4/01/2015

¿Puede el ejército mexicano apoderarse del gobierno e imponer un Estado de sitio ante la crisis?


Pedro Echeverría V.

1. Hoy he leído tres notas alarmantes:

 a) Que el gobierno de Peña Nieto compró a EEUU un poderoso equipo militar sin importarle la profunda crisis económica que atraviesa el país; 

b) Que el ejército mexicano no está dispuesto a rendir cuentas de nada ni a nadie, sin importarle que el pueblo de México trabaja para mantener a medio millón de militares y 

c) Que agentes de aduanas y migración extranjeros pueden portar las armas sofisticadas que deseen, sin importarle a Peña Nieto que el país está lleno de agentes del FBI, CIA, DEA y demás. Digo: alarmantes para mí, para los luchadores sociales, para los movimientos que luchan defendiendo sus derechos. Por el contrario: los explotadores y saqueadores del país aplauden al gobierno por la enorme protección armada que tanto han pedido porque la necesitan.

2. El almirante Gortney, del Pentágono de los EEUU dio a conocer que el gobierno de Enrique Peña Nieto le compró a Estados Unidos equipo militar con valor de más de 1,300 millones de dólares en menos de un año, triplicando ese gasto los poco más de 500 millones de dólares que, en el marco de la Iniciativa Mérida, Washington ha dado a México de 2007 a la fecha en equipo y tecnología militar para combatir el narcotráfico y el crimen organizado. Expuso que México adquirió un paquete de helicópteros UH-60 y vehículos terrestres de movilidad para propósitos múltiples con un valor de más de mil millones de dólares, lo que representó un aumento de 100 millones de dólares en compras realizadas en años anteriores. La revista Proceso en circulación documenta su investigación-denuncia con mucha especialidad.

3. ¿Por qué miles de millones de dólares en compra de armas especiales, helicópteros y pago de asesoría militar si como dice el gobierno México es un país donde su población vive en la democracia, en la paz y sin problemas? Los yanquis, sabiendo que México sufre desde principios de 1982 la implantación fallida del modelo neoliberal y que su crisis de productividad, desempleo e inseguridad es profunda, han aconsejado estos enormes gastos en armas, así como el crecimiento exagerado del ejército, la marina y la policía. El gobierno de Peña, en vez de solucionar los graves problemas de la población, al ver su fracaso ha decido tomar el camino de la liquidación violenta de los movimientos sociales. No hay duda que este camino lo escogió Peña Nieto por recomendación de los EEUU cuya preocupación esencial es poseer una frontera segura.

4. Otra nota alarmante son las brutales palabras del tal Salvador Cienfuegos, jefe de Defensa Nacional (Sedena) al gritar que no está dispuesta a rendir cuentas de nada y a nadie; que él sólo habla con el presidente de la República porque es su jefe. Se publica en la revista Proceso que ni el Congreso, ni el Instituto de Acceso a la Información, incluso la PGR y mucho menos los ciudadanos merecen respuesta sobre las graves actuaciones del Ejército. Los requerimientos de información a la Sedena para esclarecer la matanza de civiles en Tlatlaya, Estado de México, y la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, en Iguala, Guerrero, se han topado con la muralla del Ejército. Ni las cámaras de diputados, ni el IFAI, ni siquiera la Procuraduría, nadie, ha logrado información del ejército. ¿No que muy ejército del pueblo?

5. Los habitantes de Tlatlaya, la opinión pública acusa al ejercito de ser el asesino de 22 campesinos de la población de Tlatlaya, Estado de México en junio de 2014, así también juzga la actuación del Ejército ante la detención y desaparición de los 43 normalistas por policías municipales de Iguala hace medio año. Obviamente hay cientos acusaciones más (como la matanza de campesinos en Guerrero, de estudiantes en 1968, de ferrocarrileros, luchadores sociales, periodistas) que se han traducido en inútiles exigencias de transparencia. En medio de la presión internacional al gobierno de Peña Nieto, la Cámara de Diputados creó el 30 de septiembre pasado la comisión especial sobre el caso Tlatlaya, y una semana más tarde, el 7 de octubre, la de Ayotzinapa. Medio año después, y a un mes de que acabe el último período ordinario de la actual LXII Legislatura, ambas comisiones quedaron en el olvido.

6. Otra nota, que aunque causa menos alarma que las anteriores, no deja de preocupar por el gran poder que ejercen los personajes armados –sobre todo extranjeros- sobre el pueblo mexicano. Pues bien, el pasado mes de febrero el presidente Peña Nieto propuso al Senado que agentes extranjeros de aduanas y migración puedan portar sus armas, es decir, caminar con ellos dentro del territorio nacional, y que visitantes de alto nivel puedan ingresar al país con su equipo completo de seguridad con el fin de “fortalecer el intercambio comercial y las relaciones diplomáticas de México con otras nacional”. No hay duda que la “Iniciativa Mérida”, que alguna vez se dijo que era como el “Plan Colombia”, preparó todas las condiciones.

7. Esas tres noticias: (compra millonaria de armas, despotismo de los jefes del ejército, y permitir a la CIA, FBI. DEA con armas) plenamente integradas, son una amenaza real contra los movimientos sociales de protesta. Son realmente una absoluta provocación y una amenaza del gobierno contra el pueblo entero que ha demostrado durante más de un siglo ser plenamente pacífico. ¿Puede el ejército asaltar el poder en México? Después del golpe de Estado huertista-yanqui que asesinó en 1913 a Madero y Pino Suárez, el ejército –con jefes muy bien pagados y atendidos- no ha tenido necesidad de un golpe de Estado. ¿Para qué quiere más poder si lo tiene todo? (30/III/15)
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