3/07/2020

Mujeres que luchan por mujeres

Fabiola Méndez

“Todas las mujeres vivimos una situación de peligro en el país y en el mundo, pero aquí en México por raíces culturales de machismo enfrentamos una situación terrible que no es nueva, pero sí más visibilizada”
Desde hace algunos años con los movimientos #Niunamenos y #Metoo se ha logrado dar un paso en contra de la violencia de género: que el silencio sea cosa del pasado, a las mujeres no se les acosa, no se les viola, no se les pega, no se les mata por ser mujeres.
Hace apenas unos días el país se estremeció por el feminicidio de Ingrid Escamilla y Fátima, lo que da cuenta que la problemática, lejos de retroceder, aumenta. El clamor de ¡Ya Basta! viene de todos los sectores sociales, “todas las mujeres vivimos una situación de peligro en el país y en el mundo, pero aquí en México por raíces culturales de machismo enfrentamos una situación terrible que no es nueva, pero sí más visibilizada”, refirió Anahí Caldú, investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM.
De acuerdo con la astrónoma, la violencia de género no sólo es una violación o muerte como tristemente sucede, se vive día a día y tenemos que reconocerla para evitarla. El tema debe estar sobre la mesa sin que se polarice, encontrar mecanismos para hablar y escuchar al otro, mirar a nuestro alrededor y formar una sociedad más igualitaria y justa para todos.
Hay que alzar la voz, reiteró Erika Villavicencio Ayub, investigadora de Psicología Social en la UNAM, “estamos hasta el hartazgo de la violencia de este sistema exageradamente corrupto, lleno de lucha de poder, pero a su vez escaso en salud mental, tanta impunidad, tanto crimen organizado, tanto machismo, por dónde empezar para lograr salir de este estado de indefensión, donde predomina la casi extinción de los valores en la sociedad”.
Saiph Savage, del instituto de Ingeniería de la UNAM, coincidió en que las mujeres deben hacerse escuchar, “decir que no queremos normalizar esto. Tenemos ciertos estereotipos arraigados, todavía muchas personas creen y es común escuchar que las mujeres les pasa algo porque han hecho algo malo, porque andaban en malos pasos, pero ellas no tienen la culpa”.
Es muy fuerte ver a diario en las redes sociales un impacto en contra de las mujeres, toda esa violencia, dolor y miedo que viven diariamente, refirió Estefanya Márquez, estudiante de la Facultad de Música de la UNAM. Para la mezzosoprano, las personas viven con terror de salir a la calle, sobre todo aquellas que ya vivieron una experiencia de violencia, también quien se expone todos los días, pero han surgido cosas buenas, “hemos encontrado redes de mujeres para cuidarnos entre nosotras, nos acompañamos, estamos creando comunidad”.
Para lograr un verdadero cambio se necesita una transformación de raíz de las organizaciones educativas, las instituciones y el sector empresarial, que se adapten para hacerlas menos incompatibles unas con otras, “que esta cosmovisión tripartita logre que los horarios, las distancias y la carga laboral permitan un balance de vida para la familia entera.  Donde la madre tenga horarios que facilite el doble rol, que el adulto vigile el crecimiento y la educación del niño, la convivencia, garantizando la justa satisfacción de las necesidades básicas, como alimentación, salud, seguridad”, explicó Villavicencio Ayub.
Para la especialista, son fundamentales las reformas que mejoren las condiciones de trabajo, incluido el salario, estrategias que permitan abordar, en todos los sectores, el trabajo en perspectiva de género, de no violencia, de equidad y sea impartido desde edades tempranas.
Asimismo, evitar revictimizar en los diferentes procesos de denuncia, investigación, comunicación, enseñanza, redes sociales, “no provoquemos un espectáculo del dolor ajeno, no consumamos medios informativos que filtran imágenes de las víctimas. Impongamos sanciones”, exhortó.
En ese contexto, Nelly Lucero Lara Chávez, doctora en Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, explicó que los medios de comunicación, como actores sociales, cumplen una función de transmisión de valores y prácticas, reproducen lo que leemos como sociedad. “Una tarea de los medios sería dar cuenta de por qué suceden los fenómenos para entenderlos, pero sucede lo contrario, presentan la violencia en contra de las mujeres como un espectáculo, estigmatizan y denigran el conocimiento de la teoría feminista”.
Sin embargo, refirió que como espectadores también se tiene el poder de decidir qué discursos se quieren consumir para crear niveles de significación distintos, “a nivel personal, de los hogares, de los medios, dejar de consumir programas que representan a la mujer de forma estereotipada es una forma de erradicarla”, explicó Nelly Lara.
El movimiento encabezado por las mujeres no es improvisado, a pesar de que su lucha se ha mantenido por más de 300 años sigue persistiendo la desigualdad entre hombres y mujeres.
De acuerdo con Cristina Rosas González, doctora en Relaciones Internacionales por la UNAM, estamos en una sociedad donde por usos y costumbres se acepta la violencia contra las mujeres, se fomenta, incluso culturalmente, se trata diferente a hombres y mujeres, se les paga diferente a pesar de hacer el mismo trabajo.
En ese contexto, ¿qué hacer para que esto cambie y manifestar el hartazgo generalizado por estos niveles de violencia vividos?
 Para Erika Villavicencio hay que trabajar en el diseño de políticas públicas para prevenir, atender y eliminar la violencia de género, así como la puesta en marcha de  una Fiscalía Especializada en feminicidio.
Reforzar protocolos de acción desde un enfoque multidisciplinario, dar capacitación a quienes están a cargo de la administración de justicia (policía, personal pericial, forenses y profesionales del derecho), dar orientación  para llevar a cabo la investigación del delito de feminicidio con la debida diligencia, garantizando así el acceso pleno de las mujeres a la justicia.
“Hay que hacer muy costoso para quien favorece la desigualdad, la discriminación y la violencia contra las mujeres, en la legislación mexicana para poder disuadir la delincuencia que circunda a las mujeres”, refirió Cristina Rosas.
Aludir a la memoria histórica para que las cifras no aumenten, para que las listas no tengan más nombres, “no basta con estar en este laberinto para buscar culpables, construyamos soluciones y que esta lucha legítima sea el inicio del cambio”, exhortó Erika Villavicencio.
“Que esto no sea esporádico, no debe ser flor de un día, sino que todos los días, desde nuestras trincheras, trabajemos para lograr ese cambio, que no va a ocurrir mañana, pero hay que iniciarlo ya”, finalizó Rosas González.
Este material se comparte con autorización de UNAM Global

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