6/05/2009

Defensa al federalismo


Samuel Schmidt

El gobierno federal mexicano realizó un operativo para detener a alcaldes y altos funcionarios del gobierno de Michoacán. Esto parecería un gran golpe acertado contra el crimen organizado pero puede tener graves consecuencias para el buen funcionamiento del pacto federal.

El federalismo es una construcción jurídica y política, en este sistema se establecen funciones diferenciadas muy claras que giran alrededor de la soberanía como elemento aglutinante. En el marco de la ley se determinan las atribuciones de cada uno de los poderes.Todos los estados federados son soberanos y esta condición los obliga al respeto mutuo. El gobierno federal debe ocuparse de la defensa de la soberanía nacional y ser garante de la armonía en la unión para lo cual puede y debe mediar en los conflictos entre los estados y asegurarse de enfrentar los riesgos contra todos.

Aunque la ley es muy clara quedan espacios grises que se prestan a la interpretación de las partes, si esta es incorrecta se dificulta la buena marcha de una relación armónica entre las partes, como por ejemplo, la definición de la existencia de amenazas a la seguridad nacional que pudieran justificar pasar por encima de la soberanía de los estados. Esto es lo que se ha definido como la Razón de Estado que con más frecuencia de la razonable se ha pervertido, llegándose a entender como la defensa de los intereses de los gobernantes en turno y no la promoción y defensa de los intereses del Estado.

Uno de los problemas mas delicados lo representan las acciones secretas que conduce el gobierno, porque muchas veces aquello que justifica la secrecía puede no compartirse por todas las partes. Si las operaciones encubiertas de las fuerzas de seguridad se justifican como condición necesaria para la efectividad de sus acciones, los poderes locales que pueden tener atribuciones sobre algunos de esos temas pueden verse y sentirse agredidos.

Es imperativo reconocer que tales acciones conllevan un elevado potencial de conflicto porque enfrentan a los poderes entre si y acarrean un debilitamiento potencial de una de las partes, en este caso las autoridades locales y el cuestionamiento de su legitimidad.

En el momento que el poder central le oculta información a los poderes locales porque desconfía de ellos esta enviando un mensaje irrefutable de descalificación erigiéndose en garante de la legitimidad, y despojando a la sociedad, que es la única que puede legitimar a sus gobernantes.

El equilibrio en el sistema federal implica que ninguno de sus componentes concentre poderes por encima de los demás y mucho menos que se convierta en la única entidad que goce de confianza y credibilidad. Mucho más grave es que uno de los poderes utilice este tipo de situación para lograr ventajas políticas concretas, porque entonces se descarrilla la posibilidad de asegurar la representación general.

El caso de Michoacán pone en la palestra este tipo de problemática por diversas circunstancias. El gobierno federal actuó en una coyuntura electoral infligiéndole dañoa las oposiciones.

Si el gobierno federal había recibido la denuncia sobre el involucramiento de presidentes municipales con el crimen organizado, debe explicar la inacción. Si se hablaba de una investigación de dos años el gobierno debe explicar porque decidió actuar con tanta fuerza unas cuantas semanas antes de unas elecciones que según las encuestas iba a perder.

Los defensores de los alcaldes apresados inquieren sobre el hecho que se arraigue a los acusados por 40 días, ya que según ellos, eso sugiere que se carece de pruebas y desmiente que hubo una larga investigación. Si esto es cierto, de nuevo insinúa que hay un cálculo electoral en la acción policíaca.

El contexto es fundamental en la política. Si estas acciones las llevara a cabo un gobierno que goza de credibilidad, el evento sería estrictamente una cuestión policial, pero para un gobierno desacreditado como el de Calderón, tal y como se vio con la epidemia de influenza, esto lanza una sombra mayor sobre la motivación de sus acciones.

Estamos frente a uno de esos casos de no hacer cosas buenas que parezcan malas. Pero lo grave es que parece ser que están haciendo cosas malas que parecen peores y el resultado no puede ser bueno.El gobierno no debe perder de vista que sus actos son fundamentales y que de manejarse de manera errática pueden hacer mas daño que bien y que los desperfectos que causa el gobierno tienen una solución muy complicada o no la tienen.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario