4/09/2019

México SA de Carlos Fernández-Vega


De compromisos y sorderas 

Herrera contradice a AMLO

Algo falla en la estrategia gubernamental de comunicación o en la capacidad auditiva de algunos integrantes del gabinete federal.Por eso, la nueva administración ha caído en varias contradicciones, aunque, con oficio político, ella misma ha intentado resolver los entuertos. Sin embargo, en otras ocasiones de plano se dice una cosa y otros oyen algo totalmente distinto, y ayer se registró uno de esos casos, que, dicho sea de paso, en nada ayudan a que los ciudadanos y los inversionistas mantengan la calma, porque son asuntos que afectan al bolsillo o a las inversiones, y eso a cualquiera le pone los pelos de punta.
Como candidato, como presidente electo y como mandatario constitucional, Andrés Manuel López Obrador repitió en innumerables ocasiones que durante su administración –los seis años– no aumentarían los impuestos en términos reales ni crearía gravámenes.
¿Y por qué no lo haría? Bueno, porque “el combate a la corrupción y la austeridad nos permitirá liberar fondos mucho más de lo que imaginamos; con esta fórmula sencilla, no habrá necesidad de subir impuestos en términos reales ni aumentar los precios de los combustibles más allá de la inflación; todo lo ahorrado por el combate a la corrupción y por abolir los privilegios, se destinará a impulsar el desarrollo del país. (Por ello) no habrá necesidad de aumentar impuestos en términos reales ni endeudar al país. Tampoco habrá gasolinazos”.
En su campaña electoral, Andrés Manuel repitió tales conceptos y compromisos a lo largo y ancho del país, y también en su discurso de victoria el 1º de julio pasado, e incluso en su toma de protesta el 1º de diciembre de 2018. Una y otra vez lo dijo. Así, a todos quedó claro que se trataba de un compromiso sexenal.
Pero, a pesar de la reiteración del mensaje y de la insistencia del compromiso, algún tímpano está dañado en la Secretaría de Hacienda, donde parece que escucharon y entendieron otra cosa. Ello viene a colación porque ayer el subsecretario de Hacienda, Arturo Herrera (el mismo personaje que de un plumazo canceló la refinería de Dos Bocas, en Tabasco), aseguró que el gobierno federal cumplirá con la promesa del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, de no subir impuestos en los tres primeros años de su sexenio, pero a partir del cuarto se modificará la estructura impositiva en el país ( La Jornada, Enrique Méndez y Roberto Garduño).
Parece que el citado funcionario sólo alcanzó a escuchar la mitad de lo dicho y reiterado por el presidente López Obrador, pues él habla de un compromiso por tres años y no por seis. De hecho, Herrera se aventó el siguiente tiro, al participar en el segundo Foro en materia hacendaria, convocado por Alfonso Ramírez Cuéllar, presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados:
“Lo que el Presidente ha ofrecido es que no va a cambiar durante los primeros tres años de su administración, y yo siempre recuerdo que la promesa es sólo para los primeros tres años de su gobierno. Lo que él –y voy a tratar de citarlo textualmente– ha ofrecido, es no subir las tasas impositivas, lo cual quiere decir que para el tercer año de gobierno nosotros tenemos que pensar cómo vamos a imaginarnos y a tener una estructura tributaria diferente. Esa estructura deberá estar construida bajo dos premisas claves: Una, tendríamos que recaudar más, tenemos que pensar cómo vamos a rearmar nuestro tinglado impositivo; será una estructura tributaria que mejore la equidad y disminuya la desigualdad en nuestro país” (ídem).
Entonces, ¿a quién hacerle caso? Al quese comprometió a no hacerlo, ¿o al que sólo entendió la mitad de ese mismo compromiso y ya anuncia lo contrario?
Las rebanadas del pastel
Pitonisa, la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros vaticina que 2019 no será un año color de rosa para la economía mexicana. Bien, pero ¿sería tan amable de precisar hace cuánto la economía nacional no pinta de ese color?
Twitter: @cafevega

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