9/20/2019

La CNTE: ¿Gobierna el pueblo o dejamos que los ricos: empresarios, políticos, impongan su poder?



Pedro Echeverría V.

1. El día que cada sector de trabajadores –como la Coordinadora de Maestros (CNTE)- imponga sus acuerdos obligando a los gobiernos a “gobernar obedeciendo”, diremos que el pueblo está en el poder. Si en cada fábrica, en cada centro de producción, en cada institución, las asambleas de trabajadores, después de analizar y discutir determinaran las políticas de trabajo, los empresarios serían unos simples empleados que se encargarían de hacer lo que los trabajadores determinen. Ya no se podrán llevar los miles de millones de pesos los empresarios; se les dará un salario de acuerdo a lo que hagan; a los dirigentes de los trabajadores se les cortarán las manos si buscan robar.

2. La Coordinadora (la CNTE), ha demostrado durante 40 años que representa los intereses de dos millones de maestros y la educación escolar en el país; ha demostrado que es parte del pueblo y más aún que es parte de su vanguardia de lucha. Cuando la CNTE grita en las calles: “el maestro, luchando, también está enseñando”, está proclamando una realidad que ayuda a capacitar al pueblo. ¿Se piensa acaso que los maestros, los trabajadores, sólo deben trabajar, producir, sin reclamar sus derechos, es decir, sin organizarse y luchar? ¿Se piensa acaso que los empresarios nacieron para explotar, acumular capital y manejar a los gobiernos a su antojo?

3. La CNTE no le impone nada al presidente AMLO, al contrario: éste reconoce con honestidad que las demandas de la CNTE –con mayor antigüedad que las luchas del presidente- son del todo justas. ¿Para qué estudian los normalistas (mayoritariamente hijos de campesinos, obreros, empleados pobres) sino para impartir clases en las escuelas? ¿Quiénes conocen más de educación, de pedagogía, de relaciones con niños y sus padres sino no son los maestros especialistas? Los abogados, ingenieros, sicólogos, conocen bien su carrera, pero vivir en los pueblos, tener en el corazón la enseñanza, obviamente es la vocación de los que escogieron el normalismo.

4. A los enemigos energúmenos de los maestros nunca les ha interesado la niñez, sólo la ven como futuros obreros explotados, les vale un carajo si hay clases escolares o no. Lo que a esos empresarios y corifeos les interesa –como sucede en todo el sistema capitalista de explotación- es que no hayan protestas, que los trabajadores no reclamen sus derechos y sobre todo que la CNTE no sirva de ejemplo. Como diría la “mujer piloto” mexicana pensando como Trump: “Ojala y les tiren una bomba encima para que mueran los de la CNTE y dejen de dar ejemplo a otros”. Obvio, así piensan todos los enemigos de los trabajadores que tiemblan ante sus movilizaciones. Es un pensamiento fascista.

5. Los dirigentes de la CNTE no deberían ocupar ningún cargo burocrático de gobierno o sindical. La realidad histórica mundial demuestra que cuando un líder social honesto y popular ocupa un cargo se burocratiza, es decir, comienza por cumplir constituciones, reglamentos, con amistades, acuerdos; sus principios ideológicos modestos los hacen a un lado y comienzan a formar parte de la pirámide de dominación. Lo peor de todo es que comienza a condenar las rebeldías, las movilizaciones, las protestas y -como los grandes burgueses y explotadores- comienza a amenazarlos y perseguirlos. Hay mil ejemplos: mientras más crece el poder más corrupción, más ratería y represión.

6. No sé si López Obrador es el presidente de la República idóneo para obedecer las presiones del pueblo; por ahora, ante la CNTE y los estudiantes normalistas ha dado una magnífica señal. Pienso que lo mismo debe hacer (gobernar obedeciendo) con los trabajadores –esencialmente de oposición- petroleros, electricistas, telefonistas y demás sectores fuertes de la producción analizando y discutiendo a fondo sus propuestas. En el sector productivo privado el gobierno de López Obrador también está obligado a intervenir para evitar que la explotación se siga intensificando contra los trabajadores. Al contrario debe buscarse justicia e igualdad con mayor intervención de los productores.

7. Estaba revisando el texto: “Cambiar el mundo sin tomar el poder” o el significado de la revolución hoy, de John Holloway. Me parece un trabajo muy importante porque busca romper con varios paradigmas que aprendimos del marxismo tradicional. En artículo de hace más de un año hice un comentario sobre Holloway al respecto, tratando de explicar que el poder real no radica en la riqueza multimillonaria de algunos empresarios ni en el control de cargos de gobierno, sino en que los movimientos en las calles, centros de trabajo o las huelgas determine el modelo económica y político que se implante en el país. Ese es el poder real del pueblo en beneficio propio y de la sociedad en su conjunto. ¡Viva la CNTE! (19/IX/19)


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