6/15/2018

CAOS CHILANGO


Óptica Ciudadana
(3ª parte)
Por José Luís Hernández Jiménez

A ver si alguno de los 271 servidores públicos a elegir el 1 de julio, en la CDMX, hace algo contra el caos chilango, que 9 millones de personas padecemos a diario. 

Dudo que instalados en sus respectivos encargos, hagan algo que valga la pena para hacer de la capital del país, una ciudad habitable. Y es que entre los 160 Consejales, 66 Diputados locales, 24 Diputados Federales, 16 alcaldes, 4 Senadores y 1 Jefe Gobierno, que se van a elegir, predomina la inexperiencia, la ineptitud, la mediocridad y la ambición personal. Ya que, estarán apoltronados y… habría que exigirles que hagan bien el trabajo para el que serán contratados por los ciudadanos. 

Habría que exigirles que ayuden a hacer de la CDMX, una ciudad de habitable. Es decir, un sitio agradable y con alta calidad de vida. Cosa que no ha logrado eso que llaman “izquierda”, en estos veinte años que ha gobernado. 

Porque la capital es un sitio con un medio ambiente muy contaminado, con un permanente tráfico infernal, semejante a un inmenso y saturado estacionamiento de vehículos automotores, con excremento canino por todas partes y basura en gran parte de la ciudad, con un ejército de desempleados, disfrazados de subempleados (se nota porque la cantidad de tianguis y vendedores ambulantes, crece cada día), con grave inseguridad pública, con el crimen organizado en ascenso, con sus cárceles saturadas de tanto preso, con corrupción galopante, con servicios públicos deficientes, hospitales llenos de enfermos pues sus instalaciones, equipo y personal, son insuficientes, con transporte colectivo totalmente deficiente e insuficiente, con falta de agua potable instalada en muchas de sus colonias, con funcionarios improvisados, que tratan a los gobernados como clientes y no como ciudadanos. 

Los habitantes de la otrora “Ciudad de los Palacios”, sobrevivimos porque nos hemos convertido en una especie de mutantes: Todos con stress y neurosis, todos desconfiando los unos de los otros, corriendo de un lugar a otro, como enloquecidos, despojados de las más mínima solidaridad para con el semejante, todos cuidándose a su propia manera de la inseguridad cotidiana, delirantes, en busca del pan de cada día. 

Y es que se trata de una ciudad, la de México, que ya no resiste ni los aguaceros de la temporada. Cada que llueve, hay inundaciones y damnificados por doquier. Quizá por ahí debiéramos empezar, por reconocer que quien manda es la naturaleza y, por ende, que en lugar de tratar de acabar con ella, hay que aprender a convivir con su existencia. Es decir, lo que procede para construir ciudades habitables es, en primer lugar, aprender a vivir con la naturaleza. 

No es una tarea fácil. La depredación de la naturaleza, a cargo de lo seres urbanos (ya no humanos), tiene siglos de iniciada. 

Al menos desde 1521, cuando cayó lo que fuera la gran Tenochtitlán en manos de los españoles, luego con los criollos, y actualmente con los actuales chilangos y fauna que nos acompaña, el territorio de lo que hoy es una ciudad inmensa, ha sido despojado de su naturaleza. Lo que fueran cinco grandes lagos – Texcoco, Xochimilco, Zumpango, Chalco y el mismo Tenochtitlán – alimentados por unos 45 caudalosos ríos e inmensas extensiones de bosques y selvas, y hasta cerros completos, han sido sustituidos por una grandísima (de unos 1500 kilómetros cuadrados) selva de concreto, descomponiendo todo, empezando por la calidad de vida, de quienes la habitamos. 

De aquellos grandes lagos, solo quedan las sobras o nada, como es el caso del central. El de Texcoco, desde los años cincuentas del siglo pasado, ha tenido que ser medio rehabilitado. El de Zumpango también. Del de Chalco casi nada queda, igual que el de Xochimilco que es alimentado desde ¡Iztapalapa! Y todos los ríos han desaparecido. O solo quedan los nombres o están entubados o enterrados o convertidos en aguas negras. Por eso, el 100 por ciento de la lluvia, que es el “alimento” natural de ríos y lagos, por mucha que caiga, millones de litros de los actuales aguaceros, se desperdicia. Paradójico: la CDMX, hoy es un lugar sediento. 

Tal vez, ahora que se elegirán nuevos gobernantes y legisladores, debiéramos pensar en reconstruir sobre bases civilizadas, esta gran Ciudad. Y lograr que en sus planes y proyectos quede como obligación de todos, cuidar y convivir con la naturaleza. Por ejemplo, impulsando políticas públicas para rehabilitar algo mas de aquellos grandes lagos, y recuperar algunos de aquellos caudalosos ríos. 

Estaría bien que alrededor de la Ciudad, como un periférico, se construyera un río a manera de acuaférico que se añadiera a lo que aún es el Río de los Remedios, y, además, enmedio de la CdMx, quizá en lugar del actual Viaducto Miguel Alemán y sus afluentes, hubiera un río mas, que iniciaría en lo que hoy es el Río de la Magdalena y concluiría por el rumbo de Pantitlán, para alimentar lo que hoy es el rehabilitado lago de Texcoco. Ello para empezar. 

