9/04/2010

Educación, para acotar trata y tráfico de personas, plantean


Analizan el papel de la comunidad en la esclavitud del siglo XXI

Por Alma Celia San Martín, corresponsal

Jalapa, Ver. 3 sep 10 (CIMAC).- Aunque no se sabe con exactitud cuántas víctimas existen en el mundo por trata y tráfico, se sabe que estos delitos generan 31 millones de dólares de ganancias, afirmó aquí Mila Paspalanova, de la Unidad de Fortalecimiento Institucional del Alto Comisionado de Naciones Unidas. En la conferencia magistral dentro del ciclo “Trata de personas. El papel de la comunidad en la esclavitud del siglo XXI”, organizado por la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana (UV) y del Programa de Derechos Humanos (PDH) de la misma institución, dijo que es la misma sociedad la que propicia que este tipo de prácticas delictivas sigan vigentes.

Sostuvo que si bien hay otros factores que entran en juego, como la desigualdad social y la impunidad, la misma comunidad crea la necesidad, la existencia de ciertos fenómenos aunque no se percaten del problema.
Un ejemplo sencillo de esta situación, es comprar ciertas marcas de zapatos deportivos o adquirir ropa en tiendas que pertenecen a una cadena española, que en ambos casos se caracterizan por contratar sobre todo a mujeres y niños menores de edad, para maquilar sus productos.

En este sentido explicó que las actividades que los niños realizan, “entran en la definición de una persona que trabaja en condiciones de esclavitud”, con un salario ínfimo y nulas prestaciones. “Como sociedad debemos pensar ¿hasta dónde? No lo provocamos directamente, pero actuamos de tal forma que provocamos su persistencia.” Puntualizó que tanto la trata como el tráfico de personas son dos delitos basados en el abuso de la vulnerabilidad de una persona, por lo que es incorrecto acotarlos solamente a la explotación sexual y la prostitución.

En la mayoría de los casos así son las cosas, pero las víctimas de trata también son aquellas que son obligadas a cualquier tipo de trabajo forzoso.
A su vez, Namiko Matsumoto, coordinadora del PDH de la UV, sostuvo que alcanzar el ideal común de los derechos humanos es el respeto a la dignidad, y ello es posible si se promueve su respeto y aprendizaje, y la Universidad tiene todo el potencial para ello. Agrego que dicha tarea es factible, la Universidad Veracruzana cuenta con recursos humanos y su capacidad, talento y vocación para llevarla a cabo. Se trata de educarnos y educar en el impostergable compromiso de eliminar todas las formas de discriminación, intolerancia e injusticia.”

En tanto, Lourdes Ortiz, de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), hizo hincapié en la importancia de hablar de la trata de personas en el seno universitario, para disminuir ese tipo de prácticas es necesario ayudar a la gente a identificar sus variantes, repercusiones y opciones de denuncia.

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