12/10/2009

Los periodistas pal cafe.....




Julio Hernández López: Astillero
De un golpe, Calderón se ha quedado con todo: se deshizo del incómodo Guillermo Ortiz, que no sólo le cae mal en lo personal sino que significaba una cuña del priísmo redivivo, y allí mandó a un personaje que más bien debería pasar al paredón técnico e histórico por sus patrañas hacendarias que transitaron del catarrito ínfimo a la pulmonía en proceso de empeorar que vive hoy la economía nacional (formalmente falta cierto regateo en el Senado o la Permanente, pero nadie se atreverá a responsabilizarse de un tropiezo en esa área delicada; incluso la tardanza en enviar la propuesta fue intencional, para que no la analizara el pleno sino la Permanente, más manejable. ¡Gracias, como siempre, amigo Navarrete!). Luego, colocó en lugar del virtual nuevo gobernador del Banco de México a otro de los miembros del circulito íntimo, a un grisáceo personaje que como secretario de Desarrollo Social tuvo el mérito de ser corresponsable de la producción de más pobres en México y que ahora, por directriz futurista de su jefe y amigo, Felipe Calderón, pasa a ser secretario de Hacienda con presuntas aspiraciones presidenciales oficialistas (¿Cordero de dios pinolero que borra los pecados de Carstens?) Y, en esa Sedeso, se ha colocado a un empresario panista casado con una hija de Manuel J. Clouthier, con lo que se pretende influir en los próximos comicios del estratégico Sinaloa y con lo que se mantienen los recursos públicos en el expediente de los apoyos electorales rumbo a 2012 (si no es que el priísmo logra quitar ese control y pasarlo a los gobernadores). ¡Carro completo!
Ni recato ni pudor: el Banco de México, presuntamente autónomo, garante de estabilidades y paridades, ha sido convertido en una secretaría más del gabinete felipista, con una línea de mando expresa y confesa. Con el priísta Ortiz, hasta ahora cuando menos se habían dado ciertas diferencias en cuanto a enfoques y cifras, lo que más de una vez colocó al borde de la ruptura las relaciones entre el gobernador saliente y el encargado de Los Pinos. Con Carstens, a Calderón le bastará dictar órdenes para que el obediente Agustín las cumpla y las justifique técnicamente. Calderón ya ha dado tragicómicas muestras de considerarse capaz de dirigir el Banco de México, pues en su primer trienio fallido opinó en varias ocasiones sobre esos temas y forcejeó acerca de pronósticos, cálculos o predicciones. A partir de ahora, y cuando menos a lo largo del siguiente trienio, el de la trágica revancha resentida, las políticas del Banco de México se tomarán a partir de las indicaciones políticas, electorales o personalísimas de Calderón. Para entender la conducta de Carstens, su condición inocultable de subordinado, basta recordar lo que dijo a reporteros hace unos días: Yo estoy para ayudarle al señor Presidente y si quiere que me vaya al Banco de México lo haré. No será, pues, un gobernador, sino un ayudante; y no habrá autonomía, sino grupismo.
Respecto de la secretaría de Hacienda, que siempre ha tenido un cierto bono de derecho a la discrepancia con las resoluciones presidenciales, sobre todo las de caracter marcadamente político o electoral, ahora es ostentosamente colocada bajo el mando caprichoso de Los Pinos, pues el personaje que estará a cargo de la secretaría no tiene el historial, la fama profesional, la experiencia internacional ni las relaciones equilibradas que otros secretarios de hacienda. La política económica se volverá a manejar desde Los Pinos, como decretó en el clímax de su autoritarismo Luis Echeverría al zanjar divergencias que tenía con el secretario Hugo B. Margáin.
