8/20/2012

Los periodistas pal cafe....




Ni rápido ni furioso: la izquierda electoral encumbrada en días pasados en Acapulco lo que demanda es que el resolutivo declaratorio de que Enrique Peña Nieto es el presidente electo no se produzca de manera acelerada ni precaria.
Ni movilizaciones ni enojos (vaya, ni siquiera una cumplidora denuncia enfática de las múltiples irregularidades, varias de ellas susceptibles de tipificación delictiva, que el candidato presidencial López Obrador ha presentado públicamente). El izquierdismo encumbrado lo que desea es que el tribunal electoral federal cumpla, sobre todo, con el principio jurídico de la exhaustividad. Es decir, que técnicamente los magistrados enriquistas demuestren haber abordado y analizado por completo los diversos puntos de impugnación presentados y que, por tanto, la resolución sea modelo de pulcritud formal, ejemplo de limpidez procesal, con suficientes copias certificadas y muchos sellos y firmas sobre los textos protocolariamente justificatorios de que esa izquierda impaciente ya pueda sentarse de manera abierta a negociar reformas y pactos con el PRI y con el ya para entonces impecable presidente electo de origen mexiquense.
Véanse los apacibles términos de esa rendición disfrazada en la Declaración Política de Guerrero, que el pasado jueves firmaron en Acapulco los principales dirigentes de PRD, PT y Movimiento Ciudadano ( http://bit.ly/P7XdgR ), así como gobernadores electos y en funciones y los coordinadores legislativos del sol azteca. El apartado 2, que habla sobre La decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, ni siquiera se atreve a asumir como propias algunas de las denuncias que han presentado AMLO y Ricardo Monreal, mucho menos las protestas públicas contra la imposición de un candidato comprador de resultados.
Simplemente se solicita que se cumplan con puntualidad los requerimientos que obviamente habrán de dar por descontados los magistrados del TEPJF (ni modo que en su sentencia acepten que actúan de manera facciosa y haciendo a un lado pruebas y evidencias). Un mero pretexto desde la cumbre de las izquierdas para alegar desde las montañas guerrilleras del papeleo legalista si es que no se cumplen a su satisfacción esas exigencias de exhaustividad, mientras en las planicies urbanas continúan los ya muy avanzados arreglos de aceptación de Peña Nieto y abandono de López Obrador.
En otra pista del gran circo nacional: aun cuando la más memorable de las sumas adjudicables a su vida se refiere a cruces mortuorias y no a velitas de pastel, Felipe Calderón se organizó una fiesta de cumpleaños en Los Pinos, en tan flagrante uso y disfrute de recursos públicos que sufrió un súbito pudor contable e hizo correr la versión de que algunas de las provisiones comestibles y bebestibles consumidas en esa celebración de medio siglo habían sido aportadas por secretarios del gabinete felipista y gobernadores (sin precisar montos ni demostrar que a su vez tales contribuciones no hubiesen provenido de otras arcas públicas).
En esa pachanga con 300 invitados (aunque esta vez no estuvo Enrique Peña Nieto, como el año pasado, cuando se le hizo a FCH una fiesta sorpresa en los jardines de Los Pinos al regreso de sus vacaciones por el Caribe), el michoacano en vías de dejar el poder reveló que en 2007, luego que había detonado la llamada guerra contra el narcotráfico, tuvo una amenaza de atentado contra el avión en el que viajaría, aunque no dio mayores datos del asunto. Decidido a volar, previa consulta con militares y cuerpos de seguridad, grabó en el aire un mensaje dirigido a sus hijos, por si las amenazas se hubiesen materializado.
Dos colaboradores de Calderón, que sí murieron en accidentes aéreos rodeados de múltiples especulaciones, serán homenajeados de manera excepcional en los patios de la Secretaría de Gobernación, donde serán instalados sendos bustos realizados con cargo al erario. Juan Camilo Mouriño y Francisco Blake tendrán como compañía metálica a Carlos Abascal, quien estuvo al frente de las oficinas de Bucareli pero no durante la administración felipista, como los dos primeros, sino en la parte final del sexenio encabezado por Vicente Fox.
