4/02/2015

EPN, el burócrata del gran capital, prefiere redoblar muertes de inocentes que créditos a pobres: economistas




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En 1994 México padeció una de sus mayores crisis provocada por una moneda sobrevalorada, grandes déficits del sector público y la dependencia del Gobierno del financiamiento vinculado al dólar, siendo ese episodio uno de los dos mayores declives económicos de su historia, con una caída de 6.2% en el Producto Interno Bruto (PIB), el anterior fue la Gran Depresión.
Los ecónomos recuerdan aquel declive y lo relacionan con lo sucedido recientemente con el primer banco impulsado por Enrique Peña Nieto, y que tan sólo duró 15 meses, atribuyéndolo al “abandono” de las autoridades, según los inversionistas.
El Instituto para la Protección del Ahorro Bancario (IPAB), se creó a raíz de la crisis de la deuda de 1995, después de que el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) se quedara sin recursos tras la quiebra de Banca Unión. Poco tiempo después fue “abandonado” por las autoridades, siendo Enrique Peña Nieto quien lo refundara, naciendo así el banco Bicentenario, dedicado fundamentalmente a financiar pequeñas empresas del comercio exterior, pero en sus casi dos años de funcionamiento solamente pudo financiar cien créditos.
La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) ha afirmado que “el sistema financiero se encuentra sano y opera sin problemas: la institución que cerró es pequeña, con apenas cuatro sucursales, por lo que no afecta la economía del país”.
Jaime González Aguadé, presidente de CNBV afirmó “el banco Bicentenario no tenía relación importante con el movimiento de recursos de la banca comercial, pues su participación era de 0,15% del total. Así, el caso no implica un riesgo para el sistema financiero en su conjunto, la banca mexicana se mantiene fuerte y bien capitalizada”.
Sus clientes eran los dueños de pequeños negocios que utilizan sus ganancias para pagar a proveedores o el salario de sus empleados, y con poco capital para solventar problemas. El ecónomo Luis Santizo afirma “dado a que no eran grandes inversionistas y tampoco aportaban altas sumas de dinero a las carteras del gobierno y tan sólo vivían al día, no fueron salvados”.
Y agrega “en México muchos no pueden acceder al sistema financiero y este tipo de bancos ayudaban a generar ingresos para mantener pequeñas empresas, Peña Nieto impulsó un proyecto que murió en 15 meses, sin que ninguna autoridad interviniera en pro de los clientes y miembros de banco, hoy lo usan como ‘anzuelo’ para afirmar que la modificación de las leyes da como resultado que empresas ‘inservibles’ desaparezcan, buscando la simple aprobación de la sociedad basado en un supuesto cumplimiento de las leyes”.
Según una carta abierta a Peña Nieto tanto de los ahorradores, como de los inversionistas del Banco Bicentenario, se da cuenta cómo afecta dicha acción de cierre. “La consecuencia más grave y que usted señor presidente debe conocer es que funcionarios de la Administración Pública Federal han violando en agravio de cientos de ciudadanos, el principio de autonomía que el pueblo debe gozar, cuando menos en toda clase de actividades comerciales en las cuales se incluye la bancaria”, afirma la carta.
“Si una familia de escasos recursos económicos en México quiere y puede ahorrar, lo logran cuando existen micro financieras que están a su alcance, siendo apropiadas a sus necesidades y la suma de sus ingresos y egresos. Caracterizándose por mantener tasas de interés activas y pasivas reales, e indicadores sobresalientes de desempeño y recuperación de los créditos, éste tipo de proyectos financieros benefician en gran medida a quienes participan”, argumenta Santizo.
Y dice “en México, la ausencia de microfinancieras cercanas a las personas que no tienen acceso a una banca privada, conduce cada vez más a la desaparición del ahorro popular, canalizando así esos pocos recursos a negocios informales o a formas de ahorro en especie que en nada benefician a la economía familiar, de un país donde una gran mayoría ha sufrido los embates de una economía agonizante en tan sólo dos años del gobierno de Peña Nieto”.
Jorge Robles, especialista en economía afirma “las microfinanzas se han convertido en una herramienta fundamental en el combate a la pobreza, este gobierno pudo redoblar esfuerzos y fijarse como meta la multiplicación del número de créditos que se otorgan y su impacto en las personas que los reciben; lamentablemente él sigue prefiriendo redoblar cifras de muertes de civiles inocentes, pobreza extrema, descontrol del sistema de salud, y cualquier otra área que dañé al mexicano y no un beneficio real que podría reflejar incluso hasta cierta estabilidad en la economía”.
“El Banco Bicentenario siendo un órgano ligado de alguna manera al gobierno, mantenía mayores oportunidades de beneficio, permitiendo a los clientes formar un perfil de solvencia, lo que provocaría que los bancos confiaran financieramente en ellos, por medio de técnicas para conceder y cobrar préstamos a microempresarios y hogares pobres. Lo anterior en un gobierno que tuviera al frente a un líder humanista, que buscara el bien común y no un burócrata del gran capital”.


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