6/02/2011

El sábado se conmemora el treinta aniversario de los primeros diagnósticos de Sida


El veto del gobierno de EE.UU., que prohibía la entrada al país a las personas con VIH, no fue levantado hasta el reciente 2010

Redacción AmecoPress

Madrid, 2 jun. 11. AmecoPress. Este sábado, la plaza de Callao en Madrid rendirá homenaje a la lucha contra el VIH cuando se cumplen treinta años de los primeros casos de Sida diagnosticados. Además de diversos actos organizados para su conmemoración, será leído un manifiesto en el que se hace un repaso de la historia de lucha y estigmatización de las personas enfermas de Sida así como de la persecución paralela de las personas LGTB.

Todo comenzaba el 5 de junio de 1981 en EE.UU. con la publicación de la existencia de cinco casos de hombres gays que padecían una rara neumonía, y a los que siguieron otros aquejados de otras enfermedades que sólo aparecían en personas inmunodeprimidas. Un año después se establecería oficialmente la denominación de Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), término acuñado por el activista gay Bruce Voeller.

El manifiesto recuerda como la detección de estos primeros casos en la comunidad homosexual, así como el creciente número de nuevos casos, el absoluto desconocimiento sobre sus causas y su prevención, la ausencia de tratamientos, el grave y rápido deterioro físico de los enfermos, de su salud y su prácticamente inevitable muerte, llevó a una gran parte de la sociedad “a un estado de pánico e histeria colectiva que depositó una insoportable carga de estigma sobre nuestra comunidad, así como sobre otros colectivos sociales en los que inicialmente se presentó la enfermedad: heroinómanos, haitianos y hemofílicos”.

Fueron los años de lo que se llamó la ‘peste rosa’, el ‘cáncer gay’, la enfermedad de las ‘cuatro haches’, de los ‘grupos de riesgo’. Años de enfermedad, muerte, discriminación y marginación, de vidas silenciadas por el estigma, el rechazo social, familiar, de las amistades, amantes, de compañeros y compañeras de trabajo, de seres queridos e incluso del personal sanitario. “Recuerdo aquello como un tsunami que nos ocultó todavía más”, contaba Fernando Grande-Marlaska esta semana en los Premios FIPSE. El sida significaba la muerte física pero también social de los afectados y afectadas.

Ya en 1983 estaban claras la vías de transmisión y los fluidos potencialmente infectivos, pero en el imaginario social seguían manteniéndose mitos y prejuicios, como por ejemplo, que era posible contraer el VIH por un estornudo, darse la mano, compartir cubiertos, picaduras de mosquitos y un sinfín de ideas equivocadas que, advierte el manifiesto, aún hoy en día siguen creyendo algunas personas. Frente a esto, el movimiento asociativo LGTB empezó a hablar de prevención, de prácticas de riesgo, de sexo más seguro y del uso del preservativo como el instrumento más eficaz para evitar la transmisión del VIH.

La doble estigmatización por enfermedad y por homosexualidad puede parecer de otra época pero está aún hoy vigente. Mientras en 1987 se aprobaba el primer medicamento antirretroviral, en Nueva York nacía ‘Act Up’ con su lema “silencio = muerte” y el gobierno de EE.UU. prohibía la entrada al país a las personas con VIH. Este veto no fue levantado hasta el año pasado, 2010.

Con todo, el manifiesto con el que se conmemora la fecha tiene un tono positivo y de esperanza: “Hace 30 años, el VIH y el sida entraron a formar parte de nuestra historia y de nuestra vida, diezmando nuestra comunidad y poniendo en riesgo nuestra salud, sin que ello impidiera que le hiciéramos frente de manera decidida; y vamos a seguir comprometiéndonos con su prevención y con el apoyo a quienes viven con el VIH, en nuestro país y en el resto del mundo”.

Fotografía archivo AmecoPress

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