5/30/2020

“La nueva normalidad tiene que ser la igualdad de género”


Ciudad de México.  “La nueva normalidad tiene que ser la igualdad de género” afirmó la vicepresidente de Costa Rica, Ebsy Campbell Barr, en los “Diálogos con Iberoamérica para vencer el COVID-19: la igualdad de género en la gestión de la crisis”. Campbell, junto a otras ministras de instituciones de las mujeres en Iberoamérica compartieron este 25 de mayo las políticas que emprenden para mitigar el impacto del COVID-19 desde una perspectiva de género. 
La brecha económica, han coincido las políticas, será el más grande reto. La ministra de Asuntos Exterior de la Unión Europea y Cooperación del gobierno español, Arrancha González Laya, apuntó que la desigualdad económica es la que hace que los derechos de las mujeres no se puedan ejercer; afecta la capacidad de acceder a derechos sexuales y reproductivos, la educación de las niñas, entre otras problemáticas. 
Las mujeres entonces deben estar en el centro de las políticas de respuesta al COVID-19, concuerdan. En esto ha trabajado el gobierno de Costa Rica. Ebsy Campbell, la primera mujer afrodescendiente vicepresidenta en América Latina, compartió que crearon un consejo conformado por 13 mujeres de diversos sectores (sociedad civil, organizaciones, académicas y economistas), cuya misión es evaluar y guiar las decisiones que toma el Estado desde la perspectiva de género. 
Por ejemplo, al comenzar con el reparto del llamado “bono proteger”, un subsidio en Costa Rica para las personas que han sido desempleadas o perdido parte de sus ingresos por el COVID-19 , han notado que son menos las mujeres que buscan este recurso. Parte la problemática se encuentra en la falta a la conectividad o acceso a la información oportuna que desde antes enfrentaban las mujeres.
“Es un espacio para pensar lo que sigue después de la crisis ¿Cuáles son las medidas en materia económica, social y de cuidados? Una de las áreas es el de la salud mental, de las mujeres en particular, temas que se habían visto separados al bienestar social”, dijo sobre el consejo de mujeres, la vicepresidenta.
Otros países como Argentina han colocado como prioridad una política de cuidados que se acrecentaron en esta pandemia e históricamente han recaído en las mujeres. La Ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la República de Argentina, Elizabeth Gómez Alcorta, dijo tienen en su agenda como eje central “una organización del cuidado más justa”, ya que la actual desigualdad de estas tareas está conectada con la feminización de la pobreza, permutación de las situaciones de violencia y autonomía económica de las mujeres.
Este Ministerio relativamente joven, pues se fundó el año pasado como resultado del movimiento feminista, creó una “mesa interministerial de políticas de cuidado” para planificar al respecto, se involucran las Secretarías de Economía, Educación, Salud, Trabajo y Desarrollo Social.
“Lejos de posponer la agenda -la pandemia-, cobró el cuidado un protagonismo social, se produjo una reorganización del trabajo que si no se media puede terminar en una crisis de cuidados”, advirtió González Alcorta.
Entre otras políticas, Argentina ha impulsado otorgamientos de licencias para el cuidado de la niñez, así como el “ingreso familiar de emergencia” que busca compensar la pérdida o disminución de ingresos de personas afectadas por la pandemia de coronavirus. Según la ministra, se han beneficiado nueve  millones de personas de los 44 millones de habitantes que tiene el país, es decir, un total de 14 millones de hogares.
En el tema de violencia de género y la prevención de un posible incremento de casos por las medidas de aislamiento en los hogares, se colocó como ejemplo el gobierno de España. “No hay confinamiento que valga cuando tu vida peligro”, dijo la  Ministra de Igualdad de España, Irene Montero.
El ministerio que dirige creó un plan de contingencia para reforzar las medidas de protección a mujeres víctimas de violencia. En una segunda fase ampliaron sus objetivos también a quienes son víctimas de trata y explotación sexual comercial. Montero explicó que los servicios de atención a mujeres se mantienen funcionado con normalidad pero a la vez han intentado conciliarlos con los derechos de las trabajadoras.
Ejemplificó que a las trabajadoras de la línea de emergencia se les permitió el teletrabajo, se realizan turnos para estar disponibles las 24 horas y habilitaron un servicio de la aplicación de mensajería WhatsApp pensando en las mujeres que necesitan ayuda pero no se podrían comunicar por teléfono porque conviven con su agresor. Además de un APP con un botón de emergencia que al sólo pulsarlo permite tener la localización de la víctima.
México se planteó en este diálogo organizado por la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) como el ejemplo en una política que atiende las necesidades particulares de mujeres indígenas, afrodescendientes, rurales y con discapacidad en el contexto del COVID-19, a través de la participación de la presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres, Nadine Gasman Zylbermann.
Gasman aseguró que han impulsado la participación de estos sectores en el Plan Nacional de Igualdad de Mujeres y Hombres, que es el rector en política de género del país, sin embargo este plan no se ha publicado de manera oficial y sectores como las mujeres indígenas y afrodescendientes se han visto afectadas por los recortes presupuestales del gobierno, cabe recordar que se canceló el presupuesto para las Casas de las Mujeres Indígenas.
Finalmente la directora Ejecutiva Adjunta de ONU Mujeres, Asa Regner, recordó que es crítica la cooperación Iberoamericana frente a la crisis del COVID-19. Asimismo que el organismo ha llamado a los países a colocar a las mujeres en el centro de la respuesta a la pandemia, ya que son devastadores los impactos en las mujeres, quienes representan la primera línea de defensa. “Nos salvan la vida”, dijo Regner. 

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