El punto de Sedeso está en un segundo nivel de importancia pero con los mismos ingredientes del autoritarismo desbordado del segundo trienio fallido: Heriberto Félix Guerra está casado con una hija del difunto Manuel J. Clouthier (Lorena) y fue candidato derrotado del blanquiazul a gobernador de Sinaloa, contra el priista Jesús Aguilar Padilla. Luego fue senador, pero no de mayoría, y más tarde fue trasladado a una subsecretaría federal de economía. Su nombramiento en Sedeso puede ser una forma de fortalecerlo como una opción panista para los difíciles comicios de noviembre del año venidero. Por lo pronto, su designación mete ruido en el pleito que por la candidatura priísta libran el actual mandatario, Aguilar Padilla, y el antecesor, Juan S. Millán, con quien Félix Guerra fue secretario de desarrollo económico. Aguilar apoya a Jesús Vizcarra y Millán al senador Mario López Valdez (Malova), y amenazan con darse con todo en aquel polvorín que los políticos administran pero losnarcos gobiernan. A ese pleito y previsible ruptura priístas apuesta el panismo federalmente gobernante. Si Aguilar impone a Vizcarra como presunto heredero designado, la supuesta escisión priísta sería captada por el antiguo secretario del gabinete de Millán, el fortalecido secretario Félix Guerra. Sonora la ganó el PAN, teniéndola perdida, por un incidente dramático en una guardería; Sinaloa podría ser ganada por el PAN a partir de un pleito entre dinosaurios priístas. ¿Y las políticas de desarrollo social, y el esfuerzo sostenido por los pobres que cada vez son más? Eso, en el pragmatismo electoral, es lo de menos.
Astillas
En la misma lógica guerrera que aplica Calderón habría de ordenar que las fuerzas bélicas a su mando no pongan en riesgo a personas inocentes al hospedarse en hotelesciviles... El inodoro water loo de Guanito: las actas de nacimiento. Ponfilio, de nombre, y falsamente emparentado con el general Felipe Ángeles. En una de esas acaba apellidándose Polevnsky... Por sí mismo o por petición de la Casa Blanda (un edificio flexibilizable a conveniencia, con sede en Washington), México hospedará transitoriamente al hondureño Manuel Zelaya... Y, mientras siguen los chistes de peso pesado en el tema del Banco de México, ¡hasta mañana, en esta columna que en Twitter leyó a
@canyume augurar que pronto usaremos catarrólares y gripesos!
Fax: 5605-2099 •
juliohdz@jornada.com.mx

Enrique Galván Ochoa: Dinero
La suerte de Guillermo Ortiz como gobernador del Banco de México (BdeM) estaba echada desde la noche del 2 de julio de 2006. Cualquiera de los dos candidatos que se disputaban la Presidencia –Andrés Manuel López Obrador y Felipe Calderón– lo hubiera despedido. En los días difíciles de la crisis bancaria del zedillismo, Calderón y López Obrador habían coincidido en tres puntos: 1) No al Fobaproa. 2) No a la conversión de la deuda privada de los financieros en deuda pública. 3) No a la impunidad. El punto tres tenía dedicatoria para Ortiz. Las presiones de los jefes del panismo –el entonces gobernador Fox, Fernández de Cevallos–, alentadas por banqueros como Roberto Hernández, doblaron a Calderón. De ahí viene el irreparable distanciamiento del tabasqueño con el michoacano. Las fricciones con Ortiz dejaron huella. Hoy vemos que Calderón no las olvidó. No es un dato menor que el panismo haya promovido juicio político contra el gobernador del BdeM y que se haya promulgado una ley que le prohibió tener un asiento en el IPAB, no obstante que es un fideicomiso del propio banco central. Fox lo debió despedir, pero sus hermanos estaban embarrados en el Fobaproa y Ortiz conoce el secreto de todos, así que lo dejó otros seis años. No fueron mal aprovechados. Los Bribiesca metieron mano en el caudal de bienes y, según las denuncias en su contra, se enriquecieron con la compra de casas a una ínfima parte de su precio, que luego revendieron. En los últimos días hubo muchas presiones del senador Beltrones, su chalán chuchoperredista Carlos Navarrete, así como también de políticos y empresarios favorecidos por el rescate bancario, para que Ortiz continuara en su puesto otros seis años. Resistió Calderón. Comienza la era Carstens.