El reconocimiento no solamente es excepcional sino, sobre todo, exceptivo, pues exceptúa a todos los secretarios de Gobernación del periodo priísta (en el cual, sin entrar al terreno de las valoraciones éticas, hubo personajes de marcadas habilidades para servir al sistema, que estaban muy por encima de los ahora panistamente seleccionados) e incluso a los que llegaron a ocupar Gobernación con el mismo FCH pero que no murieron de manera trágica, como sí sucedió con Mouriño y Blake (aunque, oficialmente, por accidente, lo que no debería generar pretensiones de rememoraciones épicas, como sí sucedería si las muertes hubiesen provenido de atentados cometidos por fuerzas adversas a la pretendida epopeya contra las drogas) o como el foxista Abascal, que murió de enfermedad y al que se busca canonizar.
Y, mientras el cardenal Norberto Rivera ha viajado a Saltillo para bautizar a una hija del ex gobernador Humberto Moreira (quien dice que en algunas encuestas aparece como puntero para buscar la presidencia municipal de esa ciudad capital), entre protestas a la puerta de la iglesia, e incluso una manta en el interior de ésta, por desapariciones y violencia en Coahuila, donde reinan la inseguridad y la impunidad, y en tanto la Secretaría de Hacienda dice, ¡ay nanita!, que la inflación no debe preocupar, ¡hasta mañana, con otros hermanos encaramados en el poder: Ricardo Duarte Jáquez, hermano del gobernador de Chihuahua, fue electo por unanimidad rector de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, al lamentable y abusivo estilo de los priístas conversos al panismo que en Tlaxcala ocupaban cargos similares años atrás, es decir, Héctor Ortiz como gobernador y su hermano Serafín como rector de la Autónoma de esa entidad!
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¿Cuánto cuesta llegar a la Casa Blanca de Washington? Los aspirantes presidenciales Obama y Romney han informado que invertirán entre ambos alrededor de 2 mil millones de dólares (27 mil millones de pesos), aportados por los ciudadanos y los partidos. Allá no hay IFE ni Trife, tampoco institutos electorales estatales ni Fepade. La organización de las elecciones la llevan a cabo los estados y con frecuencia la encargan a un funcionario local. En comparación, ¿cuanto cuesta llegar a Los Pinos? Posiblemente más que en Estados Unidos. Hay que empezar por el IFE, cuyo presupuesto es de alrededor de mil 100 millones de dólares al año, y el de los otros organismos. Además, los ingresos extra, ilegales, de los que se acusan los partidos, con relación a Monex, Soriana, Scotiabank, tortas y refrescos, cerdos, borregos, chivas, etcétera. Sólo que hay una pequeña diferencia: en la elección de Estados Unidos de 2008 votaron 131 millones, y en la de julio en México sólo 49 millones de ciudadanos.
Los espejismos del BdeM
Como los altos funcionarios cargan al erario sus cuentas de restaurante ni se han dado cuenta siquiera del alza general de precios. Lean con que chulada de argumento explican el aumento de la tortilla, el pan, el pollo, el huevo, las verduras, la leche, la gasolina, el diésel, etcétera: “...es importante recordar –dice Hacienda en su reporte semanal– que la inflación no es el aumento de un precio en particular –o de algunos– en un momento único, sino un alza generalizada y sostenida de los precios, además de que se trata de un fenómeno de origen monetario, es decir, de una estimulación de la demanda por un exceso de dinero en circulación”. Como ustedes saben, es responsabilidad del Banco de México mantener precios bajos. ¿A qué general se referirá Agustín Carstens cuando dice que no hay alza generalizada? ¿A mi general Villa o a mi general Zapata, o al general McArthur, para estar más a tono con su formación neoliberal? ¿Y cuál dinero en circulación en exceso? ¿Sienten ustedes esa estimulación en sus bolsillos?
El Beso de Picasso
Hace poco tiempo una pareja que se dio un beso en la calle fue encarcelada por violar la moralidad panista que rige en Guanajuato. (Tal vez por eso ahí viven Fox y Marta Sahagún, aunque una vez se dieron un beso afuera del Vaticano, cuando el Papa no la quiso recibir por vivir en unión libre). Moralinos sobran en el planeta. En la sala internacional del aeropuerto de Edimburgo (Escocia) fue colgado un valioso cuadro de Picasso titulado Mujer desnuda en el sillón rojo, pero provocó rechazo. Hubo varias iniciativas, entre otras, vestir su desnudez, lo cual hubiera indignado al pintor malagueño. Finalmente, se impuso la sensatez y lo dejaron tal cual.
Perrepripánico
Cuando recorra el cachito de la Autopista Urbana Sur, la cual no será gratuita, lleve en mente dos apotegmas del profe Hank: 1) sin obras no hay sobras y 2) político pobre es un pobre politico. Ahí está la clave. Marcelo Ebrard obligará a pagar a los capitalinos por las vías que ya pagaron con sus impuestos.



