Tras reunirse con un grupo de 50 activistas de colectivos que luchan por la defensa de los derechos de la mujer, Williams criticó las "palabras bonitas" del Gobierno y exigió soluciones "reales" a un problema que, dijo, afecta a toda la población.
"Ya no hay tiempo para excusas. Las familias que están sufriendo en este país quieren ver acción y las mujeres que han sido violadas por policías y militares quieren ver justicia", afirmó.
Para revertir esta situación consideró necesaria una acción conjunta de la sociedad civil, que le exija al Gobierno respuestas: "Ninguna persona puede cambiar la sociedad sola, tiene que ser una comunidad entera la que entre en acción", opinó.
Por eso, consideró positiva la unidad que las asociaciones de víctimas han demostrado en la denuncia de los casos de desapariciones, violaciones y asesinatos en todo el país.
Además, precisó que uno de los principales obstáculos para lograr que se haga justicia y que se termine con la impunidad en México es el alto número de personas implicadas en estos crímenes.
Acompañada por Lisa VeneKlasen, directora de Just Associates, una organización feminista internacional, y por Imelda Marrufo, de la Red de Mujeres de Ciudad Juárez, Williams admitió que, a pesar de la opresión y los peligros, hay esperanza.
"Este problema requiere de una lucha continua si queremos ver una sociedad en la cual podamos vivir sin miedo", indicó.
Su visita se enmarca en la investigación que está llevando a cabo junto a la premio nobel guatemalteca Rigoberta Menchú sobre asesinatos de mujeres en México, Honduras y Guatemala, que comenzó ayer y concluirá el 31 de enero.
Está previsto que la activista acuda mañana al estado de Guerrero para mantener un encuentro con mujeres y que el martes se reúna con representantes diplomáticos y con mujeres que ocupan altos cargos de la vida política y el sistema judicial mexicano.
Los objetivos de la visita pasan por hacer visible el rol, aporte y acciones que las mujeres han emprendido para erradicar la violencia e inseguridad en el país, así como para instar al Estado mexicano a garantizar la protección de las defensoras de los derechos humanos.
Durante 2010, en México fueron asesinadas unas 3,100 mujeres, mientras que en Honduras sumaron unos 1,500 entre 2008 y 2011 y en Guatemala más de 5,000 mujeres murieron en los últimos diez años de forma violenta.
La activista Williams obtuvo el premio nobel de la paz en 1997 por su intensa lucha en la prohibición y retirada de minas antipersonales. unomásuno D.R. 2012
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