Herencia sombría
¿Cuáles son las huellas de Ortiz a su paso por el banco central? Son profundas, pero no buenas. 1) El Fobaproa/IPAB, del cual fue uno de los artífices, representa una carga enorme, impagable, para las finanzas públicas. Se han abonado casi medio billón de pesos y se debe más de otro medio billón. 2) No puede atribuírsele la responsabilidad exclusiva de la entrega de la banca nacional al extranjero, pero fue activo colaborador. 3) Recientemente también intervino en la subasta de la mitad de las reservas internacionales del país, entre 35 y 40 mil millones de dólares, con el fin de estabilizar la moneda. Sin embargo, se ha guardado como secreto de Estado los nombres de los bancos que los adquirieron. 4) Quizá lo que más duele a la población es el mecanismo engañoso para calcular la inflación. Según esto, Ortiz la mantuvo bajo control, pero las familias no lo creen así; cuando van al mercado se topan con precios que no coinciden con la estadística. Hay un efecto perverso: la inflación sirve como base para calcular el incremento anual del salario mínimo, y como supuestamente es de un solo dígito, y un digito bajo, los salarios son atados a esa ficción. El resultado ha sido que en los 12 años del gobernador del banco que no fue reconfirmado ayer, las familias mexicanas vieron perder dramáticamente el poder adquisitivo de sus ingresos.
Carstens
No faltarán cuestionamientos contra el doctor Carstens. Dicen que su llegada al banco le restará autonomía porque se declaró previamente hombre leal a Calderón. Lo mismo se comentó cuando el presidente Zedillo nombró a Guillermo Ortiz. Éste había sido su mentor. Pero no hay que perder de vista que un secretario de Hacienda es simplemente un secretario del Presidente; en cambio, el gobernador del banco, ya ratificado por el Senado, cobra autonomía. El Presidente no puede removerlo. En el escaso material humano de que Calderón dispone, Carstens es la opción conveniente, un hombre preparado y con extensas relaciones en el mundo financiero internacional. De los demás nombramientos me ocuparé los siguientes días, pero no es por demás adelantar que Ernesto Cordero, al ser convertido en secretario de Hacienda, automáticamente se convierte en la carta fuerte –ya se autodescartó Gómez Mont– del calderonismo a la Presidencia.

Carlos Fernández-Vega: México SA
Lento, pero seguro, al ahora inquilino de Los Pinos le llevó 11 años cobrar la factura. Finalmente se le hizo: mandar a paseo a Guillermo Ortiz, aunque ello implique trasladar de Hacienda al Banco de México la probada ineficiencia del doctor catarrito, Agustín Carstens, el aplicado soldado del señor presidente que, si el Senado lo ratifica en el cargo, a partir de ya se encargará de laautonomía del banco central. Y para redondear el numerito, Felipe Calderón decidió mover al electorero Ernesto Cordero, con sus 6 millones de pobres adicionales durante su estancia en Sedesol (y lo que acumule en 2009), a la Secretaría de Hacienda, y encargar el asistencialismo oficial (que ellos llaman política social) a un empresario sinaloense –senador panista con licencia– que hasta ayer se dedicaba –versión oficial– a promover pequeñas y medianas empresas en la Secretaría de Economía, junto al eficiente Gerardo Ruiz Mateos.
Todo queda en familia, en el círculo íntimo y con perspectiva para 2012, con el único mensaje claro: la fracasada política económica no se moverá un milímetro, se mantendrá la ineficiencia de los cuates, y de paso se perfila la sucesión, aunque quede claro que es verdaderamente misérrima la caballada del calderonismo, cuando su jamelgo es el itamita Ernesto Cordero, uno de los responsables del vertiginoso crecimiento de la pobreza en México, cuya única virtud es ser amigo del amigo, a quien debe todo tipo de huesos: el puesto en Banobras (director de Administración Integral de Riesgos), en la Secretaría de Energía (subsecretario de Planeación Energética y Desarrollo Tecnológico), en la campaña electoral (coordinador de Políticas Públicas), y ahora en lo que llaman gobierno (subsecretario de Egresos en Hacienda y Crédito Público, titular de la Sedesol). Todos los cargos y virtudes de la mano de Felipe Calderón (la misma historia de Juan Camilo Mouriño).
