8/18/2008

El alto costo de improvisar



Samuel Schmidt
schmidt@mexico.com


El gobierno que trata de aprender echando a perder condena a su sociedad a dolorosos costos sociales, económicos y políticos cuyo impacto y secuela pueden ser inconmensurables.El gobierno que oculta sus verdaderas intenciones engaña a su sociedad y afecta de una manera irreparable a las instituciones. La mentira en el gobierno desgarra la confianza que la sociedad debe tenerle a sus gobernantes.

Muchos pueden llegar a las altas esferas de la política y del gobierno, muy pocos pueden ser estadistas y mucho menos gobernar. El difícil arte de gobernar consiste en saber convencer a la gente, establecer liderazgo y crear consenso. A la gente se le pueden imponer decisiones pero entonces hablamos de fenómenos lejanos a la democracia.

La creación de consenso es en extremo complicada y poco entendida; muchos políticos creen que al ganar una elección, aunque sea de forma dudosa, adquieren de manera automática el apoyo de la sociedad en general y olvidan que la creación y recreación del consenso es una tarea constante. Las elecciones no generan cheques en blanco y si el triunfo es cuestionable el político tiene que luchar para adquirir confianza.

El complejo arte de gobernar descansa en gran medida en el complicado oficio de formular políticas. Este proceso implica el diseño de estrategias y cursos de acción normalmente muy complicados. Implica conocimiento, manejo adecuado de la tecnología, entendimiento profundo de los problemas y un mapeo preciso de la sociedad, sus necesidades y sus deseos, un componente central consiste en el establecimiento de prioridades. Esto se logra con el estudio y la experiencia.En 1947 Daniel Cosio Villegas hizo un análisis contundente sobre el PAN. Los acusó de carecer de ideas y de personas aptas para tomar el poder. Más de medio siglo después los panistas aunque han llegado al poder, parecen no han logrado superar esas carencias.

Felipe Calderón por ejemplo, adolece de casi todo lo expuesto anteriormente. Tiene un fuerte déficit de legitimidad. Existe la duda entre una parte muy importante de la sociedad de que el proceso electoral fue limpio y aunque la sociedad tiene poca y mala memoria, en su ánimo ira depurándose la eficacia del gobierno y el apoyo social, por lo pronto el PAN pierde las elecciones a las que se presenta. Mientras tanto en el ánimo presidencial existe esta falla, por lo que muchos de sus actos se dirigen a recuperar el calor que el pueblo no le dio en las urnas, o sea, que las decisiones buscan el posicionamiento mediático y la aceptación en las encuestas, lo que no necesariamente lleva a resolver problemas.

Calderón es un hombre de partido con una breve carrera administrativa. Sus prioridades se orientan a conseguir el beneplácito de la sociedad y no a formular el tipo de país que quiere lograr. Se nota mucha mas solidez en su manejo de imagen, donde seguramente habrá contratado a buenos profesionales, que en su manejo del gobierno, a donde ha encumbrado a improvisados, gente sin experiencia, sin conocimientos, cuyas habilidades son dudosas y cuya convicción es egoísta. Además de haber mostrado una lealtad mayor a los negocios y el enriquecimiento personal que a los intereses de la patria, pero tal vez en el gobierno de Calderón hablar de patriotismo sea un anacronismo.

La falta de miras lleva a conductas erráticas. Véase por ejemplo la falta de política agrícola, la falta de previsión y las crisis recurrentes como es el caso del maíz.

Careciendo de habilidades de gobernación, la conducción titubeante se agudiza bajo condiciones problemáticas. Es el caso de la explosión de las guerras entre narcotraficantes y el ataque abierto contra el Estado. Frente al flagelo del secuestro Calderón produce una propuesta que no llevara a ningún lado: aumentar las penas de cárcel para los perpetradores y nos va a meter en una dinámica que no controla y que producirá más desgaste generalizado. El problema no es el castigo sino la probabilidad de detener a los responsables y aplicarles el castigo que merecen, lo que se ve poco probable. Se ha hecho público que una de las peores bandas de secuestradores son policías y siempre que encuentran a una banda se encuentra un policía entre ellos, o están protegidos por la policía, y una de las bandas mas violentas en el mundo del narco son ex-soldados.
El procurador en año y medio, además de encubrir a los Fox-Bribiesca, no ha descubierto cuales son los policías narcotraficantes, o si los ha descubierto no ha actuado, mejor seria que renuncie y se dedique a otras cosas, podría asumir el programa de forestación que solamente busca el impulso mediático porque el nivel de muerte de árboles es muy elevado, el igual no resuelve ninguna causa de muerte.

Hay que cuidar a la política que es de largo alcance.
El gobierno...hmmm, ya solo le quedan 4 años.

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