10/03/2018

Sigo en pie de lucha, afirman jóvenes del 68

El 68 a medio siglo

Como siempre, somos muchos, sostienen normalistas de Ayotzinapa


Sigo en pie de lucha, como en el 68, reza una pequeña manta que portan un hombre mayor y su hija. De fondo, la fotografía en blanco y negro de uno de los autobuses que tomaban los muchachos del movimiento estudiantil. Quizá uno de los chamacos preparatorianos que viaja en el techo sea el propio Fernando que hoy marcha, 50 años después, para recordar su activismo como alumno de la Vocacional 7. Hoy camina encorvado, se apoya en un bastón y se le ve acosado por los achaques de la edad. Pero insiste en estar ahí para darle razón a lo que, momentos después, desde el templete, Félix Hernández Gamundi, uno de los históricos del Comité 68, reinvindicaría: No nos han vencido.
Esta es apenas una de las muchas estampas que concurren en el río de gente que caminó la tarde de ayer desde la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, hacia el Zócalo, donde los esperaba la bandera a media asta en señal de duelo por la matanza, que, medio siglo después, sigue sin ser esclarecida.
Si hubo un rasgo que distinguiera esta marcha, ese fue el encuentro de generaciones en una misma determinación: darle sentido y vigencia a la mil veces repetida consigna 2 de octubre no se olvida.
No hay banderas políticas a lo largo de la inmensa columna humana que comenzó la caminata a las cuatro de la tarde desde Tlatelolco. Hay consignas acerca de pocos temas centrales, altamente sensibles: aparición con vida de los desaparecidos de Ayotzinapa, no más violencia, educación pública y gratuita y “fuera porros de la UNAM”.
La columna humana se mueve a buen ritmo por Eje Central hasta 5 de Mayo y de ahí al Zócalo, donde la banda de Tlayacapan, que se dice que acompañaba al general Emiliano Zapata a donde fuera, ameniza el ambiente y la emprende con Yesterday, por supuesto, toca fibras.
Y empieza el acto político con las palabras vibrantes de Rosario Castellanos. Le presta la voz la actriz Karina Gidi, quien la encarna en la reciente película Los adioses. Recuerdo, recordamos, hasta que la justicia se siente entre nosotros.
FotoActo seguido se rinde homenaje no sólo a los caídos durante la masacre del 68 sino a quienes durante estas cinco décadas caminaron juntos, construyeron organización y aportaron a las demandas de libertad actuales; a quienes nunca se rindieron y murieron en la raya: Roberta Tita Avendaño, Carlota Botey, Adela Sandoval, Adriana Luna Parra, Alicia Martínez Medrano, Tomás Cervantes Cabeza de Vaca, Eduardo Valle, Roberto Escudero. Y por supuesto al dirigente del Comité 68 que dio cauce a todo este proceso por la libertad y la justicia, Raúl Álvarez Garín.

En el Eje Central Lázaro Cárdenas, durante la marcha conmemorativa del 2 de octubre.Foto Roberto García Ortiz

Por el Comité 68 toma la palabra Hernández Gamundi, de Ingeniería del Poli, quien articula el signifi-cado de la conmemoración del 68 con las luchas reivindicativas actuales. Describe a Gustavo Díaz Ordaz como un jugador de ajedrez. Aun cuando cuenta con todas las fichas en su favor, antes de que finalice el juego saca una pistola y dispara contra el contrincante; sin embargo, no gana la partida.
“Porque el gobierno no fue el vencedor de esa partida. Aunque dio otros golpes, como el Halconazo en 1971, nada ganó. Cuando a nosotros nos detuvieron el 2 de octubre en Tlatelolco no sabíamos qué iba a pasar con nuestras vidas en los siguientes 10 minutos. Pero sí sabíamos que si sobrevivíamos íbamos a dedicar nuestras vidas a luchar por un país diferente. Y a lo largo de estas décadas nuestros hijos, nuestros nietos, sobrinos, amigos y vecinos se han sumado en esta batalla que es de muchas generaciones”.
Concluyó con un llamado a rescatar la experiencia de lucha de estos 50 años. A esas horas, los contingentes parados sobre la avenida Flores Magón esperaban su turno para empezar a moverse hacia el Zócalo: escuelas, facultades y organizaciones de planteles públicos y privados.
Destacaban por su disciplina y gran número los normalistas rurales. Como siempre, somos muchos; siempre venimos casi todos, es nuestra tradición, comenta una chica de Tetela, Puebla.
Vienen de Saucillo, Chihuahua; Tiripetío, Michoacán; Tenería, estado de México; Amilizingo, Morelos, y Macumatzá, Chiapas.
Por Ayotzinapa toma la palabra la madre de uno de los normalistas desaparecidos, Cristina Bautista.
Su hijo Benjamín Asencio hoy tendría 22 años. Ella recuerda que los muchachos de Ayotzinapa se preparaban hace cuatro años, aquel fatídico 26 de septiembre, para cumplir con su compromiso de asistir, como tradicionalmente lo hacen, a la marcha del 2 de octubre en Ciudad de México.
Y mientras los oradores desfilan por el micrófono, abusando un poco de la oratoria y los discursos largos, por el Eje Central y 5 de Mayo siguen caminando, compactos y entusiastas, los contingentes de manifestantes.
Los últimos manifestantes van arribando a la plancha del Zócalo a las 8 de la noche, cuando ya se entonan las notas del emblemático himno La Internacional.

Blanche Petrich
Periódico La Jornada

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