A este amigo íntimo le ha encargado la diezmada Secretaría de Hacienda, mientras públicamente presume estar convencido de presentar al Senado la mejor candidaturapara gobernar el Banco de México, es decir, la de Agustín Carstens, el fallido doctorcatarrito, hasta ayer titular de la SHCP, quien deja su voluminoso cuan indeleble sello: devaluación, subejercicio presupuestal, vertiginoso endeudamiento interno y externo, raquitismo fiscal, quiebra de las finanzas públicas y desplome de entre 7 y 8 por ciento del producto interno bruto en 2009, entre tantos otros elementos, virtudes que no parecen sustentar la referida presunción calderonista.
Así es. Si el Senado de la República le hace el favor a Calderón, aunque sea en contra de los intereses nacionales, el doctor catarrito despachará en la oficina que por 11 años ocupó Guillermo Ortiz, desde la cual fortalecerá la tesis autonómica del banco central y su independencia de Los Pinos, según ha dejado en claro el propio Carstens: yo estoy para ayudarle al señor presidente, y si quiere que me vaya al Banco de México lo haré.
El hasta ayer titular de la Secretaría de Hacienda tiene una virtud: conoce muy bien el funcionamiento del Banco de México. Tanto, que, por ejemplo, fue pieza importante en uno de los incontables asaltos a la nación perpetrados por la familia financiera del sector público: como director de Investigación Económica (1994-1998) de esa institución colaboró decididamente en el armado y operación del rescate bancario, vía Fobaproa, con los dos gobernadores del banco central (Miguel Mancera Aguayo y Guillermo Ortiz, éste primero como secretario de Hacienda de Zedillo) que a los mexicanos sólo les costó –les cuesta– 20 por ciento del PIB (sin considerar la extranjerización del sistema de pagos).
Se supone que el citado atraco provocó el arrebato público de Felipe Calderón de exigir (1998) la decapitación de Guillermo Ortiz como gobernador del Banco de México, aunque lo cierto es que en privado no sólo avaló el uso de dineros públicos para fines privados, sino que, como presidente panista, instruyó a su bancada en San Lázaro para que votara favorablemente por la legalización de la voluminosa deuda producto del referido rescate. De hecho (Foro Económico Mundial, Davos, Suiza, febrero de 2009), el doctor catarrito reivindicó el Fobaproa, al destacar que en elrescate bancario se hizo lo mejor que se pudo. Y lo celebró mientras Felipe Calderón compartía el pan y la sal con Ernesto Zedillo –ahora te comprendo mejor, le dijo tiernamente al ex mandatario– y proponía un Fobaproa mundial para salvar la crisis. También por esas fechas el actual inquilino de Los Pinos presumía a su muy buen equipo económico, probablemente uno de los mejores del mundo.
Eso sí, los amigos reacomodados por el amigo no pararon en compromisos. Agustín Carstens dijo que si el Senado lo palomea retomará (¿?) la senda del crecimiento económico acelerado, multiplicar los empleos y abatir la pobreza, algo que se supone tenía que haber hecho desde la Secretaría de Hacienda, independientemente de que ninguno de esos elementos se cuenta dentro de las funciones del Banco de México. Algo similar pronunció Ernesto Cordero, especialmente lo relativo a la pobreza, algo que le correspondía como titular de Desarrollo Social, pero su paso por esa dependencia (cifras oficiales) le costó al país 6 millones de pobres adicionales.
Por si fuera poco el tino, a Felipe Calderón se le ocurrió designar titular de la Secretaría de Desarrollo Social a Heriberto Félix Guerra, ex integrante del Consejo Sinaloense de Hombres de Negocios, fallido candidato panista a gobernador de Sinaloa en 2004, senador blanquiazul con licencia y hasta ayer subsecretario para la Pequeña y Mediana Empresa de la Secretaría de Economía. Es de suponer que su padrino es el siempre atinado cuan efectivo Gerardo Ruiz Mateos, otro amigo del amigo.
