12/09/2018

Guerra fría

Carlos Bonfil
Sexto largometraje de ficción, y segundo filmado en Polonia, Guerra fría (Cold war, 2018), del polaco Pawel Pawlikowski (Ida, Óscar a la mejor cinta extranjera en 2015), es una formidable historia de amor loco que el director dedica a sus padres, en cuya relación turbulenta se inspira muy libremente. De modo concreto y a la vez trágico, la relación amorosa de Wiktor (Tomasz Kot), compositor, pianista y director de orquesta, y de Zula (Joana Kulig), cantante y bailarina de quien se enamora apasionadamente, se resume en el largo acoso y maltrato sicólogico que ambos personajes padecieron durante 15 años (1949-1964) por parte de un poder estatal totalitario.

Construido también como la crónica musical de las mudanzas que tuvo que sufrir el ensamble de cantos folclóricos Mazowske, obligado a sacrificar su vocación de música popular en aras de la difusión propagandística internacional del culto a Stalin, el filme de Pawlikowski refiere el itinerario accidentado de los dos protagonistas a través de Polonia, Alemania Oriental, Francia, Yugoslavia, sus separaciones forzadas, sus fricciones con el poder, y su plenitud amorosa, fugaz y luminosa. Wiktor en calidad de desertor, Zula como estratega genial para propiciar los rencuentros y mantener viva la llama. Como telón de fondo, la sugerente atmósfera nocturna de un París bohemio en los años de la fiebre del jazz, y a manera de contraste la grisura gélida del país natal empantanado en la fatalidad burocrática y la grandilocuencia del realismo socialista. La película tiene una pátina soberbia en su fotografía en blanco y negro, una espléndida pista musical de Marcin Masecki (el leit motiv melódico Dos corazones es ya memorable), y en los protagónicos dos actuaciones magistrales. Premio a la mejor dirección en Cannes este año. Todo un triunfo artístico sobre la mediocridad del totalitarismo en aquellos años de plomo y también en los aciagos nuevos tiempos de la Polonia actual.

Se exhibe en la sala 3 de la Cineteca Nacional. 15:30 y 20:30 horas.
Twitter: @CarlosBonfil1

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