7/03/2010

Al cierre del foro sobre el Uso del Tiempo y Políticas Públicas


Innovadora propuesta para construir una sociedad más igualitaria


Por Guadalupe Cruz Jaimes

México DF, 2 jul 10 (CIMAC).- En México, como en Latinoamérica, se requieren “leyes de economía del cuidado”, que obliguen a los Institutos de Estadística de cada país a levantar encuestas periódicas sobre el uso del tiempo con el fin de visibilizar que la mayor carga de trabajo recae en las mujeres, y así avanzar en la construcción de una sociedad más igualitaria.

Cecilia López Montaño, senadora colombiana dijo a Cimacnoticias que una “ley de economía del cuidado” establece las bases para que los gobiernos realicen ese “esfuerzo financiero” poco significativo, en comparación con los resultados que arroja esa valoración.

En el último día de trabajos de la Octava Reunión Internacional Estadísticas sobre Uso del Tiempo y Políticas Públicas, que se celebró aquí esta semana, la senadora del Partido Liberal de Colombia, dijo que sin leyes es muy difícil movilizar acciones de este tipo, debido a que es muy difícil convencer a quienes están en el poder de la necesidad de valorar el trabajo doméstico.

La economista y política presentó en agosto de 2009, el Proyecto de Ley de Economía del Cuidado, el cual fue aprobado en el Senado y actualmente sólo le falta un debate en la Cámara de Representantes, para que entre en vigor.

Avanzar en la aprobación de dicho proyecto de ley fue difícil, hubo oposición, sin embargo, se dieron cuenta de cuánto vale el trabajo de las mujeres en el hogar, que en el caso de Colombia significa el 7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

De acuerdo con la investigación y análisis de Mercedes Pedrero, demógrafa especialista en el tema, en México la economía del cuidado del hogar y la familia representa el 23 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

En el caso de Colombia, los legisladores se resistían porque creían que implicaría el pago de un salario para las personas que realizan las tareas del hogar, pero ese no es el objetivo, ya que ello sería reforzar el papel de las mujeres en el ámbito doméstico y negarles la oportunidad de compartir el tiempo entre trabajo remunerado y no remunerado de manera más equitativa, explicó.

Una Ley en la materia implica cambios sustanciales y que se destinen recursos. El Estado va a tener que asumir parte de la economía del cuidado, como el cuidado infantil y el de personas adultas mayores.

En México, como en algunos países de América Latina, los Estados redujeron sus presupuestos en ámbitos de servicios públicos, y las mujeres se convirtieron en prestadoras de éstos.

En la región es evidente que las mujeres trabajan más que los hombres, si se suman las horas de trabajo remunerado y no remunerado, aún cuando los hombres están desempleados, el tiempo que las mujeres dedican al hogar, es mayor que el que ellos invierten, aseveró.

Además, ellas ganan menos y tienen menos tiempo para el ocio, “si queremos una sociedad más igualitaria, debemos hacer visible este aporte tan grande de las mujeres al desarrollo”.

Visibilizar el trabajo de las mujeres es el primer beneficio derivado de una ley en la materia, el segundo es darles libertad para tomar decisiones sobre su vida en igual condición que los hombres, “ya que muchas de ellas, se frenan en el trabajo remunerado, porque cargan solas con el trabajo en el hogar”.

Por otro lado, la legislación ayuda a la valorización del trabajo no remunerado, “los hombres van a tener menos reticencia para apoyar este trabajo, que se ha hecho visible”.

Sin duda, dijo, la visibilización de la problemática debe traducirse en políticas públicas, sin embargo, pese a los avances en la región, esto no ha ocurrido.

A decir de la especialista, una de las vías para que se concreten políticas públicas en la materia, es una mayor participación política de las mujeres, quienes deben comenzar a hablar de temas económicos y políticos, ya que el poder “es la manera más rápida de hacer los cambios”.

De lo contrario, aseveró, “el avance será lento, porque convencer a los hombres de que pierdan todo lo que han tenido, para cedérselo a la mujer, no se hace fácil, es una lucha política intensa, y las mujeres tienen que empezar a valorar el poder como un mecanismo para lograrlo”.

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