Como siempre, surge una duda cuando se dan este tipo de movimientos de piezas. A la hora de los discursos, el funcionario removido (Carstens, en este caso) resulta el mejor de todos, el más valioso y exitoso del equipo, el de mayores logros, el que promovió avances históricos, etcétera, etcétera, lo que de ser cierto invitaría a no moverlo de la posición de la que precisamente se le desplaza. Si el doctor catarritotuviera todas las virtudes, las capacidades inmejorables, resumidas por Calderón en su perorata matinal de ayer, ¿para qué cambiar la pieza, la joya del gabinetazo? ¿A quién se le ocurre?
Las rebanadas del pastel
¿Qué no fue el propio inquilino de Los Pinos quien planteó la alternativa de seguir en la inercia o impulsar cambios de fondo para transformar el país? Pues bien, con los nombramientos de ayer optó por la primera.
cfvmexico_sa@hotmail.commexicosa@infinitum.com.mx

Pedro Miguel: Navegaciones
Parado junto al lecho de muerte de su amo, mientras esperaba la secuencia de estremecimientos (casi imperceptibles para el común) que anuncian la inminencia de la última respiración, el almero Tomás repasaba sus acciones futuras: para no despertar sospechas, tendría que salir de Castilleja de la Cuesta aún disfrazado de Juana de Quintanilla y hacerse de una coartada para abordar, como mujer sola, un barco a las Indias. Un ayuda de cámara a quien no había visto nunca antes ingresó en silencio a la habitación, en la que se encontraban el cura, Cortés agonizante y el propio Tomás, y le pidió a éste que saliera. El almero sintió terror de descuidar su puesto al lado del moribundo, pero obedeció. En una habitación contigua, el hombre le dijo, mientras le hacía entrega de los objetos que iba mencionando:
–El Marqués ha dispuesto que se os haga entrega de estos tres talegos con doblones, de estos títulos que amparan tierras en Tabasco y el Soconusco, ansí que de esta carta a la Casa de Contratación de Sevilla para que se os embarque en la nao más cercana a partir, y de estas dos otras, una para el ayuntamiento de Chiapa de los Españoles, la otra para la intendencia de Ciudad Real. Ambas os servirán de santo y seña como doña Juana de Quintanilla, esposa del capitán Juan de Malpica, encomendero en Chiapa de Indios

SME: pertinencia y necesidad del diálogo
Como un gesto de distensión y buena voluntad hacia el gobierno federal, el Movimiento de Mujeres Electricistas en Resistencia del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) anunció ayer la suspensión de la huelga de hambre que una decena de sus integrantes sostenía desde el pasado 23 de noviembre, decisión a la que se sumó posteriormente otro grupo de cinco sindicalizados hombres que también se mantenían sin probar alimentos. A decir de la coordinadora de la protesta, Mónica Jiménez, el Ejecutivo federal debe cumplir con su parte e iniciar de inmediato una mesa real de negociaciones. Minutos antes, la dirigencia del SME había informado que mañana, viernes, habrá de instalarse una mesa de diálogo con la Secretaría de Gobernación, a fin de solucionar el conflicto político y laboral generado por el decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro (LFC), emitido el pasado 10 de octubre.
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El Correo Ilustrado
Un veredicto favorable a electricistas restituye la democracia
Hoy, 10 de diciembre, la juez Guillermina Coutiño Mata emitirá un veredicto sobre la inconstitucionalidad del cierre de Luz y Fuerza del Centro (LFC). De esta decisión depende el futuro de 44 mil trabajadores con sus familias y de un México que se resiste a acostumbrarse a los sobresaltos administrativos con que se intenta reducir los marcos de la democracia.
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Soledad Loaeza: El censo de 2010
El gobierno de Felipe Calderón sabe bien el trabajo que cuesta reconstruir, pues el propósito de muchas de sus decisiones ha sido enmendar las consecuencias de las pifias de su antecesor. Los procesos de la administración pública, la continuidad de instituciones fundamentales para el funcionamiento del país, incluso la política exterior, sufrieron una disrupción significativa durante el periodo 2000-2006, y no precisamente por las buenas razones. En esta materia Vicente Fox se dejó guiar por sus prejuicios ideológicos y por deseos de venganza contra el PRI. De ahí, y por la desesperación mercadológica de ofrecer productos novedosos, su decisión de mochar el águila nacional, o pintar con los colores del arco iris la publicidad de su gobierno.
