3/11/2022

Las luchas, para no errar, deben definir al enemigo principal y al secundario; a amigos y aliados

 

Pedro Echeverría V.

Para el comentarista Raúl Zibechi

1. No fui maoísta, pero le reconocí la razón de Mao Tsetung en la idea de que en las batallas para no cometer errores siempre hay que definir al “enemigo principal” , es decir, el objetivo, de nuestras luchas. No sirve en este caso sólo opinar, creer o imaginarse. Por ejemplo: Si en todo el mundo luchamos contra la explotación, la pobreza, la miseria, la desigualdad, la opresión, es obligación definir qué es el causante de todo ello. A la mayoría de la gente –metiéndole mil falsedades en la cabeza- le han dicho que es la ignorancia, la flojera, el desinterés de la mayoría; todo ello para que no luchen contra los multimillonarios y el imperio que durante siglos los ha dominado.

2. Los multimillonarios empresarios y políticos de cada país los conocemos como enemigos porque a diario saquean nuestras riquezas, mientras las mayorías se hace más miserables; pero, ¿quiénes son los imperialistas que dominan todo desde el fin de las dos guerras mundiales? En el siglo XIX todavía existían los imperios inglés, francés, hasta holandés, que dominaban países, islas y demás territorios; pero a partir del siglo XX sólo hay uno: el imperio yanqui que domina en todo el mundo porque además de amenazarlo, lo bombardea, invade, ocupa e instala bases militares para vigilarlo todo. De 1945 a 1989 se habló del “imperio” ruso por su zona de influencia en 14 “países socialistas”, pero este se desplomó. China fue imperio, pero hace siglos.

3. Desde que hace 61 años me hice consciente, no he tenido duda, que mi enemigo principal son los grandes explotadores, saqueadores y opresores de la inmensa mayoría de la población y contra ellos hay que organizar las grandes batallas. Los gobiernos, los partidos y los políticos sólo son fantoches defensores del sistema de opresión capitalista y sus pleitos sólo parecen farsa, maroma y teatro para entretenernos. Nada bueno puede esperarse de gobiernos yanquis, republicanos o demócratas, sean Bush, Obama o Biden, ni de los gobiernos mexicanos que sólo han beneficiado a los millonarios que los colocan en los cargos para servir y entretener mientras ellos acumulan gigantescos capitales y nos entretienen con prensa y TV.

4. Pero el otro enemigo de los mexicanos y el mundo –además de los millonarios empresarios y políticos- es el imperio yanqui que interviene directamente sin que nadie se oponga. Por ejemplo los yanquis no solo imponen sus intereses en la ONU, la OEA, el FMI, y el Banco Mundial, sino ha construido ejércitos como el de la OTAN que usa para intervenir y dar golpes de Estado en países que EEUU necesita dominar. Tal es el caso actual de Ucrania que le sirve de punta de lanza de los yanquis para someter a Rusia. Y aquí no hay que confundir. Rusia no es imperio frente a los EEUU que sí es el enemigo principal del mundo. ¿Qué proponer en este caso? ¿Permitir que los yanquis sigan rodeando a sus enemigos competidores?

5. Yo, de plano, preferiría quedarme en mi casita sin meterme en nada, como la enorme mayoría de la población. Pero, ¿qué pasará con mi trabajo, mis ingresos, mi familia, parientes, amigos, la población? Así que no jodan: los enemigos son muy claros en todos los países, pero el enemigo total es el sistema capitalista y sus representantes en la tierra. Nuestro enemigo no es el vecino, el tendero de la esquina, el pobre colega del trabajo, ni el pequeño funcionario de quinta categoría lame huesos. Hay que destruir todo el sistema capitalista y las deformaciones que ha impuesto, pero hay que concretar el combate contra el imperio yanqui y sus socios en cada país. Lo contrario es confundir a los enemigos y hacernos tontitos. (11/III/22)

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