y el gobierno federal presidido por él.
El masivo y vasto despliegue electoral y territorial de la población mexicana durante los comicios, articulado por Andrés Manuel López Obrador como un movimiento civil pacífico hacia la cuarta transformación (CT), es de trascendencia histórica nacional y regional. Podría ser mundial. Eso depende de la capacidad de articulación del nuevo gobierno-en-funciones, en la construcción social alternativa, de cara a los grandes desafíos existenciales del siglo XXI, lo que lleva consigo la inclusión de los límites planetarios a la acumulación capitalista en toda inversión pública, de forma especial, en torno a la necesaria desfosilización del transporte público de pasajeros, carga y de la generación eléctrica.
El intento frustrado de magnicidio contra el presidente Nicolás Maduro y el alto mando político–militar chavista forma parte de la flexibilidad de la guerra no convencional, híbrida o de cuarta generación. Es aplicado por Estados Unidos para lograr el cambio de régimen y el llamado golpe suave contra los gobiernos incómodos, como en Georgia, Ucrania, Brasil, Argentina y ahora Nicaragua, cada uno con sus características particulares. Parte de una concepción estratégica y táctica que se adapta rápidamente, sin complicaciones burocráticas y a bajo costo, a las cambiantes condiciones del teatro de operaciones.
Desde hace décadas se instaló en México la posibilidad legislativa, convalidada judicialmente, de establecer grupos de infractores que requieren un tratamiento especial: el enemigo. La delincuencia organizada ha sido sujeto de medidas, que en organismos internacionales se ponen en discusión, como arraigos, cateos, intromisiones policiacas sin orden judicial y más. Cada administración tiene su enemigo y busca atacarlo con los pocos o muchos recursos disponibles: si el ejército no funciona, se llama a la marina; si los jueces penales tienen mucho trabajo, se crean los jueces de cateos y arraigos; si los medios mecánicos son lentos para obtener esos cateos, se crean medios electrónicos para solicitarlos, etc.

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