Recordemos las palabras de Robert Louis Stevenson: En cada hombre hay una dualidad primigenia y universal, en el útero de sus conciencias están esos mellizos bipolares destinados a enfrentarse permanentemente: el bien y el mal. Sobre la afirmación de que nadie llega a ser plenamente malo, yo tengo no sólo dudas, sino también ejemplos devastadores en contrario. A veces los perversos son también imbéciles, lo cual implica un refine al respecto. Sostengo, eso sí, la imposibilidad del amor, la bondad y la justicia permanentes. Nadie, decimos las Sagradas Escrituras, los Proverbios (24:16), San Pablo: (Ef 6 11-12) y yo, que nadie, absolutamente nadie es permanente bueno. (Por supuesto excluyo de esta osada afirmación a las sagradas mamacitas de cada uno de nosotros los mexicanos, pero ya sabemos de qué vicio, complejo o perversión se trata. Los demás terrícolas no entran en mi análisis).



La semana pasada se abrieron las puertas de decenas de organizaciones defensoras de los derechos humanos en Estados Unidos para dar paso a cientos de miles de jóvenes que acudieron a recibir información sobre la forma de cumplir con los requisitos de la orden ejecutiva del presidente Barack Obama, conocida como Deferred Action, que pospone por dos años cualquier juicio para deportar a jóvenes indocumentados que estén estudiando en un plantel de educación superior. Después de más de una década de propuestas y promesas nunca cumplidas para realizar una reforma migratoria, esta es la primera buena noticia mediante esta versión acotada del Dream Act.