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Enrique Dussel*: ¿Estado o comunidad?
Pareciera que las comunidades de los pueblos originarios actuales en América Latina pudieran desarrollar un modelo democrático político más adecuado que la forma de Estado burgués moderno. Tal posición es defendida por aquellos que piensan que la disolución del Estado es condición de posibilidad de un ejercicio justo de la política.
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Octavio Rodríguez Araujo/ II: Del Estado católico al laico
Con el gobierno de Calles se hizo valer el artículo 27 según su texto original de 1917, y se cerraron conventos, iglesias, escuelas católicas que no impartían educación laica, etcétera. Los curas extranjeros fueron expulsados. La Iglesia reaccionó y el arzobispo primado de México, José Mora y del Río, declaró el 4 de febrero de 1925: La doctrina de la Iglesia es invariable, porque es la verdad divinamente revelada. La protesta que los prelados formulamos contra la Constitución de 1917 en los artículos que se oponen a la libertad y dogmas religiosos, se mantiene firme. No ha sido modificada, sino robustecida, porque deriva de la doctrina de la Iglesia. El episcopado, clero y católicos, no reconocemos y combatiremos los artículos 3º, 5º, 27º y 130º de la Constitución vigente. Este criterio no podemos, por ningún motivo, variarlo sin hacer traición a nuestra fe y a nuestra religión (ver:http://guadalupe.luxdomini.com/ guadalupe_iglesia.htm).
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Adolfo Sánchez Rebolledo: La gran victoria boliviana
No bien se conocían en el mundo los detalles de la contundente victoria de Evo Morales en las urnas, cuando ya en cierta prensa global se hacían las primeras objeciones al significado de los números. Que si 70 por ciento de los escaños asegurados en la Asamblea Legislativa Plurinacional borra el “régimen de partidos; que si el apoyo masivo de la población (64 por ciento, con un abstencionismo apenas arriba de 6 por ciento) convierten a Evo Morales en una suerte de amo del país, en fin, la amargura expresada por aquellos que, en nombre de la democracia inadjetivable, se resisten a reconocer que en una nación como Bolivia hay caminos propios, inéditos, tan democráticos como el que más, aunque éstos se aparten del catecismo ideológico vigente. Imposible convencerlos de lo contrario. No ven, por decirlo así, el carácter libertario de esos esfuerzos a la vez comunitarios e individuales, colectivos y ciudadanos, destinados a romper con la historia de atraso, desigualdad y discriminación usando los métodos propios de la democracia moderna, tanto para acceder al poder como para cambiar las leyes, transformar las instituciones y al Estado mismo.
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Fidel Castro Ruz: Obama no estaba obligado a un acto cínico
En los párrafos finales de una Reflexión titulada Las campanas están doblando por el dólar, elaborada hace dos meses, el 9 de octubre de 2009, hice una referencia al problema del cambio climático adonde el capitalismo imperialista ha conducido a la humanidad.
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Ángel Guerra Cabrera: La victoria de Evo Morales y las nuevas amenazas
La resplandeciente victoria electoral de Evo Morales expresa la fuerza moral de un gobierno hecho suyo y defendido por una mayoría de bolivianos de casi todos los sectores. El presidente no sólo resultó relecto sino que su partido, el MAS, consiguió lo que parecía imposible: la amplia mayoría parlamentaria de dos tercios necesaria para instrumentar las leyes que permitirán dar vida a la Constitución del Estado plurinacional y avanzar hacia la refundación del país. Hay un dato revelador y es la abrumadora afluencia de electores, ascendente a más de 90 por ciento de los registrados según cálculos preliminares, algo con lo que no pueden ni soñar las llamadas democracias avanzadas puesto que sus ciudadanos cada vez creen menos en ellas; más relevante aún considerando la amplitud de un padrón electoral que se acerca a la inclusión de toda la ciudadanía en edad de votar. Ello es una prueba de la creciente participación política en el país andino, particularmente de sus pueblos indígenas, muchos de cuyos integrantes no existían legalmente hasta la llegada de Evo al gobierno y por lo tanto no ejercían el derecho al sufragio, pues durante siglos fueron marginados y privados de todos sus derechos.