Todas las grandes ciudades del mundo tienen su río que las atraviesa. Y son navegables y están limpios. ¿Por qué la de México no lo tiene? 

Podrían construirse también, parques como el Tezozomoc (de la Delegación Azcapotzalco), con su lago y toda la cosa: Uno por Delegación; Volver a abrir grandes camellones y amplias banquetas con jardineras, como antaño, con todo tipo de vegetación sembrada, para que en lugar de que el agua de la lluvia se desperdicie en el drenaje de aguas negras, se filtre al subsuelo para alimentar lo que hoy aún son ríos subterráneos y…

Con dichas obras, el impacto benéfico en el medio ambiente de la gran ciudad, seria inmediato. Y en la salud de sus habitantes también. … se acabarían las inundaciones y grandes encharcamientos, se fortalecería el gran turismo, habría agua potable para todos los habitantes, se ahorrarían grandes cantidades de dinero que hoy se usan para traer agua desde muy lejos, y se invertiría en solucionar otros problemas… 

Claro que para ello, hay que pasar sobre los criterios estrechos y chatos de los servidores públicos capitalinos, como los titulares de la Secretaria del Medio Ambiente, que no atan ni desatan, y del Sistema de Aguas de la CdMx, al que para evitar encharcamientos e inundaciones provocadas por los aguaceros, solo se le ocurre proponer que “toda la tubería de la Ciudad, sea sustituida por nueva”. 

Cierto que, para abatir el caos chilango, hace falta la participación consciente de todos los habitantes de la gran ciudad, para hacerla habitable, con medidas como las señaladas. Sin eso, no se podría. 

¿Cómo la ven desde ahí, mis estimados y estimadas? Sin albur eh, no hablo de Zague. 

Notitas: Una.- Que desde su trinchera en Televisa, el Loret de Mola jura que, iniciado, el Campeonato Mundial de Futbol, en Rusia, este 14 de junio, terminaron las campañas electorales. Eso dice para desalentar la participación ciudadana. Pero no es cierto. Faltan 15 días para ir a votar. Dos.- Que el 25 de junio del 2006, Felipe Calderón Hinojosa cerró su campaña presidencial, llenando, con festival de artistas de la televisora, incluido, el Estadio Azteca. Las malas lenguas dijeron que “Calderón es el candidato de Televisa (dueña del estadio) y miembro de la mafia del poder”. Al lado de Calderón estaban dos personajes, Alfonso Romo, empresario salinista y Manuel Espino, representante del grupo derechista, el Yunque. Seis años después, el 25 de junio del 2012, Enrique Peña Nieto, cerró su campaña presidencial llenando, con festival artístico similar, el mismo “coloso de Santa Úrsula”. Las malas lenguas dijeron que “Peña es el candidato de Televisa e integrante de la mafia del poder”. A su lado estuvieron los mismos dos personajes citados. Seis años después, este 27 de junio, AMLO cerrará su campaña presidencial, con festival artístico de por medio, ¡en el mismo Estadio Azteca! Se sabe que a su lado estarán, el mismo empresario salinista, Alfonso Romo, quien funge como jefe de su gabinete y el Jefe del Yunque, Manuel Espino. No he escuchado a las malas lenguas decir que don Peje “es el candidato de Televisa y que ha sido coptado por la mafia del poder”. Supongo que las casualidades citadas, son meras curiosidades políticas. Tres.- Que aunque en marzo pasado, los Presidentes de EU y de Corea del Norte, se dijeron hasta lo que no y amenazaron con oprimir su respectivo botón nuclear para desatar una guerra, este 12 de junio ambos mandatarios, Donald Trump y Kim Jon Un, fumaron la pipa de la paz, comprometiendose a “desnuclearizar” la zona. Bien. Por cierto, Corea del Norte tiene 10 ojivas nucleares y EU cuenta con ¡6,800! Cuatro.- Que el martes 19 de junio, nos reuniermos en la sede de “Por el cambio con dignidad, AC” (Concepción Béistegui 107, colonia Del Valle, cerca de Insurgentes sur y del Poliforum, CdMX), para hablar de la conveniencia de “Votar por….”. Es a las 19 horas. Sos invitados. Cinco.- Que se sugiere leer, ademas de mi libro, “Cuando correteábamos utopias”, la entrevista a Gabriel Garcia Márquez, que lleva el titulo de “El olor de la Guayaba”. Seis.- Que a pesar de los aguaceros de junio, hay que hacer ejercicio diario. Es por la salud propia. Por mi parte, este domingo 17 de junio, Día del Padre, a las 7 de la mañana, participarémos Hugo, Víctor, Sóstenes, …, integrantes de “mi Club de corredores”, en el Medio Maratón (21 Km) de Toluca, EdoMex. A la 10 horas, veremos el partido del Mundial, México vs. Alemania. A ver por cuantos goles ganamos. Hasta ahorita – en los cinco partidos oficiales que han jugado ambas selecciones de 1978 a la fecha, los teutones nos van ganando 20 a 5. ¡Agg!. Después, estaremos en Iztapalapa, cerca de Tlahuac, CDMX, con un centenar de jóvenes, en una interesante plática contra las adicciones nocivas. Igual, sos invitados. 




México, Ciudad de México, a 15 de Junio de 2018.

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