Tal cual comenzó, el sexenio calderonista cierra con una escalada en los precios de los alimentos. De igual forma concluyó la administración foxista, pero en el caso del actual inquilino de Los Pinos apenas un mes después de instalarse en la residencia oficial debió enfrentar, de forma lamentable y tardía, lo mismo que hoy se registra en dicho renglón, es decir, el aumento en muchísimos productos que los mexicanos llevan a su estómago, con los de la canasta básica en primer lugar. Y hoy como ayer, la respuesta gubernamental es idéntica: no y mil veces no existe un incremento generalizado de precios, pues la inflación se encuentra en niveles aceptables. Más fácil y productivo sería reconocer el problema y actuar en consecuencia, pero con discursos no se llega muy lejos, y los habitantes de este país son testigos presenciales de ello.
Difícilmente los consumidores avalarán la versión oficial (aquí no pasa nada, porque la crisis es externa), la cual, por insistente que sea, no pasa la prueba de una lógica mínima: si cada día que pasa crece la de por sí elevada dependencia alimentaria del país y, al mismo tiempo aumentan los precios de los alimentos en el mercado internacional (donde México los adquiere), obvio resulta que la inflación interna se incrementará por tal concepto, con lo que el poder adquisitivo de la población se reduce, más allá del raquitismo salarial imperante en nuestro país. Lo anterior sin considerar que, de entrada, uno de cada cuatro mexicanos registra lo que pomposa y oficialmente se ha denominado incapacidad de alimentarse adecuadamente (léase que 28 millones de mexicanos padecen hambre, de acuerdo con las cifras gubernamentales).
Los reportes internacionales certifican el incremento sostenido de los precios alimentarios en el mercado global, e internamente hasta los organismos oficiales reconocen que la escalada va viento en popa, a la par de la importación de alimentos. Negar la realidad sólo contribuye a empeorarla, porque el gobierno dedica más tiempo a justificaciones que a acciones. Por ejemplo, “por los aumentos acumulados en lo que va del año, de unos cuantos centavos y hasta 15 pesos, en productos de una canasta de sólo 25 abarrotes, carnes, lácteos y embutidos, hace falta gastar más de un salario mínimo adicional que cuando comenzó 2012, sin contabilizar el inédito encarecimiento del huevo y el pollo, ni tampoco el alza en frutas y verduras.
“Con los ingresos fijos que tienen las familias mexicanas –establecidos a partir del salario mínimo acordado por patrones, autoridades y sindicatos (60.66 pesos diarios como promedio de las tres zonas geográficas)–, esas familias tienen que desembolsar más dinero que el equivalente a un minisalario por los mismos alimentos que consumían hace ocho meses, de acuerdo con un comparativo hecho por este diario a partir del monitoreo oficial sobre precios. Sin excepción, las presentaciones más populares de carne (bistec, hígado, chuleta o carne molida), jamón, salchicha, frijol, arroz, aceite comestible, galletas, pan, atún, sardina, azúcar, café, chiles enlatados, harina de maíz y de trigo, pasta para sopa, mantequilla, refresco, cuestan más caro, indican cifras del Inegi y de Profeco (La Jornada, Susana González)
Tal vez mantengan su precio productos como el caviar, el foie gras o el pata negra, pero los de la canasta básica van a galope, y eso es lo que importa a la mayoría de los consumidores con su raquítico ingreso. En este sentido sigue el registro: en unos cuantos días el precio del kilogramo de huevo pasó de 17 a 40 pesos; el del maíz está por las nubes, debido a la caída en la producción estadunidense (del que México es uno de los principales compradores); los ganaderos advierten que ante el encarecimiento del grano, el precio de la carne aumentaría 30 por ciento; el Coneval reconoce que hasta julio de 2012 la canasta básica rural se encareció 12 por ciento y la urbana 10 por ciento, y así por el estilo. Pero la versión oficial asegura que no pasa nada.
El uno de sus ya tradicionales arranques foxianos, el actual inquilino de Los Pinos decretó que en este país nadie va a padecer ni a fallecer por falta de comida. Eso dijo, pero de entrada existen 28 millones de mexicanos a quienes no les alcanza, siquiera, para satisfacer sus necesidades alimentarias. Pero independientemente de ello, todo apunta a que el calderonato se esfuerza para alcanzar un resultado inversamente proporcional a su discurso. ¿Cómo evita el gobierno mexicano que internamente repercuta el aumento internacional de precios de los alimentos? Secreto de Estado.
Lo cierto es que la importación de dichos productos aumenta año tras año. Por ejemplo, en los primeros cinco meses del año la adquisición de alimentos en mercados foráneos superó los 10 mil 300 millones de dólares, de tal suerte que de mantenerse la tendencia (aunque todo hace suponer que se fortalecerá), en 2012 se habrán erogado casi 25 mil millones de billetes verdes para atender la demanda estomacal interna (para dar una idea de qué se trata, ese monto resulta superior al presupuesto anual destinado a la educación pública).
En el mercado internacional, los precios de los alimentos crecen y crecen, pero aquí ello no tiene repercusión inflacionaria, según aseguran en la Secretaría de Hacienda y en el Banco de México. Eso dicen, pero ¿qué alimentos importa México? Prácticamente de todo. Por ejemplo, de enero a mayo de 2012 (estadística del Inegi) se gastaron 2 mil 644 millones de dólares en cereales (de ese monto, 66 por ciento correspondió a la compra de maíz); mil 530 millones en semillas y frutos oleaginosos; mil 451 millones de dólares en carnes y despojos comestibles; 704 millones en leche, lácteos, huevo y miel; 685 millones en grasas animales o vegetales; 580 millones en azúcares y artículos de confitería, y ya en el exceso 222 millones en pescados, crustáceos y moluscos, para un país que cuenta con 11 mil kilómetros de litorales.
¿Y qué alimentos exporta México? Mayoritariamente hortalizas, plantas, raíces y tubérculos; frutas y frutos comestibles, y bebidas y vinagre. En síntesis, es lo mismo que importar tecnología de punta y exportar pulgas vestidas. Los resultados están a la vista.
Las rebanadas del pastel
No lo lograron a plenitud, pero los dos gobiernos panistas hicieron hasta lo imposible para asesinar a la gallina de los huevos de oro negro: al margen de la ley y sin la aprobación del Congreso, Pemex comprometió ingresos futuros por exportaciones de crudo por una cantidad superior a 170 mil millones de dólares, hasta 2018 (La Jornada, Israel Rodríguez). Pero no os preocupéis, que allí viene el copetón para rematarla.


Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), al segundo trimestre de 2012 la población total estimada de México ascendió a 114 millones 951 mil personas, 1.23% más que en igual período de 2011. De este total, 85.3 millones tenían 14 años o más de edad, 1.96% más que un año antes (Gráfico 1).
PEA y desocupación
Según la ENOE, al segundo trimestre la Población Económicamente Activa (PEA) llegó a 50.9 millones de personas (el 59.7% de la población de 14 años y más), y aumentó casi 2.0 millones (el 4.06%) respecto a 2011 (incremento poco consistente con el aumento de 310 mil personas registrado un año antes). La tasa de desempleo (desocupación abierta) en el país según la ENOE es del 4.8% de la PEA, 2.5 millones de personas (Gráfico 1).



Esta es una elección que aún no tiene ruta sonora. Las campañas han probado con rock, country, un poco de salsa mezclada con norteño y, a veces, algo light para no interrumpir cocteles sólo para millonarios interesados en la democracia, aunque, dadas las perspectivas y la calidad del debate, tal vez deberían recurrir a un blues muy simple. Algo que, con cada día de discursos y ataques, maniobras y promesas, se oiga “le dicen lunes tormentoso/pero el martes está igual de peor…”
Eso sí, los candidatos presidenciales y otros políticos y sus estrategas intentan imponer su música, a veces en contra de los deseos de los músicos, e invitar a músicos (y otras estrellas) que ellos saben que inspiran mayor confianza y respeto entre el electorado que ellos.
En las campañas electorales, escoger la música para identificar al candidato es parte clave de la estrategia, es la expresión de su mensaje. También lo que escuchan los candidatos es algo que se utiliza para efectos propagandísticos. Pero a veces hay contradicción entre políticos y músicos.



Julian Assange, fundador de Wikileaks, refugiado en la embajada ecuatoriana en Londres por la persecución judicial emprendida en su contra, envió ayer desde esa sede diplomática un mensaje al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en el que le pidió que “renuncie a la cacería de brujas contra Wikileaks” y que cese la persecución contra sus integrantes e informantes, particularmente contra el soldado Bradley Manning, acusado de haber entregado al portal de las filtraciones centenares de miles de documentos que ponen en evidencia los crímenes de lesa humanidad cometidos por Washington en Afganistán e Irak y testimonian el constante injerencismo de las representaciones diplomáticas de Washington en los países anfitriones.

Se suma a protesta contra Gran Bretaña
Me sumo a las firmas con que ayer protestaron decenas de intelectuales y dirigentes sociales de México y América Latina, con toda razón, por la negativa británica a tramitar el asilo que ha solicitado Julián Assange a Ecuador, y que el gobierno de ese país ha concedido en pleno derecho y atendiendo una de las tradiciones más sagradas de nuestro derecho político internacional.

En unos días más terminará la ilusión de que los mexicanos podemos elegir presidente. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ratificará que un pequeño grupo lo hace por nosotros, antes, durante y después de la jornada electoral.