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Asa Cristina Laurell: El aborto inseguro, una pandemia prevenible
El avance en la penalización del aborto en las entidades federativas –hasta ahora 17–, requiere del análisis de su impacto sobre la salud pública. Penalizar el aborto tendrá muchas consecuencias que van más allá del caso individual, de por sí grave.
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Olga Harmony/ III y última: La Muestra Nacional
El Grupo Teatral Tehuantepec dirigido por Marco A. Petriz mostró su más reciente escenificación,Fatalidad, con la que refrenda la excelencia de sus participantes aunque para muchos, que los han visto, otros de sus montajes han sido superiores, quizás porque se referían a leyendas de ese lugar oaxaqueño. Desde hace algún tiempo Petriz escribe y escenifica sus textos como un reclamo contra la violencia que se ejerce contra las mujeres desde diferentes perspectivas y Fatalidad se inscribe en esa línea. En una casona de Quilá, lejana de Culiacán y parecida a la que el colectivo posee en su sede, con el público cercano a los actores como acostumbra el grupo, se desarrolla una historia que no rehuye al melodrama, pero cuya dosificación dramática y escénica le dan gran relieve. El autor y director inicia con una escena de crimen en la calle, ante la casona que será escenario, los espectadores entramos y vemos a la excelente actriz que es Gabriela Martínez en su rol de Natalia, cortar y coser un traje que será para la boda de Octavio encarnado por el actor invitado Antonio López Torres y, cuando éste llega veremos en retrospectiva la trampa que se le ha tendido, con diálogos entreverados de pausas y caricias en un lento desarrollo que va creciendo en ritmo e intensidad hasta el final que es el principio, con la doble de Natalia (Mayté Genis Milán) y el juego de los dos vestidos de boda. Completa el reparto Janette Gallegos como Remedios y los diseñadores Jorge Lemus en escenografía e iluminación y Sergio Ruiz en vestuario y utilería apoyan ésta, una de las mejores escenificaciones de la Muestra.
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Ricardo Rocha Detrás de la Noticia
El Ejército y las estridencias
En primer lugar llama la atención la estridencia con que se califica de estridente a Amnistía Internacional. Si lo único que ha dicho es que “existe un preocupante patrón de crímenes cometidos por el ejército en sus operaciones de seguridad, abusos que tanto las autoridades civiles como las militares de México niegan e ignoran”. Lo cual es absolutamente cierto.
Y si no le creen a AI podrían acudir a lo que aun la archigobiernista Comisión Nacional de los Derechos Humanos tiene que reconocer a regañadientes: que el número de quejas de abusos de militares en todo el país ha crecido exponencialmente desde que el actual gobierno sacó a los soldados de sus cuarteles; que en ese año 2006 hubo 182 quejas; que para 2007 fueron 367, más del doble; pero el número de quejas se disparó a más del triple en el 2008 llegando a 1230; al finalizar este 2009 la estadística seguirá creciendo.
La defensa de que son muy pocos los casos documentados es no sólo blandengue sino tramposa. Cualquiera con dos dedos de frente sabe que es prácticamente imposible investigar una institución con la que nadie se atreve. Que como el ejército se juzga a sí mismo y que siempre ha sido respaldado por el gobierno y el Congreso para preservar su fuero militar e impedir que cuando sus miembros cometen delitos civiles sean investigados y juzgados por autoridades y jueces civiles.
Dice el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, que puede ser un problema de percepciones y que para actuar en contra de alguien se requiere evidencia. Hace como que ignora que no se trata de estar “en contra de alguien” sino que simplemente se solicita que se investiguen estas denuncias que ya suman miles. Así que son algo más que percepciones.
Ya por lo pronto la propia AI acompaña su informe de cinco casos documentados. El Centro PRO tiene más de 120 casos. El señor Gómez Mont no puede hacer como que ignora episodios como el de la noche del sábado 2 de junio de 2007 cuando en Los Alamillos, Sinaloa, un piquete de soldados deshizo a balazos un vehículo matando a cinco de sus ocupantes, dos adultos y tres niños. Ahí le van los nombres: Alicia Esparza Parra, Griselda Galaviz Barraza, Grisel, Adalia y Janiel Esparza. Los del retén se justificaron con que el chofer no obedeció la señal de alto y ellos sospecharon que la camioneta familiar transportaba droga. La versión no oficial es que los soldados andaban encervezados. Luego, ya no se supo más.
Por cierto, ante el informe de AI el presidente Calderón ha dicho que “tenemos razones para desoír las voces ingenuas que piden que el Estado deje la lucha contra el crimen”. Yo por lo menos jamás he escuchado a nadie ni dentro ni fuera que haya siquiera sugerido tamaña aberración. Por supuesto que todos querríamos acabar con el cáncer del narco. Pero lo que hemos cuestionado es el método: y sí hemos dicho que hubiera sido mejor empezar por limpiar la casa de la penetración del narco en nuestros aparatos de seguridad y justicia. Emplear la inteligencia y no sólo la fuerza.
Tampoco estamos en contra del ejército, sino contra el deterioro creciente al que se le ha expuesto

Luis Maldonado Venegas

Reelección, rendición de cuentas y revocación del mandato
El tema, de suyo trascendente para la vida democrática del país, no es novedoso: en el Congreso están congeladas muchas iniciativas sobre la materia. Alguien decidió ahora meter la mano en la congeladora y encontró lo que se pretende sea original propuesta: la reelección del poder legislativo y de los alcaldes.
Como sea, vale la pena reabrir el debate, siempre que sea con la mirada puesta en la sociedad, que es la que vota y elige, y no en las élites del poder.
Más allá de nuestra referencia histórica en el postulado antirreeleccionista de Francisco I. Madero, quienes hoy creen en la reelección sostienen que mejora la calidad de la democracia y propicia que el gobernante se esfuerce por servir mejor a quienes lo eligieron, porque el aliciente de repetir siempre será atractivo. Aquí surge una pregunta: ¿Reelección indefinida o acotada? Porque no es lo mismo si es indefinida que si está limitada a un período y las consecuencias, en ambos casos, son distintas.
Quienes se oponen a la reelección advierten del peligro que representa el continuismo, en caso de que un mal gobernante (y todo lo que le acompañe) no pueda ser expulsado del poder. Y del continuismo a la dictadura, pasando por el autoritarismo, hay un trecho muy corto.
Las bondades que se invocan para la reelección no deben desdeñarse: en el ejercicio del poder, nuestros gobernantes no planifican más allá del periodo para el que fueron electos. Este problema se refleja con severidad en el nivel municipal: ningún plan de desarrollo es viable si se elabora solamente para tres años, cuando los organismos internacionales refieren que el plazo mínimo para que un plan de desarrollo tenga horizonte y trascendencia es de 15 años.
De ahí que la percepción generalizada es que si se hace una reforma constitucional hacia la reelección consecutiva, debe ir acompañada de candados. Tres al menos, en nuestra opinión, son necesarios: la rendición de cuentas, la revocación del mandato y la no reelección para legisladores que arriben al Congreso por la vía de la representación proporcional (es decir, plurinominal). Estos tres elementos serían para beneficio directo del electorado, depositario legítimo del derecho a elegir y decidir.
En el primer caso, todo gobernante electo debe estar obligado a rendirle cuentas periódicamente a quienes lo eligen en el cargo; en el segundo, debe garantizar a los ciudadanos el derecho a revocar el mandato si el gobernante electo resulta inepto, incumplido o corrupto (tenemos a la vista algunos ejemplos relevantes que hacen urgente esta reforma constitucional); en el tercero, es inadmisible correr el riesgo de que una élite se perpetúe en el poder.
Hace tiempo que las propuestas están en el Congreso. Culminarlas exige voluntad política y privilegiar la cultura de la inclusión y del debate de las ideas, por encima del oportunismo sectario y del autoritarismo presidencialista a ultranza, responsable del estancamiento de nuestro proceso democrático desde hace casi una década.
luismaldonado@senado.gob.mx
Presidente del Comité Ejecutivo Nacional de Convergencia y senador

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