Como debió hacerlo desde un principio, el gobierno federal canceló el megaproyecto La Pitalla, que pretendía explotar oro a cielo abierto en la comunidad de San Antonio, distante 40 kilómetros de la ciudad de La Paz, Baja California Sur. La empresa canadiense Argonaut Gold realizaba ya trabajos de exploración en dicha comunidad, pese a que el Plan de Desarrollo Urbano de La Paz claramente prohíbe allí actividades industriales. Mientras, otra trasnacional, la estadunidense Vista Gold, quiere sacar dicho metal en la región de Concordia, enclavada en la reserva de la biosfera Sierra de la Laguna, a poco más de 30 kilómetros del pueblo mágico de Todos los Santos. Ambos proyectos han sido oportunamente cuestionados por especialistas y grupos defensores del ambiente, por los daños que causarían a la salud, los recursos naturales y el entorno en general. Destacadamente, por utilizar cianuro en el proceso de obtener el oro.

El pasado 23 de julio, durante una ceremonia oficial, Felipe Calderón pidió un minuto de silencio por el deceso del contrarrevolucionario cubano Oswaldo Payá, acaecido un día antes en la isla a raíz de un accidente automovilístico. Ante la muerte de tantos buenos cristianos en el mundo, fue un hecho desusado que reveló una intencionalidad político-ideológica. Máxime, cuando al calificar a Payá de uno de los más valientes y comprometidos luchadores por la libertad y los derechos humanos en Cuba, Calderón recuperaba la añeja matriz de opinión acuñada por Ronald Reagan en los tiempos de su guerra encubierta contra la Nicaragua sandinista: aquella de la guerra fría que, con base en la doble moral imperial, identificaba como luchadores por la libertad a connotados terroristas sufragados por la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Payá encabezaba el Movimiento Cristiano de Liberación Nacional, grupúsculo auspiciado y financiado por la comunidad de inteligencia de Estados Unidos. De allí que –y dada su investidura de presidente de México–, lejos de reflejar un sentido ético y humanista, el lamento de Calderón Hinojosa fue un guiño sumiso a los patrocinadores del extinto Payá en Washington.

El Instituto Federal Electoral (IFE) una vez más insiste en negar lo obvio. De acuerdo con los consejeros electorales, la existencia de un mercado negro de entrevistas, coberturas y comentarios en los medios de comunicación electrónicas no sería más que una fantasía de un grupo de malpensados. El jueves pasado exoneraron a Enrique Pena Nieto de cualquier responsabilidad en la evidente manipulación mediática que lo ha impulsado desde hace siete años. Así, la autoridad pavimenta el camino tanto para una validación apresurada de la elección presidencial como para la consolidación del autoritarismo mediático que hoy nos malgobierna a todos.

Las posturas políticas se han definido ya claramente en la campaña por la presidencia de Estados Unidos. Si Romney representaba la convencional posición conservadora del Partido Republicano, abiertamente opuesta a la gestión económica y social de Obama, la nominación de Paul Ryan como candidato a la vicepresidencia no deja duda acerca de sus planes de gobierno. Los seguidores radicales del Tea Party han quedado satisfechos.

Pasaje por el hades, lugar donde los muertos descansan en el olvido, antes del ascenso a los cielos. No son pocos los verdaderos escritores y artistas que son olvidados una temporada, antes de adentrarse por los senderos de la gloria. Sacha Guitry, escritor, dramaturgo, actor, director de teatro y realizador de cine, ha comenzado una ascención a los reinos eternos del Olimpo. A su muerte, en 1957, Sacha, quien, tal vez inspirado en el consejo de Wilde, gozó de una vida en la que puso su genio, dejando a su obra colosal un talento y un ingenio acaso superiores a su genio, fue decretado autor de segundo rango, escritor humorista de teatro de bulevar y, finalmente, creador de una obra de poca importancia pues sólo aspira a hacer reír, mientras las obras serias deben ser las únicas merecedoras del culto literario. Es curioso notar cómo muchos críticos parecen avergonzarse cuando ríen. A tal punto que algunas escuelas del pensamiento se revelan incapaces de atisbar, por ejemplo, el humor de un Kafka, y se obstinan en encerrarlo en una cárcel metafísica cargada de gravedad, reputación que aleja a lectores temerosos de aburrirse.-


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